Partida Rol por web

Entiendo-respondió Kenneth pensativo- no está muy lejos del lugar aunque no se puede decir que un robo sea algo raro en Harlem. Imagino que el coche aún no ha aparecido, ¿no?

Habiendo sido utilizado en un crimen, a estas horas debe estar ya en el East River.

Je-rió Kenneth. Tenía razón, el señor Witherspoon podía despedirse del coche- Sobre los tipos que mataron al señor Elías, ¿se sabe algo de ellos? No parecían ser de por aqui, al menos uno de ellos pero me gustaría saber sin han dejado algún cabo suelto del que podamos tirar para ver donde nos lleva.

Tom asintió a la conversación entre Kenneth y el policia, coche robado, más asesinatos rituales, seguro que el negro era un ilegal del que ni siquiera tendrían constancia en inmigración y habían registrado al blanco por si llevaba documentación, confiando en que tal vez la policía hubiera tenido más suerte espero atentamente la respuesta de Poole.

Nadie ha reclamado los cadáveres, pero hemos identificado al blanco como un drogadicto que solía rondar por Harlem. El otro es claramente un inmigrante ilegal.

Empiezo a pensar que Harlem está demasiado involucrado en este crimen - aunque no hacía falta ser Sherlock Holmes para darse cuenta de esto último, cada vez estaba más claro que alguien de la casa ju-ju tenia algo que ver con la muerte de Elias y que sería necesaria una nueva visita.

¿Nos podría facilitar más datos de los otros crimenes rituales? Nos evitaría pasar toda la tarde rebuscando en la hemeroteca del Post.

No hay problema, dice

Gracias - le dijo Tom mientras revisaba la lista de víctimas. Poole tenía razón, no había ninguna conexión entre ellas ni sexo, ni edad, ni raza, ni posición social ni absolutamente nada, aquello era otro callejón sin salida. La única pregunta que faltaba por responder era cuando y como visitarían la casa ju- ju, aunque no era el detective Poole quien debía responderla.

Tom miró a Kenneth para indicarle que cuando quisiera podía dar por finalizada la reunión.

Mirando fijamente a los ojos a la responsable de documentación espero unos segundos antes de responderle.

- Soy perfectamente consciente de las implicaciones legales del secreto profesional, no es necesario que banalice el tema.

Trago salida antes de continuar.

- Y por lo tanto también soy consciente de que podría pedir a un juez que emitiese una orden para la desclasificación de esa información, cosa que conseguiría sin duda alguna ya que se trata de un asunto de gravedad que podría implicar peligro para la vida de terceras personas. Pero tardaría un tiempo en conseguir esa orden y es por eso que he decidido venir aquí en persona.

Me detengo unos segundos mirando a los ojos a mi interlocutor para discernir si mis palabras le convencen.

- Como le decía, esos documentos pueden salvar la vida a terceras personas. De hecho ya han muerto varias personas y por eso confío en su conciencia ciudadana, además de su juramento profesional de evitar el daño a las personas, para que me permita tener acceso a esa información.

-Muchas gracias Martin, me parece que ire a dar un paseo por Harlem. Si averiguo algo te lo haré saber-dijo Kenneth estrechando la mano de su amigo.

Tras salir del lugar se giró hacia Tom con una sonrisa. Una sonrisa que no había puesto desde que era pequeño.

-Dime que estás pensando lo mismo que yo-le inquirió.

Sí, exactamente lo mismo. Pero hemos de pensar en algo distino a lo que hicieron ayer Philip y Michael. - Tom sabía que su compañero ya tendría pensado un plan, la sonrisa de niño le delataba, solo tenía que esperar y se lo contaría.

Kenneth sonrió, aquello sería peligroso y si les cogían, fueran sectarios o no, tendrían un problema con la policía pero si estaban en lo cierto podrían descubrir a quien fuera que estuviese tras el asesinato de Elías, y quizás tras la desaparición de la expedición.

-No deberíamos merodear por ahi. Nosotros dos llamaríamos mucho la atención en medio de Harlem, creo que lo mejor será ir directamente por la noche y tratar de entrar allí como sea. Algo se les tuvo que pasar por alto-dijo Kenneth reflexionando.

Piensa que con Roger Carlyle oficialmente muerto, su pariente más próximo (Erica) tiene derecho a reclamar los archivos.

Por otra parte, no necesitas ser un experto para darte cuenta de que la seguridad de las oficinas del Colegio de médicos es abismalmente laxa.

O sea, que no podemos entrar en el archivo del colegio de medicos, pero si podemos entrar en una tienda de Harlem. Ya veo.- Tom se quedó serio unos segundos. Despúes de la espera continuo mientras sonreia.- Estoy contigo, está noche entraremos la casa ju-ju como sea. Aunque me gustaría que alguien vigilara hasta la noche, ¿Tienes algún soplon por Harlem?

-El dilema es bien sencillo, amigo mio-le respondió- el colegio de médicos no es la base central de un grupo sectario en cambio puede que esta tienda si lo sea. y no, no se si te has fijado pero con el color de piel que ambos tenemos es difícil que nadie de Harlem se fíe de nosotros, y mas nos vale que no nos vean husmear y entrar en la tienda o saldremos de allí escaldados-le explicó advirtiéndole de que quizás tuvieran problemas.

Ya veo. - aunque le hubiera gustado de así fuera, Tom no se sorprendió de que su compañero no tuviera ningún soplón en Harlem- Entoces, ¿Que nos queda por hacer hasta la noche? ¿Te apetece dar una vuelta por el colegio de médicos y contarle a Howard nuestro plan? Estoy seguro de estará encantado de ayudarnos.- todavía creía que los archivos médicos podían contener datos de los lugares que frecuentaba con su novia negra.

-Es una buena idea, pero recuerda que no podemos dejarlo pasar. Esta noche debemos ir allí, aunque es cierto que nos vendrán bien un par de ojos más-dijo asintiendo mientras se metía en el coche- ¿Que esperas encontrar exactamente en el colegio de médicos? Ya sabemos que Carlyle estaba medio loco, que tenía pesadillas y que lo trataba un doctor, no creo que saber lo que soñaba nos ayude-le preguntó con curiosidad.

Dentro del coche Tom le contó que esperaba encontrar- Muchas cosas, aunque igual no hay nada. Según Erica fue el doctor el que recomendó a Carlyle montar la expedición, si sabemos lo que le contó podremos descubrir los auténticos motivos de la expedición y dejarnos de suposiciones.

 Además, a veces la gente le cuenta a su loquero muchas más cosas que sus sueños, la gente divaga sobre su familia, amigos, de los sitios a los que va y de las cosas que le preocupan. Con algo de suerte los apuntes del doctor tendrán información sobre la negra y lo que hacían esos dos.