Partida Rol por web

αυτή η χώρα είναι σκατά και οι γείτονές μου για τα κοτόπουλα

grita el granjero agresor mientras tienen que seguir sujetandolo sus vecinos.

Uno de los mas mayores se dirige hacia Wolfrang e intenta darle con la gallata en la cabeza, pero le falla la vista, las fuerzas, el equilibrio y acaba en el suelo mientras las mujeres comienzan a chillar y tratan de levantarlo. Desde el suelo comienza a recriminaros en griego

είναι χειρότερες από τους Οθωμανούς. Ο παππούς μου πολέμησε εναντίον του Αλή Πασά και τον σκλάβος έκανε. Δεν θα είμαι σκλάβος γαμημένο Ναζί σας

- SON LAS 00:00hs - 2ºC
 

Philipp había tomado nota de lo que decían los lugareños, literalmente. Tanto Rudolf como von Bray habían hecho un buen trabajo. Parecía que aquella gente no sabían nada de otro radar y era obvio que las bases australianas estaban al norte de la isla, cercanas a la vía principal de la Costa. Era hora de irse de allí. Su esperanza había sido encontrar un vehículo, pero aquellos vuokolieños no parecían muy acostumbrados a alejarse mucho de su aldea, aunque estaba seguro que habían tenido contacto con el ejército enemigo.

Con rectitud se dirigió a sus hombres:

— Gracias Herr von Bray. Gracias Ziska. Deles las gracias, que no se diga que en Alemania no tenemos educación. ¡Salgamos de este pueblo! Busquemos un lugar dónde preparar una emboscada a las patrullas, si vienen a investigar. Herr Bauer, usted y Allan, encárguense de que entren todos en sus casas y se queden allí sin escándalo mientras nos vamos.

Hizo un gesto a Sven, para que cumpliese la orden, aunque le miró esperando que se comportase. Un golpe podía estar bien  y tal vez fuese necesario, pero no quería irse de allí teniendo que gastar munición.

Luego miró el fuego, ya visible, del radar. Esperaba que aquello llamase la atención. Pidió al montañés que se acercase con el mapa y lo estudiaron juntos, incluyendo a von Bray.

— Wade, usted y Rademacher delante. Guíenos hacia el norte. Nos colocaremos en un sitio apropiado cerca de la carretera, entre el radar y la base enemiga. Si encuentra un punto en el que podamos divisar el radar desde el camino, aunque sea con los prismáticos, ahora que es un punto de luz visible, para tener ambas coordenadas vigiladas, mejor que mejor. Confío en ustedes.

— Mismo procedimiento de antes. Dos semiescuadras, una a cada lado del camino [Rademacher y Carss delante. Von Bray, Bauer y Milchmann a la derecha. Luidl, Ziska y Königsberg a la izquierda]. Señales intermitentes hasta que encontremos un punto para esperar ocultos. Estén atentos. ¡En marcha!

Eran las doce de la noche. El tiempo corría a su favor y en su contra a la vez para que el enemigo se diese cuenta de que había un radar de madera ardiendo. De madera. Maldijo a toda la puñetera Wehrmacht por encargarles aquellas misiones de mierda.

Me encontraba en pleno reconocimiento visual de las lugareñas, por si había alguna que mereciera la pena recordar, cuando recibí la orden de que se fueran a sus casas. Miré a Philipp y me rasqué la cabeza. Después me encogí de hombros, puse voz cantarina y con leves aspavientos hice que aquella gente se fuera a sus casas.- Gracias. Han sido ustedes muy amables. Estamos en deuda con ustedes. Yo mismo hablaré con Adolfo para que les condecore con la cruz de hierro, por ejemplo. Gracias por su colaboración. Hala, hala. Váyanse a sus casas. No se olviden de visitar Berlín. Recuerdos a los que no hayan podido venir.

Lentamente pero con alivio todos vuelven a sus casas. Nada mas entrar van cerrando las puertas y la calle queda despejada rapidamente. Algunos no tienen reparo en abrir las ventanas y quedarse observandoos a ver que haceis. Otros intuis que os observan mas disimuladamente.

- SON LAS 00:30 hs - 2ºC -

La conversación no había dado los frutos que deseaba, y menos aun el lenguaje de signos, a pesar de todo, teníamos un objetivo claro, atacar a los australianos, y atrapar a uno vivo, preferentemente algun mando.
En ese momento Philipp me dio la orden de avance y llame a los que vendrían conmigo poniéndome al frente y tomando la dirección y el linde que me había dicho. avanzamos a buen ritmo buscando un lugar de emboscar, pero y si no venia nadie?, en fin eran ordenes, y había que cumplirlas.

Os poneis en marcha según habeis indicado. La pista avanza directa hacia el norte paralela al río Travonitis. El cauce del río es muy ancho, seguramente debido a las fuertes y rápidas crecidas en una isla tán pequeña y estando tan próximos a las montañas blancas. El nivel del agua no es sin embargo muy elevado, tres metros de ancho y 1 metro máximo de profundidad en el centro. El cielo sigue despejado y las estrellas se ven claramente en ausencia de toda contaminación luminica. De vez en cuando aparece alguna vivienda a escasos metros de la carretera o algún granero. Los ladridos de los perros son a veces inevitables, pero nada mas sucede. Una mirada hacia atrás os deja ver las montañas blancas, nevadas en esta época del año y el incendio que sin haberse extendido sigue visible. La pista no ofrece ningún lugar adecuado para una emboscada aparte de las cunetas y de vez en cuando un arbol aislado. Avanzais rápido porque vais cuesta abajo y el paisaje comienza a cambiar, desapareciendo los arboles de las laderas y comenzando a aparecer campos de cultivo, olivares y viñedos. La pista tiene un ancho de 2,5mts y las cunetas tienen una anchura de unos 70cm y están a unos 40cm mas bajas del nivel de la pista. El ritmo de marcha es alto y el sobrealiento sale por vuestras bocas en forma de vapor como si fuerais locomotoras. El rio está a dos metro a la derecha de la carretera, a unos dos metros de caida mas abajo (va muy encauzado en este tramo)
 

SON LAS 2:30hs HORA GRIEGA - 0ºC

Percibis el ruido de un motor procedente del norte. Hay bastantes arboles junto a la cuneta derecha, el resto está casi despejado salvo por algún pequeño arbusto que no ofrece ninguna protección ni escondite. Tardará entre 30 y 60 segundos en alcanzar vuestra posición.

¡El ruido de un motor!¡Un resquicio de civilización en aquel maldito y oscuro lugar! Había que reaccionar bien y rápido.

Con un gesto de su mano y unas señales rápidas de la linterna ordenó a su escuadra que se detuviese, y cruzó la carretera hacia el margen derecho para reunir a todos sus hombres, bajo la protección de los árboles. 

- ¡Señores! ¡Debemos capturar ese vehículo con daños mínimos! No sabemos si es de un nativo o del enemigo, pero lo importante es el vehículo y si es posible no acabar con todos sus ocupantes.

Miró la cuneta, un punto ideal para que los ametralladores tuvieran una posición fácil y protegida para disparar. Desde los árboles podían ocultarse para tomarlo por sorpresa.

- ¡Allan y Ziska! ¡Tomen posición en la cuneta! Procuren no dañar el depósito de gasolina o todas las ruedas con las ráfagas. Vamos!

- Herr Rademacher, Herr Wade, adelántense y comuníquenos con la linterna que tipo de vehículo es. Una ráfaga larga enemigo, dos civil, tres anulación de ataque. Y con ráfagas cortas el número de vehículos. Luego pueden tomar el vehículo por la retaguardia.

- El resto ¡Ocúltense en los árboles! Preparen sus armas. Disparen a mi orden. ¡Bauer! Esté atento a nuestra retaguardia y el río. No quiero que nos pillen por sorpresa. ¡Milchmann! En cuanto identifique el vehículo grítelo. ¡Es importante no dañarlo demasiado! ¡Por Alemania! ¡Por nosotros!

Preparó su arma mientras veía como Rademacher y Wade se perdían en la oscuridad. Las ráfagas eran fundamentales para saber qué iban a atacar antes de verlo y les darían unos segundos vitales. Aquello tenía que salir bien.

Rápidamente busqué una posición a retaguardia con un buen sector de tiro por si se le ocurria venir a algún enemigo.
Me tumbé cuerpo a tierra y esperé vigilante acontecimientos.

Hans asintio.

Se adelanto un poco y se tiro cuerpo a tierra atento a la carretera. Su misión más clara era ver que vehículo era pero aun así quito el seguro del subfusil y se preparo para cualquier imprevisto hostil.

Satisfecho de que ningun lugareno haya salido herido, Ziska hace como se le ordena. Cuando e, cabo da la orden se situs donde le han dicho y empieza a montar la mg-42 con Allan.
- nadie tiene cristales o clavos para poner en el camino?

El ruido del motor se empieza a oir mas fuerte. Ruge con fuerza y suena a altas revoluciones. Al conductor le gusta pisarle.

Me pongo detras de los arboles y le digo a Philipp: - Y si le deslumbramos con las linternas?, por que va a gran velocidad y quizas no nos de tiempo a disparar al conductor.

Philipp asintió en la oscuridad a von Bray, aunque dudaba que la potencia de las lámparas que llevaran fuese suficiente para deslumbrar al chofer. Como mucho distraerlo. Pero quería saber antes cuántos eran, gracias a Wade y Rademacher, qué vehículo y que Milchmann identificase si solían llevar rueda de respuesto. Un camión destrozado no les serviría de mucho. En el escuadrón había tiradores muy capaces de acertar al neumático incluso trasero. Si por el fuera habrían bloqueado el camino o incluso se hubiesen disfrazado de civiles pero no había tiempo. Un minuto era demasiado poco:

- Bien. Pero eso desvelara nuestra posición. ¡Milchmann! ¡Ese vehículo suele llevar rueda de respuesto? Si es así ¡DISPAREN AL NEUMÁTICO!