Partida Rol por web

Farid sonrió con complicidad ante el repentino desahogo del sujeto.

-Yo me llamo Farid, encantado. Y gracias, pero ya estoy servido-dijo mostrando su copa.

Seguidamente, aprovechó esa vía abierta para ganarse la confianza de Alvin. Farid fingió lo que le cansaban este tipo de eventos, a los que sólo asistía por obligación social, pues era necesario para alcanzar lo que realmente le importaba, que era invertir en avances tecnológicos, apoyar a investigadores y estudiantes, y en general los nuevos descubrimientos. "El saber es lo más importante", "Hay que cultivar la curiosidad del hombre", etc.

Aprovecharía entonces para mostrar interés por el libro que estaba leyendo, además de preguntarle por su ocupación, y el motivo de su viaje.

Sonrie. -Solo me informaba un poco, en este mundo tan receloso la información lo es todo, y..no..no espero a nadie, pero si me hace el favor de acompañarme durante la cena sería todo un privilegio para mi, compartir mesa con una dama tan hermosa me hará feliz por unas horas. Y, por mis amigos, no se preocupe solo hacen su trabajo, olvídelos, no nos molestarán. ¿Quiere que le traiga algo de beber?-

El misterioso sacerdote te lleva hasta la cubierta D, aunque ya es noche cerrada la gente permanece despierta, puedes ver a varios pasajeros caminando por el exterior de sus camarotes los cuales saludan al individuo cuando se cruza con ellos, aunque este no responda, además, percibes el sonido de música y algarabía proveniente de algunas habitaciones mientras te internas en estos pasillos intentando no perder de vista a tu presa. 

En uno de esos momentos el sacerdote se detiene y entra en en uno de los camarotes, si te acercas lees el número indicado en la puerta: D-17.

El señor Paterson se muestra relajado y abierto en la conversación, descubres que trabaja como profesor de historia europea en Harvard y que tras ahorrar un poco de dinero se ha tomado unas vacaciones para recorrer Europa a ritmo lento hasta llegar a Oriente próximo.

Descubres que a raíz de su trabajo sobre la historia europea adquirió curiosidad sobre los cultos antiguos. Sobre el libro que lee te cuenta que es una de las lecturas que ha decidido traer para leer durante el viaje ya que está realizando una pequeña investigación. 

Deduces que lleva años leyendo libros sobre ocultismo ya que está familiarizado con algunos términos paganos y se muestra convencido de la existencia de un conocimiento mayor que no ha sido revelado a la mayoría de los mortales y que algunos individuos de la antigüedad ya conocían o tuvieron acceso a él. Te nombra a Paracelso, Nicolas Flamel y a Edward Kelly entre otros.

- ¿Qué le traiga algo de beber? Señor Kurosov, no se me ocurriría confundirle con un camarero, ya pediré algo si pasa alguno por aquí. Su invitación parece interesante, creo que la aceptaré, sí. Este barco esta muy concurrido pero no creo que haya muchos invitados que puedan igualar la intriga que usted me produce: seguro que tiene mucho que contar, es un hombre... ¿De la Unión soviética? En un barco que zarpa desde Estados unidos con destino a Escocia, hay tres continentes implicados, y solo me ha contado su nombre. Y están los guardaespaldas aún, ¿puede tener enemigos dentro de este barco?

Tuviera algo que ver son su misión en Escocia o no, sus palabras eran ciertas: tenía ganas de conocer más de ese hombre, aunque esperaba que la velada no estuviera repleta de cumplidos referentes a su aspecto.

Adam decidió volver, de momento, a la cubierta de primera clase. Ya sabía donde se alojaba ese curioso sacerdote, así que le comentaría el caso a sus compañeros, para ver qué opinaban.

Farid aprovechó la animada conversación para sacar a relucir la excavación de Cannich, dibujar en una servilleta los símbolos relacionados, etc. No desvelaría que él mismo estaba implicado en ello, pero sí que un conocido trabajaba en la excavación, y que él tenía curiosidad por el tema.

La idea era probar si Alvin poseía alguna información más, o conocimiento que les fuera útil para su misión. Por ejemplo, la localización de la segunda pieza que necesitaban buscar. O la forma concreta de ambas. O cualquier cosa.

-Vaya es usted una mujer muy curiosa. Ha acertado, nací en San Petersburgo, creo que debo mejorar mi acento..- sonrie -..verá después de pasar parte de mi vida viajando por el extranjero por diversos negocios me he tomado un tiempo para volver a casa. Siempre está bien regresar a donde naciste y no olvidar tus raíces- en ese instante hace una pequeña pausa con la mirada fija en el vacío -Pero no soy yo el único ser misterioso de esa sala, qué me dice de usted, una canadiense cruzando el océano en solitario, ¿Es un viaje de placer o de trabajo?..-

En ese instante, antes de que puedas responder un camarero alza la voz anunciando que la cena está lista rogando al público que se encuentra en el bar a entrar en el comedor tan pronto como puedan. La gente se mueve y comienza a vaciar la estancia.

-Bueno, creo que ha llegado la hora de cenar,..- dice esto mientras se levanta de su sillón y coloca su brazo arqueado para que puedas tomarlo -¿Madamme?..-

-Interesante..- comenta mientras inspecciona los dibujos con mucha curiosidad -..creo que he visto algo parecido a esto en algún libro, si me permite quedarme con el dibujo lo investigaré junto con lo del Arco de Vlactos ese que me ha comentado. Sobre la excavación en Escocia creo haber leído algo sobre el descubrimiento de un yacimiento picto en la prensa, pero no se nada más al respecto.- 

En ese momento sonríe -Vaya, es una suerte que dos personas de nuestra inteligencia y con una afición sobre lo preternatural tan interesante nos hayamos conocido en un lugar tan solitario como este,..¿no es genial cómo nos manejan los azares del destino?..por cierto, me alojo en el camarote A-24 y..-

En ese instante, un camarero alza la voz anunciando que la cena está lista rogando al público que se encuentra en el bar a entrar en el comedor tan pronto como puedan. La gente se mueve y comienza a vaciar la estancia.

-Vayamos, no hagamos esperar al capitán- el profesor deja la barra y se dirige junto con la multitud a la puerta que da acceso al comedor.

Vuelves al camarote sin problemas, a la espera de tus compañeros, reteniendo en tu mente la imagen del sospechoso.

Tomo su brazo para llegar a la cena: ¡que hombre tan clasicista! O a lo mejor yo era demasiado aventurera pensando en entrar juntos aunque libres.

- Ciertamente ni lo uno ni lo otro. Estoy haciendo un favor a unos compañeros, así que no es por mi trabajo, pero tampoco es un viaje de placer. Aunque me replantearé esto último si la comida es excelente y la charla que la acompaña es igual de destacable...

La cena estaba a punto de comenzar, pero Farid tenía la sensación de que la noche ya había sido lo suficientemente provechosa. Conocer a Alvin abría la posibilidad de obtener más información, y un posible aliado para el futuro.

Sin más, se dirigió al comedor para continuar la velada. Estaba deseando volver al camarote con Joan, para contarle a ella y a Adam las buenas noticias.

Entras a un gran salón donde las mesas se han agrupado en tres filas, dos paralelas y otra perpendicular que las cruza formando una especie de “U” que ocupa toda la sala. Todo el mundo escoge un sitio y se va sentando. En las mesas una reluciente vajilla acompañada de una lujosa cubertería ocupa toda la superficie salpicada por adornos florales y servilletas de tela transformadas en curiosas figuras de animales. Varios elegantes camareros apostados alrededor de la sala esperan.

Una vez que la mayoría de la gente ha escogido lugar aparece por el fondo el capitán y los oficiales de la tripulación, en ese instante la gente que está de pie comienza a aplaudir, a modo de bienvenida, y los que ya estaban sentados se levantan para hacerlo. Cuando acaba el aplauso y la gente se sienta los camareros se acercan para servir las bebidas.

Puedes ver a prácticamente todos los comensales por la disposición de las mesas, de un rápido vistazo ves a Joane en las mesas de enfrente, no se ha dado cuenta de que la observas, está sentada junto con un caballero con el que mantiene una conversación, parece europeo, piensas; observas al capitán y, de repente, centras tu mirada en un rostro, una cara recientemente familiar que provoca por un instante una especie de pavor en tu interior, es aquel hombre extraño que habías visto hablando con Carl Stanford en el puerto, está sentado junto al capitán con el mismo uniforme. ¡Es el sobrecargo!

Entráis a un gran salón donde las mesas se han agrupado en tres filas, dos paralelas y otra perpendicular que las cruza formando una especie de “U” que ocupa toda la sala. Todo el mundo escoge un sitio y se va sentando. En las mesas una reluciente vajilla acompañada de una lujosa cubertería ocupa toda la superficie salpicada por adornos florales y servilletas de tela transformadas en curiosas figuras de animales. Varios elegantes camareros apostados alrededor de la sala esperan.

Escogéis un lugar cerca de la entrada, el señor Kurosov te tiene a ti a su lado y al otro los dos guardaespaldas. Una vez que la mayoría de la gente ha escogido lugar aparece por el fondo el capitán y los oficiales de la tripulación, en ese instante la gente que está de pie comienza a aplaudir a modo de bienvenida y los que ya estaban sentados se levantan para hacerlo. Cuando acaba el aplauso y la gente se sienta los camareros se acercan para servir las bebidas.

Puedes ver a prácticamente todos los comensales por la disposición de las mesas, de un rápido vistazo ves a Farid en las mesas de enfrente, no se ha dado cuenta de que lo observas, parece tranquilo; en ese momento el señor Kurosov, sentado a tu lado, comienza a hablarte sobre los mejores vinos que ha probado pero por un instante cesas de escuchar y centras tu mirada en un rostro, una cara recientemente familiar que provoca por un instante una especie de pavor en tu interior, es aquel hombre extraño que habías visto hablando con Carl Stanford en el puerto, lleva el mismo uniforme y está sentado junto al capitán. ¡Es el sobrecargo!

Intenté mantener la compostura mientras ponía atención a la palabras de Mikhail: el contacto de Stanford era un alto mando dentro del barco, aquello complicaba la situación hasta límites extremos: ¿estaría toda o parte de la tripulación en nuestra contra, o se trataba de una sola persona? Aunque solo fuera él, tenía muchos medios para llegar hasta nosotros. Sin embargo no sentía un peligro inminente, poner alguna substancia en nuestras comidas o bebidas ya me parecía demasiado arriesgado. Me forcé a no mirarlo el resto de la velada, para que no supiera que sospechaba de él, y busqué con la mano la piedra que me debía proteger, por si ya la había extraviado sin darme cuenta.

- No creo que pueda disfrutar de esas delicias en este crucero, pero sin duda si hay elección de vinos en el menú haré caso de su consejo, seguro que no erraré al hacerlo -finalizo con una pequeña sonrisa, algo nerviosa ante el suceso.

 Capitán 

 Sobrecargo 

La alegría de haber encontrado un posible aliado como era Alvin, pronto se vio ensombrecida con la presencia de aquel sujeto. Era nada menos que el sobrecargo, un puesto importante de la tripulación. ¿Qué planes tenía en mente? ¿Algún complot? Era una pregunta cuya respuesta tendría que esperar. Por lo pronto, Farid se limitó a continuar con el desarrollo de la cena, pero sin dejar de observar los movimientos del sobrecargo, disimuladamente.

La cena ha transcurrido de la forma más normal y festiva posible, durante la cual os han servido platos exquisitos, por último, llega la hora de los postres y los camareros os sirven una especie de trata de nata con bizcocho y nueces que tiene una pinta deliciosa.  De vez en cuando has echado un vistazo a la mesa de los oficiales y has estado viendo como el sobrecargo disfrutaba de la frugal cena de una forma tan normal como lo han hecho las demás personas de la sala, lo has visto mantener conversaciones con los demás miembros de la tripulación e incluso ha saludado a algún pasajero de la forma más cordial posible, pero en ningún momento ha abandonado la sala, ni ha realizado movimientos extraños.

Un rato después cuando los camareros recogen los últimos platos de las mesas algunos pasajeros van abandonando el lugar, la mayoría de ellos se dirigen a saludar al capitán para darle las gracias por el ágape antes de abandonar el comedor y, o bien dirigirse al bar a tomar la última copa, o bien ir directamente a sus camarotes.

La cena ha transcurrido de la forma más normal y festiva posible, durante la cual os han servido platos exquisitos, por último, llega la hora de los postres y los camareros os sirven una especie de trata de nata con bizcocho y nueces que tiene una pinta deliciosa. El señor Kurosov no tarda en hincarle el diente. Se le nota contento, lo que puedes deducir de la pequeña sonrisa que esbozaba las veces que lo has mirado mientras conversabais entre plato y plato.

De vez en cuando has echado un vistazo a la mesa de los oficiales y has estado viendo como el sobrecargo disfrutaba de la frugal cena de una forma tan normal como lo han hecho las demás personas de la sala.

Un rato después, cuando los camareros recogen los últimos platos de las mesas, algunos pasajeros van abandonando el lugar, la mayoría de ellos se dirigen a saludar al capitán para darle las gracias por el ágape antes de abandonar el comedor y, o bien dirigirse al bar a tomar la última copa, o bien ir directamente a sus camarotes. En ese momento El señor Kurosov se gira sobre su silla acercándose a ti para decirte algo en un tono más discreto.

-Creo que la cena ha sido estupenda, si me permite, quisiera poder invitarla a tomar una última copa en mi camarote, y..tal vez..sugerirle que se quede a desayunar.. Señorita Barret..-