Partida Rol por web

Fecha Imperial 725.M41
Puerto Errante. Expansión Koronus.

Puerto errante, la estación de vacío situada antes de las fauces, justo al límite de la demarcación de Drusus en el Sector Calixis y el principio de la expansión Koronus. Sus torres y cúpulas catedralicias están en constante revisión y mantenimiento debido al tiempo que tienen, la anexión de nuevos puertos o de naves inservibles para viajar, como el Solsticio Imperialis hacen que cada año la estación sea más y más grande. Colosales estatuas de guerreros astartes, ángeles y el gran águila bicéfala imperial son testigos mudos de los cambios acontecidos y los que acontecerán, pues ante todo, Puerto Errante es una estación de paso para aquellos que huyen de algo, de alguien o incluso de sí mismos prefiriendo adentrarse en la expansión Koronus para no ser hallados.

También es un puesto de abastecimiento desde el tercer siglo, cuando se construyó Puerto Errante ante el descubrimiento de las Fauces y la puerta de Jericó, que da paso al sector perdido de Jericó, al otro extremo de la galaxia, donde según dicen, existe un mundo santo que reverenciar.

Debido a su situación como puerto de paso, es aquí donde se reparan las naves, se adquieren víveres, munición y materiales diversos para la exploración del Halo de estrellas así como tratos jugosos y coordenadas de grandes tesoros que esperan ser descubiertos. También se encuentra aquí tripulación nueva que no haga preguntas y no quiera que se las hagan.

La taberna portuaria donde os citaron estaba atestada de fugitivos, criminales y gente que, por un motivo u otro, querían desaparecer en la expansión Koronus sin mirar atrás. Un sitio perfecto donde un comerciante independiente puede hacer negocios sin que las narices del imperium se metan en medio.
Edmond Theus, amigo de la familia Komercich desde hace más de ciento cincuenta años te ha llamado para un encargo que, en sus palabras, "solo un buen comerciante puede llevar a cabo".

Su reputación como tratante de objetos xénicos os pone sobre aviso de dos cosas; será peligroso e ilegal. Un buen trabajo por el que conseguiréis un generoso pellizco con el que mejorar la nave y servir a la dinastía.

Os adentráis entre la multitud divisando rápidamente a Edmond, que os vigila desde uno de los reservados situados al fondo, semiocultos tras unas pesadas cortinas de terciopelo rojo apartados de ojos indiscretos.

Levantando su jara de amasec, Theus os invita a entrar y tomar asiento en los cómodos sofás barrocos de terciopelo verde para formalizar el trato.

¿Cuanto hacía que no sabía nada de Edmond?, ya ni me acordaba, puede que unos cicuenta años, todavía me acordaba de cuando llegaba con aquellos prohibidos y peligrosos artefactos xenos, aunque en su momento no me preocupe de cuanto se ganaba con estos cambios, recordaba que eran mucho tronos, lo que posiblemente me permitira el poder aumentar mi nave, pero tenía que dejar de pensar en el pasado ya que ahora había llegado a donde estaba mi contacto, por lo que hago un saludo formal al contrabandista "Señor Theus, es un placer volver a vernos, he de alabar como cada vez que nos reunimos, siempre encuentras un lugar noble hasta en los lugares mas inmundos", digo mientras me siento y hago un gesto a mis compañeros para que se sienten también, "¿que clase de negocios te traes entre manos?" le digo mientras me lleno un baso con el amasec que había pedido el Edmond.

Un puñado de ojos observando los movimientos del grupo en la taberna portuaria, fue lo primero que observó al entrar en aquel antro. Se sentía como en casa. Un pequeño sentimiento a floraba en su interior y la conducían de nuevo al satélite orbital donde había pasado la primera etapa de su vida. Por unas décimas de segundo sonrió de forma tímida, pero enseguida su rosto volvió a ser serio e impasible. Ese era el tiempo que se permitía echar de menos su pasado, había huido de él y no tenía la menor intención de volver a su antigua vida.

Centrada de nuevo en lo que pasaba en el interior de aquel lugar se dedicó a hacer lo mismos que los allí presente, echó un rápido vistazo para controlar a todos aquellos dementes, comerciantes, espías y peregrinos, que atestaban el bullicioso local. Había pasado por esa situación tantas veces que no las podía contar. Y sabía que no podían descuidar su atención. Esa era su labor, mientras que sus compañeros se centraban en atar todos los cabos sueltos del nuevo encargo. Ella se dedicaba a escuchar todos los pormenores del trabajo. En muy rara ocasión interrumpía a sus compañeros, confiaban en ellos. Aunque su naturaleza la hacía no perder detalle, sobretodo en cuestión de beneficios. Así que siguió a sus compañero y esperó con ansia que empezara las negociaciones.

Después del saludo de Xanatov a aquel individuo, supo que la misión no iba a ser fácil. La reputación de aquel hombre lo precedían. Así que lo saludó con un movimiento de cabeza y tomó asiento, esperando con gran interés los pormenores de ese encuentro.

Con la cabeza envuelta en su pañuelo de seda, Holt caminó tras sus compañeros, estaba relativamente tranquilo pues Astra iba con ellos y solía encargarse de la seguridad en situaciones como aquella. Así Xanatov podía concentrarse en los pormenores del trato y él...él solía preocuparse más de lo que no puede verse. No era un poder que usara a la ligera, pues no quería llamar la atención de las cosas que habitaban "aquello", pero siempre estaba preparado en caso de ser necesario hacerlo.

Por suerte en lugares como aquél un hombre cubierto de pies a cabeza no es que llamara la atención precisamente, pero ante un observador diestro le costaría pasar desapercibido. El Emperador le había bendecido con un poderoso don, pero también tenía que pagar el precio por el mismo, su piel, en este caso, era extremadamente desagradable a la vista, su piel membranosa había asqueado a más de uno, por lo que prefería cubrirse por completo y no interactuar con nadie si no era a través de sus compañeros.

Se sentó flanqueando al Rogue Trader y dejó que hablaran de negocios...por lo que le había contado Xanatov podría tratarse de artefactos xenos, especies con las que lo imposible se convertía en rutinario.

-Ahjajaja...- La risa de Edmond podía oírse en casi todo el bar. Su voz resonaba como la sirena del rancho en las cubiertas inferiores. -El pequeño Xanatov. Cuánto me alegro de verte. Has crecido mucho desde la última vez que te ví.-

Edmond era un tipo orondo que aparentaba sesenta años, aunque tenía cerca de trescientos gracias a los tratamientos de rejuvenecimiento. Había servido a las órdenes del abuelo de Xanatov, bajo el pabellón de la dinastía Komercich y se llebaba muy bien con la familia. De echo, fue esta la que contactó con Xanatov para que se ocupara del encargo.

Retirado de su vida de aventuras, Edmond Theus se conforma con comprar y vender todo aquello que sea extraordinario y muy cotizado. Se dice que en su colección personal tiene la armadura de un marine espacial del tiempo de la herejía. Aunque nadie la ha visto.

-Veo que tienes buenos amigos y mejor compañía.- Dijo observando a Astra lentamente. Soy Edmond Theus, amigo de la familia Komercich desde hace mucho, mucho tiempo.- Os dijo ofreciéndoos amasec a modo de saludo.  -Por cierto, ¿qué tal la familia? Hace mucho tiempo que no me paso por Scintilla a verlos. Pero,- dice encogiéndose de hombros -el negocio no me deja tiempo libre. JAjajaja, ya sabes como es esto, o estás atento o te lo quitan de las manos.-   

Parecia que Edmond estaba bien, “Todo, va bien, mis padres siguen intentando mantener el estatus de la familia, aunque de vez en cuando consiguen algo de financiación, y los hijos de mi tio Kenoch, quieren hacer carrera en la guardía, no veo a esos idiotas reciviendo ordenes, aunque sea de otro noble” le digo a Edmond, “veo que te has fijado en mis acompañantes, esta es astra, es mi segunado al mando, se encarga de asegurar la moral entre mis hombres y es muy util en los combates, no creo que haga falta que preguntes” y tras presentar a la maestra del vacio, paso al navegante, “y el otro es mi nuevo navegante, Holt, solo lleva unos meses, tuve que contratarle a última hora debido a la muerte del pobre Siegmund durante un motín, tras aguantar un siglo todo tipo de cosas que manda la disformidad lo mantan unos idiotas, pero bueno, de todas formas, ha demostrado ser muy capaz, por lo que estoy contento con el” y tras terminar las presentaciones, “¿que es eso por el que has pedido que nos reunieramos”

Edmond Theus te mira evaluando a tu tripulación, finalmente te observa satisfecho.
 -Te pareces a tu padre. De acuerdo, no me pondré sentimental.- dice jocoso. -Hablemos de negocios. El tiempo es oro y más cuando corren los rumores. Han encontrado un planeta nuevo, es pequeño y selvático donde se han hallado unas ruinas Eldar. Ya sabes como se cotizan esas malditas piedras psi. Necesitaras al astrópata para encontrarlas pero... - la frase queda a medias siendo interrumpida por una mujer de mirada penetrante y sonrisa burlona.

-Ya estáis repartiendo el botín o puedo... interrumpir.- dice la mujer tomándose un trago de vino de una copa de cristal labrado con plata mientras rodea la mesa donde estáis sentados hasta llegar al lado de vuestro contratista.
-Edmond,- dice la mujer suavemente al oído de este, inclinándose mientras sus pechos apretados por un corsé se ponen a la altura de los ojos de todos. -Se rumorea que se han hallado unas ruinas eldar, y como eres mi tratante favorito, creí que sabrías algo.- 

-Ya esta pactado Alexia. No tengo trabajo para ti.- La mujer posó de repente una mano sobre el hombro de Edmond.

-Entonces es cierto.- Dijo con un brillo astuto en los ojos. -La Dama Ambiciosa es mucho mas rápida que el viejo cascarón que él tiene.- Dice haciendo un ademán hacia el Rogue Trader. -Dime donde y tendrás esas piedras dos semanas antes de lo que las tendrías con él.- Edmond se removió inquieto, mirándote para que le ayudaras a buscar una salida.

«El pequeño Xanatov, ¡¡vaya!! eso tenía gracia».El más joven de la familia había sido elegido por Edmond Theus, famoso contrabandista, para un trabajo supuestamente no muy legal. No sabía si eso era bueno o malo para ella. Dependía de los beneficios que obtuvieran de ese encargo. Pero para Xanatov, no era muy bueno, bajo el punto de vista de la joven era el prescindible de la familia, cabía la posibilidad de que todo saliera mal y él había sido el elegido.

Después de ver la reacción de Edmond a su presencia y escuchar las palabras de su jefe, no pudo evitar retorcerse en su asiento .«¿Asegurar la moral entre sus hombre? Pero que mierdas estaba diciendo», tomó el vaso de amasec del cual no pensaba tomar ni un sorbo y se acomodó en el sofá de terciopelo verde, para escuchar la siguiente tanda de sandeces. Sabía que en las negociaciones había que seguir el rumbo que marca el cliente por lo que no abrió la boca. Solo respondió con la misma mirada al bueno del señor Theus, no quería estropear lo que parecía un trato que les iba a reportar importantes beneficios.

Holt inclinó su cabeza levemente como símbolo de respeto cuando fue presentado, es cierto que llevaba poco tiempo a bordo, pero no era algo que le preocupara, lamentablemente había cambiado con cierta frecuencia de tripulación, y acostumbraba a estar un poco en "su mundo" literalmente hablando.

Mantuvo el silencio incluso cuando aquella dama interrumpió la conversación entre los comerciantes, tratando de concentrarse en posibles alteraciones de la realidad, grandes cosas podían hacerse con los dones, como escuchar conversaciones a distancia, o incluso palabras que aún no habían sido pronunciadas. No pensaba que la "gente ciega", como él solía llamarla, se diera cuenta de su escrutinio, pero prefirió esperar a que la mujer dejara de prestarles atención para tratar de observar "más allá", por mera precaución. Aquellos lugares estaban abarrotados de gente insólita en uno u otro modo.

El trabajo era cuanto menos muy bueno, ya que me permitía encontrar unas piedras psi eldar, lo cual estaba genial por el dinera que conseguiría, pero de repente interrumpe una mujer, posiblemente otro Rough trader, queriendo meterse en mi negocio "ya esta todo pactado, ahora estamos celebrando que voy a encontrar esas piedras y llevarselas, no necesitamos tu ayuda gracias" le digo de manera cortez, sabía que no serviría de mucho, pero me gustaba mantener la compostura, sobre todo ante competidores para sacarlos de quicio, aunque consiguiera echarla, sabía que tarde o temprano me la iba a encontrar de nuevo, por lo que tendría que estar listo, por lo que le doy un codazo a Astra para que me escuche y le digo por lo bajo, "cuando salgamos de aquí, quiero que estén todas las armas listas, algo me dice que nos vamos a volver a encontrar con esta mujer y no va a volar palabras"

El que alguien más supiera de la existencia de esa ruinas Eldar no era una buena noticia. Los rumores se propagaban a toda velocidad por el inmaterium. Si a esa tal Alexia le había llegado el soplo de la existencia de ese planeta, la situación se tornaba muy diferente. Podría apostar la Fortuna Imperecedera a que, en esos momentos, había más de una nave preparándose para partir. No podría decir que no le gustaba esas situaciones, nada más pensar en llegar los primeros y conseguir esas piedras Psi, le producían mariposas en el estomago.

Astra permaneció sentada esperando que terminara oficialmente la conversación, mientras activo el vocotrasmisor para advertir, a la tripulación de la fragata, la inminente partida.

—No te preocupes por las armas, estamos todos preparados. Si realmente quieres realizar este encargo deberíamos estar ya en la disformidad. —Dijo bajando la voz todo lo que pudo y señalando con un gesto de cabeza a la invitada inesperada. Después miro su otro compañero y se aproximó todo lo que pudo a él —¿algo interesante, Holt?

Estaba esperando a que la extraña abandonara la mesa pero, realmente daba igual, a no ser que tuviera ese tipo de sensibilidad no podría ver lo que los demás tampoco. Astra tenía razón, el tiempo apremiaba, si la información se había filtrado deberían prepararse lo antes posible. Habría que apurar el salto para adelantar a posibles competidores, con lo que no podían demorarse demasiado en la partida.

Bajo su pañuelo, escrutinó a sus interlocutores y la cantina en general en busca de actividad psi.

Abres tu tercer ojo en busca de actividad Psi. La cantina se vuelve traslúcida y los colores brillantes del inmaterium lo envuelven todo. Las personas de carne aparecen como borrones grises, azules, verde esmeralda o rojo según su estado de ánimo. Vuelves tu mirada hacia la capitana Alexia y ves exitación, competitividad... pero una corriente disforme perturba tu visión obligándote a cerrar el ojo.

Aunque los horrores del inmaterium no hacen mella en tu mente, es demasiado peligroso ver y ser visto por algo que no lo desea. 

Alexia, ante las palabras "amigables" de Xanatov, se incorpora lentamente con su ojo biónico mirándole fijamente. -No hace falta ser sarcástico, te hace parecer más feo, de lo que eres.- Dice con una sonrisa. De pronto su expresión cambió radicalmente en despreocupación y alegría.

-Pues enhorabuena, Xanatov de la dinastía Komercich.- Dijo alejándose mientras contoneaba la cadera. -Igual gana el más Pícaro*.-

Alexia se pierde entre la multitud. 

Tras la breve interrupción, Edmond suspira viendo alejarse a la mujer hasta que se pierde entre la multitud.

-Esa es Alexia Evory de la dinastía de los Nottingham de Malfis. Es una gran capitana pero parece que los rumores han comenzado a extenderse. No te preocupes, solo yo conozco el lugar exacto del planeta y de las ruinas.- Edmond te pasa una placa de datos.
-Ahí encontrarás la situación del planeta y las coordenadas de las ruinas eldar en su superficie asi como información detallada sobre la...- Un lapsus de memoria hace que os preguntéis cuanta bebida habría ingerido el viejo antes de continuar como si nada. -...superficie. Por suerte esos malditos xenos respiran aire como nosotros, asique no debes preocuparte por la atmósfera, pero siempre dejan trampas, asi que más te vale utilizar algo más que músculo para sacar los malditos sarcófagos donde se encuentran las piedras si quieres salir de una pieza de esa maldita tumba.-

Escuchas las palabras de Edmond hasta que sufre un lapsus y continúa como si nada. Pero es entonces, en ese lapsus cuando sientes una presencia psíquica cercana, invasora.

Abres tu tercer ojo mirando al viejo y puedes ver como no es un lapsus de memoria producido por la bebida, ni por su edad. Una presencia psíquica está dentro de su mente, urgando entre sus recuerdos con cuidado para no ser descubierto. Entonces el viejo continúa como si nada.
El psíquico se ha adentrado en la mente de Edmond sacándole información sin que este se enterara de nada, per tú lo ves, ves su presencia en el inmaterium y él te ve también.

Su aura se conecta a un cuerpo al otro lado del local. Un cuerpo físico que no conoces, pero los colores y la forma del cuerpo que está al lado si los conoces. Es la Capitana Alexia Evory Nottingham y parece sonreirte cuando su astrópata le comunica que han sido descubiertos por ti.

Inmediatamente se alejan del local.

- Maldición - musitó Holt en un tono y vocabulario muy poco habitual en él - Señor Theus, ¿se encuentra bien? ¿Conoce la ubicación de memoria? -

Se giró rápidamente, buscando el origen de la perturbación que había descubierto, pero ya era tarde, aquella mujer, Alexia Evory, o mejor dicho, uno de sus secuaces había accedido a la mente del anciano.

- Ha entrado en su mente, si no salimos ya se nos adelantará. ¿Hay algo que no nos haya contado? Piense que ella ya lo sabrá aunque no haya querido revelarlo -.

El viejo se detuvo mirando al navegante un tanto desconcertado. Cuando le contaste todo pareció comprenderlo de inmediato.

-¡Por la sagrada Terra...- Dijo dando un puñetazo en la mesa. -Esa... la muy... JAJAJAJAJA...- Sin previo aviso soltó una carcajada que os pillo por sorpresa. Sin duda se había vuelto loco o la seneitud estaba haciendo que se volviera loco.
-Lo veis,- os dijo a todos -sin duda es una gran capitana. Usa todas sus habilidades y argucias para conseguir lo que quiere y aumentar el renombre de su familia. Si me hubiera pillado doscientos años más joven yo mismo le pediría trabajo.-

-Tenéis que iros de inmediato. -Edmond se puso serio de repente hablándoos con urgencia. -Aunque solo sabe el lugar del planeta y las coordenadas de las ruinas os lleva ventaja. Su nave, La Dama Ambiciosa es rápida. Daros prisa, recabad información y que el emperador o la suerte guíe vuestra fortuna.-
 

Había conseguido el las coordenadas para poder avanzar, pero tenía la mala suerte de que al parecer la otra comerciante había conseguido también las coordenadas, por lo que no podríamos perder tiempo, ni siquiera en hacer caso a sus burlas, "Si esto es así, hay que irse de inmediato, Astra, Holt, tenemos que irnos, muchas gracias Edmond por la confianza, pero como has dicho, no hay tiempo que perder" por suerte siempre que atracaba, lo primero que pedía era que llenasen los depositos para cualquier eventualidad, algo que ahora venía bien por la falta de tiempo, por lo que salimos con rapidez hacía nuestra nave.

Astra obedeció la orden de salir de allí de inmediato, pero paró unos segundos para dirigir unas palabras al señor Theus. Ladeó la cabeza y le miró a los ojos, intentando escudriñar sus intenciones. A primera vista parecía un adorable señor mayor, bonachón y que tenía un gran aprecio por la familia de Xanatov. Pero había algo que no le cuadraba en lo que había sucedido allí minutos antes.

—Señor Theus permita que me tome la libertad de darle un consejo; debería hacerse acompañar de alguien con cualidades psíquicas, si no, antes o después le robaran todos sus secretos — con un gesto de cabeza se despidió del anciano y siguió su camino.

Algo negativo rondaba la cabeza de Astra,—En otros circunstancias no preguntaría esto, pero... ¿tenemos plan B? —dijo mirando a sus compañeros nada más salir de la taberna . En esos momentos solo esperaba que el Cutter estuviera en el lugar donde lo dejaron. Si algo sabía sobre los rogue trader es que utilizarían todas las artimañas que estuvieran a su alcance para conseguir las piedras psi y no esperaba menos de Alexia Evory.