Partida Rol por web

Era como si el tiempo se hubiera parado, como si el enano atacara a una velocidad de espanto pues todo lo que tenía a su alrededor permanecía quieto.

Al parecer, su enemigo tenía tantos problemas como él con la oscuridad (o tal vez simplemente era un inutil atacando) asi que no tuvo problemas para esquivar su ataque.

Mientras retrocedían, la luz de la luna atravesó una pequeña ventana, iluminando al zombie momentaneamente. Este instante fue todo lo que Ungrim necesitaba. Levantó el hacha sobre su cabeza, y lanzó un potente tajo desdendente que literalmente partió a su enemigo en 2, desde el cuello hasta la ingle.

Tras asegurarse de que no había más enemigos por los alrededores, continuó internandose por el pasillo hacia las profundidades del laberinto.

Tras recobrar fuerzas gracias a Arramus me defiendo del zombie con una soltura excelente.

Era el momento idóneo para acabar con él, me acaba de atacar y tiene la defensa abierta, pero el zombie se me resiste y con un gran movimiento consigue desviar mi espada y esquivar mi cuchillo, que está a centímetros de clavarse en su pútrida carne.

El dolor de la mordedura del zombie hace que en mi siguiente pasada, mi ataque al esqueleto no sea tan preciso como esperaba, por fin la superioridad numérica de mis oponentes se estaba haciendo pesar y se veía cada vez más cerca mi fin, pero no iba dejarme vencer sin luchar hasta el fin y sin intentar llevarme a la otra vida tantos enemigos como pudiera, además de liberar las almas de los atormentados no muertos que por este maldito laberinto pululan.

Arramus se mueve hacia el final del pasillo.

-¡Suerte con ese, Agamenon, yo voy a seguur hacia adelante

A punto estoy de atravesar la garganta del zombi con la punta del bastón, pero, en el último momento, la pútrida criatura desvía el golpe con su brazo.

El combate estaba en tablas, los heroes golpeaban y los enemigos los evitaban, entonces eran ellos los que respondian y los aventureros se defendian con maestria.
Solo Ungrim logro atravesar a su enemigo y lo hizo con una fuerza superior a la de cualquier otro mortal. Un golpe limpio, que partio al monstruo en dos.

Arramus le siguio por aquel largo pasillo.

Al cruzar la esquina, Ungrim se estremecio al ver cuantas puertas se presentaban ante el. Tal fue el impacto de ver tantas puertas, que no se fijo ni en la momia, ni en la trampa que acababa de accionar. Un dardo salio disparado de un lateral y se le clavo entre las costillas. El dolor fue tremendo. 

cada vez más cansado su golpes eran menos precisos aunque sus defensas permanecían arriba, el desenlace final se iba cercando.

El zombi parecía resistirse a abandonar definitivamente este mundo y se defendía con lentitud pero con movimientos exactos. Sin embargo el ataque del mago lo mantuvo distraído un momento. Momento que aprovechó Durgin para blandir su hacha y partir en dos mitades a su enemigo.

- Vamos Jandrus, continuemos!

El dolor por la herida del dardo hizo que el matador se parara en seco, lo que fue una suerte porque le hizo darse cuenta de que por el pasillo más adelante se acercaba un nuevo enemigo con pasos lentos.

Sin dudarlo, cargó contra su nuevo enemigo y consiguió un hundirle el hacha en el brazo, pero al parecer el ataque no fue suficiente para cortar la conexion del montruo con este mundo. Así que el enano no pudo hacer otra cosa que prepararse para el contraataque.

El sonido del combate de Ungrim llega a mis oidos y me hace apretar el paso.

¡Aguanta Ungrim!

El combate estaba resultando eterno y el zombie muy molesto, era hora de acabar con él de una vez por todas y unirme con mis compañeros.

Las ganas por seguir avanzando me ayudan a lograr un gran ataque que acaba con mí espada atravesando al zombie y a continuación con el zombie en el suelo sin no vida.

Con un diestro hachazo Durgin ha acabado con la existencia de este molesto zombi. El enano sale a la carrera pero yo necesito unos momentos de concentración, acuciado por un mal presentimiento. Pienso en nuestro compañero el elfo y trato de visualizar la situación en la que se encuentra. Fugazmente cruza por mi cabeza una imagen de Aenur completamente rodeado de enemigos, así que, guiado por esta intuición, invoco un hechizo de Fuego de Ira.

Una llamarada nace entre mis manos para desaparecer un segundo después. Si todo ha ido bien, ahora mismo habrá aterrizado en la cabeza del zombi, consumiéndolo en un estallido de llamas.

Acto seguido, emprendo yo también la carrera, alcanzando al enano en la habitación contigua.

El cansancio se iba haciendo más patente a cada minuto que pasaba la superioridad numérica del enemigo era tan que que durante los tres últimos giro no había conseguido impactar a ninguno de sus oponentes pero al menos su defensa hasta ese momento había seguido casi impenetrable, Aenur rezaba en silencio al dios Fenix para qeu el permitiera llevarse algún enemigo mas por delante antes de caer.

Los muertos no eran rivales para los heroes...

- Avanza Jandrus, yo te cubro las espaldas!

Una manera muy justa de camuflar el verdadero problema: si el enano corría hacia delante cortaría el avance del mago.

Por suerte para Ungrim, los ataques de la momia eran tan lentos como sus pasos, asi que no tuvo problemas ni para detener sus ataques ni para encajarle varios golpes del hacha que acabaron con el monstruo despedazado a los pies del enano.

Antes de seguir adelante, decidió volver sobre sus pasos para investigar las dos puertas que había dejado a sus espaldas, para evitar que algun enemigo le pudiese pillar desprevenido por la espalda.