Partida Rol por web

-Estoy de acuerdo, Kitsuki-san. Debemos reunirnos con mis compañeros escorpión.- Le dije a la dragón luego de que le respondió a su compañero. Luego le pregunté a este. -Y ustedes, ¿Qué descubrieron mientras nosotros interrogabamos a la sirvienta?- Sin duda Sichi y él habían encontrado algo más mientras nosotros nos fijabamos en esto. A todo esto, ¿dónde estaba el otro magistrado?

Asiente con un gesto, da una calada a su pipa y prosigue.

-Eiko era sus ojos en el distrito... En general, todos los pacientes de Agasha-sama eran amigos o parientes de ella, aunque tambien hubo otros que les fueron remitidos por referencias. Seguramente me preguntareis si habia algo llamativo en los pacientes... La verdad es que si. Mayormente, tenian o habian tenido tuberculosis. 

No se hagan drama si demoran gente, yo tpk actualice ayer (aunque algunos ustedes no necesitan, realmente). Se perdonan faltas hasta el 26 a la tarde-noche, y lo mismo el proximo lunes 31-martes 1, no contare si no postean, se lo que es estar de joda XD

Escuchó atentamente a Kitsuki, mientras asentía con la cabeza. Tras ello, Bayushi-San le preguntó sobre si había alguna información que hayan obtenido.

-No hemos encontrado nada de relevancia. Soshuro-san quizás tenga mas información, pues ha estado inspeccionando habitaciones. Mi trabajo fue escoltar el cadaver.

Tras decir lo mismo volvió a observarlas.

Miró por un segundo a Kitsuki-Sama, aunque miró hacia atrás por un segundo.

- Antes de eso ¿Debería buscar a Shosuro-san? puedo haceros ese favor si así lo deseáis, bayushi-san.

A decir verdad, que un escorpión deambulara solo por un lugar como aquel, no era algo que le dejara demasiado tranquilo. Clavó su mirada en los ojos de la cortesana, esperando una respuesta, o esperando encontrarla en sus ojos.

-No te preocupes Shiro-san.- Le dije con una sonrisa y una reverencia. -Yo buscaré a Sichi-san.- Sabía que mi compañero escorpión no estaría dispuesto a revelar nada de la investigación que hiso delante de los dragón, por lo que un momento a solas con él sería ideal.

Salí de la habitación y me dirgí al resto de la casa, buscando al Soshuro.

Si el Shosuro fue quien revisó el resto de la casa, puede que haya ocultado evidencias que hubieran podido servirnos de ayuda para llegar al fondo de todo esto. No es que quiera desconfiar gratuitamente de él, pero no debemos olvidar que es un escorpión y que, aunque me gustaría pensar que eso no es relevante, está claramente en contra de nuestra presencia aquí. Aún así, si quieres que recorramos el resto de la casa así lo haremos, Kitsuki-san, eso será lo que haremos, pero juntos, no debemos dejarte sola con ninguno de los magistrados. Se que es importante averiguar que pasó aquí, pero tu seguridad también lo es.

Dijo Kasumi desde que Hitomi saliera de la habitación.

Se cruzó de brazos y miró hacia abajo, pensativo.

-Estoy de acuerdo con Kasumi-san: A cada minuto que pasa, siento que nos hemos adentrado mas y mas en las fauces de una bestia que, en cualquier momento, puede devorarnos. La aptitud tanto de Soshuro-San como de Bayushi-San me hace sospechar que, cualquier detalle relevante, pretenderán ocultarlo y decírnoslo a medias. Para ellos somos solo un estorbo.

Tras aquellas palabras, preguntó a la Shugenja de manera directa.

-El rumbo de nuestras acciones está en su mano, Kitsuki-Sama. O marchamos con usted a donde quiera marchar para buscar mas evidencias antes de que los Escorpión oculten las mismas, o tratamos de desvelar de algún modo las cosas que intentan ocultarnos.

Era completamente consciente de que los escorpiones nos ocultaban cosas. Desde un primer momento querían saber hasta donde sabíamos nosotros para poder ocultar lo que no sabíamos con mayor efectividad. Lo que desconocía era los motivos para proceder de aquel modo. Salvo que fueran completamente irracionales, generar desconfianza sin motivo, no les beneficiaba. Puede que simplemente quisieran llevarse el crédito por la investigación, pero aún si solo era eso, su proceder no terminaba de ser justificado. No cuando uno de ellos tocaba cadáveres y los métodos de la Bayushi tampoco eran... del todo limpios. Esas acciones no se correspondían con alguien preocupado por su reputación aunque, tal vez, sí con alguien preocupado por la reputación de un tercero. 

- Agradezco vuestras palabras, pero disiento en varios puntos. No debemos desconfiar de ellos por ser escorpión, ni no por hechos concretos. - era un matiz, pero era un matiz importante - Si bien es evidente que ocultan cosas. Ese si es un motivo para desconfiar. Por otra parte, nuestra verdadera prioridad es descubrir al asesino o asesinos. Por ese motivo debemos seguir investigando. Agradeceré si me ayudáis a buscar pistas. Eso no debería entrar en conflicto con acompañarme y protegerme. Claro que... - esbocé una ligera sonrisa - si alguno de vosotros tuviera pasos ligeros y se adelantase a donde se encuentran ellos discutiendo... - dejé las palabras en el aire, como una sugerencia - solo por mi seguridad, naturalmente, para evitar sorpresas. 

Alisé mi kimono y miré los armarios de la cocina, nadie había revisado allí. La presencia de Kasumi o Shiro sólo evitaría que hablasen entre ellos, pero eso por si mismo ya nos convenía. Después de todo, era en las contradicciones en las que se cazaban las mentiras... Por otra parte, sospechaba que el Shosuro tampoco confiaba en la Bayushi y el otro Bayushi... también parecía ir por libre. Eso me dio una idea. Tal vez y solo tal vez, podía usar la desconfianza que tuvieran entre ellos mismos a nuestro favor. 

- Mientras comenzaré mi búsqueda en la cocina, para verificar si... han lavado cuencos, preparado comida o tomado sake... Parece que han decidido dar por buena la versión de la sirvienta sin comprobar que lo que hay en la cocina se corresponde... - añadí con suavidad.  

Si, revisaría la cocina y luego hablaría en privado, con cada uno de los escorpiones. Era el primer paso para tantear, claro que en este caso existía el inconveniente de que pudieran ponerse de acuerdo... si se les dejaba mucho rato juntos. 

La cocina es modesta. Un brasero arde en el rincon, donde comienza el almacen. Hay un par de muebles con especias e ingredientes comunes, otros dos en el sur cerrados, una mesa donde preparar las cosas y junto a esta un barril de agua fresca.

A la vista hay muy pocos utensillos, y todo esta limpio y ordenado. La eta cuida su lugar de trabajo. Cabe señalar que no hay señas de cuencos o fuentes de comida, al menos en este cuarto. Pero tambien pueden estar en el laboratorio o en otra parte de la casa, no es probable que Agasha-sama comiera en la cocina.

Nada de interés en la cocina, salvo la ausencia de sake y de cuencos. En cierto modo, las cosas que no estaban podían ser un indicio tan importante como las que estaban. Pero aún cuando parecía que no había nada más, no iba a darme por vencida. Continuaría investigando por el resto de la casa. 

 -Excelente, y seguramente previniste también que necesitaría que me contara desde hace cuanto los habitantes padecen de la tuberculosis y si dichos enfermos tienen alguna característica en común, como la edad por ejemplo, claro esta dejando de lado el hecho de que viven en la residencia- Pregunto a Chillon, quien se mostraba bastante avispado en su comentario.

Ves a Sichi trabajando en la habitacion de la parte superior izquierda de la casa. Los tres dragones, por su parte, se quedan en la cocina hablando entre ellos, sin seguirte de momento.

Mueve la cabeza negativamente
-La tuberculosis es una conocida frecuente entre los pobres, Bayushi-sama... Cuando uno necesita comer honradamente, acepta los trabajos mas terribles, y alli suele encontrarla. Tampoco habia algun otro rasgo comun, salvo el hecho que fueran exclusivamente etas del distrito los atendidos. Por lo demas, hombres, mujeres, viejos, niños... no hacia diferencia. Casi se diria que cuanto mas variado, mejor.

-Shichi-san.- Llamé a mi compañero escorpión al verlo en la habitación superior. Me acerqué a él, para ver qué hacía. -Tuve que dejar a los dragónes solos, pero quería preguntarte qué averiguaste en privado, ya que por lo que dijo el Mirumoto, tú fuiste el único que investigó.

Al verla llegar detengo mi registro para prestarle atención un mínimo de atención, aunque sin pararme a mirarla al estar concentrado en la pequeña vel.a

- Ellos harás lo mismo - señalo indiferente - Ahí tienes su wakizashi y sus pergaminos.

Le señalo sin molestarme demasiado por ello ya que únicamente un ciego sería incapaz de verlos, dejándole a ella la labor de recogerlos y devolverlos a sus legítimos dueños.

- La otra habitación es de una mujer y continene otros dos wakizashis y un viejo cuadro. ¿Con quién vivía?

Explico rápido en susurros. Claramente intentando averiguar cuánto tiempo llevaba encendida ésa vela.

-Ellos no encontraron nada que yo no esté al tanto.- Le dije a Sichi. Después de todo, yo estuve presente en todo el interrogatorio, y el Mirumoto parecía no haber hecho nada, por lo que dijo. Luego pensé en lo que dijo después mi compañero. -¿Dices que una mujer vivía con el Agasha?- Pregunté sorprendida. Tomé los pergaminos y los leí, para ver que decían. -¿Cómo sabes que era de una mujer? ¿Por el cuadro? Y dices que encontraste tres wakizashis, ¿acaso uno de los que vivían aquí tenían dos espadas?- Las dudas que se plantearon eran muchas, y la sirvienta ya se había ido y no podriamos preguntarle nada a no ser que corramos tras ella. -¿Creés que debamos decirles a los dragón lo que encontramos?

¿Debía responder ese tipo de tonterías? Más aún cuando sabía que ya se había ido la testigos sin que le preguntaran si el Agasha vivía sólo.

- Es necesario, muchos libros está en código - señalo algunos del montón - La Kitsuki sabrá distinguir lo importante de la basura por si algo es relevante. Y debemos encontrar a la mujer.

Me centro en lo importante, ignorando los detalles supérfluos.

Intenté leer los pergaminos, pero obviamente, me bastó una mirada para saber que no podía entender el código. Asique desistí en la tarea. En su lugar, preferí indagar en qué más había podido sacar mi compañero de la investigación. -¿Alguna pista de quien podría ser la mujer?- Le pregunté a Sichi. Trabajar con él era un poco frustrante, ya que a veces podía callarse algunas cosas que podrían ser útiles decir.