Partida Rol por web

El bicho recibió un montón de golpes y magia de parte de todos, pero el cabrón seguía en pie, pero cuando parecía que el combate iba a continuar e iban a sufrir su furia, el cerebro de requesón del ogro se rinde ante Cataria.

- Pues no ha sido tan difícil - dice el guerrero, pero sabiendo que un solo golpe hubiera bastado para matarle a cualquiera de ellos - que hacemos con él, aún tengo la cadena preparada.

Con paso lento pero firme se acercó al Ogro, tenía un aspecto lamentable fuera aparte de la paliza que le habían dado sus compañeros. 

- Tranquilo Blogg, solo queremos hablar. Pareces enfermo y nervioso ¿Sigues siendo tu quien manda aquí dentro? ¿Estas solo? - quería hacer las preguntas adecuadas ya que parecía que al ser no le quedaba mucho tiempo.  

Bruja igual el puede sacarnos de aquí sin activar trampas y llevarnos al tesoro... Un acceso al tesoro sin trampas sería bueno y ya mataremos al ogro después.

La maga se resarce del fracaso anterior y logra canalizar sus energías en una potentísima ola arcana; la malherida y envenenada criatura no tiene opción de responder. No obstante, cuando las ondas mágicas penetran la mente del ogro, halla una férrea resistencia - algo que Cataria jamás hubiera esperado encontrar, pues sabía que su conjuración había sido perfecta. - Esta oposición no pertenece a la voluntad del ogro: Es de origen mágico.

Persistiendo en el empeño de su conjuro, la maga logra identificar plenamente la energía opositora - ¡Ni más ni menos que otro hechizo idéntico al suyo! - El ogro no está actuando de libre albedrío, sino que es controlado por alguien más. El sortilegio de Cataria termina convirtiéndose en un contrahechizo que suplanta la voluntad ajena por la suya propia. Vencedora del duelo, ahora Cataria tiene libertad para indagar en la mente de la criatura.

La chica empalidece. Lo que halla en el del cerebro del ogro es espeluznante, pero sobre todo, es hueco. Alguien ha entrado en la cabeza de Blogg y la ha vaciado de recuerdos y conocimientos - por mínimos que su naturaleza pudiera albergar - creando en su lugar un laberinto de dolor y confusión. Alguien ha estado jugando y atormentando a esta criatura, despojándola de su identidad para convertirla en un llano instrumento de guerra - y, muy probablemente también, para divertirse. - Era la obra de un sádico poderoso y sin escrúpulos.

Aunque su nueva dueña pregunta y el ogro desea responder, es incapaz: ha perdido incluso la facultad del habla y solo articulará aquellos sonidos que se le ordenen. Es impredecible saber cómo responderá cuando cesen las fuerzas dominantes del hechizo, pero lo más probable es que no sepa ni su nombre. Muchos están deseando que tampoco sepa del pesado garrote que blandía hace unos momentos.

Lo que había descubierto se le antojaba horroroso, hacía ya unas horas que lo sospechaba ya que ese sitio no poseía pasadizos tan largos. En varias ocasiones había tenido la sensación de estar dando vueltas sobre si mismos rodeados de una magia que se reía de ellos. 

Miró a sus compañeros y con solo una mirada ya les indicó que hacer a más de uno le agradaría segar esa vida.

- Que no sufra. No queda nada ahí dentro que nos pueda ayudar, pero al menos acabareis con su desgracia.- Dicho lo cual se apartó a un lado, no quería hablar de la magia que le había corrompido mientras aún estuviera vivo.  

En todo momento permanecía en la espalda espalda del ogro listo para apuñalar a este en cuanto la bruja diera su permiso y así fue, me dispuse hacerlo sin dudar.

- ¿Tú conjuro funcionó? ¿Qué ocurre? Podríamos haberlo interrogado antes - pregunta Nörsil todavía ignorante de las impresiones de la maga.

Miraba fijamente al Ogro herido y con la mente destrozada. Miró a Norsil y esperó unos segundos, no quería hablar mientras el ser estuviera aún vivo ya que seguía siendo muy fuerte y podían llevarse un susto aún.

Cuando se hubo asegurado de que estaba fuera de combate habló:

- Magia. Lo que sucede es magia. Cuando mi hechizo ha llegado a Blogg lo único que ha conseguido es eliminar el que había antes. Este Ogro estaba siendo manipulado hace tiempo, su mente entera era pura ponzoña, destrozada y confusa. Igual que todo este lugar. ¿No os parece raro que una cueva tan pequeña tuviera esos largos caminos? Magia, aquí hay magia por todos lados. Una magia fuerte y mala. Porque solo alguien malvado haría lo que le ha pasado a ese pobre Ogro.

Miró el cuerpo de Blogg.

- No estamos solos aquí dentro ni el malo era este pobre cuerpo vacío.

¿No os parece casualidad la gran riqueza del alcale desde la llegada del ogro...?. Algo me dice que es cosa suya...

Quizás deberíamos preguntarle a ver...

- Pero aunque fuera una marioneta, algo de valor tiene que haber aquí, tanto viaje para nada no me gusta.

Sin el tesoro de aquí no me marcho y a nuestra vuelta pienso matar al alcalde....

Cataria miró alrededor buscando el pasillo por donde había venido el Ogro. 

- ¿Y si seguimos adelante? Por aquí vino el ogro y es el mismo camino que nos mostró el amante de las setas. Puede que consigamos algo de oro y de paso ver quien esta detrás de todo esto. 

Aunque ella cambiaría todo el oro que le tocara por un nuevo libro de magia con nuevos conjuros. 

Lo mejor va ser explorar en busca del tesoro y la salida. Waldo corta la cabeza del ogro para llevarla al pueblo.

Obediente y con estoica indiferencia, Blogg recibe el golpe sin rechistar, el filo de la daga clavándose inmisericorde sobre su garganta verde. Soporta el dolor callado como una tumba y en medio de ese silencio se entrega a los brazos de la muerte, cansado, anhelando el reposo eterno. Mana la sangre a borbotones y el peso del enorme y castigado cuerpo se dobla, desplomándose como una losa inerte. En cierto momento, la conexión mental que le une a la voluntad de Cataria se rompe y es entonces cuando la maga sabe que el ogro - o lo que quedaba de él - ha dejado de sufrir.