Partida Rol por web

En cuanto Durgim se aparta me lanzo dentro como una exhalacion y me abalanzo sobre el fimir con un frenesí ofensivo.

MI TURNO!

Conecto dos golpes terrribles pero la gruesa piel de la bestia los frena sin causar grandes daños.

Acabemos con este maldito piel verde de una vez, dice mientras rodea sus compañeros en busca de un hueco donde poder meter su espada.

 Por fin consigo penetrar sus defensas y asestar un golpe en su guardia baja mientras golpea al enano.

- ¿Mo...molesto aquí enmedio? -pregunto cuando todos me miran por entorpecer el paso a la puerta.

- Ya, ya me aparto.

Y en un acto de locura repentina, empujo la puerta, cierro los ojos y cruzo a toda prisa la habitación. Cuando recupero el aliento, abro despacito un ojo y...

jajajajajaja... vas a tener suerte de que no puede hacer dos acciones y primero a buscado tesoros xD.

Por fin sus compañeros dejaron la puerta libre, momento que Ungrim aprovechó para atravesarla corriendo con el hacha por encima de su cabeza, lista para asestar un golpe mortal. Sin embargo, para su decepción, ve que ambos enemigos estaban ya muertos en el suelo.

Viendo que su ayuda es totalmente innecesaria, se dedicó a rebuscar por los alrededores mientras refunfuñaba por lo bajo.

Una vez el fimir cae sin vida al suelo felicito a mis compañeros por el combate. Buen combate chicos. Les digo mientras me voy a rebuscar por los cadáveres y por la habitación a ver si encuentro algo de valor.

A pesar de la meticulosa busqueda del grupo, la sala no contenia nada de interes, salvo unas hachas algo melladas de doble filo, armas que usaban los fimir y que la runa de Morcar, lograria que ningun mercader sintiera necesidad de comprarla.
Jandrus entro en la sala y alli agonizando, muy herido estaba el caballero del reino, que sonrio levemente al ver al grupo de aventureros.
El caballero trato de levantarse, pero a duras penas se sostenia de pie y cuando quiso dar un paso, cayo de rodillas al suelo.

- Lamento ser tan pesada carga - le dijo al mago, cuando comprendio que no podria salir por su propio pie.

De repente, las paredes temblaron y el eco trajo el sonido de tambores orcos...

- Venga Jandrus, saquemos a Ragnar de aquí, el resto te cubrimos!

Levanto las manos y una misteriosa luz aparece flotando por encima de nosotros bañándonos con su luz, curativa y tranquilizadora.

Ya habian encontrado a Sir Ragnar, y por tanto, la parte más complicada de su mision se había cumplido, pero todavia podían encontrarse con problemas, asi que Ungrim tomó la delantera al grupo dispuesto a enfrentarse a cualquier nueva amenaza que apareciese.

Una luz Mágica aparece y nos envuelve por completo, la luz me hace recuperar las fuerzas perdidas, no podía llegar en un mejor momento. Gracias Arramus.

Habiendo encontrado a Sir Ragnar ya solo quedaba salir de aquí y aunque el camino de vuelta no era muy largo, me doy una vuelta por la habitación por si encuentro alguna otra salida.

- Gracias chico.

Durgin se sentía recuperado y listo para emprender la marcha hacia la salida.

- Pase el brazo por encima de mi hombro y no se preocupe Sir Ragnar. Yo le ayudo y mis compañeros se ocupan del resto, le animo mientras escucho los inquietantes tambores de guerra.

- No hay orco o fimir que se les resista.

De repente caigo en la cuenta y le suelto, dejándolo apoyado en una pared.

- Ahora vuelvo, Sir. No se me mueva de ahí.

Revuelvo rapidísimamente la habitación buscando algún objeto valioso y luego vuelvo a recoger a mi acompañante.

- En marcha, Sir. Poco a poco.

- Tanto humano y enano fuerte y tengo que acabar cargando el saco yo, pienso mientras avanzo sirviendo de apoyo al caballero Sir.

Tras curarlos a todos me relajo, tratando de recuperar  mi cuerpo del esfuerzo de canalizar la energía divina. Cuando me recupero observo los cuerpos de los fimirs y decido registrarlos.

Jandrus, ayudando a Sir Ragnar que parecia a punto de desmayarse, salio de la sala, el resto deambulaba asegurandose de que el lugar no contenia nada oculto, ni trampas, ni tesoros. Era una sala vacia.

Ungrim escucho algo a lo lejos, los tambores cesaron y muchos murmullos de orcos le llegaban al oido, afino la oreja para tratar de calcular cuantos serian y estimo por las voces que serian entre cinco y diez orcos. - Mal asunto - penso.

A lo lejos, varias criaturas se acercaban, asi que estaba claro que no iban a poder escapar sin luchar. Aunque a la mayoria de la gente la perspectiva de abrirse camino por la fuerza entre una hueste de enemigos resultaria aterradora, para Ungrim era bastante excitante.

Los pasillos en esta zona eran demasiado estrechos como para permitir el paso de varias personas a la vez, asi que el enano se coloco en una postura defensiva, con el hacha firmemente sujeta en la mano y se preparo para el combate.

- Arramus, yo los mantedre a raya en este pasillo, tu encargate del otro.

Cuenta con ello, Ungrim. Si me necesitas, llama!

Ungrim y Arramus se habian precipitado afuera, alertados por los sonidos de fuerzas hostiles acercándose.