Partida Rol por web

Asiento ante las palabras de Polgara mientras le daba un trozo de pescado a la Llobeta.

– Puede que tengas razón, aunque no me he relacionado nunca con seres acuáticos están muy por encima de mis poderes como druida.

Yo solo soy un pobre aldeano, señorita. Lo unico que puedo decirle es que los animales estan dejando estas costas. Por que? Eso no se lo puedo decir ni yo, ni nadie en esta aldea.

El gesto de ronan se torna mas serio mientras prepara y sirve la racion de zelmar. No parece muy contento de que 4extranjeros lo interroguen de aquella manera.

- No pretendemos incomodarle posadero- dice Arielus con una sonrisa en la cara - Es solo que nos resulta chocante que esté ocurriendo algo tan singular. ¿Nadie ha investigado este suceso?- Pregunta al buen hombre, y mientras espera le da un largo trago a su jarra de vino.

El tabernero os mira con atencion, como analizandoos y finadoos en las innumerables armas que llevais por primera vez.

-Creo que sólo vosotros.

 - me lo suponia, el capitán nos manda este asunto para aclararlo todo... - diganos buen hombre, podria contarnos que se cuece por la zona... me refiero a sucesos de poca importancia, pero con un punto extraño ya sabe los parroquianos hablaran ¿no? y usted como buen tabernero sabra escuchar ¿no?...

Parece que se esta poniendo nervioso de tantas preguntas de desconocidos.

Me quedo en silencio mientras voy mirando hacía las puerta, de entrada y la cocina, sin descuidar las ventanas por si alguien pareciera interesarse por nosotros. Mientras hago ver que estoy jugando con la Llobeta voy girándome.

Pues, como les he dicho, la gente esta descontenta. El pescado es nuestra forma de vida. Algunos estan saliendo cada vez mas lejos, adentrandose en el mar, y, algunos, como Thomas Sullivan, no han vuelto. Suponemos que ha sido una tormenta pero vayan ustedes a saber...

Ronan hace un gesto con la cabeza en direccion a una mujer embarazada que bebe agua en una mesa de un rincón.

Su mujer está destrozada. Imagínense...

-Entiendo que el pescado es una importante fuente de suministros pero, ¿realmente merece la pena poner en juego la vida?

No me gusta la situación que están viviendo los pescadores, pero para ayudarles deberíamos averiguar qué provoca el extraño comportamiento de los animales. Y, aparte de que no sabría cómo buscar la causa, hemos venido en la búsqueda del amigo de Violant, y no tenemos tiempo que perder.

Es que aquí no hay otra forma de ganar monedas, señorita. Incluso yo vivo indirectamente de ello. Si mis clientes no pueden traen pescado que vender, no hay dinero que gastar en cerveza.

Ronan se calla, silencioso. Parece haberse contagiado por lo triste de sus porpias palabras.

En silencio, se da la vuelta y desaparece en la despensa.

- Es posible que existan cuevas marinas en la zona? ya sabe en los acantilados o cerca del mar - estas gentes lo están pasando un poco mal, pero ¿y quien no en los tiempos que corren?

Zelmar se dirige a sus compañeros - podríamos hablar con los pescadores, puede que ellos sepan algo mas...

- El elfo se muestra frió, si tiene algún tipo de sentimientos por estas gentes, lo oculta muy bien...

-Creo que iré a hablar con la mujer, puede que sepa algo-. No hemos sacado nada en claro de Ronan, será difícil obtener algo más que datos sin explicación. Y eso con suerte-. Violant, ¿me acompañas? Aunque no es seguro que quiera hablar con nosotras.

-Me parece buena idea. Lobezna, quédate con tu comida. - dice mientras se levanta del bol que le ha dejado al lobo.

-Si, claro que hay cuevas. Montones a lo largo de la costa. Es el mar el que las crea a lo largo de siglos. Algunas son de acceso peligroso por las olas, po si están pensando en hacer algo de turismo.

Ronan os contesta desde el interior de la despensa, dejando claro que no tiene mas ganas de charlar.

Arielus observa como Polgara y Violant se levantan para hablar con la mujer, entonces el clérigo mira al elfo asintiendo a sus palabras.

- Podría ser Zelmar, pero estas gentes suelen ser desconfiadas, no se si se prestaran a charlar con forasteros como nosotros, y más cuando están pasando sucesos extraños-  comenta - En cualquier caso, si quieres te acompaño.-

Seguida por Violant, camino el corto espacio que hay entre nosotras y la mujer del pescadero. Me pongo delante y le señalo las sillas, pidiendo una invitación.

-¿Te importa que nos sentemos? 

- por supuesto Arielus, además que podemos aprovechar para adquirir equipo que nos servirá para acceder a esas cuevas de las que nos han hablado...

Veis a Arielus y a Zelmar salir de la taberna.

La mujer, de ojos cansados y mirada sin brillo, aparenta más de 50 años de edad, a pesar de que seguramente no los tenga. Viste con chal gris y se cubre el cabello marrón con un pañuelo negro. Adelanta la palma de su mano derecha ofreciedoos asiento.

-Adelante. ¿En qué puedo ayudaros?

Salís al exterior donde no se vislumbra mucho moviemiento. Hacia el mar se ve un grupo de gente sentada en unos bancos mirando el mar y mas al sur el fuego de la herrería del pueblo. Por no haber no hay ni salon central, ni ayuntamiento , ni nada. Sólo unas cuantas casas repartidas por aqui y por alla.