Partida Rol por web

-Un almacén es, además de necesario, útil para guardar cosas que no queremos que nos encuentren en casa...- murmura Michael con una sonrisa torcida en la cara.

Tom se llevó una sorpresa al entrar en la tienda, sabía perfectamente que no iba a encontrarse una pista iluminada con unos focos, eso solo pasaba en el cine mudo, y en aquella sala no parecía haber nada.

Los compañeros tenían razón, toda tienda tenía que tener un almacen donde guardar lo que no se expusiera. Con cuidado se puso a buscar alguna pared falsa que les llevara a ese supuesto almacén.

A Kenneth le parecía extraño no ver la puerta a simple vista, peor cualquier tienda tendría que tener su almacén y aquella tienda era muy pequeña. Buscó tratando de ver alguna puerta que bajase al sótano o diese a una habitación contigua.

En el nivel superior de la tienda no hay información valiosa alguna, pero sí una entrada a un nivel inferior: una trampilla bajo la alfombra que se halla tras el mostrador. Si alguien levanta la alfombra verá la trampilla y la argolla que permite abrirla. Una vez abierta quedan al descubierto unos escalones que bajan y que sólo permiten el paso de una persona a la vez. La bajada es de unos 6 m y los escalones
acaban en un pasillo de 4,50 m de largo que a su vez acaba frente a una puerta de aspecto muy resistente. Las paredes, el suelo y el techo del pasillo son de piedra y están decorados con símbolos arcanos de magia tribal.

Todo está a oscuras.

Kenneth encendió el mechero con la mano que no sostenía la pistola y empezó a bajar cuidadosamente las escaleras.

-Parece que hemos dado con lo que buscabamos-dijo sospechando de tan escondida entrada-tengan cuidado.

Michael da un último vistazo por si acaso llegase a ver alguna sombra o algo que se les haya pasado por allí (incluyendo a alguien que pase caminando tras los cristales) y baja detrás de Kenneth, aunque sin sacar ningún arma... quiere tener las manos libres.

Al ver el "simbólico" pasillo murmura:

-Al final el viejo tiene huevos y es buen actor.-

No veis nada fuera de lo normal.

Tom bajó el último con su pistola en la mano. Una vez en el pasillo comprobó los extraños símbolos intentando encontrar entre ellos el que vió en la frente de Elías.

Kenneth miró los simbolos extrañado. Estaba a punto de pasar por la puerta pues no le importaba mucho aquello pero antes le preguntó al profesor.

-Señor Mundorff, ¿reconoce usted alguno de éstos símbolos?

La puerta del fondo es de roble, reforzado con tiras de hierro, y grabados en ella pueden verse unos símbolos, esta vez inidentificables. La puerta tiene FUE 30, habiendo sitio para dos personas (que pueden sumar su FUE) si se trata de abrirla por la fuerza.

Sin embargo, las bisagras de la puerta se hallan en la parte exterior, por lo que la puerta puede ser sacada de sus bisagras y apartada a un lado en unos 20 minutos.

Kenneth empujó la puerta con la mano pero vio que estaba firmemente cerrada. Se puso a un lado de la misma y le hizo un gesto a Tom para que se acercase.

-Parece que hemos dado con lo que buscábamos-repitió- ayúdeme a empujar Stevens, no hemos llegado hasta aquí para darnos media vuelta-susurró de nuevo. Ya podía imaginarse la detención del asesino que huyo de la escena del crimen de Elías, si estaba allí quería cogerlo desprevenido-prepárese.

Mientras los Kenneth y Tom se centraban en la puerta Michael se dedicó a tratar de entender lo que había en las paredes. Claro que su camo era la historia, por lo que de arqueología apenas si sabía lo básico (incluso menos) pero de todas maneras miró un poco, más que nada por si el estilo le sonaba de algo (alguna cultura histórica en particular o si simplemente se parecían al dibujo que tenía el cadáver tallado en la frente) mientras pensaba que de no poder con la puerta tal vez sería más prudente desmontarla.

Esto no me gusta.- susurro Tom a sus compañeros, inmediatamente después se llevó el dedo indice a la boca para pedir silencio y pegó la ojera a la puerta para escuchar algún ruido al otro lado que delatara a algún ocupante. Al no oir nada hizo un gesto a sus compañeros para indicarles que todo estaba bien.

Intenta abrirla. - le pidio a Kenneth con apenas un susurro, el ambiente en el pasillo era muy opresivo y por nada del mundo le apetecía ponerse a hacer ruido o estar allí casí media hora desmontando la puerta.

Kenneth asintió, pues sería mejor abrir la puerta de manera sigilosa que a empujones. Trato la puerta igual que había hecho con la de arriba mientras sus compañeros vigilaban. Cuando escuchó el clic de que había conseguido abrirla hizo un gesto a Tom para que se preparase y después la abrió lentamente.

Al otro lado de la puerta hay una cámara, cuyo techo es de 4,50 m. Todas las superficies son de piedra labrada con oscuros símbolos inscritos en la piedra. En varios nichos de las paredes hay antorchas, ahora apagadas.

Una cortina separa esta zona de otra.

En el centro de cada pared hay una serie de tambores africanos. Junto a la entrada hay dos postes verticales, de los que cuelgan correas de cuero. En el centro de la habitación hay un pozo de 2,40 m de diámetro, cubierto por un bloque de gruesa piedra negra, que se mueve mediante una polea que cuelga del techo. Debido al enorme peso del bloque hace falta una FUE combinada de 25 para moverlo.