Partida Rol por web

Me dirijo a Gahetano cuando termina de hablar

Creo señor Gahetano que, aunque le encontremos, no estara de humor para recibirnos...-Hago un chasquido con la lengua. -Tengo algo ahorrado para pasar los dias no productivos. No me importa compartirlo con usted si lo necesita. Visto lo visto, es contraproducente buscar trabajo hoy.

Doy un par de pasos alrededor de la señora

Nunca he estado en un festival sola... Mis padres eran bastante protectores. -Alzo la mano hacia gahetano, mostando la palma al suelo y arqueandola, mostrando interes en que alguien la tome.

Un segundo... ¿Ha sonado muy vulgar? Oh Sygmar... espero que no malinterprete mis palabras

Instantes despues de tender la mano, empieza a notarse un temblor en esta.

Suena igual que la hija del médico. Parpadeo. Trago saliva. Me quito el casco con gesto serio y recordando como he visto hacerlo a al Capitán Alonso con la hija del mercader de vino, le tomo la mano por los dedos, manteniendola en alto. Será para que todo el mundo vea que no se hace nada raro con ellas. Tras un instante muy breve, me esfuerzo por dejar claro gestualmente que estoy siendo teatral aposta. ¿Cómo demonios del norte se "dejan claras" estas cosas solo con gestos?.

 - En el sur creemos que ningún día de fiesta es contraproducente. Y será para mi un placer contar con su compañía, a fin de poderme enterar de qué significa exactamente la expresión "Justas de paz" o en qué pruebas se divide el concurso de la posada.

Silencio incómodo

- O a lo mejor puedo pintarme un bigote e irnos a ver la lucha bretoniana.  -Río-

¿A donde vas Gahetano? Deja de desarrollar ideas raras y disfruta de la fiesta, mocoso.

En el momento en el que gahedano toma mi mano, se nota como mi cara toma un color mas colorado,tanto en las orejas como en las mejillas, notando cierta verguenza en mis cara.

Mas cuando veo al joven levantar levantarme la mano de forma teatral.

Bu-Bueno, Queria ver lo del concurso para ver si po-podria participar... ¡Pero podemos hacer lo que a usted le apetezca! Reconozco que seria bastante gracioso verle luchar con un bigote pintado- Sonrio de forma timida

Despues de adecuarme momentaneamente a la embarazosa situacion, acompañare a gahetano alla donde quiera ir.
 

Me rio

- El torneo de lucha bretoniana ya estaba completo ¿verdad? El bigote es para que ningún concursante despistado me tienda una lanza con unas flores. Aunque igual basta con la ropa y un pañuelo.

Digo, dando por sentado que el torneo será algún tipo de remedo de justa a caballo, y temiendo que alguno intente hacer la bromita de dedicarse a una "dama" del público. 

- De todas formas, creo haber oído que el concurso es más tarde. Podemos ir a informarnos y hacer la inscripción, y luego enterarnos de si las justas de paz son un buen espectáculo.  

¡Gahetano, por tus muertos: que se ha puesto roja!. ¿A donde vas, Ragazzo, si eres un muerto de hambre que ni leer sabe? ¡Y con lo que llevas a tus espaldas, encima!¡Piensa algo, que se está llevando la impresión que no es!.

Al seguir callejeando, siguiendo el flujo de gente bajo las guirnaldas de colores que cubren los balcones y tejados de Argalis, sorprendéis alguna mirada de reojo, que quizás piensen que dos alegres muchachas vayan haciendo manitas por la calle.

De nuevo en la plaza central, un pregonero anuncia el comienzo de las justas de paz: 

- Atención gente de Argalis y diversos invitados, en breves minutos comenzará el espectáculo para el deleite de todos de las justas de paz, donde los más valientes demostrarán su habilidad encima de una montura, y a pesar de nuestras lanzas romas, el peligro está presente en esta pas d´armes!!

La gente comienza a acercarse hacia la voz que sale de uno de los laterales de la plaza, donde gradas y alrededores empiezan a llenarse.

- ¡Quién lo iba a decir! -enarco una ceja- Pues son justas de verdad. Me han contado que hay formas muy pintorescas de hacer trampa en estas competiciones.

Notando las miradas de la gente, me vuelvo a calar el casco y me subo el pañuelo. ¡Nunca se sabe cuando se puede uno topar con un Middenlandés!. 

Miro detenidamente a los participantes-Viendo el aspecto de los jinetes, no creo que encajasen bien una derrota injusta. Si quiere podemos pararnos a observar las justas.
Busco dos asientos en las gradas con la mirada.
¡Miré, allí podríamos sentarnos!

- ¡Qué demonios! vamos, será divertido. Y si pillo a uno haciendo trampas, me invitas a una cerveza ¿Hace? 

Codazo amistoso

Buena Gahetano, buena.

- ¿Nunca te han contado lo de una de las tres veces que los tileanos ganaron una justa contra caballeros bretonianos? Trajeron a un montón de damas hermosas de alta cuna al torneo, y los bretonianos estaban tan ensimismados intentando impresionarlas... ¡Que no se dieron cuenta de que las lanzas de los contrarios medían palmo y medio de más!

Risa

- En su defensa, los señoritos se lo tomaron bastante bien, tengo entendido.

Río con complicidad a la anécdota de Gahetano.
Por favor,¿Es que los hombres y los caballeros pierden el norte ante un par de damas?
Bueno, si consigue explicarme las trampas y te invitaré a vino. A los de la capital nos gusta mas.

Me acomodo en el asiento y comento con Gahetano las justas que veamos y estoy atenta a las trampas que me cuenten

Por fin el bullicio de la gente se centra en las justas de paz, los últimos participantes se inscriben entre risas de complicidad. Todos hombres fornidos y aparentemente curtidos, bronceados por el sol de los Reinos Fronterizos y algunos de ellos con cicatrices en la cara y en los brazos musculosos.

La pista de las justas está preparada, parece que han preparado el suelo para la ocasión y que los caballos puedan trotar cómodamente por la plaza, ambos raíles separados por una valla de más de un metro de altura por donde pasarán los caballeros para acertar con sus lanzas e intentar derribarse el uno al otro.

Los caballos ya están preparados a los extremos de las pistas con armaduras coloridas y los tapa ojos en su sitio para que no se asusten con tanto gentío, para que solo se centren en recorrer la arena a la velocidad que su caballero considere adecuada.

Los nervios y la tensión están presentes en el ambiente pues la corona de oro que está en juego para el vencedor quizás sea más significativa que su sueldo mensual, y el honor y respeto que pueda llegar a conseguir sea más valioso aún.

Durante la preparación de la justas, me levanto, miro a Gahetano un segundo y le comento
Espere un momento señor Gahetano
Bajo de las gradas y me dispongo a buscar una bota de vino y una pinta para mi compañero.Posteriormente, busco dulces típicos de la zona y vuelvo a las gradas algo sonrojada , pensando que esto se parece demasiado a una cita.

Bu...Bueno señor Gahetano. Confío en que descubra esas trampas, si no tendrá que devolverme los cheniques de esto- le entrego la pinta y los dulces. Posteriormente sonrio y me siento a su vera y le comento una anécdota de mi antiguo trabajo.

¿Sabe? Hace un año estuve intentando unirme a un gremio de zapateros, pero debido a que estaban en una casa con poca iluminación, por lo que tuve que acercarme a una vela para ver bien... Puede imaginarse resto.

Acepto gustoso el aperitivo, concentrado en lo que pasa en la pista:

- Pues me parece que acabaré pagando. Porque de momento las lanzas son todas iguales, los caballos no parecen haber consumido perejil, y ninguno de ellos parece una yegua en... en... en fin: quizás una corona valga una costilla rota pero no que te pillen recortando cinchas. 

Desvío mi atención de la arena cuando me cuenta la anécdota. Lo que seguramente hace que me pierda el primer testarazo contra el suelo. 

- ¡Ah! Si: he oído que los galenos y estudiantes terminan necesitando de esas estrafalarias antiparras y quevedos por deber trabajar sin la adecuada luz del sol. Mi padre siempre se quejaba de que un día le acabaría costando distinguir a sus hijos. ¿No me diréis que vuestra vista sufrió por aquel trabajo? -expreso preocupado-

Suelto una carcajada al ver que pregunta por mis ojos.

El fuego solo me quemo algo las manos, por suerte pude apagarlo a tiempo pero la mayoria de materiales como el hilo se quemaron y el cuero quizas acabase demasiado cuarteado. No pude ingresar al final ni como aprendiz al gremio. Ahi descubri que los trabajos manuales no son lo mio.Por este motivo acabe trabajando con caballos, y de ahi , recorrer el viejo mundo entregando mensajes a la gente.
A padre seguro que no le ha hecho gracia mi decision.

Vuelvo la vista a la justas y rio cuando algun jinete cae al suelo.

-Ah -respondo- Bueno: eso son daños pagables hechos a un gremio que los puede afrontar. Culpa del Zapatero por hacer las pruebas a la hora de dormir. -Sonrio- Como comprenderéis a mi la vista me es muy valiosa. Un piquero solo necesita ver a seis metros, y un alabardero ni siquiera eso. Pero yo, sin mis ojos me habría muerto de hambre. De verdad: de pequeño mis hermanos espantaban conejos fuera de la maleza y yo los cazaba con una honda. Y de ahí sacábamos unos caldos... con la tontería, éramos de los que mejor comíamos del pueblo. ¡Y eso que éramos como once a repartir!.  

Presto atención un momento. Creo haber visto a un jinete al que la lanza le brilla de más... nah, solo es un reflejo. Veo caer al mismo jinete al suelo y casi me duele a mi. Casi. 

¡Ve como tiene buenas historias para contar señor Gahetano! Aunque me apena el tema de que tenga que vivir del conflicto. Yo... no podria, he intentado siempre escapar de los problemas.

Llevas un rato nerviosa synd, relajate. Solo es un amigo nuevo.

¡Pero no estamos aqui para escuchar mis miedos e inquietudes, brindemos por la larga noche que nos queda!

Acerco mi bota a su pinta para poder brindar con el, despues, le dare un trago largo para intentar deshinibirme y no parecer tan tensa.

Si padre era mas confiado con el vino, ¿porque iba a ser conmigo diferente?

Tras el trago, realizo varios gestos y sonidos con la garganta al no estar acostumbrada al sabor ni al alcohol.

No se como a la gente le puede gustar esto la verdad.

Posteriormente, vuelvo a mirar a mi acompañante y le pregunto

Siendo sincera nunca he visto a nadie usar una de esas armas como la que usted porta.  ¿Me haria luego una demostracion de habilidad? ¡Seguro que su manejo es trepidante!

Bueno: hemos llegado a la parte en la que o la asusto o le miento

- Un tirador de Miragliano al que conocí una vez me dijo: "Ragazzo: este oficio tiene una cosa buena. Que nunca te falta el trabajo: porque pase lo que pase, mientras queden dos personas en el viejo mundo, alguien querrá que maten a alguien". -Pauso- Los pielesverdes se reproducen como si brotaran de la tierra, los enanos te harán la guerra por cinco coronas de oro mal contabilizadas, los hombres bestia atosigan el comercio y los caminos, los norses nunca han visto por qué han de sembrar ellos pudiendo robar al resto, las bestias de alcantarilla obligan a tener guardias armados hasta los dientes vigilando rios de mierda... y eso por no hablar de las historias que cuentan del Norte. Y lo mejor es que con todo eso, los seres humanos encontramos la forma y el tiempo de hacernos la guerra unos a otros. Uno de mis primeros trabajos fue de forrajero para los mercenarios de un mercader de vino que estaba en "guerra" con otro. 

Pauso otro momento acordándome. En ese trabajo cobré en experiencia: aprendí que lo forrajeros se llevan las migajas. Brindo.

- ¿Trepidante? -Pregunto- Trepidante... curiosa palabra. Yo diría que para ver algo trepidante con estas armas hay que ver a los regimientos de veteranos usarla. Apuntar, disparar, recargar, apuntar, disparar, recargar...  Pero para que sea "trepidante" de verdad tiene que haber gente delante. Si: es trepidante mientras lo estás haciendo. Estás con los nervios a flor de piel atento, intentando mantener el ritmo de los viejos. Ves como los que cargan contra ti van cayendo, y los ves como... como a una especie de dominó que se mueve. Solo te preocupas de derribar a cuantos más mejor antes de que alcancen, porque ellos llevan alabardas y tú un cacho macizo de madera. 

Trago largo

- Luego notas toda la tensión, y te tiemblan las manos, y si tienes que volverlo a hacer enseguida, se te caen los virotes de los dedos. Cuando todo acaba, si son orcos o bichos parecidos, pues te alegras de seguir jugando. Pero si son mercenarios o cosa por el estilo, te das cuenta que igual podrías haber sido tú y... bueno: en resumen yo creo que el lema de este oficio es morir joven o morir rico. Nadie quiere llegar a la edad en la que ya no puede trabajar para no morir de hambre. No es como si el general o el estado nos fueran a pagar una pensión ¿no?. ¡Ah! ¡Que bien sienta la cerveza Fria, Myrmidia bendita!.

A ver, Gahetano: que a lo mejor te has pasado un poco. Que está "la verdad" y "LA VERDAD". 

- "Ejem" Pero... estoy intentando acertarle a un penique al vuelo. -sonrio- Si consigo hacerlo aposta, podría pasar la prueba de "los tiradores". ¡Fíjate si estarán forrados, que ellos hacen la prueba con una corona de oro!. Muchos de sus capitanes se han conseguido jubilar bien. 

Sigo bebiendo mientras Gahetano me cuenta el problema con los orcos y vuelvo a brindar con el. Pero a medida que va hablando de su experiencia como ballestero mis facciones pasan a mostrar preocupacion y desasosiego. Un frio escalofrio me recorre la espalda sus palabras. Mis labios se ven temblorosos y empiezo a notar una ligera presión en el pecho. Es increible como con unas palabras eres capaz de tomar consciencia de lo que te rodea. El hecho de que una persona se haya acostumbrado a ese modo de vida me resulta entre inquietante y deprimente. Pero pocas veces he pensado en el mundo en el que vivo y de los peligros que acechan. Los caminos pueden ser dificiles, pero sus obstaculos son salvables. ¿Es la guerra igual?

Genial idiota, seguro que con tu impertinencia le has molestado. Tratando a un soldado como si su trabajo fuera alegre y cordial... y encima pidiendole demostraciones de hablidad. ¡Imbecil!

Tomo una larga pausa antes de hablar- Padre siempre me contaba que el mundo es un lugar frío y cruel, pero que debia de buscar aquellos lugares que merecieran la pena. Seguramente por eso quiso que me uniese a un gremio de artesanos, para alejarme de aquello que los hombres siempre buscan. Quizas huí del mejor destino que me puede deparar esta tierra regada con sangre.

No quise tomar a broma su trabajo señor... Le pido disculpas.

Agacho un poco la mirada y miro de reojo la bota de vino que parece no acabar nunca.

De aqui no puede salir nada bueno

Pienso mientras dejo la bota con la intencion de no beber mas por esta noche.

Te has pasao, licenciao.

- Y por eso la gente bebe. -Le sonrío levantando otra vez la jarra, animándola a coger otra vez la bota- Y no, no: no me interpretes mal: ¡Los primeros que se toman este trabajo a broma son los mercenarios!. Por eso los hay que aceptan según que trabajos... pero también los hay mejores:  la compañía Alcatani, por ejemplo. O Ricco: a él todo el mundo lo quiere en Remas. Los mercenarios, como los aventureros, somos gente que no puede o más a menudo no quiere tener un trabajo honrado. Pero la vida honrada... bueno: impuestos sobre las ventanas, sobre la cantidad de mascotas, sobre la longitud de las orejas, el tamaño de los cinturones... cada uno sobrevive como puede. 

Paro un momento: creo que el último jinete se ha partío el alma tres veces antes de tocar el suelo.

- Y ahora nosotros estamos aquí, sentados al sol comiendo y bebiendo, en vez de ahí abajo rompiéndonos las costillas. Es como para estar contentos ¿no?. Sonrío. 

Es usted muy amable señor Gahetano. A veces hablo sin pensar y suelo molestar a alguien con un comentario fuera de lugar. Nunca está de más disculparse por si acaso.- Me soy varios golpes con las palmas de las manos en las mejillas.

No es momento de pensar en eso Synd. No querrás aburrir a tu amigo
Vuelvo a recoger la bota del suelo, respiro hondo y me preparo para darle otro trago al dichoso brebaje.
!No pienso aburrirme más con mis ocurrencias Gahetano¡- bebo sin pensar en las consecuencias.
Bu-brueno. Que costralaso se ha dado el probre hronbe.- se empieza a notar como mi lengua se traba y como arrastró más las palabras al pronunciarlas