Adam acompaña a Farid.
Cae la noche y os dirigís al lugar acordado, bajáis hasta la cubierta E con esperanzas de obtener alguna información relevante, camináis dando un rodeo por la parte exterior siguiendo la barandilla que pone límite entre el barco y el ahora oscuro mar.
Allí está el marinero, solitario, os espera fumando un cigarrillo lleva una cazadora con las solapas vueltas hacia arriba, en cuanto os ve venir se acerca a vosotros..
-¿Habéis traído la pasta? Bien,.. os puedo asegurar que el motor y las calderas funcionan perfectamente y no he encontrado nada extraño en ellos, por ahora todo parece normal, pero.., tengo que comprobar una cosa más detenidamente, mañana os informaré,.. aquí, a la misma hora- da una última calada al cigarrillo y lo tira al mar.
-De acuerdo. Mañana a la misma hora-dijo Farid, y se despidió sin más.
Farid y Adam volvieron a reunirse con Joan.
-El marinero dice que no ha encontrado nada. Toda la maquinaria funciona correctamente y no ha visto nada sospechoso. Sin embargo, quiere comprobar una cosa más detenidamente. No me ha especificado el qué, pero mañana me dará más detalles con lo que descubra-expuso el diletante a su compañera.-Creo que por hoy ya hemos hecho bastante. Yo me voy a descansar. Mañana será otro día.
Adam asintió.
Mi intención es que sigamos la misma rutina de guardias mientras dure el viaje.
¿Era aquello una buena noticia? Aunque no quería ver hundida la nave, eso podía significar que no tenían idea del plan para detener el barco de los conspiradores y habían perdido un día para detenerlos. Tendrían que actuar, bien contra los marineros, bien contra alguno de los otros frentes que tenían abiertos, si mañana el sobornado no traía novedades.
- Bien. Buenas noches, señores.
Pues si teníamos un orden asignado de guardias las repetimos (creo que si, yo era la primera para ponerme el pijama más cómodamente después), sino al azar.
Tras el segundo día de viaje habéis obtenido una información muy lucrativa gracias al profesor Paterson, aunque utilizando unos métodos poco habituales; además el informador que tenéis en la sala de máquinas parece ser útil. Sabéis que no podéis permanecer pasivos ante la amenaza que se cierne sobre el mundo, pues los planes del Crepúsculo de Plata continúan en movimiento.
Amanece el tercer día de crucero, las nubes cubren el cielo, los que hayáis salido al restaurante a desayunar habéis oído el aviso de mal tiempo en los próximos días, además comprobáis que la mayor parte de la cubierta está plagada de carteles que anuncian la celebración de un espectáculo de música y baile en el gran salón, esta noche a partir de las 20:00 horas.
Os quedan tres días de viaje.
En la mañana de este nuevo día de crucero, el grupo de investigadores se reunió para discutir los siguientes pasos. A pesar de los avances conseguidos en su investigación, la intranquilidad reinaba en el ambiente. Estaba claro que la logia tramaba algo, con todo ese personal distribuido en el barco, pero el qué era un enigma.
Así, mientras esperaban a la noche para recoger un nuevo informe del marinero sobornado, decidieron abarcar todos los frentes que conocían.
-Bien, yo seguiré a Alvin. Confío en él, y creo que es realmente un aliado, pero también es cierto que acabamos de conocerle, y podría ocultar cosas. Me limitaré a observar sus movimientos, y si me descubre, aprovecharé para acercarme a él y quizás hacerle algunas nuevas preguntas.
Estas esperas eran un infierno para Adam. Se sentía más cómodo bajo fuego enemigo que esperando a que sucediera algo. La tensión de la calma que precede a la tempestad le provocaba picor en las manos. No obstante, se ciñó al plan de seguir manteniendo la discreción, por ahora.
-De acuerdo. Pues yo seguiré a nuestro "buen amigo" el sacerdote-dijo secamente, mientras se rascaba las palmas de las manos.
- Yo hablaré con el señor Kurosov, si logro localizarle y me deja, advirtiéndole de que alguien le esta siguiendo activamente. Tal vez su reacción aclare algunas cosas. También podría complicarlas, pero vamos por detrás del plan de los conspiradores y se acaba el tiempo...
Con todo, aquel viaje se había hecho corto. Una lástima no haber podido disfrutar de más actividades ofrecidas por el crucero (aunque aún quedara la cena) por tener que estar pendientes de nuestra misión.
Os separáis para poder abarcar más tareas y así aprovechar el tiempo. Farid se dirige al camarote del profesor Alvin Paterson, Adam bajará hasta la cubierta D para seguir más de cerca al sospechoso sacerdote y Joan tratará de localizar al distinguido señor Kurosov para hablar con él.
En cuanto te acercas al camarote del profesor Alvin Paterson observas que ha colocado el cartelito de "NO MOLESTAR" en la puerta de su camarote.
Bajas hasta la cubierta D y buscas una posición adecuada para vigilar la puerta del camarote D-17 con disimulo.
No pasan más de cinco minutos y el sacerdote sale de él, cierra la puerta tras de sí y comienza a caminar por cubierta, no tiene mucha prisa.
Desconoces el camarote del señor Kurosov, pero tu intuición te dice que la biblioteca o el bar/cafetería serán tus primeros lugares de búsqueda.
Subes hasta la cubierta de la biblioteca y entras en ella, recorres unos metros y allí, tras una estantería, sentado en un sillón color granate se encuentra tu objetivo, leyendo el periódico, con sus fieles guardaespaldas a pocos metros de él. Sabes que tu instinto nunca falla.
Tendría que ver si mi instinto no fallaba en lo más importante: predecir que los movimientos de Kurosov nos beneficiarían o, al menos, no nos perjudicarían, al hablarle de mis sospechas. Me dirijo a los guardaespaldas:
- Soy la señorita Barret, quiero ver al señor Kurosov. He descubierto un riesgo para su seguridad dentro de este barco, así que el tema también os concierne a vosotros.
Farid decide salir a la cubierta superior, y dejar pasar algunas horas, fumando y observando las actividades recreativas del crucero. Más tarde, antes de comer, volvería a pasarse por el camarote de Alvin, a ver si seguía el cartel puesto.
Adam siguió al sacerdote con discreción.
Motivo: Discreción
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 65 (Fracaso)
He hecho una tirada por si hacía falta. Si no, ignórala.
El sacerdote se dirige hacia unas escaleras y comienza a descender. Le sigues, manteniendo la distancia, hasta la cubierta E, donde se encuentran las literas de los marineros. Se mueve entre los pasillos mirando de un lado hacia otro, como si estuviese buscando a alguien. Intentas acercarte un poco más a él cuando, desde una esquina, aparece uno de los marineros transportando varias cajas en sus brazos, no te ve al girar y choca contigo haciendo que estas caigan al suelo produciendo un estruendo escandaloso.
Todos las personas que se encontraban en el pasillo, incluido el sacerdote, miran en tu dirección.
Uno de los guardaespaldas se levanta en cuanto te acercas aunque notas que está más relajado contigo, te permite acercarte al señor Kurosov.
-Un placer volver a verla mi querida señorita Barret..- dice mientras deja de leer el periódico -..¿Qué es eso de que mi seguridad está en peligro?..-