Partida Rol por web

Malakias e Idean se concentran y empieza una tensa y compleja partida de ajedrez. Cada movimiento es respondido con precisión por el rival y por un momento parece que la partida vaya a prolongarse eternamente. Pero finalmente Malakias logra encontrar una brecha en la estrategia de Idean y llega al jaque-mate.

-Vaya, vaya, hacía tiempo que nadie me ganaba una partida y menos con tanta facilidad. Ha sido un verdadero placer, y e spor ello que os atenderé en lo que necesitéis sin pediros nada a cambio. Decidme... ¿Por qué habéis venido aqui exactamente?

- Ha sido un placer ponerme a prueba con una mente tan privilegiada como la suya maestro Idean, hemos venido aquí en busca de El Laúd de la Congoja y el Pesar, que según nos han dicho obra en su poder. Lo necesitamos, junto a "El himno de los amantes" y al mejor trovador del mundo, elementos que aún desconocemos donde se encuentran, para romper una terrible maldición que acongoja a un hija, a su padre y a su fervoroso amante...- ah, y a Nadec tambien...- Le agradecé profundamente cualquier ayuda que pueda prestarnos.

Espero pacientemente a que mi compañero hable, no tengo gran idea de la situación del ajedrez, sería mejor otra situación para mi persona.

-Es curioso... hace un par de dias llegaron unos forasteros buscando ese mismo laud. Parecían tener mucha prisa y no eran demasiado educados... Su lider aseguró no tener tiempo para juegos y ofreció hacerme un regalo a cambio del laúd, pero... Desgraciadamente... Seguidme.

Ideam os conduce hasta la parte trasera de su cabaña, la cual está repleta de armas, libros, tableros de juegos, hierbas y plantas de extraño aspecto y cudros y bocetos curiosos. En el centro hay una mesa con un gran globo de cristal oscuro. En una pared hay colgados numerosos instrumentos musicales como guitarras, flautas y otros instrumentos de variadas formas y tamaños. En un hueco veis una espada que recordais como la que portaba Bahar Sevik en su cinturón.

-Tengo media docena de laudes, pero no sé cual es ese de la congoja y el pesar... El hobre de la Barba eligió uno de ellos y dejó en su lugar su preciada espada, herencia de su familia... Vosotros me habéis dado una buena partida, así que os regalaré uno de los laúdes, pero deberéis elegir con cautela. Puede que el que buscáis siga aquí o que fuera el que ya se llevaron...

Ante vosotros hay cinco laúdes: EL primero es un instrumento fabricado con madera negra, el segundo es de bella manufactura y está descordado, el tercero es un instrumento antiquísimo y sin demasiadas florituras, el cuarto está claramente roto, aunque no sería imposible de reparar y el último está repleto de síbolos y marcas extrañas grabadas a fuego.

-No entiendo nada. ¿hay cinco lauds de la congoja y de eso?... vaya. El que me dá más pena es el roto.
Me siento confundido, intento pensar cual sería la mejor, pero confío en mis compañeros.

Me acaricio la barbilla intentando recordar lo poco que sabemos del laúd. Más allá de que es "un instrumento consagrado a la Ley", muy poca cosa. Nunca pensamos que tendríamos que distinguirlo entre otros laúdes.

Si algo tiene la Ley, es que es mortalmente aburrida, así que me inclino por el instrumento antiguo sin nada en especial, pero también sé o increíblemente pomposa que puede ser, así que también podría ser uno tallado o grabado con aspecto rico.

- ¿Habéis tocado alguna vez alguno de estos laúdes, anciano? -le pregunto- ¿Y cómo era el que se llevó el hombre de la barba?

Me encojo de hombros... mi conocimiento musical es prácticamente nulo, pero algo sé de juzgar antigüedades.

Una primera inspección de Vindala descarta uno de los laúdes. El de madera negra no parece algo fabricado por la ley, ya que detestan los colores oscuros y todo lo que represente la noche. Entre los otros siguen quedando dudas.

Malakias examina detenidamente los laúdes restantes. Ni el roto ni el descordado parecen objetos consagrados a la ley, auqnue en su día deberían valer una verdadera fortuna. Y entre el sencillo y el cubierto de runas no queda duda alguna: El laúd sin adornos es el que buscáis. Las runas no son más que adornos.

Nadec, vuestro patrón, se hae con el laúd y toca unas notas. Su sonido el limpio y está perfectamente afinado a pesar de los años que llevará sin ser usado. No puede ocultar la emoción al darse cuenta de que a pesar de que Bahar y sus hombres os han llevado ventaja todo el tiempo, el laúd del pesar y la congoja está en vuestras manos.

-Ciertamente parecéis saber mas que los que vinieron antes. Ese tal Bahar se llevó un laud precioso, engastado con rubies y otras piedras preciosas, pero dudo que fuera el correcto. Por cierto... Si no queréis partir de inmediato puedo invitaros a comer.

Miro a los demás y me encojo de hombros. Tenemos prisa y el otro grupo lleva ventaja, pero nosotros tenemos el laúd correcto y algo de tiempo antes de que se den cuenta, así que...

- ¿Por qué no? -inquiero

Me devano los sesos e intento recordar algo que me dijo un anciano una vez. Pero no se si fué un sueño o qué fué.
-Pues yo creo que la rota, puede ser la rota. Aunque la negra esa...

-Tanto pensar me ha abierto el apetito. Vamos a ver que comen por aquí.

La comida que prepara Idean consiste en pan ácimo, un estofado vegetariano muy picante y dátiles con miel. No es la mejor comida que hayáis probado pero después de las largas jornadas a través del desierto os sabe a gloria.
Ideam agradece vuestra compañía, ya que no sois tan engreidos como "esos que vineiron antes" y quizás por ello os habla sin tapujos cuando le comentáis vuestra búsqueda.
-Ese "Himno de los amantes que decís"... Yo nunca habia oido sobre esta canción hasta ahora, pero conozco a alguien que quizás si. Una vez conocí a un hombre con una asombrosa memoria y que aseguraba conocer todas las canciones de los Reinos Jóvenes. Se llamaba Baku y le encontré en el Erial de las Lágrimas, cerca de la ciudad de Karlaak hace veinticinco años... Si os dais prisa, quizás todavía se encuentre allí, y si no, puede que quede alguien que sepa de él. Desde luego si alguien conoce ese himno, es Bakar.
En cuanto al mejor traobador del mundo... Una vez oí una leyenda acerca de alguien que dio su alma a cambio de una voz perfecta... Pero fue hace mucho y quizás en otro plano. Siento no poder ayudaros en esta parte.
Cuando la sobremesa termina, Idean os acompaña hasta vuestras monturas.
-Tened cuidado amigos. Y daos prisa, porque aunque vuestro competidor lleva el laud equivocado, también se dirige hacia el Erial.

Agradecido por la comida y la conversación hago una reverencia al maestro y llevando a la boca el último mendrugo de pan comento al resto del grupo:
- Aunque esta vez ha ido bien, no demoraría más el paso, intentaría acortar para llegar a nuestro próximo objetivo. ¿Que os aprece?

-¡Me he puesto como el Kiko!
Me parece buena idea. Creo que ahora tenemos buena oportunidad, vamos el camino más corto.
Estoy satisfecho con la pitanza, llevaba días sin comer y he comido cosas peores.

Asiento, intuyendo que ésta va a ser la última comida decente en mucho tiempo.

- Vamos, cada minuto a partir de ahora, cuenta.

Antes de marcharme, me despido del anciano, su amabilidad puede haber supuesto la diferencia entre el éxito y el fracaso de esta empresa, y no es algo que abunde en los Reinos Jóvenes.