Partida Rol por web

Elizabeth parece que se aburre viendo a sus compañeros intentar entrar en la casa. Quizás, junto con el bibliotecario que parece no inmutarse por nada, la señorita Hutchinson parece ser la que más está disfrutando en este ambiente. Por eso se da la vuelta y se dirige de nuevo a la VW. Su vestimenta negra se confunde absolutamente en la penumbra de la noche, y cuando Steve la ve es ya una faz pálida contra el cristal lateral humedecido de la furgoneta.

Steve se sobresalta, le han pillado con las manos en la masa. Aunque quizás Eli me guarde el secreto...

Steve está en uno de los asientos traseros, con el portátil de Mark Spinner entre sus manos. No sabes qué hace, pero seguro que no tiene el permiso del arquitecto.

Marcos había permanecido dormido gran parte del viaje. El consejo que le dio al hippie del grupo de fumar la marca de tabaco manitú lo dejó agotado tanto sicológica, como socialmente. Así que todos pudieron ver como su cara se arrugaba ante la pérdida de tensión en el trayecto de la furgoneta.
Ni siquiera fue capaz de despertarse cuando todos se bajaron y se dirigieron al caserón digno de la película "psicosis". Su vida azarosa de bibliotecario le impedía seguir el ritmo activo de la juventud.

Todos escucharon un tosido en la furgoneta a la vez que el graznido del cuervo. Marcos se había despertado por lo que sospechaba, fuese un efisema pulmonar que lleva arrastrando desde hace años, pero que ningún médico de verdad se atreve a diagnosticarlo.

Cof, cof. Aarrrrg. Petufff. El maldito efisema. Me tiene loco.-Se apoya en la furgoneta con sus dedos nudosos y baja.-Vaya, vaya. ¿Dónde estamos? Mucho me temo que me quedé descompuesto hace unos instantes y he sido incapaz de recuperarme hasta ahora. Tuve un pasado azaroso y ahora lo pago.

Marcos ríe.

Tranquilos muchachos. No os preocupéis. Escuchad mi voz. Dicen que se parece a la de un actor muy famoso. Es grave, potente. Os voy a dar una pista. Dicen que se parece a la voz de Constantino Romero. ¿Qué os pasa? Parecéis nerviosos.

Entonces Marcos mira a la puerta abierta y abre los brazos.

¡Oooooooh Dios! Por todos los infiernos. Una casa con la puerta abierta. Seguro que sus inquilinos son gente igual de abierta que el recibidor. Pasemos amigos, entremos a conocerles. Tal vez ... tal vez nos brinden una buena cama. Cof, cof.

Y guiña los ojos a todos. Aunque da la impresión que especialmente a todas.

Tan solo era cuestión de tiempo e intentos que la puerta cediese, pero cuanto antes mejor, pensó Gregory, pues fuera hacía frío y seguramente dentro estuviesen más cómodos. Aunque el yogi ya se había calentado algo al lanzarse contra la puerta.

Tras la inspección de la cerradura por parte de Rubí, y tras esperar disimuladamente un instante a ver si Rick se decidía a hacer un placaje a la puerta, Gregory se encoge de hombros y vuelve a arremeter contra la puerta.

Pero el resultado es el mismo y la puerta no cede. Su hombro se vuelve a resentir. Gregory frunce el ceño, perdiendo su habitual semblante relajado y cordial. Da un par de pasos hacia atrás y se lanza de nuevo, apretando los dientes. Nadie diría que aquel es el tranquilo profesor de yoga que no pierde la calma ante nada.

¡BLAM!

Gregory vuelve a rebotar contra la puerta. Su cara termina de transformarse. Aprieta los puños con fuerza, y los nudillos pierden color. Greg mira fijamente la puerta unos instantes, mientras el resto parece sorprendido con la reacción del profesor. De repente Gregory comienza a dar patadas a la puerta, escupiendo saliva a cada improperio.

¡¡ME CAGO EN LA PUTA PUERTA DE LOS COJONES!! ¡¡JODER!! ¡¡ABRETEEEEEEE!!

Tras unas insistentes pero nada fructíferas patadas a la puerta, Gregory se detiene en seco y se gira, percatándose de que todo el mundo está mirándolo. Respira hondo, una vez, dos veces, tres veces… y muestra una sonrisa.

No pasa nada, tranquilidad. Creo que no quiere abrirse. Rick, podrías intentarlo tu.
 

La puerta corredera del lateral de la VW se abrio cuando Elizabeth llego a su altura buscando a Diamond. La oscuridad que reinaba solo dejo ver una sombra que, sentada en el asiento trasero de la furgoneta, invitaba a pasar a la extraña chica con un gesto de su mano, sin decir ni una palabra.
Parecia que la fama de Steve de conquistador no era ni mucho menos una fantasmada. En un instante, la puerta volvio a cerrarse dejando en la intimidad de su interior a aquellos dos jovenes...lo que pudiera estar pasando en ese momento, parecia solo cosa de dos...

Acepta la invitación encantada, y entra en la furgoneta con la dificultad habitual. Esperaba encontrar a Steve atemorizado pero lo que ve aviva aún más su interés en el atractivo deportista. La idea de transgedir y hacer lo incorrecto siempre ha atraido a la joven gótica, acostumbrada a infringir la ley aunque sólo fuese con actos no demasiado graves. Al parecer, toda aquella escenita era sólo una estrategia para acceder sin problemas al ordenador de Mark. Digno del mejor actor.

- Vaya vaya... y yo que pensaba que eras una nenaza... - El rostro de Elizabeth dibuja algo parecido a una sonrisa. Estaba acostumbrada a esconder cualquier sentimiento agradable - Se puede saber qué buscas ahí?

A juzgar por su interés, parece no tener intención alguna de delatar al infractor.

- Joder vampirina! Vaya susto...- le susurro en voz baja una vez hubo entrado. La verdad es que la vision de Elizabeth tras el empañado cristal en un entorno como en el que se encontraba no estimulaba demasiado la libido de Steve a pesar del atractivo que podia intuirse tras esa gotica fachada- Menos mal que has captado la indirecta, te ha costado, eh?- parecia algo mas calmado, el temor que habia sentido anteriormente se habia disipado al sentirse protegido en el interior del vehiculo y se permitio justificar de esta forma su arrebato de panico- Conozco mas de veinte posturas para hacerlo en el coche asi que imaginate lo que podemos hacer con toda la furgoneta para nosotros pero primero- coloco el portatil de Mark sobre el regazo de Eli. Esta no sabria decir si fue de forma intencionada o no pero sintio como Steve acariciaba su muslo a la vez que depositaba el ordenador. Su mano la habia rozado ligeramente en direccion a su ingle- Si tu fueras una pija intelectual que contraseña le pondrias a tu ordenata?- le pregunto como si aquel contacto no hubiera existido mientras echaba una mirada a traves de la ventanilla cerciorandose de que no venia nadie mas. No conocia mucho a su acompañante pero algo le decia que ella tambien tendria curiosidad de husmear en las cosas de aquel tipo...

Al final a Steve la jugada le había salida a pedir de boca. Sin quererlo pasa a ojos de Elizabeth de ser un miedica inmaduro a un trasgresor guapo y atrevido.

Aunque guapo lo era en cualquier caso...

Solo era un divertimento. Arriesgado por otro lado. Por muy enclenque que fuera Spinner, no le iba a gustar nada que le husmearan en el portátil. Teme el furor de un hombre pacífico, decía Bruce Lee. Pero Diamond era todo menos un filósofo. Si el mequetrefe se mosquea, ya le quitaré yo el enfado...

El rubiales le pasa el portátil a la oscura. La pantalla negra deja parpadear un cursor blanco tras la palabra "PASSWORD: "

Rick observaba mudo los intentos de Greg, el yogi está en forma para ser vegetariano pero la puerta, aunque vieja, es sólida. El deportista se mantiene al margen, deseando que la imposibilidad de entrar, o cualquier otra cosa, aún pudiera hacer cambiar de idea al grupo, por su parte lo tiene claro: prefiero el bosque, prefiere caminar... lo que sea, pero no estoy dispuesto a quedar como una nenaza diciéndolo al grupo.

Cuando ya creía que tal vez Diamante podría hacer entrar en razón a los demás y los esfuerzos de Greg fracasaban, Rick se sorprende al oir su nombre, instándole a hacer lo que menos ganas tiene. Cuando dirige la mirada a Rubí para confirmar la orden se encuentra con un asentimiento que ya temía.

Con poca gana, pero disimulándolo tras una sonrisa que se podría interpretar como orgullo de poder lucir sus músculos ante su chica y los demás, Rick se acerca dos pasos a la puerta, quedando a unos cuantos metros. Mirándola fijamente con el ceño fruncido respiro y doy una embestida de dos zancadas largas.

Casi he olvidado el miedo cuando el inevitable Crack de la puerta rompiéndose me provoca un escalofrio al notar que estoy entrando en el lugar que menos me apetece pisar...

-Gracias cariño..-

Digo de pasada mientras cruzo el umbral despacio pero atenta a todo lo que pudiera haber por alli, sobre todo murcielagos..atacan al pelo y a los ojos y con el cuervo ya he tenido suficiente

Todo esta muy oscuro

-Chicos ¿Alguien tiene una linterna?

Me apoyo en algo que espero sea una mesa o algo asi

Se te queda cara de póker ante la pregunta de Steve. "-Si tu fueras una pija intelectual que contraseña le pondrias a tu ordenata?- " No te jode? Ni que fuera medium!

Así que te conformas con la caricia no intencionada del jugador de rugby.

Mientras, el resto se alborota ante lo que parece un éxito del grandullón Fabiano. Parece que han abierto la puerta de entrada.

Ariete Fabiano se lanza contra la puerta! Sus pasos resuenan sigilosos y pesados enfundados en sus Nike último modelo. Al quaterback no le hace ninguna gracia contribuir a entrar en la casa; pero cuando una chica se lo pide, no puede negarse a hacer gala de lo que son capaces sus músculos.

BOM!

De un sólo golpe consigue lo que Greg no había conseguido en tres. La puerta cede con un crack característico de madera astillada contra madera, seguido de un chirriar agudo y molesto de la madera de la puerta raspando el suelo sucio de piedra.

La puerta queda abierta unos veinte centímetros. Una oscuridad insondable aparece al otro lado. Una oscuridad casi sobrenatural. Lo primero que os llama la atención es el olor que sale de dentro. Un olor rancio, a cerrado, a humedad... Desde luego, si la casa tuviera vida, esto es todo menos una bienvenida. El ánimo en vuestros corazones varía según el personaje: alivio, temor, inquietud, desasosiego, ... ... miedo.