Partida Rol por web

- Con que nos prestéis ayuda para el descenso y mas tarde el ascenso, sera suficiente - si la cosa se pone fea ahí abajo, no quiero preocuparme por mas personas de las necesarias...

Ah! Ya sé a qué cueva os referís! Si, hay un acceso más fácil desde otra cueva cercana a la que se puede acceder por mar. En cuanto a seguiros adentro, haremos lo que digais, solo estamos para ofreceros apoyo.

Arielus se acerco a Oosmond y le dió una suave palmada en el omoplato mientras le miraba sonriente. - Sea pues, pero nada de heroicidades, no sabemos lo que podemos encontrar allí dentro -le comenta con tono optimista - sería prefereible que vigilárais nuestra retaguardia una vez nos adentremos en la cueva, no me gustaría que ningún inocente saler herido.- concluye Arielus, temiendo por la vida de alguno de los aldeanos.

Pues parece que estamos de acuerdo y preparados - Dijo Violant mientras terminaba de atarse bien las botas. - ¿partimos?

Al empezar a andar, la herida que le queda abierta le molesta un poco, pero no la considera suficiente como para gastar magia en ella, ya sanará.

Oosmund os lleva por la costa hasta una pequeña grieta. Se mete adentro y lo seguís usando antorchas por una infinidad de tuneles  y cavernas. Al final, eventualmente, salís al exterior y os encontrais unos metros por debajo de la cornisa que da acceso a la cueva de los sajuagines. Tan solo es necesario escalar por una escalera natural un pequeño tramo de un par de metros para alcanzarla.

-Aquí está la cueva que buscais. Yo me quedaré aquí abajo, ya que no estoy para más bailes pero Darabar y los otros os acompañaran a la entrada como dijisteis.

Os adentrais con cautela una vez mas en el interior de la cueva. Zelmar avanza el primero tan silencioso como un soplo de aire. Lo siguen Nok y Violant, flanqueada por Lobezna y cierra la comitiva Arielus. Todos avanzais armados y preparados para el combate. Recorreis los metros ya conocidos hasta la bifurcacion y esta vez tomais el pasillo que desciende. Cuando llegais abajo os encontrais una cueva practicamente igual que la del piso superior, solo que en lugar de dar a un barranco, da al agua que se cuela en la caverna desde el océano. El agua se agita convulsa, haciendolo innavegable para una barca pero no para los sajuagines.

De nuevo encontrais cajas pero parecen de mayor calidad y están todas vacías. Un detectar magia os revela un rastro de magia residual, como si hubieran contenido cantidades irregulares de magia en su interior. En una de las esquinas mas cercanas al pasillo, encontrais también un espejo y una butaca exactamente iguales que los que visteis en la cueva de Biggum. Al igual que aquellos, parecen anclados de forma mágica al suelo e imposibles de mover. En la alfombra que hay debajo de ambos, se ven rastros de elementos pesados que han sido arrastrados en dirección a la butaca.

De los sajuagines, ni rastro.

- Zelmar busca un lugar donde poder vigilar el agua y que sea fácil de defender - manteneos alerta - mientras se preocupa de que no halla trampas en la cueva...

Aparentemente no hay nada mas que lo descrito, Zelmar. Tu busqueda resulta infructuosa.

Arielus frunce el ceño al llegar a la sala donde se encuentra el espejo y la butaca,y observa en silencio losmovimientos del elfo que parecen ser del todo infructuosos.

- Puede ser que hayamos llegado tarde, habrán salido huyendo después de nuestro encuentro.- dice mientras señala en dirección al agua - Están en su elemento y nosotros en desventaja, quizás si nos dispersamos encontremos algo, pero no os acerquéis al agua.- añade.

- Zelmar, apostado en un lugar que le permite vigilar el agua y los accesos a la caverna - vosotros investigar la zona, yo vigilare que no nos sorprendan...

Violant se acerca muy despacio a la butaca y al espejo. Antes de que tanto ella como los demás se acercasen más y enmascarasen los rastros llamó a Llobeta:

- Ven, Llobeta. Tu olfato puede llegar más allá de lo que pueden nuestros ojos. Olfatea el asiento y recuerda ese olor, quizás veamos alguna vez a alguien que haya estado sentado aquí, así podremos reconocerlo.

Una vez que terminó, le dijo de nuevo:

- Haz lo  mismo con las cajas. - la loba, obediente, olfateó las cajas vacías.- ¿hay olor de algo más que no sean los sajuaguines de ayer?

Me acerco junto a Violant al espejo y observo nuestros reflejos... -casi soy tan alto como tu!! bromeo sonriente. Y me acerco al mismo tocando el marco. -Una pena no podamos llevarnoslo, quedaría bien en nuestras habitaciones... aunque parece muy pesado.

Violant seguía sin poder sonreir. Lejos de seguir la broma a Nok, se apresura a coger el brazo del mediano tratando de evitar que lo toque. No lo consigue y no puede sino reprenderle.

Ten cuidado, Nok, no sabes lo que ese espejo puede hacerte. No deberías tocarlo.

Mientras, espera a que Lobezna acabe de olfatear las cajas.

 Nok toca el espejo y al instante una especie de ondas parecidas a las que forma una piedra al caer en el agua aparecen en su superficie. Vuestra imagen reflejada desaparece y empieza a parecer una imagen diferente; parece una habitación subterránea, de paredes irregulares, talladas en la piedra desnuda. El suelo está pavimentado  y se distingue una alfombra exactamente igual que la que teneis bajo los pies y otra butaca como la que tenis vosotros. El techo es de tierra desnuda.

De momento no hay nadie al otro lado del espejo.

Me acerco al espejo y a la butaca, para intentar percibir qué magia tienen los objetos. No es la primera vez que lo intento, así que me concentro e intento fijarme en todos los detalles que puedan ayudarme a descubrir su enigma.