Partida Rol por web

Emm....el post no esta borrado, solo lo he puesto para el director y ya esta asi que no digas que te lo he borrado y te a sentado fatal. No puedes saber la vida del enemigo al igual que no puedes saber la vida que tienen los demas. Con una habilidad especifica lo podrias saber. Las iniciativas no han cambiado desde el ultimo combate, la unica iniciativa que a cambiado es el de los enemigos y a mi entender estaban bien puestos para que se entendiera. Las bestias no van a ser faciles, no vas a disparar una flecha y los vas a matar. No son indestrutibles tampoco, ya que no habeis perdido aun ningun combate que yo recuerde. Alguna cosa mas?

Puedes poner el.post solo para mi, lo copio y lo edito según como está la situación porque me llevó tiempo y prefiero editarlo.

La situación se complicaba cada vez más, pero gracias a mi preciada visión logro impactarle al Druida en el brazo. -¡Al menos le he dado a ese malnacido! - festejaba hasta que los Treant comienzan a atacarnos de forma abrupta. Mientras intentaba apartarlos con el arco usándolo como garrote algo que en realidad no servía para nada el druida transformado en oso me golpea fuertemente con su cabeza cayendo al piso quedando completamente vulnerable.

Con mucha ira intento golpear con fuerza al enorme animal pero mis intentos decantan en ataques completamente débiles y austeros, solo me queda esperar.

El elfo saldrá desde detrás del druida/oso, para atacarle por la espalda. Conforme se lanza a por él concentra parte de su fuerza mística, centrado en realizarle un buen ataque.

Los golpes con el arco parecen mas bien dolerle poco al druida por lo que ignorándolos se levanta sobre sus patas traseras dispuesto a atacarte con sus zarpas, en ese momento Zebith sale de las sombras saltando hacia su espalda. Consigue subirse a su lomo y clavarle la daga, pero el fuerte pelaje del druida impide que penetre produciendole solo un corte. Por el movimiento Zebith esta obligado a bajarse por su pie, ya que quedarse podría ser fatal ya que no se podía defender bien. Los treant no pierden el tiempo y atacan tanto a Zebith como a Tania, golpeando con sus garras de madera.

Aprovechando que estaban algo más agrupados y sintiendo una ira por haberme privado de una buena exploración junto a Adriendil, restallo la cabeza roja de mi látigo sobre la cabeza de los treant y del oso, esperando inflingir mucho más daño que hasta ahora, mientras me disponía a cubrir a Adriendil con mi cuerpo.

Observo el muro de espino a mi lado, y pruebo a descargar mi espada sobre él. Sin embargo los seres de madera continúan con su ataque, y recibo algunos golpes y cortes. Me revuelvo y regreso para golpear con mi hoja sobre su cuerpo con menos efectividad que antes. Deberé librarme de ellos antes de poder ayudar al otro.

Sin mas que hacer intento continuar golpeándolo con el arco pero sigue siendo nefasto el intento, esta enorme bestia tiene mucha fuerza y sus ataques me superan de sobremanera. Lo único que me queda es esperar a que suceda algo mejor o que Rakdrak pueda liberarse de esas cosas y ayudarnos. -Tania, no te arriesgues tanto por mi. Resistiré hasta donde pueda. - me preocupaba el sentido de sacrificio de la elfa.

El treant no puede soportar mas los golpes del incubo, cayendo al suelo como si fuera un tronco sin vida. Pero parece ser que uno de los treants no se había acercado esta vez para atacar a Rakdrak. Había conseguido aprovechar la muerte de su compañero para liberar a la dríada la cual estaba en ese momento con las manos desatadas. El treant se gira a Rakdrak esperando su golpe, aunque parecía que ya había hecho su trabajo.

El látigo de Tania golpea a todos los enemigos con rapidez mientras siseaba con gusto a la espera de que cayeran por su poder. El druida levanta las zarpas y golpea a Tania, Zebith y Adriendil mientras bramaba con furia, poco a poco el animal lo estaba consumiendo. Por su dura piel, el debil golpe de Adriendil no parecia que le hubiera hecho nada.

El elfo reitera su ataque mágico contra el oso, tratando de acertar mejor. La situación se estaba poniendo muy puta. Tenían que haber matado a la driada cuando apareció el druida.

El golpe de Zebith le da en un brazo al druida, la daga del elfo brilla por unos instantes recuperando parte de sus fuerzas a cambio de las del druida. Pero el golpe no a sido muy profundo y el druida aun le quedan energías de sobra para combatir. Los treants golpean a Zebith y Tania minando poco a poco sus fuerzas.

Empezaban a flaquearnos las fuerzas, o acabábamos pronto con ellos, o acabaríamos mordiendo el polvo. Me extraño la advertencia que Adriendil me dio durante el combate, creo que malinterpretó mi gesto:

-Tan solo quería darte algo de distancia para que pudieras usarla a tu favor y dispararles- desde un principio sabía que el combate a cuerpo a cuerpo aunque no fuera mi fuerte, era mucho más fácil pegar con un látigo que con un arco, por eso mi intención era ponerme entre aquellos ente y el druida y Adriendil, la única forma de conseguir vencerles es sacando todo el provecho de nuestras habilidades.

Inmediatamente restallo la cabeza roja del látigo aprovechando que los teníamos junto a nosotros, esperaba que no tardaran en caer, ¿Qué tal le iría el combate a Rakdrak?

La driada está libre. Clavo mi mirada de fuego en ella.- ¿Ahora qué? ¿Pelearas contra nosotros? Contra mí. Te he mostrado lo que puedes disfrutar, y no creo que ellos te miren igual ahora. Decide el deber de otros o tu placer.- Dicho esto me abalanzo sobre el treant golpeando con la hoja de mi arma, manteniendo la atención en la guardiana que aun esta húmeda por nuestro anterior juego.

La dríada mira sus manos libres y después el combate. Era cierto que su sexo aun se encontraba lubricado por la atención que había recibido por parte del incubo pero su rostro no mostraba agradecimiento. -Soy una dríada del bosque.....pertenezco al bosque.... Pone las manos en su pecho. -Que el bosque me juzgue... Un destello verde ciega a todos durante aproximadamente un segundo, al acabar solo se puede ver una cortina de flores en el suelo en el lugar donde debería estar la dríada.

Aunque la dríada había desaparecido, el combate no había acabado ya que los treants que quedaban y el druida aun tenían fuerza para combatir. Los treants del lado de los elfos parecían estar en las ultimas pero aun así se mantenían en pie dispuestos a luchar. Las garras de madera volvieron a golpear a Rakdrak tras recibir su golpe. El druida en cambio se abalanzo contra Tania, quizás para detener los golpes que estaban recibiendo los treants por culpa de su látigo.

Me encontraba bastante herida pero lo peor era que mi abdomen se encontraba resentido por el fuerte golpe del druida. En un intento quizás involuntario tomo una pequeña distancia con el arco y disparo al enorme oso. -¡ Maldita sea!-grito al ver que mi flecha apenas roza el lomo del animal. Frustada espero ya un milagro porque definitivamente en el combate cuerpo a cuerpo tendría todas las de perder.

La flecha de Adriendil roza el lomo del oso, pero rápidamente Zebith se lanza contra el aprovechando la obertura que había dejado y clavando su daga en el cuerpo del animal. Un rugido de dolor sale de las fauces del oso mientras derrotado cae al suelo quedándose inconsciente. Las zarzas comienzan a deshacerse como si fueran ceniza al igual que los treants. Ya no queda rastro de enemigo alguno y el druida aun en forma oso se encuentra tirado en el suelo inconsciente.