Partida Rol por web

¿Y que hacemos con los hijos de perra de ahí arriba? Igual lo mejor es hacer una llamada anonima a la policía. Así dejarían de buscarnos.

Antes de subir arriba miro al pozo:

- ¿Cree que puede haber algo ahí dentro?

Escucho con la oreja pegada a la piedra que lo tapa.

Una vez subimos, si conozco a algún médico de confianza, le llamo para que nos atienda en el hotel, como indica White padre.

Antes de irnos de la tienda Ju-Ju, me burlo de Silas enseñándole sus fetiches y objetos tribales, escupiendo encima y diciéndole:

- Toda esta mierda de la jungla me la llevo. Y no te preocupes, que tus novios van a poder seguir montándose las fiestecitas que os montabais en el talego en el que os van a meter. Aunque igual ahí lo que hacen es daros una paliza por tener esa cara de momia africana que tienes - es tarde, estás jodido, negrito.

    Al pegar la oreja en la tapa de madera que lo cubre escucháis un sonido lastimero, parecen quejidos humanos. Por los signos de desgaste de la polea parece que esta es usada frecuentemente, al menos un par de veces a la semana.

-Dios santo, hay alguien ahí abajo! ¡Ayúdeme a levantar esto!

Voy a levantarlo sin embargo, antes de hacerlo recuerdo la suerte de William e intento hacerlo de forma que ningún enajenado con cuchillo pueda apuñalarme (levantando un poquito sólo).

    Entre todos conseguís levantar la enorme cubierta de madera unos centímetros ayudados de las poleas, un olor fétido de carne en descomposición se escapa del pozo golpeándoos sin previo aviso. Los murmullos que provenían de su interior cesan, en el fondo del cubículo no se ve absolutamente nada, calculáis que su profundidad debe ser de unos seis metros. Al acercar la lámpara de aceite conseguís ver unas formas que se mueven en la oscuridad, parecen los rostros suplicantes de unos cautivos en avanzado estado de desnutrición, para conseguir ver mejor tendríais que retirar la tapa en su totalidad.

-¡Dios mío! Allí hay gente que necesita atención médica. ¿Deberiamos hablar con ellos? ¿O hacer una llamada anónima a la policia y largarnos de aqui?

- White, usted necesita atención médica, parece que la opción de la llamada es lo más conveniente. Tengo la impresión que estos niggers de la jungla mataron a Jackson porque querían su libro, y porque de alguna forma ofendió sus supersticiones de kumbayás tribales. Así que quizás deberíamos llamar a los micks borrachos del NYPD, ir a que le atiendan y examinar el libro. Por otra parte, quizás los cautivos tengan alguna información. Se me ocurre una idea loca: llamemos a la policía pero llevémonos con nosotros a una de estas pobres almas. Hay sitio en el coche y podemos alimentarlo y más tarde, hacerle preguntas.

Antes de salir de la tienda, si nos vamos, le pego una a patada en la cara a Silas y le digo:

- Sufre, cerdo. Hemos profanado toda la mierda de vuestra sala de montaros orgías. Los micks llegarán dentro de nada y tu sucio culo acabará en la cárcel, esclavo sexual de algún mafioso insaciable. De nuevo, la civilización triunfa ante vuestros salvajes ritos oscurantistas. Otra batalla de Rorke's Drift donde habéis sido vapuleados, ¿eh, nigger?

Me río, me enciendo un cigarrillo, le tiro el humo en la cara y le escupo, antes de marcharme. En mi interior estoy furioso por el tiempo que nos han hecho perder estos salvajes.

    En cuanto abrís el pozo totalmente comienza a oírse un murmullo de súplicas y gemidos ininteligibles que va creciendo gradualmente. De pronto estos sonidos se distorsionan y se convierten en unos espantosos gritos inhumanos que poco o nada tienen que ver con cualquier cosa que hayáis escuchado con anterioridad. El sonido estimula algún lugar recóndito de vuestro cerebro que hace aflorar los antiguos terrores atávicos que se esconden en vuestras mentes. Por un momento John Davis parece enloquecer pero logra dominarse de alguna manera y sujetarse al borde del pozo tras sufrir un leve mareo. Una forma oscura y alargada comienza a elevarse del interior del agujero, vuestra curiosidad es casi mayor que vuestro miedo. Es el momento de decidir entre correr y marcharse de allí o esperar para confirmar con vuestros propios ojos que lo que está ocurriendo no es un truco de la mente.

Suelto la tapa y subo corriendo mientras grito:

- ¡Corra White! ¡No sé qué demonios es eso, pero tienen algún tipo de brujería primitiva!

Subo las escaleras y, repleto de ira, contemplo a Silas, a ver qué hace. Si da la menor señal de mirarme a los ojos desafiante, le digo lo de antes:

- Sufre, cerdo. Hemos profanado toda la mierda de vuestra sala de montaros orgías. Los micks llegarán dentro de nada y tu sucio culo acabará en la cárcel, esclavo sexual de algún mafioso insaciable. De nuevo, la civilización triunfa ante vuestros salvajes ritos oscurantistas. Otra batalla de Rorke's Drift donde habéis sido vapuleados, ¿eh, nigger?

Me río, me enciendo un cigarrillo, le tiro el humo en la cara y le escupo, antes de marcharme. En mi interior estoy furioso por el tiempo que nos han hecho perder estos salvajes, y si me provoca, puedo saltar encima y comenzar a golpearle hasta reducirlo a una pulpa sanguinolenta mientras grito insultos.

Si nadie más hace nada, propongo salir e ir en nuestro coche con todo lo que hemos saqueado, a mi habitación de hotel, y examinar el libro allí, una vez estemos tranquilos. Antes de ponernos a leer, hago unas cuantas llamadas a ver si puedo contactar con un médico para que atienda de forma discreta a William White, y otra llamada a la policía para avisar de una secta de salvajes negros caníbales en Harlem, que acumulaban cuerpos en la trastienda.

-¡Maldita sea! Vayámonos ya de este maldito lugar, no nos espera nada bueno aquí.

Sigo a Davis al exterior, ayudando a mi hijo a caminar.

-Vamos William, te recuperarás pronto. Abandonemos este antro.

    Salís corriendo de la sala subterránea y al llegar arriba el anciano sonríe con una mirada maliciosa, al verlo John Davis se acerca a él y enfurecido comienza a insultarle e incluso le escupe en la cara. Tras este gesto la cara del anciano se torna en una mueca de rabia y en una gesticulación imposible sale de su boca un sonido gutural e inhumano, un nombre prohibido que golpea en los oídos de John Davis: ¡Azathoth...! esta palabra pronunciada en un lenguaje cósmico resuena en su mente como un eco infinito y a punto está de arrancarle los últimos retazos de cordura que le restan. 

     Después de volver al hotel intentáis contactar con un médico privado que no haga preguntas para que trate las heridas de William White, tras varias llamadas infructuosas John Davis consigue convencer a un viejo matasanos acostumbrado a tratar con gángsters y otra clientela de similar calaña por el módico precio de 300 dólares, el doble de la tarifa habitual en estos casos. Tras una hábil sutura y administrarle una buena dosis de calmantes William White queda estabilizado, unos cuantos días de reposo y todo volverá a la normalidad para él, eso sí le quedará una impresionante cicatriz en el pecho.

    John Davis comienza a ojear un libro titulado "Sectas Oscuras de África", en las páginas de su interior hay un ex libris que indica que el libro pertenece a la Universidad de Harvard. El resto comenzáis a examinar los objetos restantes que habéis cogido de la casa Ju-Ju por si pudieran aportar alguna pista.

    El eco de la palabra pronunciada por el negro aún resuena con fuerza en tu mente incluso mucho después de volver al hotel. Debes conseguir que pare de alguna manera o no tardarás mucho en perder el juicio. Al ojetar el libro "Sectas Oscuras de África" te das cuenta de que es un extenso tratado sobre las sectas más antiguas de este misterioso continente, en él se habla especialmente de una secta llamada la "Lengua Sangrienta" cuyo modus operandi al realizar los sacrificios es muy similar al utilizado en el asesinato de Elías Jackson. En el libro se habla también de ciertos dioses terroríficos que vinieron de las estrellas y que ahora dormitan bajo un profundo sueño esperando despertar. En algún punto del libro se menciona el nombre de Azathoth, al leerlo un escalofrío recorre tu cuerpo. Al final del tomo garabateado con tinta hay unas instrucciónes para realizar un ritual, en él se describe como transformar a un cadáver en un zombie que siga órdenes sencillas de su creador. Al leer esto recuerdas los seres que había en el sótano de la casa Ju-Ju y una ola de terror te invade.

Me esfuerzo en pensar que sólo se trata del gruñido de un negro primitivo de las profundidades de la selva africana, y que no debería darle más importancia. En su lugar intento pensar en el nombre de Hypathia, lo repito una y otra vez para recordar cómo era, su cuerpo, sus labios...

En su defecto, ocupo mi mente desvalijando el minibar y bebiéndome todo el bourbon que hay dentro. Dejo de lado el libro de las sectas africanas, sin dirigir una palabra a mis compañeros, mientras William es sanado por el médico, y empiezo a vaciar vasos. Llamo a alguna de las chicas que he conocido estas últimas semanas y le propongo una cita en algún bar de jazz, donde pueda dar rienda suelta a mis geniales aptitudes de baile.

Una vez haya acabado con mi desahogo para evitar volverme loco, hablo con mis compañeros.

A la mañana siguiente abro el biombo que separa mi habitación, en concreto el dormitorio donde estoy del resto de la suite donde me imagino que duermen el resto. Visto un batín de seda, y al fondo se puede ver a una atractiva mujer durmiendo entre las sábanas de mi cama. Me rasco la cabeza:

- Dios, qué resaca... bien ¿qué hemos descubierto por ahora? El libro que estaba mirando trata de primitivos negros locos siendo primitivos negros locos en África. Sus sectas, sus creencias ridículas y demás. - me paro un momento a reflexionar en las mujeres que conocí anoche - Bueno, sin ánimo de ofender a las señoritas negras que viven de forma civilizada entre nosotros. Sólo me refiero a los salvajes como los que vimos anoche. Supongo que es interesante para ustedes los antropólogos, pero para mí era como leer un tratado sobre el zoo. Al parecer hay una secta que sigue el modus operandi de los miserables de anoche. Se llaman "Lengua Sangrienta". Por cierto ¿quieren algo de desayuno?

Encargo un desayuno con bacon, huevos, zumo de naranja y café. Mientras lo estoy comiendo en la mesa de la suite continuo:

- Propongo ir a Harvard a devolver este libro e intentar averiguar algo más de Jackson allí. Igual se pasaba por esa biblioteca y alguien lo conocía. Además también podemos intentar encontrar algo sobre esta condenada secta, porque está claro que algo tienen que ver con la expedición a la que fue Hypathia. Como estos bastardos le hayan hecho algo... juro que los estrangularé uno a uno - mis nudillos se ponen blancos de la fuerza con la que aprieto el tenedor.

- En cualquier caso, lo que me interesa es saber qué demonios sabía Jackson sobre esa expedición y quizás alguien que lo conozca lo puede saber, porque se lo comentó. Claro que también podemos llamar por teléfono a Harvard ¿no?

- Eeeeh... Señor Davis, dejem examinar a mi ese libro de negros locos, quizas saque algo mas en claro.

-¿Devolverlo? ¿No sería mejor ir a hablare con la profesora de la universidad de Harvard a ver que informacion buscaba Elias en este libro? Igual al devolver un libro que tomo prestado un hombre que ha sido brutalmente asesinado, levantariamos ciertas sospechas.

Examino tambien la cinta de metal gris

La imagen de Davis despertando con una acompañante me desagrada, especialmente siendo lo primero que veo al despertar. No comparto su ligero estilo de vida.

-Gracias, pero no me encuentro muy bien. Desayunaré algo más tarde.

Examino la máscara que recogimos, así como el manto de sacerdote.

Os miráis los unos a los otros, inquietos.

La tensión se palpa en el ambiente.