Partida Rol por web

-Estos no han sido activados, se ha dejado como medida de seguridad. -Dijo tranquilamente Audie tratando de disimular.

- Ah, ya veo. Por si la cosa se desmadraba, ¿no?

El helicóptero se seguía alejando; ya estaba a una distancia segura de la plataforma para iniciar la detonación
 

-Sí, nunca se sabe qué puede haber pasado ahí... -Digo antes de iniciar el detonador con disimulo.

En ese instante, una serie de explosiones empiezan a sacudir la estructura, hasta que una inmensa bola de fuego engulle la plataforma. Esta empieza a inclinarse sobre su lado derecho con un crujido metálico, hasta que finalmente cae de costado sobre el agua y empieza a hundirse. Pronto, toda esa zona está cubierta de petróleo en llamas que flota sobre el mar.

- ¿¡Pero que...!? -comenta el piloto- ¿Han sido los terroristas?

Sin responder al piloto me deleito observando las explosión profundamente aliviado.

-Mierda, deben haber encontrado algún explosivo y de algún modo lo han detonado. Debían ser usados para chantaje. -Pronuncio con una voz seca y sin emociones.

Tras media hora de vuelo, el helicóptero aterrizó en el portaaviones Orión, y enseguida que los soldados pusieron los pies en la tierra, otro grupo de soldados uniformados de negro y fuertemente armados los rodearon, les requisaron las armas y los condujeron al interior del barco sin responder a ninguna pregunta. Los soldados separaron a Thawne y Patrick del grupo, llevándolos a otro lado, mientras que a los tres militares los condujeron a lo que parecía una sala de interrogatorios: una habitación inmaculadamente blanca, con tres sillas dispuestas para que se sentaran. Los soldados abandonaron la sala, y entraron el Comadante Raynold y un tipo alto, delgado y con cara de pocos amigos, vestido con un traje negro y unas gafas de sol.

El Comandante se situa delante de los tres soldados, con los brazos cruzados tras la espalda, y tras mirarlos durante unos segundos, se dirigió a ellos

- En primer lugar, permitanme felicitarles por el excelente trabajo realizado. Es una verdadera lástima lo del sargento Castlewick, pero vista la magnitud de a lo que se estaban enfrentando, que hayan salido ustedes tres con vida ya es un logro. Que además hayan conseguido rescatar a un rehén y eliminar la amenaza es todo un éxito.

Retrocedió unos pasos y señaló al hombre de negro

- Permitanme que les presente al señor Jhon Doe. El señor Doe representa a una división del ejército estadounidense que se encarga de buscar, estudiar y neutralizar amenazas de... naturaleza atípica, como la que se han enfrentado en el transcurso de esta misión. Colabora con nosotros y nos asesora en la búsqueda de dichas amenazas dentro de la jurisdicción del Reino Unido.

El tal Doe se adelantó y asintió con la cabeza

- Imagino que tendrán muchas preguntas. Bien, pues ahorrenselas. Ni nosotros mismos sabemos muy bien a que se estaban enfrentando; por ello desplegamos el plan de contingencia de destruir la plataforma, en contra de las órdenes explícitas del Alto Mando, y enviamos a un experto en este tipo de fenómenos para que pudiera asesorarles en el caso de que se encontrara con algo... abiertamente atípico. Huelga decir que no pueden contar nada de lo que han visto en el interior de la plataforma, salvo a personal estríctamente autorizado como yo mismo, o el Comandante Raynold. En lo que al gobierno,  el ejército y la opinión pública se refiere, la plataforma fue destruida por integristas islámicos mediante bombas temporizadas, que ustedes no pudieron desactivar antes de abandonarla. Los integristas formaban parte de una celúla que buscaba boicotear las reservas petrolíferas de Reino Unido para aumentar su dependencia del petróleo extranjero, y decidieron inmolarse en cuanto el ejército intervino en la plataforma secuestrada, eliminando a todos los rehenes salvo uno, que fue rescatado con severos traumas por el secuestro. A cambio de su silencio, serán ascendidos de puesto y sueldo, y pasarán a formar parte de una división especializada del ejército británico que el Comandante Raynold y la organización a la que represento están formando. ¿Están de acuerdo con estos términos?

Amenazas atípicas -pienso-. Eso lo suaviza todo.

-¿Nos traslada a una división especializada... en qué? -pregunto con entrega contenida.

La verdad, pensar en volver a enfrentarse a ese tipo de seres le producía un angustia gélida, pero al mismo tiempo supo que ahora que sabía de la existencia de ese mundo no sería capaz de quedarse al margen. Tan vez esa sensación helada le resultara, en cierta forma, adictiva.

- En identificar, analizar, combatir y neutralizar el tipo de amenazas como las que se han encontrado hoy. Recibirían entrenamiento físico y psicológico, y equipo especializado, por supuesto. Además de un ascenso, un buen sueldo y cobertura sanitaria total para ustedes y sus familias.

Realmente. ¿Que mas se puede pedir Mark? El bienestar de nuestras familias depende de nosotros y nos van a necesitar. No digo que seamos los mejores en nuestro trabajo pero si existe un grupo dedicado a ello parece que no es la primera vez que ocurre algo asi... 

Observo a ese extraño hombre de negro, esperando a que el responda a cuantos sucesos como este se han enfrentado desde que se formo el grupo. Es cierto que no teniamos el equipo necesario y todo esto nos ha pillado en calzoncillos pero ¿Por que no ofrecer nuestro apoyo para mantener el mundo a salvo? Armamento, equipo de primera, un buen salario... Y no olvidemos el entrenamiento y la preparacion. ¿Realmente que mas podemos pedir? pienso mientras me muestro calmado.

Esto significaba ascender, pero a que coste... Audie dejó que los otros hablaran, escuchando atentamente.

- Inteligentes palabras, señor Muller. Bien soldados, diganme: ¿tenemos un acuerdo?

-Puede contar conmigo -susurro. Al fin y al cabo, no iba a haber forma de que pudiera olvidar lo que ya había visto. Su vida ya no iba a ser igual, así que lo mejor era conocer la verdad sobre el mundo por sí mismo.

-Un acuerdo. -Dijo escuetamente acompañando de un sutil asentimiento. - Un ascenso.- Pensó.