Partida Rol por web

Las Crónicas del Cuentacuentos

Cuento nº 1: El Corazón de la Bruja

Cargando editor
02/01/2010, 11:29
Erhindïel

Erhin sigue en tensión encima de la mesa, no era el elfo el que más la preocupaba. Sigue con atención la reacción del cazador al perder a una presa.... no descartaría que quisiera pagar su frustración con otra.... aunque fuera "más pequeña".... y además su amigo sigue a su lado....

Aunque con la interrupción de los hombres bailando capitaneados por el joven soldado parece que sirvió para darle la oportunidad al elfo de salir de la peligrosa situación, lo que más le llamó la atención fué la criatura que ha comenzado a cantar desde la puerta. ¡Un fauno! ¡Por los dioses, es un fauno! ¡Nunca había visto uno!

Los ojos se le van inquietos hacia su figura, muerta de curiosidad por conocerle, ya que además parece mucho más amigable que el misterioso elfo.... pero las cosas a su debido tiempo, piensa Erhin... y se concentra de nuevo en el cazador burlado... disimuladamente mientras nadie la mira pendientes aún de la brusca salida del elfo, esconde la cerbatana y los dardos bajo las amplias mangas de su camisola, sosteniéndolo todo en las manos aún, pero debajo de las mangas... y espera...

Cargando editor
02/01/2010, 12:37
Eólides
Sólo para el director

Desaparece entre los árboles más cercanos, para más tarde aparecer sobre la copa de uno de los más altos.Mira a la villa, serio,y con una mirada ida.Alza su cayado, el cual comienza a rodearse de un aura oscura que se pasa también poco a poco al cuero del elfo.Sus ropas se elevan cuando se dispone a lanzar un conjuro....

-Rrrreo....- ¡para idiota!, ¡¿quieres estropearlo todo?! Todo a su debido tiempo, ya te podrás encargar de esas insignificantes criaturias, primero la bruja, debes matarla y conseguir su poder hum hum hum......Véngate, ese es tu primer objetivo, ¡no lo olvides! se escucha una voz grave y tenebrosa en su mente.Su mirada parece retornar y el aura desaparece.Sus ropas bajan lentamente, pero no deja de mirar a la villa, algo desconcertado.¿Cuando terminaría esto?

Cargando editor
02/01/2010, 13:27
Cristhensen

El Elfo se fue, pero eso no corto la inspiracion del muchacho, con la ayuda de sus compañeros insitaroa que todos los concurrentes empiecen a bailar. Hacia danzar a doncellas, dandole uno o dos giros, para rapido ponerse a zapatear al mejor estilo Tap con algun campesino.

Una vez que la mayoria se haba acopiado de ellos, eligio una mesa cercana a algunas mujeres del pueblo y con una mortal hacia atras (pasando a cm del bajo techo) se subio a una mesa:

-A ver Las 13 Rosas!!! muestrennos lo que tiene, Yiijaaaaaaaaaaa!!

Y asi empezo a acelerar el ritmo de la musica con sus palmas, mientras seguia zapateando acompañando el nuevo compas y haciendo gestos para que los juglares que estaban tocando antes de que ellos entraran los acompañaran.

En todo este espectaculo habia ignorado a los caballeros de Gaulimn que se ubicaban en el centro de la posada, aunque no dejaba de pispiar por el rabillo del ojo sus movimientos.

Cargando editor
02/01/2010, 13:39
Director

Notas de juego

Si estáis en la posada, marcad a los que están en la posada o cerca de ella que son todos menos Eólides.

Cargando editor
02/01/2010, 20:17
Nathan Cross

-Respetaré vuestras leyes, al fin y al cabo, somos gente civilizada...

Dijo Nathan sonriendo de forma amenazadora mirando al elfo. Luego enfundó su espada y se colocó bien el abrigo ocultando sus armas.

-Su aura es maligna, hermano.

Murmura mirando hacia el posadero.

-Me gustan los retos. Le daré tiempo para escapar y luego cuando acaben las fiestas me llevaré una batida de los cazadores del pueblo conmigo y todo aquel hidalgo que quiera unirse en nombre de dios.

Nathan se tocó el ala del sombrero para saludar al regente.

-Mi nombre es Nathan Cross y me alegra tener a alguien como vos en este pueblo.

El cazador alzó los brazos.

-¡Honremos a dios! ¡Seguid con los festejos! ¡Tomad vino, que lo pago yo! y asi ayudo a un compatriota con su negocio.

El hombre sonrió y dejó una bolsa sobre la barra. Se quitó el abrigo y el sombrero y lo dejó en la percha. Por la ventana, vio a la zingara, le hizo una seña para que pasara al interior.

A continuación, se sentó en una mesa amplia y llamó al posadero con la mano, para hablar.

Cargando editor
02/01/2010, 20:32
Posadero

-Ya habéis oído! Música y vino para todos!

Los músicos, al grito del posadero, retoman la canción que estaban tocando antes de la intervención del elfo. La gente poco a poco vuelve a animarse, en parte por la música, en parte por los saltos de Cristhensen y en parte por la canción del fauno. Ahora es como si nada hubiese pasado en ese sitio.

Las camareras comienzan a servir vino a todo el presente en la sala y bailan entre las mesas.

El posadero se ausenta un momento de la sala para dejar la espada en su lugar y vuelve. Se acerca a Nathan para hablar con el.

 

Cargando editor
02/01/2010, 20:28
Bella

Le sigue hasta la posada y observa desde atrás lo que ocurre, se mantiene al margen.

Cuando el elfo se va se acerca a Nathan.

- Calmo vuestros ánimos..? - le insinua cogiendole del brazo, arriesgandose a llevarse un manotazo.

Escucha cantar a los que acaban de entrar y sonrie.

Cargando editor
02/01/2010, 20:49
Eólides
Sólo para el director

Se puede ver un aura oscura, brillando entre los árboles del bosque.Allí estaba Eólides, sentando en posición de meditación.Pero algo ocurría en su cabeza, un mundo paralelo convivía en con el, todo un ser.

Siiii siiii..... una voz grave se escucha en su cabeza, casi susurrándole, con ánimos de tranquilizadores y no muy buenos.Te harás amigo de cada uno de esos ¡estúpidos! seres hum hum hum....y ellos harán el trabajo sucio, te abrirán paso entre toda la ¡mierda! y te llevarán hasta la bruja, yy.....será en ese momento, cuando les traicionarás y ¡matarás a la bruja! quedándote con su poder.....sii.....y luego con el mundoo...mmmmahahahaaa.Eólides abre los ojos, con una mirada vacía, como si no tuviera vida en su interior, mientras que en sus labios se dibujaba una sonrisa algo tenebrosa y escalofriante.

-Hum.....- inclina la cabeza mirando hacia arriba, perdiéndose entre las diversas luces que traspasban la densa capa erbórea hasta desaparecer entre la inmensa luz del brillante sol.

Cargando editor
03/01/2010, 12:02
Erhindïel

Erhin se relaja perceptiblemente. El cazador parece que piensa entregarse a asuntos más mundanos que su obsesión por la caza inmediata. La dríade se desliza hasta volver a quedar sentada en el banco y guarda veloz su cerbatana y dardos, mientras le susurra a Teja, que puede calmarse y volver a tumbarse, el peligro ha pasado. La tejón, en tensión aún, obedece a su ama a regañadientes.

En ese momento Nuez asoma su cabecita por el cuello de la camisa de Erhin, al sentir el cambio de ánimo de su dueña.

- Sí, bonita, ya es seguro que salgas.... pero no te alejes mucho....- Dice la muchachita mientras echa fugaces miradas al cazador.

¿Piensa organizar una batida de caza para atrapar al elfo? Dice que su aura es maligna... pero Erhin no está muy segura de poder confiar en sus palabras... Lo que sabe a ciencia cierta es que el cazador sin conocer siquiera al mago, quería ajusticiarlo sin mediar palabra... ¿tan seguro podía estar de que el elfo lo merecía? Si ni tan siquiera lo conocía...

Ella sabe bien que todo el mundo tiene una parte maligna... y algunas personas aparentan inclinarse por ella... hasta que los conoces, y descubres que por suerte, es justamente al contrario... las apariencias a veces engañan...

Y Erhin mira pensativamente al Señor Hurón, mientras espera en su asiento a que éste vuelva de nuevo a su mesa...

Cargando editor
03/01/2010, 13:53
Blackheart

¿ Puede un rescatador de Princesas y cazador de monstruos, sentarse con valerosos Caballeros de Gaulimm ?

Ambos tenemos una meta en comun, y es saber mas de esa bruja para darle caza.

Si cedeis , me sentaré si os honra mi compañia, en caso contrario, volveré con mi compañera -decia mirando seriamente al posadero y a Nathan Cross -

Cargando editor
03/01/2010, 13:02
Zalgrym, El Carmesí

No muy lejos de la taberna, justo donde mucho tiempo después se encontraría el viejo hilador de historias, una barraca se encontraba estacionada en solitario. La estructura de madera tenía las dimensiones de un pequeño teatro compuesto por la tarima rectangular y un gran tablón ornamentado sustentado por dos columnas, igualemnte decoradas, a modo de marco. El fondo estaba cubierto por telas de colores granates y un gran telón morado cubría ahora el escenario. Pocas eran las personas que se detenían momentáneamente a mirarla y la gran mayoría no prestaba atención a la atracción aparentemente cerrada o, incluso, abandonada. Pero la función estaba a punto de comenzar...

-¡¡SALUDOS, AMABLES GENTES DEL GENTIL PUEBLO DE LAS TRECE ROSAS!!-exclamó el eco de una voz que resonó sobre las cabezas de los sorprendidos y, en varios casos, atemorizados viandantes, como si viniera del cielo-¡PERMÍTANME MOSTRARLES LAS MÁS FASCINANTES Y SORPRENDENTES MARAVILLAS QUE GLORIFICAN NUESTRO HERMOSO MUNDO!!

Algo comenzó a moverse en la barraca, pues los pliegues del telón se agitaron como si una corriente de aire los azotase, auyentando a un par de niños curiosos que se habían subido a la tarima, y una luz tenue y azulada comenzó a titilar en el interior del escenario, sumido en la sombra.

-¡¡ACÉRCENSE Y PRESENCIEN UNO DE LOS MÁS INSÓLITOS ESPECTÁCULOS QUE VISITAN HOY ESTA REGIÓN!!-apremió la voz con tono alegre y grandilocuente.

Superado el susto inicial, los aldeanos comenzaron a acercarse al lugar, intrigados por la voz invisible y las luces que procedían de la barraca. De súbito, los pliegues laterales del telón que caían como cortinas se retiraron víctimas de una fuerza invisible y la luz titilante estalló en una nube de humo brillante y de ese mismo color celeste. A dicho estallido le sobrevino la aparición de una figura en medio del escenario. Se trataba de un hombre alto, ataviado con un traje colorido (en el que destacaba el rojizo) y apoyado sobre un bastón plateado culminado en una gran joya esférica azul. Exhibía una amplia sonrisa mientras su mirada recorría al público con presteza. Aquella entrada fue recibida con algunos grititos ahogados y un clamor de exclamaciones sorprendidas y satisfechas. El hombre trajeado golpeó el suelo a su derecha con el bastón y se inclinó hacia su público haciendo una floritura en el aire con la mano e inclinando su cuerpo, pierna derecha al frente, en una profunda y gentil reverencia.

-Hermosas damas, respetables caballeros, niños y niñas de todas las edades...-dijo el hombre con una voz fluída y amable, mucho más delicada que el eco atronador del comienzo-mi nombre es Zalgrym, conocido a lo largo y ancho de este y otros tantos reinos como "El Carmesí", y me presento ante ustedes buenas gentes para mostrarles cosas que van más allá de su comprensión y que desafían la lógica y raciocinio de este aburrido mundo...

El hombre se irguió de nuevo y miró fijamente al público.

-Permítame mostrarles... ¡mi visión!

El hombre hizo girar con habilidad el bastón en su mano al tiempo que se hacía a un lado, apuntando hacia el interior del escenario, sumido en la oscuridad. Al instante cuatro antorchas se encendieron con un estallido y la barraca quedó iluminada, dejando ver diversos artilugios, tales como una pequeña mesa redonda, con dos sillas acolchadas con terciopelo rojo y de alto respaldo, espejos, cuadros, pequeños baúles y botellas y, al fondo, un enorme arcón decaoba y hierro. Otra exclamación se alzó entre el público.

El hombre trajeado golpeó de nuevo la punta del bastón contra el suelo de madera y se retiró hacia la mesa. Sorprendentemente el artefacto de plata permaneció en perfecto equilibrio. Al regresar hacia el borde de la tarima este portaba una pequeña caja roja con ornamentaciones doradas. La abrió y de ella extrajo una pequeña pelota azul.

-¿Qué tal unos pequeños juegos malabares para entrar en calor?-preguntó juguetón al público espectante.

El hombre depositó la caja a sus pies y lanzó la pelotita azul al aire. Esta trazó un recorrido cuasi vertical y cayó de nuevo en su mano sin ningún otro efecto.

-¿Nada?... ¿otra vez?-volvió a preguntar con aquél tono picaresco.

Volvió a arrojar la pelota al aire una, otro y otra vez, sin conseguir ningún otro resultado.

-¡Vaya!, creí que hoy sí le apetecería jugar...-dijo con expresión sorprendida y molesta el artista. Las gentes lo miraban entre intrigados e impacientes-¡prueba tú, pequeño!

El hombre arrojó en una suave parábola la pelota a uno de los muchachos que se encontraban en la primera fila. Este atrapó la pelotita en el aire y, sorprendido, vio como al abrir sus pequeñas manos había una pelota roja junto a la azul inicial.

-Nada como el toque de un infante...-comentó sonriente el artista-¿me las devuelves, muchacho?

Con una sonrrisilla traviesa, el chiquillo negó con la cabeza enérgicamente, apretando en sus pequeños puños las pelotas de colores contra el pecho. Algunas risas se alzaron entre la muchedumbre y el corpulento padre del crío lo miró con el ceño fruncido.

-¿No?-dijo con una exagerada expresión de sorpresa el circense-¿y si te digo que me prefieren a mí?

El hombre alzó el puño sobre su cabeza, en dirección al niño y abrió uno a uno los dedos. En su palma se encontraban las dos pequeñas bolas de malabares. Tan asombrado como su padre, el miño comprobó que, efectivamente, estas ya no se encontraban en sus manos. Una retaíla de vítores y aplausos sonó entre el público.

-Aún no, por favor-pidió el hombre agitando las manos para acallar a su público-lo mejor está por comenzar...

Dicho esto lanzó las dos pequeñas pelotas al aire y comenzó a trazar círculos con ellas con una sola mano. Aquél era un sencillo juego que despertó algunas leves sonrisas, especalmente en los niños. De repente una tercera bola, verde, apareció en la trayectoria que seguían las otras dos, arrancando alguna exclamación. Ahora el circense utilizaba ambas manos para hacer girar las pelotas en el aire.
Así, las pelotas siguieron mutiplicándose conforme volaban. Amarilla, violeta, negra, naranja, dorada y blanca. nueve bolas de variopíntos colores giraban entre las manos del circense malabarista. Ahora las gentes si que comenzaban a mostrar mayor interés.

-¡Siguiente movimiento!-anunció Zalgrym enérgico. Una a una, conforme descendían de su trayectoria circular, fue tomando las pelotas y lanzándolas hacia lo alto hasta romper el círculo. Al caer nuevamente las recibió con una mano y dejó que estas rodasen por sus hombros y su nuca moviendo los brazos en un gesto serpenteante para que estas recorriesen su otro brazo y llegasen a su mano izquierda, desde la que las volvió a arrojar sobre su cabeza. Una a una, las bolas fueron cayendo en su mano derecha y desvaneciéndose cada vez que el mago-malabarista cerraba el puño. Una vez todas hubieron desaparecido, el público aplaudió y vitoreó al circense.

-¡Un momento!-pidió Zalgrym nuevamente. El público detuvo su aclamación casi al instante, espectante-¡Todavía quieren jugar!

El hombre miró hacia la cajita abierta que tenía a su pies y comenzó a mover las manos a un ritmo que aparentemente solo él podía escuchar. Una a una, cada vez que este golpeaba el suelo con el tacón, las bolas de malabares saltaron de su interio hacia su mano y, de ahí, estas eran lanzadas al aire, donde permanecían levitando sobre el mago.
Las gentes del pueblo de las Trece Rosas contemplaron anonadadas como las bolas giraban en el aire trazándo un círculo horizontal sobre el suelo, cada vez más y más deprisa. Al cabo de unos instantes la velocidad era al que pequeñas partículas brillantes de colores comenzaron a desprenderse de las bolas, que habían comenzado a brillar. Poco a poco las particulas fueron dando forma a un torbellino de polvo de los diversos colores que se alzó frente al mago, y que culminaba en la caja de madera que tenía a sus pies. Boquiabiertos, los aldeanos vieron como el torbellino crecía y crecía hasta que, finalmente, estalló en una nube multiclor y un ave de plumaje esbelto y rojizo se alzó con un chillido en el aire. El Fénix ascendió hacia el cielo ante la sorprendida y atemorizada mirada de los espectadores, quienes se cubrían con las manos, retrocedían o se encojían. La majestuosa y descomunal ave ascendió hacia lo alto hasta que, cerca ya de la trayectoria del sol que se alzaba sobre sus cabezas, estalló en llamas. De lo alto cayó una pequeña figura, el huevo de Fénix, la bola dorada.
Tras el susto inicial, ahora sí que todos los presentes estallaron en una ferviente ovación, sorprendidas por el espectáculo y ávidas de nuevos trucos. El artista se inclinó de nuevo agradeciéndo el cariño del público.

-Para tí, chico... - le dijo al chiquillo que había "colaborado" con el, guiñándole un ojo. El muchacho atrapó en el aire lo bola dorada y sonrió hacia el mago.

Zalgrym se alzó de nuevo dispuesto a llevar a cabo su próximo número. El espectáculo había dado comienzo...

Cargando editor
03/01/2010, 18:27
Director

Notas de juego

Nadie sabe que Nathan va a por la bruja puesto que es un objetivo que acaba de fijar ahora mismo... eso es metaroleo... y no esta permitido... por esta vez lo dejaré pasar, pero que sea la ultima vez.

Tu solo sabes lo tuyo y lo que te cuenten los demas dentro del rol... 

Cargando editor
03/01/2010, 18:56
Blackheart
Sólo para el director

Notas de juego

Lo dije por deducción, si va a por todo bicho paranormal, es normal que piense que tambien vaya a por la bruja.

Es lo mismo qu a sabienda de que ando tambien cazando brujas como vendetta personal, que tambien averiguen enseguida que tambien la busco yo.

Puedes borrarme lo que puse, pero no lo hice con la intención de Metaroleo, sino por deducción, Nathan lo conozco por sus famosas cazas de todo bicho sobrenatural, es normal que pensara que tambien va en busca de la bruja.

De todas maneras, tienes todo el derecho del mundo a editar mi post e incluso borrarme de la partida, asi no metere la pata sin querer de nuevo.

Cargando editor
03/01/2010, 19:00
Director

Notas de juego

Solo es un aviso. El metaroleo no es que sepas que vaya a por la bruja, sino que sepas que van a hablar de la bruja.

Me conformo con que no se vuelva a repetir.

Cargando editor
03/01/2010, 19:02
Blackheart
Sólo para el director

Notas de juego

Si estás mucho mas tranquila, puedes borrarme de la partida.

Con lo poco espabilado que estoy, de seguro que mas adelante cometeré otro fallo fastidiando la partida... __ __U .

Cargando editor
03/01/2010, 20:00
Capitán Dark

El pirata se había recuperado regalando el pañuelo a la joven que le acompañaba de manera que ésta había sonreiro y le había cogido del brazo para dirigirse a la barraca donde un tipo de aspecto extraño intentaba llamar la atención del público sobre algún dipo de juego raro, desde luego era una oportunidad más para llevarse algo de provecho y sorprender un poco a la muchacha.

 

Resultó que el que llamaba la atención era una especie de prestidigitador, un mago o algo por el estilo que intentaba ganarse unas perras con sus pequeños trucos, la sonrisa del joven de cabello rizado se hizo más pronunciada y colocando discretamente sus sombrero se escabulló junto que con la camarera para colocarse en la primera fila, aquella gente solía tner cosas interesantes que se podían vender muy bien, y después de todo era otro espectáculo.

 

-¡Bien, bien! ¡Magia!-Grita con su voz grave sonriendo a la joven que estaba a su lado anonadada por los trucos del ilusionista.

 

 

Cargando editor
03/01/2010, 20:08
Director

Notas de juego

A ver... para cuando escribais...

En la posada: Bella, Blackheart, Ceamus, Cristhensen, Erhindïel, Nathan.

En la calle: Dark y Zalgrym

No estan en el pueblo: Eolides

Tenéis que tenerlo en cuenta para cuando escribáis. Marcad como destinatarios a los que esten donde estais... así evitamos que la gente se entere de lo que no le toca.

Cargando editor
04/01/2010, 17:09
Nathan Cross

Había olvidado el rostro de Blackheart, su compañero de batallas en algunas cacerías, tal vez fuera por su forma de comportarse un tanto...pagana y poco interesada en la quema, pero aun así, el bastardo era bastante bueno en su trabajo.

-Por supuesto maese Blackheart, coged un vaso de vino.

Nathan, antes, fue cogido por el brazo por la preciosa Bella, lejos de tomarselo a mal, tiró de la mujer para atraerla hacia él. La hizo sentar sobre sus rodillas para dejar el hueco a los señores a sus lados.

Con su mano enguantada acariciaba el cabello de la mujer mientras miraba de reojo al posadero.

-Hermanos, os he convocado en esta mesa para que me expliqueis de que hija de una cerda infernal (bruja) ronda por la taberna, ya son de tres personas que la nombran.

Murmuró, esos temas habían que tratarlos en voz baja, pese a todo, tenía a una mujer entre sus brazos, a la que ahora miraba sin pudor, por lo que contradecía eso de hablar en voz baja delante de todos...teniendo sobre sus rodillas a una joven...en fin, es uno de esos contrastes tan extraños que tiene el cazador.

-Si hay un peligro, yo, que tantas veces he retado a los demonios del inframundo, iré en su busca.

Cargando editor
05/01/2010, 10:36
Ceamus

Ceamus a Cristhensen

- En seguida vuelvo... (mirando a otra mesa)

Ceamus se acerca a la mesa en la que está Erhindie, sonrie a todo el que está en la mesa y mira a Enhindie

Muy buenas noches a todos, estaba tan tranquilo en mi mesa cuando me llegó un suave aroma a flores, me giro y veo a esta bella "dama del bosque" sentada tan seria (hago una pequeña mueca de serio),  ya se que los faunos tenemos fama de osados, pero tambien de divertidos ( le guiño el ojo ) ¿quereis bailar?, (le tiendo la mano sonriendo).

Cargando editor
05/01/2010, 12:22
Cristhensen

Una ves que su mision fue un exito y ayudo a resaturar el humor de la posada, se sienta a tomar la bebida que el buen cazador habia ofrecido, y conversaba con mirada un poco perdida con su pareja de turno.