Partida Rol por web

Conduzco atento a las señales, buscando el segundo anillo de la ciudad. Debería estar indicado en algún lugar... si al cabo de un rato no consigo desliarme, paro y le digo a alguno de los compañeros que pregunten a alguien que pase por la calle.

Desde detrás de la furgoneta, por los cristales traseros, Magnus vio la consecuencia del fusilamiento. Eso le entusiasmaba. Acostumbrado a disfrutar adivinando lo que el resto pensaba y las razones que les llevaban a actuar, el psíquico intentó adivinar qué podría haber ocurrido en esa calle. ¿Qué habría hecho esa gente?

Pero sobretodo, era el suicidio lo que más le llamaba la atención. Acostumbrado a tener una voluntad férrea, Magnus no concebía que alguien se desmoronara hasta el punto de quitarse la vida. Se le escapaba.

Absorto en sus pensamientos, casi no oyó a su compañero hablar, pero tras parpadear y suspirar, puso atención a la charla.

-Si no eres capaz de encontrar la dirección avisa. Estaré encantado de preguntar -añadió en un tono estéril mientras seguía mirando hacia afuera por la ventana. Tras una pausa, pensó que quizá había sonado muy brusco y se giró con la siniestra sonrisa suya, intentando parecer más amable.

- Este lugar me recuerda al complejo penal donde estuve encerrado por casi un año. Acero y cables, vaya porquería. Aquí nuestras vidas valen mucho menos de lo poco que ya valían antes de entrar. Hay que moverse con presteza y sin hacer mucho escándalo... - Dijo sacando conversación el guerrillero al que los viajes le aburrian de muerte, mucho más si el paisaje predominante era un mar de edificios y carros.

Tras unos minutos callados, Magnus se detiene a mirar el equipamiento que llevan en la parte de atrás de la furgoneta.

-Entonces... ¿Vamos a vender esto? Lo que saquemos deberíamos tenerlo de fondo común para el comando. Siempre pueden salir problemas... -dice divagando y sin saber muy bien cuando parar- ¿Sabes dónde venderlo o preguntamos, Elius?

Conforme el vehiculo avanza y se adentra en la ciudad, el aspecto de esta es bastante mejor, os encontráis adentrándoos poco a poco en el interior del primer anillo de la ciudad, y veis tiendas que ofrecen diferentes artículos. Hay farmacias, panaderías, tiendas de moda con lujosos y brillantes escaparates donde se muestran ropas y calzados de muy buen aspecto... Todas las tiendas están muy ordenadas y por lo que lográis ver de pasada, los dependientes que las atienden van trajeados. La gente que transita por estas zonas no parece tampoco en mal estado: Ropa decente, algunos con niños, hombros y cabeza erguida, sin suciedad... Los portales que hay entre tiendas y otros edificios están bien cuidados.

En la gente veis una especial prisa, todos se mueven deprisa y corriendo, cruzan los pasos de peatones y los pasos a nivel como si algo les persiguiera. Muchos de ellos miran hacia el cielo, quizás esa sea la razón. Unas nubes grandes y crisis amenazan con descargar una potente tormenta. En la ciudad quizás no es bien visto, pero seguro que en los campos todos están esperando estas lluvias, que harán bien en las cosechas de rotación rápida.

La presencia de los Arbitres en esta zona es constante. Coches patrulla circulan entre los demás vehículos, y por la calle se perciben grupos de 3 agentes patrullando a pie. A veces piden la documentación a gente, otras miran escaparates, hacen su ronda de forma tensa, cosa que percibís en sus rostros y sus formas de actual. Al menor ruido se giran expectantes y escudriñan las masas de gente que circula por la calle. Uno de los 3 integrantes de las patrullas veis que porta en una mano un escáner y que este va escaneando automáticamente a todos cuanto pasan frente a el. Algo buscan desde luego, no cabe duda.

Durante vuestra marcha también veis que de algunos portales, ocasionalmente, salen agentes con el equipo completo, malhumorados y claramente disgustados. La población los mira con una mezcla de miedo y respeto. En esta parte de la colmena saben que los agentes están aquí para protegerlos de los que ellos consideran: "Los bárbaros del 2º anillo", "Esos sucios seres de mono manchado, que ocasionalmente se aventuran entre la gente civilizada".

En las fachadas de los edificios aparecen constantes carteles de aviso, no los podéis percibir bien debido a que os encontráis dentro del vehiculo y estos están en las partes altas de los edificios, mostrados en unas grandes pantallas pictográficas de decenas de metros cuadrados. Parece ser que esos carteles muestran noticias, avisos, cosas relevantes y de importancia en la vida de la colmena.

Continuáis vuestra marcha, por ahora sin saber muy bien que calles tomar, os estáis adentrando en el centro del primer anillo cada vez más. Cada vez hay más circulación, más gente en las aceras y más nubes en el horizonte.

Si, deberiamos deshacernos de algo de esto, no quisiera que otro Arbitres hiciera otra inspección del vehiculo. O bien podemos buscar al equipo uno y seguir con la misión lo más rapidamente posible, esta ciudad me da muy mal espina y no se porque.

Miraba los alrededores a la mínima señal de peligro poner en aviso al resto de equipo.

Cita:

Por muy poco que me guste, tiene razón. ¿Para qué quiero acumular una fortuna si me matan? Más vale mantener vivos a los compañeros que en un momento dado te pueden salver la vida ¿no? Mi parte codiciosa se ve obligada a ceder ante la parte pragmática.

- Supongo que es lo mejor, aunque pienso recuperar mis 80 tronos ¿de acuerdo? - miro a mi alrededor y veo sólo gente elegante y sitios elegantes - Yo diría que estamos en el primer anillo... la dirección que nos dieron es en el segundo anillo, así que deberíamos ir hacia allí. Además, me parece que esta zona es demasiado buena como para que vayamos a encontrar alquien interesado en nuestra mercancía. Seguramente en el segundo anillo tengamos más suerte con eso. O quizá los del otro equipo conozcan algún sitio donde ir. Después de todo, ellos llevan más tiempo aquí.

Amablemente dejando todas las armas en el vehiculo, me acerco a un arbitres con los brazos exrendidos mostrando que no llevo armas ni soy peligroso y pregunto cual es la mejor via para llegar al segundo anillo.

¿El segundo anillo? ¿Que se te ha perdido a ti ahí? Pregunta el arbitre que lleva el escáner, mientras los otros dos se ponen a tus flancos para controlarte mejor. Al parecer no te considera suficientemente desarrapado para que quieras ir a ese lugar. Con expresión cansada en el rostro continua: Va, es tu entera responsabilidad entrar ahí. Toma esta via hasta la siguiente intersección, entonces tendrás que girar a la izquierda, y continuar 8 kilómetros recto. En ese punto encontraras un acceso, es fácil de ver, no desde aquí pero cuando te acercas lo ves fácil. Es un túnel en la muralla que separa la zona civilizada de esos brutos que viven en el 2º anillo.

Una vez terminado de explicarte, sin esperar replica u otra pregunta, se toca la gorra en un rápido gesto de saludo y los 3 continúan su labor. Conforme os acercais al 2º anillo de la ciudad, vuestros comunicadores (los 4) emiten un curioso pitido. Habeis entrado en el radio de accion de alcance con algun otro receptor o emisor que opera en similar banda de frecuencia.

Me sobresalto un poco cuando escucho el pitido del transmisor. ¿Habremos tenido tanta suerte como para entrar en el area de transmisión del otro grupo de la inquisidora? Al mismo tiempo, por el rabillo del ojo, voy pendiente a ver si pasamos por delante de algún comercio de prensa y revistas, ya que suelen ser también los que venden libros de planos callejeros de las ciudades. No se cuanto tiempo vamos a estar aquí, pero tal vez merezca la pena comprar uno, y quizá no sea tan caro.

- Intentad comunicación, a ver quien responde. Puede que sean los compañeros del otro grupo, o puede que sea alguien que está en nuestra frecuencia por casualidad. En ese caso, significaría que la comunicación entre nosotros ya no es segura.

¿Qué es eso...?

Magnus echó mano a su comunicador. No tenía claro porqué pitaba.

Cita:

-Sí, vamos a probar... -respondió el psíquico justo antes de presionar el botón para hablar- Está en una frecuencia restringida, identifíquese -dice acercando la boca al aparato.

-¿Vosotros dos hasta donde llegasteis para uniros al otro grupo?

La estatica se rompe, y de golpe, una dura y seca voz de hombre suena en vuestros 4 comunicadores diciendo: El emperador protege, hijos, no le falléis y no tendrá que castigarlos. El ensaje es muy extraño, esta dicho con calma, despciado, marcado cada palabra lentamente, como si fuera necesario interpretarlo.