Partida Rol por web

Examino con cuidado la habitación buscando alguna trampa oculta, pero no parece que descubra ninguna

Avanzo detrás de Durgin hacia una nueva habitación de este enrevesado laberinto.

Como el paso del enano es un poco más lento que el mío y no puedo adelantarlo por la estrechez del pasillo, voy con cuidado fijándome bien por el suelo y las paredes no vayamos a caer en una trampa.

Todo seguia marchando, cada vez estaban mas cerca. Ya quedaba poco para encontrar el verdadero tesoro...

Un gemido apesadumbrado tras la puerta advierte a Durgin la presencia de más no muertos. Entra en la estancia y ataca al primer enemigo.

La fuerza con la que Durgin coge su hacha al entrar en la sala me da indicios de que está llena de enemigos.

Entro como una bala detrás de él, cogiendo mis armas con fuerza también. Combato con todas mis energías al lado de mi compañero.

Tras examinar la habitación en busca de trampas procedo a examinar los restos de los vencidos así como los tronos y la estantería para por último examinar la chimenea.

Para disgusto de Ungrim, el pasillo al que había salido estaba bloqueado tanto a un lado como al otro, el único camino posible era una puerta situada a su izquierda, asi que sin dudarlo, el enano la atravesó

Salgo del foso y me dirijo, cojeando levemente, a la puerta que comunica con la habitación contigua. Una vez allí, la reviso en busca de algo valioso, a ver si esta vez hay más suerte. Este laberinto está resultando un tanto ruín.

El veneno habia retrasado a Arramus pero el sacerdote se permitio registrar aquella habitacion en la que nunca habia estado.

En el interior del mueble que se escondia tras los tronos, se encontraba reposando un medallon. El objeto tenia el rostro de un hombre con rayos a los lados, que lo volvian mas radiante, como si de un sol se tratara. Aenur lo tomo entre sus manos y se lo colgo al cuello. Enseguida sintio el poder del medallon recorriendo su cuerpo, ayudandole a ver los detalles mas pequeños de todas las cosas. Y el temblor que agito la sala, le aviso de que algo malo sucedia.

Un temblor agito el interior de la torre. Arramus se quedo quieto, temiendo que fuera alguna nueva trampa. Durgin maldicio en su idioma, cuando vio que el Zombie se volvia a levantar. Agamenon se vio forzado a retroceder, pues los ataques de la momia eran mas rapidos e intensos. El resto sintio que algo malo ocurria.

Ungrim, vio al elfo que salia a correr y algo brillante le colgaba sobre el pecho  - ¡Corre! - le grito al matador. Este sorprendido como estaba, se quedo quieto hasta que el elfo llego  a su lado y le repitio lo mismo. El enano iba a preguntarle de donde salia, cuando por la puerta los no-muertos se peleaban para entrar a la vez por la misma puerta.

Sonidos de muertos le llegaron al Mago que estaba aun por detras. Se quedo en silencio para situarlos mejor y pudo oir a sus compañeros que daban la orden de huida. Se apresuro a unirse a ellos y la duda que tenia fue aliviada al ver al elfo correr junto a ellos. Una horda compuesta de zombies, esqueletos y momias, les pisaban los talones.

Todos lograron huir, encontrando el camino de vuelta. Los muertos no les siguieron, la magia de la torre no les permitia escapar del lugar. Estaban a salvo y con ellos tenian el Talisman de la Sabiduria.

Mentor se reunio con ellos, los sano y se los llevo de vuelta a la ciudad para que fueran atendidos.