Partida Rol por web

Cuales? Hay cientos repartidas por los acantilados. De todas formas, casi todas son pequeñas, no deberiais tener problemas o perderos ni nada parecido.

Violant ya afrontaba las escaleras camino de la cama cuando recordó un par de asuntos que comentar también al bueno de Ronan, por lo tanto volvió. 

Disculpe que le moleste de nuevo. Mi amiga loba, Llobeta, volverá en breve de cazar, tratará de entrar sin que nadie se asuste, pero por favor, cuide que nadie la confunda con un lobo salvaje. Otra cosa: ¿Hay algún templo en las cercanías? en algunos de ellos venden bebedizos para restañar heridas en caso de urgencia. Si conoce algún sitio donde puedan proveernos de algunas, nos serían de utilidad. 

Templos no tenemos. Mary , la curandera, prepara ungüentos y cosas asi pero nada mas elaborado. En cuanto a su loba, creo que preferirá quedarse al aire libre que encerrada como un perrito pero, si la veo, la dejaré entrar.

- Zelmar apenas come, bebe un vaso de vino y se dirige a la habitación - esta claro que mañana sera un día duro... sera mejor que descansemos... - con un gesto de la mano casi desganado, se despide hasta la mañana siguiente...

- La idea de regresar a esas cuevas y la posibilidad de no regresar, le ronda la cabeza, igual que el motivo y el responsable de lo que esta ocurriendo por estos lares - si no son los sajugines¿quien o quienes están detrás de esto? y porque...

Doy por hecho que finalizais la conversacio y subis a dormir. Sale el sol y os encontrais mejor. Recuperais los puntos que os toquen. ¿Que haceis?

- buenos días, Nok...  ya has desayunado? - dice Zelmar al bajar las escaleras desde el dormitorio...

Al despertarse, Violant examina sus heridas y, viendo que aún son profundas (le quedan 9 puntos por recuperar), las trata con agua y se prepara para curárselas mágicamente. Antes de esto, busca a Llobeta y, viendo que aún algunas heridas permanecen en su hocico, la mantiene junto a sí mientras conjura.

Poco favorece la magia natural esta mañana a Violant y no consigue cerrar del todo sus heridas, al contrario que a su amiga loba, que queda totalmente restablecida. Benda las heridas restantes de su costado y baja al salón donde ya esperan Zelmar y Nok. 

El humor que ayer apesadumbraba a la druida parece no haberla acompañado porque apenas un movimiento de cabeza sirve para saludar a sus compañeros de camino a buscar a Ronan. Cuando lo encuentra le pregunta: 

-¿cree que la curandera de la que me habló ayer usará magia para elaborar sus ungüentos? nos sería de gran ayuda de ser así.

Al igual que mis compañeros salgo de la habitación, después de un sueño reparador, y bajo para desayunar. Después de todo, el día será duro, aun conociendo la situación mejor que ayer. Contamos con la prevención.

-¿Cómo os encontráis?

No tendría ningún sentido embarcarnos en algo así si no estamos en buenas condiciones para ello. Solo sería ir a un suicidio.

Arielus se despierta después de un sueño reparador, y tras asearse un poco,se queda a los pies de su cama se entrega a sus oraciones diarias, rogando por las criaturas a las que ha arrebatado la vida . Cuando por fin se siente preparado, recoge sus cosas y baja junto al resto de sus compañeros.

-Buenos dias amigos, como ha ido la noche? Hoy parece un buen dia para terminar de revisar esas cuevas - dice mientras se sienta hambriento a la mesa esperando el desayuno.

Ronan se dirigió a Violant.

-Como ya le dije ayer, no se trata de una clérigo ni nada de eso. Seguramente sus ungüentos les ayuden a recuperarse más rápido pero son mágicos ni nada por el estilo.

Por otro lado, he hablado con algunos pescadores y están de acuerdo en acompañarles a las cuevas. Están ociosos y enfadados y quieren hacer algo por arreglar su situación.

-Es muy amable, nos será de gran ayuda contar con gente con experiencia. Tuvimos algunas dificultades para acceder al lugar, pero con ayuda puede que se solucionen - Agradezco a Ronan la ayuda con un gesto. Después de las caídas de ayer, cualquier ayuda es bien recibida.

Me giro hacia Arielus para contestarle con tono jactancioso.

-Después de la aventura de ayer, lo raro es que haya habido noche - Me golpeo el labio con un dedo, pensativa-. Quién nos hubiese dicho que tendríamos tantos problemas con un grupo así... Cualquiera que nos vea, nos tratará de mercenarios novatos - Vuelvo a sonreír, mostrando confianza-. Tendremos que cambiar la situación. No podemos dejar que nuestra reputación decaiga.

- La ayuda siempre es bien recibida... y estoy de acuerdo con lo que dices, Polgara, aunque mas que nuestra reputación, lo que deberíamos cuidar es nuestra confianza... lo de ayer fue un claro ejemplo de soberbia - Zelmar lo dice en general, pero se culpa a si mismo por lo sucedido - no volveré a subestimar nada ni a nadie, debí comprobar todos los túneles antes de darles la espalda y eso casi nos cuesta la vida...

- Zelmar esta disgustado por su equivocacion y por como se dejo que unos Sajuagines les rodeasen con tanta facilidad... apenas puede ocultar la crispación en su rostro...

-Realmente somos nosotros los que les estamos ayudando... es su pueblo, no? Exclamo entre bocado y bocado. Dedico mi atención a Llobeta.- Toma pequeña, quieres?? Ofreciendola un pequeño trozo de queso de mi mano. -Pero que guapa estas hoy... ay!! La acaricio mientras come...

Cuando salís de la pequeña taberna os encontrais un grupo de 6 aldeanos de diverso aspecto. Hay un joven de no  más de 18 años, 4 de hombres de mediana edad,  y hasta uno que rondará los 60. Todos llevan meras lanzas cortas a modo de armas. Éste último se dirige a vosotros.

Hola, aventureros. Ronan nos ha contado de vuestras acciones de ayer y nos hemos ofrecido a ayudaros en lo posible. Yo conozco los acantilados como nadie. si me decís donde está esa cueva, os podré guiar con relativa seguridad.  Mi nombre es Oosmund y estos son Cratus, Byron, Finn, Lucas y Darabar.

Violant no estaba muy segura de la conveniencia de esta ayuda, al considerar que en caso de encontrarse con enemigos como los del día anterior serían más un estorbo al sentirse en la necesidad de defenderles. Quedaba claro que esos hombres no estaban bien adiestrados y los sajuagines eran fieros luchadores. Por otro lado, en una fase de reconocimiento si vendría bien algún lugareño.

Buenos días, Oosmund y los demás, mi nombre es Violant, y estos son - señalando a la vez que los nombraba - Arielus, Nok, Polgara y Zelmar. De la loba nada debeis temer, es Llobeta, mi amiga. Tuvimos ayer dificultades a la hora de bajar a las cuevas. ¿Conoceis algún camino que implique un descenso menos abrupto? Una vez en las cuevas, probablemente os pidamos que regreseis, son peligrosas.

Saludo con un gesto de cabeza cuando Violant me presenta. Una vez termina de hablar, hago un aparte con ella antes de que puedan contestar los hombres.

-Violant, comprendo tu preocupación, pero estos hombres están dispuestos a arriesgar sus vidas por salvar al pueblo. No creo que les haga gracia que los dejemos atrás y, en cualquier caso, cuantas más manos mejor.