Partida Rol por web

Vamos, ya que hemos bajado echemos un vistazo- comenta Greg sin demasiada convicción. El sitio, desde luego, invitaba a marcharse. Pero solo sería un momento. No habían bajado esas peligrosas escaleras para volver a subir sin más.

Echemos un vistazo rápido. Si no, casi te habrías matado por nada- comenta bromeando, con una sonrisa casi forzada, intentando calmar los animos…

Decidiros leches, nos vamos o seguimos a ver donde lleva esto pero me estoy cagando de miedo cada 5 minutos para nada.

La voz de Jimmy suena extraña, apagada al hablar en susurros pero amplificada a la vez por la extraña resonancia del pasadizo. Sin darse cuenta el joven está tiritando de frío, pues aun está empapado de la lluvia de arriba.

Los hermanos se apiñan junto a la lumbre y deciden adentrarse un poco más en la caverna en la que se encuentran. El techo es bajo. Las paredes rezuman humedad y musgo por todas partes. El sonido del goteo de agua crea ecos inquietantes en la oscuridad. Las pupilas se dilatan en su máximo diámetro, y los oídos se agudizan para suplementar el déficit visual producido por las tinieblas.

Los tres avanzan un poco más.

- A lo mejor tu amigo Destino me esta diciendo que no se me ocurra bajar aquí- protesta a su hermano Greg refiriendose al resbalón- Estamos haciendo el gilipollas, como dice Jimmy. Aquí no podemos encontrar nada bueno, coño!- su voz era descuidadamente elevada, chillona, casi histérica. Sin embargo, se veía obligado a seguir los pasos de su hermano mayor, solo para evitar quedar rezagado, tan cerca de él que ni siquiera perdía el contacto físico, aunque cada metro que avanzaran supusiera adentrarse más en ese extraño pasadizo que, sin que los Skilton se hubieran dado cuenta, parecía haberlos llevado varios metros bajo tierra, como si estuvieran en otro lugar, en otro tiempo. Ese tunel no concordaba con lo que habían visto anteriormente en la superficie...era demasiado hasta para lo desconcertante del convento, para lo lugubre de ese bosque, para lo recóndito del lugar. ¿por qué ese tunel bajo el granero? No tenía ninguna relación...no casaba con nada allí.
De repente, Jimmy siente un fuerte tirón del brazo mientras la luz del quinquel se mueve rápidamente hasta el nivel del suelo donde descansa ahora. Había sido su hermano, Diamante, en un intento por frenar la caida del peso de su cuerpo que las piernas no habían sido capaces de mantener. Estaba en posición de caballero, con una rodilla hincada en el frio suelo y la otra doblada, sobre la que había dejado caer sus brazos, su cabeza. Respira agitadamente, con dificultad, siendo claramente audible. intentando inspirar por la nariz y soplar por la boca profundamente aunque lo hace demasiado rápido como para poder llegar a relajarse de esa forma- Me estoy mareando...- dice debilmente, perdiendo la fuerza de voz con la que había contestado antes a Greg y pasándose las manos por su cara, secandose unas gotas que no sabriais decir si son de lluvia o de sudor- Quiero irme de aquí...

Greg iba a insistir un poco más sobre seguir adelante, cuando su hermano Steve cae de rodillas, sin fuerza, con dificultades para respirar. En ese momento las pocas ganas que tenía Greg de continuar se esfuman. No pensaba permitir que su hermano lo pasase mal.

Tranquilo, nos volvemos. Vamos, agárrate a mi- comenta cogiendo el brazo de Steve y pasándolo por sus hombros, ayudándolo a incorporarse-. Jimmy, coge el quinquel y vete delante alumbrándonos.

El pequeño de los Skilton ha tocado la fibra paternal del mayor de los hermanos. Steve no se encuentra para nada en buen estado. El pasadizo le tiene agobiado, asustado. Apenas han avanzado unas decenas de metros por el pasadizo cuando deciden darse la vuelta y regresar por donde han venido.

Jimmy toma la delantera portando ahora el quinquel. El viento ulula en alguna parte indeterminada. EL agua gotea a su vez en todas partes a la vez.

El trío llega al pie de la resbaladiza escalera. No será fácil el ascenso...

Jimmy encabeza la comitiva, seguido de Steve y en retaguardia el debilitado y febril Greg, que a ratos sufre las oleadas propias de la fiebre. Las ropas aún permanecen mojadas y la corriente de aire que parece haberse iniciado aquí abajo acrecenta la sensación de frío...

La escalera asciende un primer tramo, para luego girar 90ºC a la derecha y encarar el tramo final hasta la trampilla en el suelo del granero.

Todos vais concentrados en la ascensión. El que más dificultad tiene es Jimmy, que al llevar el quinquel en una mano se le hace más difícil maniobrar.

Steve, lejos de sentir vergüenza por sus miedos y temores, siente un profundo alivio a medida que ve acercarse el fin a la claustrofobia.

Cómo predeterminado por la providencia, los tres hermanos miran la ansiada salida. Lo que ven les deja helado. Nadie ha parecido percatarse. Todos iban concentrados en el ascenso, en no resbalar y caer por la empinada escalera.

Arriba, observando con una mirada helada y vil hay alguien.

Una media sonrisa absolutamente malvada aflora a la cara del individuo. Toma con una mano la trampilla y la deja caer... cerrando la salida.

Hágase la oscuridad. Y la oscuridad se hizo. Un fuerte estruendo cierra la trampilla de salida del pasadizo. Una última ráfaga de viento corre para salir de las profundidades de la tierra. Con ella la corriente cesa llevándose consigo el calor y la cordura que emite la luz del quinquel.

Estais a oscuras, en mitad de la parte final del ascenso, sin salida y con la imagen del "atacante" vil clavada en vuestras retinas.

¡¡¡¡Dios!!! ¿pero quién coño...? 

La respiración del joven se colapsa en un segundo, sin aliento. Completamente aterrado se encoge cuando ve cerrase la trampilla y el golpe de la trampilla en el suelo trae consigo el mido la oscuridad y una taquicardia de 180 pulsaciones por minuto.

Jimmy casi resbala por los traicioneros peldaños de la escalera pero consigue sostenerse contra las paredes en plena oscuridad. Con los dientes castañeteando de terror comienza a golpear la trampilla con una mano.

¡Cabrón, déjanos salir!

Cuando alza la vista hacia arriba, Greg apenas tiene tiempo de ver la cara del “carcelero” durante unas milésimas, cuando la oscuridad se apodera de todo.
Pero que… -solo consigue articular esas dos palabras, demasiado sorprendido para nada más.

Pero Greg no tarda en reponerse. Sus técnicas de yoga le ayudan a mantener la calma, no como su hermano Jimmy. Luz! Piensa sensatamente. Es lo primero que necesitan, si no quieren caer por los peldaños. Tiene que volver a encender el quinquel. Saca el mechero, creando una pequeña luz en esa inmensa oscuridad. Se acerca hasta su hermano pequeño, y cogiéndole el quinquel intenta encenderlo. 

Vamos, Jimmy, lo primero es encender la luz. Así solo conseguirás matarte.

Diamante no parecía el mismo. Él, que acostumbraba a ser el gallito de la facultad, del equipo, a hacer las bromas a los empollones y a los marginados del campus, a sacar pecho ante cualquier discusión, había dejado totalmente visible su debilidad. Había llegado a la altura de la escalera apoyado en su hermano mayor, al que había logrado convencer para salir de allí, caminando encogido, encorvado, sorbiendo cada vez que pequeñas gotas de mucosidad resbalaban por su nariz.
Deseaba volver a la biblioteca. Haría un ridiculo espantoso cuando los demás lo vieran llegar de esa guisa pero esa noche parecía haber dejado la vergüenza en casa, sin embargo, cuando tan cerca estaban de la trampilla, esa figura, ese...niño?

- NOOOOOOOOO!!!- grita alargando su brazo como si quisiera estirarlo hasta llegar a frenar el descenso de la trampilla sobre sus cabezas. El grito había retumbado en las húmedas paredes de aquella cueva, de aquella tumba en la que estaban ahora enterrados en vida. El eco había resonado dando más dramatismo al alarido del joven quarterback, que se había quedado petrificado, aún con el brazo en alto aunque algo más caído, como su ánimo, como su entereza- La hemos jodido...y todo por mi culpa- murmura en voz baja- la he jodido...- mira al lugar donde supuestamente está la trampilla, ahora sustituida por pura negrura mientras su cuerpo entero tiembla. Una cosa está clara: está muerto de frio...o tal vez sea terror?

Una negrura propia del interior de un ataud envuelve con su denso manto a los tres hermanos. Los gritos de Steve y Jimmy retumban ahí abajo, transmitiendo un eco inquietante y sobrecogedor que no termina de apagarse. Por suerte, los tres Skilton, aunque dominados en mayor o menor medida por el miedo, consiguen agarrarse a donde pueden y permanecer estables en la resbaladiza y traicionera escalera... De haber caído, el resultado podría haber sido... ... mortal.

Es de nuevo el mayor de los hermanos quien pone algo de cordura en esta locura: -Vamos, Jimmy, lo primero es encender la luz. Así solo conseguirás matarte.-

Se escucha el sonido del zippo de Greg. Clink! Y acto seguido la piedra raspada intentando crear fuego. Una vez. Dos veces. Y a la tercera se enciende la llama en la mano del hippie. Éste le quita el quinquel a Steve antes de que el quetarback lo deje caer escaleras abajo y lo enciende.

Arriba la compuerta permanece cerrada. Es madera, pero parece sólida. Abajo el tunel oscuro, inquietantemente silencioso, como esperando la llegada de los Skilton.

Tras encender el quinquel, Greg sube con cuidado hasta la altura de Jimmy, ayudándole a intentar abrir la trampilla. Empuja y golpea con fuerza pero la trampilla no parece querer abrirse.

Mira hacia abajo, donde les espera el túnel en el que no se han atrevido a entrar.

Creo que no nos va a quedar más remedio que investigar el túnel. Tal vez tenga salida por otro lado- comenta antes de intentar abrir la trampilla por ultima vez.

Al tacto y a los golpes tímidos de Greg, queda claro que es de madera rígida. Por eso pesaba tanto cuando la levantamos antes, piensa atando cabos demasiado tarde.

No recordais ninguna cerradura ni nada por el estilo, pero lo cierto es que apenas se mueve unos milímetros mostrando una resistencia difícil de vencer dada la posición en la escalera. Sin equilibrio y solo accediendo de uno en uno a la trampilla, de tal manera que no podeis hacer fuerza a la vez.

Parece que solo hay un camino...

Nada, no hay manera…- Greg se da por vencido, al ver que la trampilla apenas se mueve-. Tendremos que volver a bajar y mirar a donde da el túnel.

Al girarse y mirar hacia abajo ve la mirada de miedo en la cara de su hermano Steve. Greg le echa un brazo protector por encima.
Vamos, hermanito, saldremos de esta. Somos los Skilton, y estamos los tres juntos- le guiña un ojo-. Seguro que ese túnel tiene una salida…

Las palabras del yogui, como casi siempre, son las más acertadas. El mayor de los Skilton, que sigue estando débil y en un extraño estado febril tras la picadura de algún insecto, anima al benjamín.

Aún así la situación es complicada. ¿Para qué se habrá construído este tunel aquí abajo? ¿Tendrá salida? ¿Una antigua mina? Decenas de posibilidades pasan por la mente de los implicados, pero ninguna de ellas podrá ser comprobada hasta no descender y ver lo que hay...

Le hubiera gustado corresponder a los animos de su hermano mayor con una tranquila sonrisa, hubiese querido responderle "claro que sí", "no pasa nada", "juntos saldremos de esta"...sin embargo, no podía mentir, al menos a él mismo. Sabía que no sería tan fácil y dudaba demasiado de la existencia de otra salida. Sea lo que fuera ese tunel no había sido construido para ningún buen fin, eso parecía resaltar a simple vista, ¿quien sabe? ¿y si esos niños muertos? esas fotos que había encontrado Elizabeth...en lugar en el que se encontraban se parecía mucho más a una cripta que a cualquier otra cosa ¿y si eran una especie de catacumbas donde enterraban esos pequeños cuerpecitos? De ser así...¿para que se querría una segunda salida si los que entraban allí jamas volvian a salir?
Diamante frunció los labios y se giró para volver a bajar las resbaladizas escaleras por las que no habían podido subir. Metió las manos en los bolsillos delanteros de su sudadera y comenzó a caminar entre la oscuridad, más allá de la escasa distancia que alumbraba el quinquel, sin esperar a que Greg iluminara su paso, haciendo un extraño sonido al avanzar debido al roce de sus pies contra el suelo. ¿que más podía ocurrir?

- Greg- llama la atención de su hermano. Ni él ni Jimmy pueden ya verlo apenas pero su voz se escucha aún junto a ellos- ¿Como eran? ¿donde estaban?- ¿de quien demonios habla?