Partida Rol por web

Mientras la vanguardia de las tropas abrian camino y Durgin y Agamenon terminaban y saqueaban al orco. Jandrus, que se habia quedado solo, se vio asaltado por un fimir. Este le agarro por la espalda y lo arrojo contra la pared. Seguidamente le golpeo repetidamente con el hacha, mientras el mago luchaba por levantarse y evitar los golpes. Sufrio numerosas heridas antes de poder ponerse en pie y continuar combatiendo.

Durgin ya se fregaba las manos pensando en el botín que podía encontrar en la habitación que acababa de limpiar de indeseables pielesverde cuando un grito del mago alertó del peligro que corría Jandrus.

El condenado goblin se mueve con una velocidad increible esquivando mi primer ataque y el hacha del enano, pero mi espada corta estaba esperando el movimiento del asqueroso piel verde y lo decapita de un solo golpe.

 Listo Sigamos

La aparición del fimir me coge totalmente desprevenido y acabo estampado contra la pared y recibiendo las embestidas del monstruo. Suerte que llegan mis compañeros para distraer su atención, si no, estaría muerto.

Me incorporo e invoco un hechizo de curación que revitalece de nuevo mis energías.

La nueva habitación está vacía, sólo hay dos puertas y no hay tiempo que perder, así que rápidamente cruzo la puerta de la izquierda.
Vamos chicos, sigamos adelante.

Jandrus se alegro al ver como el enano y el elfo se lanzaban para ocupar al fimir y darle tiempo a reponerse. El monstruo furioso giro para enfrentarse a ellos y balanceo el hacha, alejando a sus combatientes que no lograron causarle daño alguno.
Su ira se centro contra el humano al ver que este era un hechicero. Lanzo un hachazo que el mago bien supo esquivar.

Arramus y Ungrim, discutian que puerta debian de cruzar cuando, Agamenon, zanjando el tema, cruzo la puerta del sur. En su interior descubrio a un puñado de orcos que ya estaban preparando sus armas alertados por las voces de los aventureros de la otra sala.

Ungrim aun estaba decidiendo cual de las dos puertas convenía seguir cuando, desde la habitación en la que había entrado Agamenón se escucharon una serie de gruñidos que solamente podían pertenecer a unos orcos, así que se lanzó sin dudarlo detras del guerrero.

Su odio hacia los orcos le hizo moverse con una velocidad innatural en él, por lo que pudo llegar hasta el primer orco y decapitarlo antes de que la bestia pudiese sacar su arma.

Ante la primera pifia, el contacto con el mango del martillo infunde fuerza en el enano que vuelve a atacar. El golpe no parece demasiado contundente, sin embargo el fímir estaba despistado tratando de mutilar al joven hechicero y recibió el golpe en un costado.

Al entrar en la sala puedo ver cuatro orcos, una cantidad de enemigos considerable. Menos mal que Ungrim y Arramus deben venir ya en mi ayuda. Nada más pensar eso oigo a Ungrim atacar como un rayo.

Ataco al primer orco que me encuentro, pero debían estar muy preparados, porque el orco desvía todos mis ataque con gran maestría.

Arramus guarda su enorme mazo y saca martillo y escudo para enfrentarse a los numerosos rivales que se acaban de mostrar. Entra como un tiro y arremete contra uno de los orcos. Uno de los golpes de su martillo alcanzan a la bestia pero su yelmo frena el impacto.

Ataco al fimir con todas mis fuerzas pero él se defiende con una facilidad insultante. Esperemos que sirva para que el elfo lo encuentre distraído y pueda acabar con él.

el enemigo demuestra ser un digno rival de nuestras armas y se defiende como gato panza arriba, pero la tormenta de golpes que se abalanza contra él es demasiado densa en golpes para que pueda pararlos todos,  así finto con mi arma principal para abrir su guardia cayendo este en el truco y con espada corta de mi mano izquierda aprovecho el hueco de de su guardia para traspasarle limpiamente el corazón y dejarlo muerto antes siquiera de que  caiga al suelo.

-Muchas gracias compañeros -agradezco sinceramente a Durgin y Aenur- si no es por vosotros, probablemente estaría muerto.

De fondo se escuchan lejanos golpes de armas que indican que nuestros otros compañeros están combatiendo, quien sabe si con el mismísimo Morcar ya.

- Rebuscad entre sus despojos por si hay algo de valor, si queréis -señalo el cadáver del fimir- pero deberíamos apresurarnos. 

Y dicho esto, salgo de la estancia siguiendo el ruido del combate.

Llego hasta una sala donde hay una bifurcación. Claramente nuestros compañeros están tras una de las salidas, mientras la otra permanece cerrada. La curiosidad y el ansia por encontrar al malvado mago me hace acercarme a esta última y espiar por el ojo de la cerradura, a ver qué veo.

Los orcos rodearon a los enemigos. Aunque Ungrim logro eliminar a uno, el resto no se perturbo por la muerte de su compañero. Dos se enfrentaron a Arramus, que acabo lastimado. Agamenon desvio los golpes de su oponente y por el momento la cosa quedo en tablas.

Jandrus, cuando vio el camino libre avanzo hasta la siguiente puerta, alli, dos fimirs, hacian guardia, de lo que parecia ser la caverna del lider de la Tribu.

Las heridas hacen enfurecerse a arramus, que lanza una patada salvaje a la rótula del orco. La bestia detiene el golpe con el escudo pero al hacerlo deja libre un hueco que Arramus aprovecha para aplastarle el cráneo con su martillo. Se escucha un sonoro CRACK y el orco cae al suelo, muerto.

Con toda la avaricia ancestral de que están dotados los enanos, Durgin se dispuso a saquear el cadáver del fímir para luego salir en búsqueda de nuevos enemigos.

Tras acabar con su enemigo, Ungrim buscó a la siguiente de las bestias. Agemenón se enfrentaba a un orco por un lado y Arramus a dos, así que optó por ayudar a éste. Conforme se acercaba vio que el humano no necesitaba demasiada ayuda, ya que uno de los orcos cayó al suelo con el craneo aplastado.

El otro, distraido con Arramus, no se dió cuenta de que un hacha se le acercaba hasta que la tuvo hundida entre los omoplatos

Observo claramente a dos fimir montando guardia. Demasiados para adentrarme yo solo a combatir con ellos, así que decido esperar a mis dos compañeros. Cuando aparecen, les informo:

- Detrás de esta puerta hay dos fimir y por esa otra está el resto del grupo. ¿Entramos por ésta?-les señalo la que está frente a mí.

busco tesoros y despues me dirijo detras de mis compañeros

Tras mi primer intento de dar muerte al orco fallido no ceso en mi empeño y le golpeo con más fuerza y precisión. Incrusto mi espada larga en su pecho, atravesando su corazón, consiguiendo así acabar con su vida.