Partida Rol por web

La cocina, limpia y agradable. Al ser el lugar habitual donde hacer vuestros quehaceres no hay una sola mota de polvo ni nada fuera de su sitio, a excepcion de la fregona que acaban de pasar hace un rato y que todavia sigue apoyada contra la puerta, como una barrera para que nadie pase. El suelo, esta seco y limpio y todo huele bastante bien. Como se dice, se puede comer en el suelo

Bien. El centro de preparación de nutrientes estaba correctamente higienizado y listo para cumplir su función. Sólo hacía falta elegir los ingredientes apropiados para preparar un tentempié adecuado a las necesidades de la larva del amo cuando ésta llegase. Calculando por la hora que el mayordomo le había dicho, el grado de falta de alimento que podía tener no sería excesivo. Así que la opción era preparar una comida nivel "tentempié ligero".

Iona se puso el atuendo adecuado para la misión (el delantal de cocina rosa con estampado de conejitos que tanto le gustaba pero que jamás admitiría adorar) y analizó rápidamente la situación. Aquello no era una tarea normal: era una misión. Y como tal se lo tomaría. Rápidamente cogió una tetera, la llenó de agua y la puso al fuego. Mientras el agua se calentaba, sacó rápidamente harina, mantequilla y sal y empezó a amasar unas sencillas tortitas de pan ácimo que luego haría en el horno.

Un tentempié ligero se componía siempre de una bebida, té de ceylan negro con aroma a rosas en este caso, y algo de comer que fuera o bien fácil de digerir o en escasa cantidad. Y dos tostadas de pan ácimo casero con un poco de aguacate, salmón, sésamo y berros serían el alimento ideal. Con las tostadas ya en el horno dorándose, Iona preparó la tetera de cerámica buena, poniendo el filtro dentro con dos cucharadas de té. Justo a tiempo, porque la tetera al fuego avisó de que el agua ya estaba a punto. Llenó la de cerámica y dejó que la infusión reposara mientras preparaba lo demás.

Al cabo de unos minutos de trabajo meticuloso y preciso, en un plato de porcelana china había dos tostadas del tamaño de una galleta grande con una ligera capa de queso crema, lonchas finas de salmón bellamente puestas, unas rodajas de aguacate en elegante equilibrio y brotes de berro y semillas de sésamo a modo de perfecta decoración. Junto a ellas, una taza a juego con el plato reposaba junto a la tetera de cerámica, parte del mismo conjunto de vajilla. Perfecto. Si pudiera darse una palmada en la espalda, lo haría encantada, ju ju ju.

Sin embargo, la felicidad le duró poco, ya que le llegaron gritos desde los pasillos de la casa. ¿Qué diantres estarían liando ahora esa pandilla de terrícolas inferiores?