Partida Rol por web

Tras maldecir entre dientes su corta estatura, heredada de manera poco generosa de su madre, baja de nuevo de la silla y regresa con los demás. El crepitar del fuego llama su atención, y la idea de calentar un poco el cuerpo todavía más. Han pasado mucho frío, y el haberse mojado de camino a la biblioteca sólo había empeorado las cosas.

Busca un hueco en el que colocarse y se frota los brazos y la cara intentando facilitar la acción de las llamas. Es la primera sensación reconfortante desde que llegaron a aquel lugar.

- Ahora sólo falta que no aparezca de nuevo aquella sombra

Vamos, Marcos, acerquémonos al fuego. Te vendrá bien un poco de calor- Greg ayuda al bibliotecario a acercarse a la chimenea- Venga, dejarle un hueco. Necesita tumbarse, aunque este no sea el sitio más cómodo.

Greg se acerca hasta la estantería y coge un par de libros. Tras ayudar a Marcos a tumbarse, le coloca los libros bajo la cabeza, a modo de improvisada almohada.

El conjunto de compañeros se reúne finalmente alrededor del fuego. El que peor está es sin duda Marcos, que se queda adormecido tumbado en el suelo donde Greg le ha acomodado, tiritando de frío, con las ropas mojadas y emitiendo gemidos leves al compás de su respiración. A Greg parece que el calor le sienta bien. Tirita también de frío, y probablemente tenga algo de fiebre.

Rick queda apartado, y lo más alejado de él, Rubí. Ambos sumidos en sus pensamientos, con las miradas perdidas en el fuego y ausentes por completo a todo.

Poco a poco las llamas os sumen en un agradable sopor...

Tu pensamiento recapitula los acontecimientos recientes. Inquietantes y sin explicación. Para tí no hay muchas dudas de lo que pasa. Tu predisposición mística te da una visión más global de lo que está pasando. No es la primera vez que los muertos echan a los vivos de sus dominios. Lo más que te intriga es el dolor que exuda este lugar. ¿Qué habrá pasado aquí? Estás casi convencida de que las respuestas pueden estar en algún sitio, y una idea sigue rondando tu cabeza... Los libros. Aquí noto algo.

Un sonido te saca de tus pensamientos. El caer del agua a través de un lugar hueco. Fuera llueve, y es normal que el agua caiga, pero este sonido viene de dentro de la biblioteca. Como si cayera agua en algún lugar aquí dentro. Miras alrededor. No ves goteras en el recinto en el que estais... ¿Pero donde...?

El crepitar del fuego te sume en una calma extraña. Tu mente empieza a divagar y te sumes en tus ideas y conclusiones acerca de lo que está pasando. Un sonido te saca de tus pensamientos. El caer del agua a través de un lugar hueco. Fuera llueve, y es normal que el agua caiga, pero este sonido viene de dentro de la biblioteca. Como si cayera agua en algún lugar aquí dentro. Miras alrededor. No ves goteras en el recinto en el que estais... ¿Pero donde...?

El crepitar del fuego te sume en una calma extraña. Tu mente empieza a divagar y te sumes en tus ideas y conclusiones acerca de lo que está pasando. Un sonido te saca de tus pensamientos. El caer del agua a través de un lugar hueco. Fuera llueve, y es normal que el agua caiga, pero este sonido viene de dentro de la biblioteca. Como si cayera agua en algún lugar aquí dentro. Miras alrededor. No ves goteras en el recinto en el que estais... ¿Pero donde...?

El crepitar del fuego te sume en una calma extraña. Tu mente empieza a divagar y te sumes en tus ideas y conclusiones acerca de lo que está pasando. Un sonido te saca de tus pensamientos. El caer del agua a través de un lugar hueco. Fuera llueve, y es normal que el agua caiga, pero este sonido viene de dentro de la biblioteca. Como si cayera agua en algún lugar aquí dentro. Miras alrededor. No ves goteras en el recinto en el que estais... ¿Pero donde...?

El calor del fuego nos sume a todos en una especie de calma que parece alejarnos del lugar en el que estamos. Estando descansando, al abrigo del fuego, me giro hacia en interior de la biblioteca.

Me levanto y me giro completamente, dando la espalda al fuego e intento agudizar la vista, buscando algo entre la oscuridad de la estancia. De mi bolsa saco mi linterna, capaz de volcar luz de una forma más controlada y a mayor distancia que el faro de aceite, que descansa apagado a mi derecha.

Mediante movimientos de la linterna, intento reconocer la estancia. No me separo del fuego,, aún, para que el calor del fuego seque más mis ropas.. - Es curioso.. Pero creo que lo he oído. Pero, ¿aquí dentro?

El calor de las llamas comienza a hacer efecto, y puede sentir como se le pone la piel de gallina. Acerca también la cabeza esperando que el pelo se seque lo antes posible, y echa un vistazo hacia el bibliotecario y su improvisado camastro. El pobre parece ser el que peor lo está pasando.

Tras unos segundos de reflexión, vuelve a centrar su mente en aquellos tomos sin identificar. Por alguna extraña razón, está convencida de que esconden algo que podría explicar todo lo que les está sucediendo. Desde pequeña, ha buscado en los libros la explicación para casi todo. Seguro que más tarde no le cuesta convencer a Steve para que le alcance alguno de ellos.

Su aislamiento temporal, absorta en sus pensamientos, parece haberla dejado apartada del resto. Aunque no físicamente, sí espiritualmente. Como si su cuerpo estuviese con ellos pero no su cabeza y su alma. Ya no les escucha hablar, y ni siquiera siente su presencia. Es tal su grado de concentración que por un momento cree escuchar algo que parece fuera de lugar. Este inesperado sonido le devuelve al mundo real, sacándola de su particular ensoñamiento. ¿Cómo puede ser? Afortunadamente, a juzgar por la reacción de Mark, no es la única que lo ha percibido.

Finalmente, se levanta y encamina sus pasos hacia la parte central de la biblioteca siguiendo el haz de luz del arquitecto.

- Qué es eso?

Elizabeth y Mark Spinner parecen haber oído algo. Ambos dos se levantan como sonámbulos hacia el centro de la biblioteca. Miran al techo absortos y piden silencio con gestos. La linterna de Spinner ilumina cada recoveco d ela estancia.

- Qué es eso? ha dicho la gótica, refiriéndose muy probablemente a algún sonido.

Sois los primeros en reaccionar ante ese sonido... Un goteo continuo que genera el eco característico de agua cayendo en un lugar cerrado. El sonido sobresale apenas por encima del ruido de la lluvia exterior, y es tapado periódicamente por el tronar de las nubes en el cielo negro. Aún así lo habeis oído. Ninguno de los dos hace reseña al otro de lo que ha escuchado, pero ambos, en un cruce de miradas lleno de significado, sabeis que escuchais lo mismo.

Desde luego en la biblioteca no hay goteras, ni agua que esté cayendo dentro. El sonido parece venir del flanco izquierdo de la estancia. Mark ilumina minuciosamente casi cualquier recoveco de la biblioteca.

Sigues el haz de luz proyectado por la linterna de Spinner en su recorrido a través de las tinieblas de la biblioteca, mientras agudizas al máximo tus oídos. La vista te distrae momentáneamente con un descubrimiento que te hace sonreir en la oscuridad. En la esquina que une la estantería localizada en la pared izquierda y la pared frontal, parece haber un hueco. Las estanterías no contactan entre sí. En el hueco que queda en esa esquina hay un objeto de madera fino y alto. La escalera de la biblioteca...

Ahora sí...

Estaba mucho mejor. Por fin, después de todo lo que le había pasado en ese maldito día estaba disfrutando de un parentesis. Se había sentado cerca del hogar en una de las sillas de la biblioteca volteada, en cuyo respaldo había colocado la sudadera para que se le secara lo más pronto posible y, a pesar de estar en manga corta en ese momento, estaba empezando a entrar en calor pues su camiseta comenzaba a secarse.

Ahora sí... esto si se parecía más a la idea que había formado en su mente de lo que sería el viaje, faltaban muchas cosas, claro está, cerveza, comida, musiquita y por supuesto algo más de ánimo y alegria pero con estar todos juntos alrededor del fuego se había dado con un canto en los dientes. Como les había dicho antes a los demás, aquí sí que estarían a gusto...o no? ...oh Dios...se lamentó para sí...goteras...

Al parecer, Elizabeth y Spinner también las habían escuchado pero sin embargo, al enfocar con la luz de la linterna parecía no haber ningún problema en el techo del edificio. Steve estira un poco la cabeza, intentando escuchar mejor ese incesante goteo, ahogado en parte por los gemidos del viejo bibliotecario que intenta reposar en el suelo- Tú no te calles abuelo!- le recrimina de malas maneras a Marcos después de chasquear la lengua, levantandose para intentar seguir el sonido, acercándose a la pared opuesta a la puerta de entrada y recorrerla con el oído pegado a los estantes y a las porciones de pared que quedaban desnudas entre ellos- lo teníamos que haber dejado en su casa...- sigue murmurando en voz baja intentando encontrar el origen del sonido tras las paredes...

El sonido es claro a tus oídos: un goteo continuo que genera el eco característico de agua cayendo en un lugar cerrado. El sonido sobresale apenas por encima del ruido de la lluvia exterior, y es tapado periódicamente por el tronar de las nubes en el cielo negro. Aún así lo has oído, y como tú, Eliz y Mark.

En la biblioteca no hay goteras, ni agua que esté cayendo dentro. El sonido parece venir del flanco izquierdo de la estancia, la pared lateral izquierda de la biblioteca.

Ricky permanece absorto. Mira hacia el techo cuando otros a su alrededor, en particular Diamante, lo hacen, pero sigue en silencio. Ni siquiera recrimina al viejo Marcos cuando lo hace su amigo, cosa que en otra situación podría haberle aliviado tensiones, se limita a mirar al anciano con una expresión extraña.

Al parecer ajenos a la mente ausente de su dueño, sus manos no paran. La izquierda se agita buscando un bolsillo o pliegues en la roca donde calentarse. La mano derecha sujetando el pequeño cuchillo ha clavado la punta de este en la madera y lo mueve produciendo un chirrido dificil de escuchar pero desagradable para los cercanos.

La vista de Rick permanece en los otros con expresión totalmente vacía.