Partida Rol por web

- Veámosla... porque hasta dónde yo sé, de intrascendente no tiene nada. 

Los ojos de Milo brillaron con el agua que allí se acumulaba. Reprimió las lágrimas pero no sin esfuerzo. Volver a ver criaturas que desafiaban la razón le transportaba a aquellas frías montañas de Inverness dónde el horror se llevó a varios de sus amigos. Pero después de todo había venido hasta California precisamente a enfrentarse a esos horrores. Si podía verlos de nuevo al menos podría anticipar puntos débiles o una simple estrategia ante la amenaza. Ahora no le pillarían desprevenido y podría resarcirse. 

- Pobre Charlie... pobre Malone... - pensó en silencio.

Henry torció el gesto cuando oyó hablar de la mujer. Sin duda se habíua llevado un escarmiento y si volvía a aparecer se llevaría otro quizás incluso más sorpresivo. Sin embargo ya había llegado la hora de ver aquella famosa pelicula y el hombre lo estaba deseando. No tenía muy claro por qué pero quería verlo y acabar con todo. Además si se llevaba un buen pellizco podía pagar la dichosa deuda.

Veamosla.

Entrecierra los ojos

 - de acuerdo...- un largo suspiro -síganme de cerca, no se separen de mí- el hombre os hace un ademán y abre una puerta lateral de la parte de despacho personal de la enorme biblioteca.

El multimillonario os conduce a través de una red de pasillos decorados de idéntica manera: suelo de madera, cuadros de paisajes o bodegones en las paredes y tres macetas en la pared contraria a cada una de las tres puertas exactamente iguales que hay en todos los pasillos. Más que una residencia parece un hospital, un colegio o un tipo de edificio con muchas estancias iguales hasta el punto de que llegáis a contar más de una veintena de puertas diferentes hasta llegar a una igual que las demás ante la que Wintwood se detiene y la abre sin contemplaciones.

Se trata de una pequeña sala con una ventana tapada por una persiana de manera que está en penumbra llegando sólo la luz del pasillo. Hay un enorme arcón de madera colocado en medio de la sala que resulta tener un lienzo blanco en una de las paredes con un proyector apuntando y una docena de sillas y varios ceniceros, es una sala de visionados.

Señala el arcón de madera

- Pueden echar un vistazo, hay una bobina con las tomas preeliminares del Príncipe de Babilonia y lentes de filmar o algo del estilo. Si no tienen inconveniente les espero fuera, no me gustaría volver a ver la película. En toda esta parte tienen luz eléctrica  por si la necesitan -dice señalando un interruptor.

El doctor Call dedicó unos minutos a colocar la cinta en el proyector y comprobar que todo estaba en orden. Una vez que la película comenzó a proyectarse, tomó asiento y sacó su libreta para hacer anotaciones.

El coronel fue directamente hacia una de las sillas y tras ponerse cómodo esperó a que el doctor Coll terminase de poner la cinta en el proyector para reproducir aquella película. 

Winwood no paraba de repetir que lo que había en la cinta era de mal gusto, que no quería volver a visionarlo y , cuanto más lo decía, más intrigaba su contenido a la menuda Marion. Quizás lo dijera porque estaba ella delante, una desvalida mujer fácilmente impresionable. 

Ay, si él supiera.

Colocó una silla junto a Huhgie,cruzó una pierna por encima de la otra, y se  dispuso a ver qué escenas tan impactantes contenía la grabación.

- Es lo más parecido a una cita romántica que he tenido últimamente.- Le dijo al coronel con una sonrisa picarona en los labios mientras interponía, entre sus ojos y la pantalla, las manos con los dedos entreabiertos.- ¿Si tengo miedo puedo agarrarme a ti?

Sonríe a la mujer ante su comentario. A pesar de todo lo vivido, su actitud no variaba ni un ápice. 

Faltaría más- responde. Claro que el coronel esperaba no asustarse él con las imágenes que vería a continuación. A todas luces serían cuanto menos, desagradables. 

La película comienza...

Se trata de una cinta de aventuras ambientada en el desierto, la bobina que estáis visionando en realidad son escenas sueltas de diálogos en una ciudad en el desierto y en tiendas de campaña de una tribu nómanda. En una de las escenas véis a una banda de nómadas que cimitarra en mano cargan contra otra tribu rival.

Aunque no hay nada inusual en la escena, algo en el interior de vosotros mismos o un sexto sentido que no acertáis a comprender algunos, otros como Milo y Henry que ya han visto ciertas criaturas sí aciertan a comprender, os ponen sobreaviso de que hay algo maligno alrededor de los actores de la escena.

Milo respiró un par de veces de manera fuerte... sonora. La huella maligna que dejaban aquellas criaturas era patente en aquellas imágenes. Como una marca indeleble que percibes y no sabes muy bien como. Ya lo había vivido antes. Y bien sabía que no sería la última vez en experimentar aquella sensación.

A medida que la película avanzaba Marion fue relajando la postura y bajando las manos hasta apoyarlas sobre sus rodillas. No había nada que asustara a una chiquilla en aquellas imágenes. Sin embargo, una creciente sensación de desazón fue geminando en ella hasta provocarle una inexplicable angustia. Cuando la película terminó, sin darse cuenta, estaba aferrado al fuerte brazo de Hughie, con los ojos vidriosos.

Hughie ni notó que Marion había aferrado su brazo, tan ensimismado estaba con la película. A medida que esta avanzaba, empezó a notar algo extraño en su interior: era una desazón y angustia que le recorría todo el cuerpo, sin motivo aparente. ¿Que es lo que ocultaba aquella cinta para hacerle sentir de esa manera? 

Henry se arrellanó a ver la película y comenzó a disfrutar. EL hombre era un gran cinéfilo y un gran lector y como buen ex-adinerado que era tenía una colección de fotografías de cine y libros al respecto. Aquella fue la razón por la que frunció el ceño...había algo raro y sus compañeros parecían notarlo también...Como si algo fuese "demasiado real". EMpeñado en encontrar que era, Henry se inclinó sobre su rodilla para verlo mejor.

Un sudor frío recorrió la frente del doctor Call mientras veía la cinta. Se mantuvo inmóvil todo el tiempo, casi sin pestañear, contemplando cada detalle, empapándose de aquella extraña sensación que le invadía. Esperaba ver algo más tangible, algo como un monstruo como los que el señor Sackelton había descrito, o quizás algo más inusual, pero precisamente la ausencia de ello fue lo que le causó más terror.

"Así que es a eso a lo que nos enfrentamos" - pensó el doctor Call cuando todo había terminado.

Alguien encendió de nuevo la luz y entonces cesó la tensión. Había permanecido tan quieto que ahora se daba cuenta de que se estaba haciendo daño a causa de la tensión de sus propios músculos. Se relajó un poco, a sabiendas de que ya no tenía nada que temer, frotándose un poco el cuello para aliviar el dolor repentino.

- Caballeros, me temo que no será tarea fácil pero debemos ir allí cuanto antes - dijo poniéndose en pie, sin dirigirse a nadie en particular.- No hay tiempo que perder.

Pero la cinta ni muchísimo menos había acabado, por fortuna sólo el Dr. Call se había movido. Al daros cuenta de que faltaban cosas por ver, apagásteis de nuevo la luz y el Dr. tomó asiento de nuevo para ver, sin ningún tipo de deleite, al malogrado (aunque parece que aún vivo) James Raven vestido de árabe y recitando un texto a alguien que está de espaldas. Nuevamente notáis esa extraña presencia*.

Unos cinco minutos después, en una brevísima toma, se vea  a Mónica Dorman, la protagonista, recostada sobre un diván de estilo romano comiendo uvas mientras espera a sus dos amantes. Pero hay algo aún más extraño en la toma**

Algo extraño sigue captando la atención de Hughie pero no logra discernir que es exactamente. Algo diabólico se esconde detrás de todas aquellas imágenes pero por mas que intentar descubrir que es lo que hay detrás, mas se aleja de su objetivo.