Partida Rol por web

Notas de juego

Nombre:

Abd al Renato

Apariencia:
Rasgos bereberes, un barbilampiño bajito y escuchimizado al que da pena ver y al que todos procuran tener lejos.

Conducta:
Difícil de tratar, soy servil con mi amo y la nobleza, pero desconfiado. Con la gente normal me mantengo aparte y callado, pero entro en cólera con facilidad con los que me inducen a ello.

Resumen historia:

Mi, padre, mi madre y yo, cuando yo era sólo un niño, fuimos vendidos en granada. He visto que estás exiliado en Granada, así que tal vez has he podido ser vendido a Renato recientemente, por lo que tampoco conocerías demasiado de mi pasado. Por mis pintas sabes que soy Bereber o de ascendencia Bereber, pero hablo árabe y me comporte como cualquier otro árabe. También que te trato educadamente, pero que soy un perro rabioso con otros esclavos.

Desde pequeño he sido bajito y raquítico. Eso, sumado a mis rasgos bereberes hicieron que niños y adultos me repudiaran. Eso me hizo convertirme en el ser hosco y retraído que soy. Solía (y suelo) pelearme con otros esclavos y jóvenes de baja calaña.

Mi padre, el cual servía de escriba en la famila que nos compró,  me enseñó a leer y a escribir para poder servirte. Mis antiguos amos eran bondadosos y y me dejaban (a través de mi padre) libros y escritos los cuales yo devoraba.

Además de leer y escribir para tí (cartas, oficios o documentos de cualquier índole), realizo todo tipo de trabajos, pues a diferencia de lo que muestra mi aspecto enfermizo,soy jóven, enérgico y poco distraido.

¿qué te parece?
Si quieres podemos definir un poco más la relación y cómo me tendría que comportar siempre cuando estés tú. Sí que me gustaría mantener ese caracter de ira contenida que a veces salta como un muelle, aunque ello te provoque algún que otro problema de vez en cuando.

Notas de juego

Ok, leído; ahora voy yo, pero en formato prosa menos organizado. Te cuento lo que debarías saber...

Mi nombre es Renato, y provengo de Castilla. Soy un exiliado, aunque no digo por qué, aunque se puede deducir que es por cuestión de amores. Por mis modos, se me nota cultura y refinamiento; tal vez incluso de cuna noble...

Mi profesión, es trobador, de cierto éxito, debo añadir, en los círculos mejor posicionados. Pese a no ser musulmán, sino cristiano, he sido aceptado, con la natural separación social, en los círculos más selectos. Se me invita (ejem... se me contrata) a fiestas y banquetes para amenizar con historias y cantares; mis modales, finos, incluso amanerados, hacen que parezca inocente a los ojos de los señores... pero arrebatadoramente atractivo a las damas, que, está mal decirlo, se desviven por estar cerca de mí.... Especialmente embarazoso cuando se me invita a un sellado (la zona privada de los harenes) para amenizar las aburridas tardes de verano de las múltiples y bellas hijas y esposas de los más acudalados esñores(vigilado siempre por los eunucos del harén, a los cuales, me temo, hago tilín).

Durante una época, trabajé con un grupo de odaliscas, hasta que una de ella, la vella Aljofaifa, se encaprichó demasiado de mí, y requería a tiempo completo mis atenciones, cosa que no podía ofrecer, pues a más mujeres me debía, ya que es de egoista no repartir, y mis favores a más hembras otorgaba, más por necesidad que por vicio. En definitiva, dejé plantada aquella compañía, y a la celosa Aljofaifa, bella mora de la morería, para seguir mi camino.

Dado que tengo una apretada agenda de trabajo,... y de lo que no es trabajo, y por mediación de una madraza de Granada, se me aconsejó tener un esclavo mi servicio para los menesteres burocráticos y recados varios que fuese menester. En concreto, se me recomendó un joven esclavo, de un aspecto no muy destacable, pero que sí había sido bien educado, era espabilado y, según me decían, honrado. Pese a ser castellano en el fondo, y por tanto no comulgar demasiado con la esclavitud, dado que en Granada vivo, sus costumbres y usos abrazo, y por ello accedí a comprar esclavo. (Pese a lo dicho, ... en Castilla la servidumbre era una casi-esclavitud en el fondo, por lo que tener siervo o esclavo, tampoco suponía una grán diferencia para quien fuera noble cristiano...)

El carácter de mi esclavo, me es indiferente, que cada cual tiene lo suyo; aún llevamos poco tiempo juntos, pero en lo esencial, vamos funcionando.

... Si te parece, podemos asumir que llevamos poco tiempo, de modo que lo que pase por el motivo del otro, será una sorpresa más para darle vidilla a la partida. Yo seré un amo sin mucha práctica en esto de tener esclavo, y tu... se tu mismo, lo demás, que ruede

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