Partida Rol por web

Con el primer intento no llegas incluso a pasar de la mitad, asi que cuando bajas te praparas para coger carrerilla y saltar ya mas de la mitad con un salto, asi que solo hace falta la mitad hasta conseguir estar a la parte superior. Simplemente te toca saltar, que con un poco de cuidado consigues llegar al otro lado.

A Taro le sobresaltó mucho el comunicado del día. Por mucho que lo intentaba, no conseguía visualizar los altavoces desde donde tenían que estar sonando.
Tomó nota de las zonas de peligro. Por suerte, incluso la más cercana quedaba bastante distante de donde se encontraba. No era un problema por el que preocuparse, de momento.
Hubo otra cosa que le sorprendió. ¿3 muertos? ¿En este tiempo 3 de sus compañeros ya habían sido... asesinados? Y lo que era peor, Uno era Yuto, Yuto Adachi, su compañero de cuarto. Uno de los pocos con los que había hecho buenas migas. De hecho, era con el que más migas había hecho de entre todos los compañeros del internado.
Aún le costaba asimilar la idea. Tan sólo era un comunicado por altavoces, pero seguramente sería real.

Taro llevaba el radar bien cerca suya, para que le avisara por si se acercaba alguien. Pero aun así lo miró bien de cerca.
Tras ello, y tras tomarse un momento. Volvió a guardar el mapa y el rotulador y se encaminó hacia el interior de los hangres. Quizás habría algo interesante. Lo que fuera.

Al entrar en los hangares apenas tienen luz, cuando abres aun mas las puertas dobles quedras sorprendido, no esta vacio como el resto de..la isla? dos avionetas de reaccion pequeñas, permanecen en el interior, una de ellas desmontada completamente, la otra permanece con la puerta abierta de embarque, compuesta de una escalera pequeña.

Por curiosidad, Taro quiso meterse en la avioneta, a ver qué encontraría. Fue la única idea que en ese momento le movió a entrar.

La avioneta con decepción esta vacía, no hay nada que no sea propio de la avioneta.

Taro escuchó de nuevo los altavoces. Se había hecho más tarde de lo que pensaba, de verdad estaba empezando a oscurecer.
El interior del hangar, incluso la propia avioneta no parecían malos sitios para pasar la noche. Seguro que si buscaba encontraría algo que le pudiera servir de manta, o de colchón. Incluso quizás encontraría alguna habitación, quién sabe. No tenía ni idea de lo que podría haber. así que buscó objetos para dormir. no estaba dispuesto a continuar andando en la oscuridad.

Buscando, en uno de los armarios encuentras unas mantas muy finas del avión, no son gran cosa pero con varias sera una noche bastante confortable. Sobretodo con los asientos reclinables de la avioneta.

Taro tiene intención de pasar la noche en el avión. Confiaba en que, con su sueño medianamente ligero, el pitido del localizador le despertara si algún ``invitado nocturno´´ se dejara caer por ahí, también movido por la curiosidad del aeropuerto.
Aunque al parecer, Como pensaba, era una vaga esperanza. Se va haciendo cada vez más fuerte en Taro la idea de que para salir de allí casi todos tendrían que morir. Y junto con esa idea, también crecía sus intenciones de contribuir a que eso ocurriera.
Mañana faltarían dos días. Empezaba a echar de menos a sus padres, incluso a su hermano.
Le hizo gracia. Un internado no bastó para ello, tuvo que ser el estar solo en una isla desierta luchando por su supervivencia para echarles de menos.

A ver si descanso un poco... He andando un huevo hoy...
Se puso el localizador bien cerca, como despertador de emergencia. Se acurrucó en el saiento e intentó dormir.

Bueno, un nuevo día se había alzado. Aunque a Taro, como de costumbre, se le pegaron un poco las sábanas. Incluso durmiendo en el asiento de una avioneta, en una isla desierta y con compañeros homicidas pululando por ahí. Aunque el localizador le daba cierta tranquilidad.

Después, no era momento de andarse por las ramas. A lo mejor llegaba una situación en la que tendría que luchar por su vida, aunque fuera en defensa propia, y el localizador nos erviría mucho como arma. Así que antes de partir se dedicó a mirar por el hangar a ver si encontraba algo que le pudiera servir como arma. Como una llave inglesa, de las grandes...

No te costo demasiado encontrar exactamente lo que buscabas, a un lado del hangar había todo un armario con herramientas, mas bien te costo alguna que no fuera demasiado grande incluso, pero finalmente una llave inglesa fija apareció en un cajón con varias iguales de diferente tamaño.

Mola... - Susurró para sí, al coger la llave inglesa que más se le ajustaba . Ni lo suficientemente pequeña para no ser efectiva, pero tampoco demasiado grande como para no poder con ella. Será un peso más con el que cargar.

Taro recogió sus cosas y salió del hangar. Al salir vio el cielo y recordó la previsión. ¿Algo de lluvia? Volvería dentro a ver si encontraba algún paraguas, pero no lo hizo. Además, ya había perdido bastante tiempo.
Ahí, de pie en la amplia explanada del aeropuerto, dos caminos se extendían ante él. Podría seguir yendo rumbo suroeste a la ciudad que se levantaba adelante, no muy lejos. O podría volver sobre sus pasos, hacia el interior de la isla de nuevo, para ver si encontraba a alguien.
O sobrevivían tres, o dentro de dos días todos morirían. ¿Estaba dispuesto a arriesgarse a que los demás se mataran entre sí? ¿Y si nadie lo hacía? ¿Y si nadie cogía la iniciativa y todos esperaban a que los demás se mataran? Entonces, pasado mañana todos estarían muertos, incluído él.

Los megáfonos invisibles tenían razón. Todo tenía razón. Todo iba en serio. La ciudad estaría tan vacía como el hangar, seguramente. No le serviría de mucho ir allí.
Volvió dentro, cogió la manta, la guardó como pudo en la bolsa, y echó a andar, de nuevo hacia el centro de la isla.