Partida Rol por web

Los ojos de Archen brillaron entonces, encantado.

No podrías haber encontrado mejor regalo para este humilde soldado, querida Polgara.

A continuacion, en broma,  para relajar tension, añadio:

Si convienes conmigo en quedar esta noche o la siguiente, a cambio te llevaría hasta la columna del mundo si me lo pidieras.

Un poco mas confiado, te sujeta levemente la mano y añade:

Aunque siempre podemos empezar por la posada de Amara, si lo prefieres.

Veis como Polgara contesta al capitan sin retirarse y el otro responde con una sonrisa y cogiendola de la mano.

Permanezco sentada a la mesa acariciando la cabeza de la Llobeta a la espera que Polgara acabe de hablar con el capitán de la guardia.

Y mejor dejar que Cassandra este un rato sin estar pendientes de nosotras.

-¿Y qué te parece si vamos a un sitio más.. descubierto? No me gustaría guarecerme tan pronto, no después de pasar tantas horas encerrada en una cueva.

Señalo hacia arriba, con una sonrisa, al cielo descubierto.

-Además, no me gustaría desconfiar.. Pero al igual que tú no tenías pruebas, yo sigo esperando la mía-. Le aprieto ligeramente la mano para darle confianza-. Seguro que se te ocurre algo.

El capitán te sonríe.

Sólo teneis que seguir el camino del Norte, el que pasa al lado de la arboleda y, tras medio kilómetro, coger un sendero a la derecha que parte junto a un roble. Al cabo de una hora encontrareis la finca.

Respecto a lo del descubierto, como quieras, de todas formas pensaba llevarte de paseo nocturno por la ciudad, para que descubrieras mis lugares preferidos. Si quieres, te llevaré a cenar calamares al barrio viejo, conozco el mejor sitio de la ciudad.

-Cenar calamares.. No es algo que se pueda hacer todos los días-. La comida de La sirena y el borracho era buena, pero no podía compararse con un sitio caro-. Estaré encantada de acompañarte, a pesar de llevar años en esta ciudad, seguro que hay sitios por los que no he pasado-. Ensancho la sonrisa, alegre por la proposición-. Espero que mi compañía no te disguste o aburra, no siempre tengo temas de conversación.

Mejor, no me gusta la charla sin sentido.

Entonces se levanta lentamente.

¿Quedamos así mañana? Puedo pasar por la Sirena a las 19:00h. Justo habré acabado mi turno. Lamentablemente, tengo que irme y dejarte aquí sola pero seguro que teneis cosas que hacer. Si veis a la señora Hamperding dadle saludos, es una mujer muy inteligente. Nadie la ha visto desde que llegó su marido.

Se aleja ya agitando la mano.

¡Adios!

Me levanto a la par que él para despedirnos.

-Estaré lista para entonces-. Asiento a sus palabras sobre la mujer de Hamperding-. Descuida que lo haré.

Devuelvo el saludo alegremente.

-Hasta mañana.

Espero a que se vaya para reunirme de nuevo con los demás, que espero sigan en la misma mesa.

Al poco veis como Polgara se levanta, se despide de Archen y viene hacia vosotros con gesto satisfecho.

Acabo de limpiar mi plato y observo a la Llobeta que los tiene que parecen pulidos como puestos a la venta y le acaricio la cabeza mientras le hablo.

– Ahora viene Polgara permanece tranquila sino no nos dejaran volver a entrar y nos quedaremos sin comer estas deliciosas patatas.

-¿Aún no habéis terminado de comer? - Me acerco con una sonrisa para acariciar a Llobeta mientras espero una respuesta-. Ya sé cómo llegar a la casa de Hamperding, espero seguir correctamente las indicaciones. No me apetecería vagar sin rumbo.

Incorporo la cabeza al llegar Polgara.

– Gracias Polgara, tenía que habérselo pero no me acorde. Nos da tiempo llegar hoy o mejor salimos mañana por la mañana.

Mirando hacía el capitán Archen que parece pendiente de nosotros y sonriéndole a Polgara.

– Aunque no creo que le haya molestado.

Girándome hacía el resto del grupo. – ¿Marchamos?

 Termino la copa de vino, apurando cuando veo a Polgara alejarse del Capitán, para dirigirse a la mesa  - bien, parece que nos movemos - 
y me acerco yo tambien - nos quedan muchas horas de luz, antes de que se ponga el Sol - digo en respuesta de Violant, pero hablando a todos los presentes, mientras me fijo en como  la loba, se relame de las patatas - debí pedir una ración...

- Ya os vais? Pregunto mientras me deleito con uan enorme patata. Tan pronto? Si apenas nos conocemos... y esto está tan rico!

 Dirigiéndose a Nok - Si nos acompañas, dispondremos de mas tiempo para conocernos... seguro que que El kraken dorado seguirá en pie cuando decidamos regresar a probar su plato estrella o podríamos visitar La Sirena y el borracho, Amara estará encantada de vernos... 

Oh!... si genial! - Salto de alegria. Será un placer acompañaros.. siii! Recojo un par de patatas para el camino pegandole un bocado a una de ellas.

Vale, os poneis en marcha hacia el Norte, siguiendo las indicaciones de Archen y dejais atrás la muralla, pasais cerca de la arboleda hasta llegar  a un enorme roble que marca un cruce de caminos.  De todos, el más modesto es el que lleva a la derecha y es es que cogeis. Echais a caminar un buen rato y al cabo de prácticamente una hora vilsumbrais un muro de piedra entre los árboles que flanquean el camino. Unos minutos después, el camino desemboca en un portal con una gran reja de hierro forjado que está cerrada. En un lateral encontrais una campanilla. Tras sacudirla aparece un hombre mayor, de aspecto severo, que tiene pinta de mayordomo y os habla desde detrás de la reja:

Buenos días, caballeros, ¿En que puedo ayudarles?

Encuentro extraño que después de que unos bandidos asaltaran una de sus mansiones no tenga guardias. Alguna garantía debe tener de que no tocaran esta casa.

Me adelanto para hablar con el sirviente que ha acudido haber quienes éramos.

– Venimos para hablar personalmente con el señor Hamperding. ¿Esta en la mansión?

La señora...quiero decir, el señor está en casa pero sin mas indicaciones de su identidad me temo que no puedo franquearles el paso. Seguimos las reglas sobre la seguridad a rajatabla ultimamente.

El tipo se queda a la expectativa.

– Como deseéis, decidle que los que contrato la noche del primer concierto de Sintara en “La Sirena y el Borracho” se han presentado aquí como nos indico. No nos digo que fuéramos pregonando lo que solicito que hiciéramos.

Tampoco veo claro que sea el propietario y no pienso insistir mucho.