Partida Rol por web

Sus ojos, que habían sustituido su verdoso iris por la negrura de unas inmensas pupilas, ya se habían acostumbrado a la fantasmagórica luz de la linterna, de ahí que antes de que escuchara a Jimmy ya supiese lo que había ocurrido.

- Zas!- murmura, en una especie de mensaje cuyo destinatario era él mismo- Te la han metido doblada...hasta el fondo...- En efecto, se la habían dado con queso, habían vuelto a engañarle, y eso que ésta vez había creido ser él el que llevaba la voz cantante pero él mismo le había puesto la oportunidad en bandeja. Los había perdido de vista, pensando que acatarian todo lo que dijera sin chistar, que esperarían lo que fuera necesario, que harían lo que fuera necesario, que obedecerían sin más...le habían chuleado y lo sabía. Por un instante, volvió a sentir aquella sensación de cuando le apuñalaron el pie, el paso de algún objeto punzante y cortante, esta vez directo a su orgullo, el cual se tambaleó y se echó las manos a la herida invisible. Sintió la necesidad de echar a correr, sin saber aún hacía que dirección, hasta encontrarles y mostrarles que cuando se trataba de él, de Diamante, quien reía el último reía mejor, pero enconces cayó en la cuenta...y si eso era lo que les había pasado a ellos, y si el miedo, el temor, toda esa tensión, había borrado todo rastro de cordura en sus acciones y se dejaban mover por esos impulsos, llenos de inconsciencia, de desesperación. Cuando los tuvo ante él, frente al cañón de su pistola, llegó a cambiar sus sentimientos hacía ellos, del odio pasó casi sin querer a la pena, pena de ellos, débiles, física y psíquicamente, no iba a ser como ellos...él aún podía pensar...

Clap, clap, clap...

Unos aplausos, pero de un ritmo exageradamente lento, resonaron en el pasillo de entrada al convento cuando Steve se acercó a Jimmy, comprobando él mismo que, efectivamente, allí no había rastro- Estupedo! Después de todo no me sorprende en absoluto- hablaba lo suficientemente fuerte como para ser escuchado por los otros- Sólo me habeis dado la razón...eso sí, os habeis equivocado de lleno. Y pensar que estuve a punto de confiar en vosotros...al menos espero que mis hermanitos abran ahora los ojos y no vuelvan a hacer el panolí como vosotros - no se imaginaba que Greg y Jimmy siguieran sin creerle- En fín, paso de jugar al escondite, sabeis que? podeis quedaros con vuestra amiguita la monja espectro y con el señor fantasmón, que os den...vamos Jimmy- dice dando una palmada en la espalda a su hermano, que golpeteaba en las paredes de una forma muy rara- nos largamos...

Y, volviendo a pasar por el cuerpo inerte del viejo, y sin atreverse a tocarlo a pesar de que esos ojos abiertos parecían mirar todo lo que hacían, se dirigió a la puerta de entrada, no sin antes agacharse a coger el hacha...sería una buena forma de atrancar la puerta cuando salieran y así mantener recogiditos a los demás allí dentro, sin poder salir...

Estupedo! Después de todo no me sorprende en absoluto- Esta vez se trata, sin duda, de la voz de Steve, que hablaba lo suficientemente fuerte como para ser escuchado por los otros- Sólo me habeis dado la razón...eso sí, os habeis equivocado de lleno. Y pensar que estuve a punto de confiar en vosotros...al menos espero que mis hermanitos abran ahora los ojos y no vuelvan a hacer el panolí como vosotros. En fín, paso de jugar al escondite, sabeis que? podeis quedaros con vuestra amiguita la monja espectro y con el señor fantasmón, que os den...vamos Jimmy, nos largamos...
 

Parece que efectivamente se largan. Las luces de la linterna regresan caóticas al hall de entrada, aumentando aún más el nivel de oscuridad.

Justo en el momento en el que escuchas las parrafadas de los Skilton, tus manos dan con algo.

Una rendija en el suelo. Línea recta. Aquí está... La trampilla!

Manteniéndome cerca del suelo, e intentando hacer el menor ruido posible, recorro la superficie de la trampilla para asegurarme que no hay sobre ella que pueda volcar al intentar levantarla.

Una vez comprobado, y habiendo comprobado dónde están las bisagras - Seguro que se abre hacia arriba intento abrirla, con fuerza pero cuidando la poca seguridad que nos da el que Jimmy no sepa dónde estamos concretamente.

- A ver si puedo.. debo poder levantarla.

Un fuerte olor a polvo y a humedad invade el ambiente en segundos.

A excepción de Mark, nadie sabe lo que el arquitecto hace. Ha localizado la trampilla y ha tirado de ella abriendo un hueco en el suelo que podría llevar al sótano. No hay bisagras, la tabla de 60 x 60 cm estaba encajada. No pesa demasiado, y el arquitecto se mueve con sigilo y prudencia.

Instintivamente las miradas se dirigen a la fuente de fuerte olor, detectando una negrura mayor en el suelo que la existente alrededor.

No se ve escalera alguna, ni por supuesto se puede estimar la altura a la que está el subsuelo...

El fuerte olor me provoca por un momento una sensación de ahogamiento, como si me faltara el aire. Mis músculos reprimen el instinto de taparme la boca más por voluntad que por sensatez,, pero sé que no puedo soltar la "puerta" sin ponernos a todos en peligro.

Con el mismo cuidado con el que he sacado la tabla, la dejo en el suelo. A un lado.

- Debe tener como mínimo, un metro setenta de altura.. si no más. Estos edificios antiguos suelen ser de techo alto. No podemos saltar sin tomar precauciones.

Metiendo la mano por la abertura, enciendo la linterna apuntando hacia abajo, de forma que todo el haz de luz se quede contenido en la espesura de la oscuridad del sótano, abierto tras muchos años de cerradumbre. Con suerte, sabré la altura que tiene.. y con más suerte aún, localizaré la escalera para bajar..

Greg da unos pasos vacilantes hacia la puerta abierta, donde sus hermanos miraban hacia donde se suponía que debía esperar el grupo. Pero el grupo no estaba ahí. Greg se encoge de hombros, pues no le sorprendía en absoluto.

¿Que esperabas, Steve? Les estabas encañonando con una pistola, y en cuanto han visto el momento de escapar lo han hecho. Es una reacción bastante lógica...

A Greg no le gustaba en absoluto la forma en la que su hermano estaba planteando la situación. Estaba encabronado por el cristal que le habían clavado en el pie, lo que era lógico, pero no era capaz de ver que seguramente hubiese sido un accidente, un malentendido. Todos estaban en una situación bastante jodida, y lo último que les hacía falta era pelearse entre ellos. Pero el yogui no tenía fuerzas de hacer entrar en razón a su hermano. Si no estuviese tremendamente jodido, a un paso de volver a caer inconsciente, le habría arreado un buen sopapo, y habría tomado el control de la situación, como hermano mayor que era. Pero ahora no podía más que discrepar levemente, y seguir a sus hermanos casi como un zombie.

Los tres hermanos salen de nuevo del Edificio principal del Convento. Greg y Jimmy miran divertido como Steve, enfurruñado, se dispone a dejar encerrados a sus compañeros. Y después, ¿qué?

La puerta enorme se desliza suavemente sobre sus goznes, y queda trancada a continuación. El plan de Steve es utilizar el hacha para crear un cerrojo que impida a los de dentro volver a salir. Sin embargo, no hay ningún soporte ni nada parecido que lo permita. La única opción es colocar el hacha, o cualquier otro elemento, entre la puerta y el suelo.

En el exterior y bajo el porche, los Skilton han de decidir el siguiente movimiento.

Un agudo chirrido os pone los pelos de punta. Metal contra metal. Madera contra piedra.

En el tenso silencio en el que estáis envueltos, éste sonido pone vuestros nervios a flor de piel.

Los instintos de Fabiano - que no su inteligencia - le advierten contra este lugar. Un arrebatador deseo de romper la quietud, de ser el primero en golpear, se apodera de él. Tal vez si machacara la cabeza de Spinner con una piedra dejaría de oir ese ruido. Tal vez si contenta a la casa, si le entrega su tributo de sangre...

Las mentes de algunos llegan a identificar el origen del sonido. Las mentes de otros no, y el pánico amenaza con desequilibrar de nuevo la balanza de la cordura.

Un golpe seco anuncia que el chirrido debía proceder de la puerta. La pesada madera se cierra con estruendo.

¡Nos han dejado encerrados!

La situación ha hecho que el frío Spinner perdiera por un segundo el control de sus nervios y dejara caer la linterna en el agujero que se abre en el suelo. La oscuridad se traga el objeto que golpea varias veces hasta dar con el suelo. Pero ya no hay luz. La linterna se ha apagado en el interior del sótano, y ahora estáis a oscuras.

JODER!!! Mierda!! la puerta, la linterna!!!

Aterrorizada no puedo ver nada, sólo negro, oscuridad total. Temblando alargo las manos para buscar a Rick o Eli.

¿Eli? Rick? Mark? Dónde estáis?

Genial Mark, lo que nos faltaba. Cómo se puede ser tan torpe?

- Estoy aquí

Tiende la mano en la oscuridad intentando encontrar a su amiga. Aunque se han quedado totalmente a ciegas, recuerda a duras penas la última ubicación de Rubí, por lo que estira su brazo hacia el lugar donde supuestamente debería estar

- Sigue mi voz

Consigue mantener la calma sin demasiados problemas. Siempre se ha sentido cómoda rodeada de oscuridad, pero aún así se estremece al pensar que no pueden ver lo que tienen frente a su nariz.

El chirrido, como cuchillo que rascara mis columna vertebral, ha hecho que pese al frío imperante, un sudor empape mis manos. Semiincorporado, levantado súbitamente del suelo por aquel ruido, observo la oscuridad de mi alrededor.

- ¡Qué bien Marc, qué bien! me recrimino a mí mismo al percatarme que la linterna ya no está en mis manos. - Y ahora, ¿cómo sé la profundidad del agujero?

Poco a poco voy recuperando la compostura, y me froto las manos contra el pantalón, en un vano intento de secar el sudor fruto del ¿miedo? sí, seguramente del miedo. ¿Quién lo iba a decir?

- Piensa! me increpo - ¡Tienes que haber visto, aunque sea subconscientemente, a qué profundidad se apagó la linterna!

A diferencia de los demás, el saber que estamos encerrados no cambia mis sensaciones. - Ya estábamos encerrados.. Esperando una ejecución que ahora creo que era algo seguro.