Partida Rol por web

Arramus gir la esquina y casi está a punto de chocarse con su amigo el enano. Parece que está bien y ambos se disponen a registrar las habitaciones de ese pasillo.

Bueno, bueno...¿Que te parece? Venía a echarte una mano pero veo que no ha sido necesario -dice mirando los restos de la momia.

- De acuerdo maese Durgin - le respondo al enano.

Volteo mi mano con dos dedos extendidos sobre mi cabeza y mi cuerpo se vuelve liviano como una pluma. Salgo raudo de la habitación y tomo el pasillo, con esa sensación de urgencia por encontrar al elfo, que no me puedo sacar de encima.

Su defensa era casi perfecta pero a cambio de sacrificar precisión en su ataques, el cansancio pareció desaparecer por un momento pero Aeunur sabía que solo era cuestiónn de tiempo que en una vuelta  perdiera algo de velocidad para ser alcanzado, si solo al menos pudiera llevarse alguno más por delante.

Sin más zombies apareciendo de la nada en el pasillo sigo mi avance detrás de Arramus.

Jandrus viene a una velocidad increíble y me alcanza en un abrir y cerrar de ojos. Quizás no deberías ir tan rápido Jandrus, no vayas hacer saltar alguna trampa. Le digo con una sonrisa.

Aenur, pensaba forjar su leyenda, le costaria la salud, le costaria mantenerse firme, le costaria terminar con toda la horda que tenia encima, pero no flaquearia su valentia y su determinacion en ningun momento.

Jandrus y Agamenon continuaron su avance juntos, mientras el enano, les seguia protegiendo la retaguardia. Ungrim que facilmente habia terminado con su enemigo, se unio a Arramus, listos para abrir la sala y encontrar el camino hasta el elfo. Pues algo les decia en sus corazones, que Aenur estaba en la sala que andaban buscando...

- Jandrus ! ¿Cómo has hecho eso? ¡Esperadme!

Ungrim atravesó la puerta y se encontró con una nueva sala vacia, con una puerta a la izquierda y otra al frente.

- Arramus, creo que será mejor que nos separemos para cubrir más terreno. Yo voy a investigar por la izquierda y tu puedes ir por la derecha. El primero que encuentre algo interesante, que grite.

Sin esperar a que Arramus llegase a su altura, Ungrim abrió la puerta a su izquierda y entró en la nueva habitacion, con la vista en el suelo, atento a posibles trampas

Sigo mi avance junto al mago caminando con cuidado no vaya a caer en alguna trampa. Por fin llego a girar la esquina, nuevas puertas aparecen en nuestro camino, dándonos la posibilidad de explorar nuevas salas.

Camino junto a Agamenón, atento a la vez a las paredes de aquél frío pasadizo, por si encuentro algún desvío oculto que pueda servir de atajo.

-Me parece bien. Démonos prisa. Una sombra crece en mi interior, tengo la sospecha que algo horrible va a suceder.

Arramus entra decidido en la habitación superior y se dirige a la siguiente puerta.

El largo y duro entrenamiento había dado sus frutos, mi defensa se había vuelto a demostrar impasable y tras recuperarme del dolor dela mordedura del zombie en mi tercera o cuarta vuelta por fin consigo derribar a otro oponente.

El combate parecia que seria vencido por el elfo. Su estilo danza de la muerte, le habia salvado el pellejo. Jandrus y Agamenon, seguian avanzando con cautela, evitando cualquier posible trampa. El mago, tambien quiso aprovechar su capacidad de concentracion y buscaba mas alla, cualquier cosa y la encontro, una puerta secreta que daba paso al interior de las salas

Ungrim y Arramus entraron a la par en la sala, a los pocos pasos, el matador se percato que un mecanismo en el suelo y le grito a su compañero, pero era demasiado tarde, ya habia activado el mecanismo. Arramus fue bombardado por varios dardos, mareado, cayo de rodillas al suelo, sintiendo nauseas.

Mientras el enano, corria tanto como podia para darles alcance...

Entro en la sala con la esperanza de que mis compañeros estén en algún duro combate y pueda ayudarles a rebanar cuellos, pero solo me encuentro a Arramus en el suelo de rodillas, parecía mareado. Tenía varios dardos algunos clavados en su cuerpo y otros a su alrededor.

Me acerco a él rápidamente pero con cuidado, está claro que ha caído en alguna trampa y no me gustaría acabar como él. Una vez a su lado intento ayudarle como buenamente pueda. Estás bien, ¿qué te ha pasado? Le digo mostrando una clara preocpación por su estado.

Durgin empezaba a impacientarse.

- Menudos pataslargas, les salvas la vida y echan a correr.

Los sentidos raciales de Ungrim hicieron que una pequeña fisura en el suelo le llamara la atención. El enano se agachó y la estudió con más detenimiento, descubriendo que tras lo que parecía ser una baldos normal, en realidad se ocultaba un profundo foso.

Sin embargo, por más que buscó no fue capaz de encontrar el mecanismo que hacía saltar la trampa, por lo que, hasta que lo encontrara, no sería seguro moverse.

Una trampa...veneno...en mi sangre.

El sacerdote se encogía de dolor pero se sobrepuso a base de fuerza voluntad. Procedio entonces a exmainar la sala.

Después de llegar al fondo del pasillo para hacerme una idea de la distribución de este laberinto, retrocedo hasta la entrada del desvío secreto que he encontrado y allí vuelvo a coincidir con Durgin, que a pesar de sus cortas piernas, ya nos ha dado alcance.

- Vamos Durgin, el tiempo apremia -le invito a que entre en la estancia.

Parecía increíble los enemigos iban cayendo en torno a mí uno tras otro, peor sabía que ceder a la esperanza solo significaría que dejaría de luchar solo para llevarme oponentes y acabaría pereciendo, así pues volví a desechar toda esperanza para solo centrarme en la lucha, y así ese fugaz pensamiento no me permitió atacar de la forma correcta y el oponente pudo evitar mi ataque

Cita:

- Encima cachondeíto pies ligeros!