Partida Rol por web

Cleesten frunció el ceño con cierta sorpresa, incluso confusión. - ¿Los asesinatos?... ¿Ha ocurrido alguno más?- Preguntó mirando a todos los presentes en la estancia, sin ocultar lo inesperado que le resultaba dicha noticia y también que no hubiese llegado a sus oídos hasta aquel preciso momento. -¿De quién se trata?- Preguntó esta vez directamente a Nathan, con gesto pensativo y serio.

Abrí los ojos en sorpresa cuando vi entrar al castellano a la habitación con su aspecto maltrecho. — ¡Nathan! — Exclamé al ver que su jubón estaba manchado de sangre y le habían realizado varias curaciones. ¿Había sido víctima de otro intento de asesinato? Tragué saliva mientras este hablaba, hasta que nos preguntó a nosotros si habíamos averiguado algo.

—Bueno... — Empecé a decir. —Después del funeral Myria y yo fuimos a caminar, pero no encontramos nada. — Hice una pausa. —Bueno, en realidad encontramos a Gretchel Gower y a Ser Royland, pero no nos dijo mucho, solamente que quería irse a casa y que su padre lleva a su otra hija de aquí para allá y a ella la deja a un costado. — Miré a mi hermana. Por ahora había omitido la última parte de nuestra conversación con Gretchel, no porque quisiera ocultarla, sino porque esperaría hasta el final de la conversación para hablar de ello. Por ahora me parecía que lo más importante era escuchar lo que Nathan tenía para contarnos.

Cuando entra el castellano, lo saludo con una sonrisa.-Hola Nathan.- Por su aspecto parece que ha estado haciendo cosas mucho más interesantes que las nuestras, aunque eso era realmente fácil de superar. Luego me quedo callada a la espera de su historia, seguramente lo más entretenido que ha pasado durante días, ya que por culpa de los sucesos que habían acontecido, no había quedado nada de tiempo para la diversión.

Con la descripción que estaba dando el castellano, el rostro de un hombre se dibuja en mi rostro, él había estado cuando fuimos testigos del asesinato. -¡Ja! Como Ser Greggor.- Interrumpo, luego miro a Samuel. -¿Verdad que podría ser?-

Cuenta lo que habíamos estado haciendo, aunque parece que quería reservarse para el final la parte más importante, por la mirada que me lanza, entiendo que quiere contarlo él, así que le guiño un ojo y le sonrío, luego asiento.

Me vuelvo hacia Nathan, esperando que continúe con todo lo que tiene que decir, estaba esperanzada en que al fin pudiéramos dejar de preocuparnos y poder empezar a movernos por los alrededores, ya que Pazo Pajar no había resultado ser el lugar más divertido de la zona y no era la única que lo pensaba.

Vaya, parece que más pistas apuntan al secuestro de la joven Errol, pero lo que ha dicho su hermana, Sir Greggor explicaría muchas cosas. Si Nathan confirmaba ese apunte que había hecho su hermana tendrían una clara conspiración que desentramar, y aunque no fuese sencillo era algo. 

En cualquier caso, no dio rienda suelta a su imaginación y aguardo por el resto del relato del castellano, escuchando atentamente sus palabras. 

Esbozo una ligerísima sonrisa a la muchacha, por poner en palabras lo que pensaban.

-Si, como él… No obstante, prefiero ser cauto antes de alzar nombres acusadores. Después de todo, no fue Ser Gregor el hombre que oyeron en las caballerizas, ¿verdad? El llego después e incluso los defendió. Aunque… ahora me pregunto si ustedes lograron oír a Gabe Blackstorm en esa pelea durante el banquete de bienvenida.

Había otra cosa que no cerraba sobre ser, pero se la guardo. No era relevante ahora mismo.

-Desde ese punto de vista, pareciera una conspiración… para forzar a los Errol a una lucha que no podían ganar. Alguien secuestra a su hija y les dice que fueron los Buckler. Ellos se lanzan a la batalla y son aplastados. El instigador permanece anónimo y se ceba en los restos.

-Como dije antes, preferiria no alzar nombres hasta reunir algo más de informacion. No obstante, solo para especular, si fueron los Blackstorm, como sugeriría la posible participación de Ser Gregor, no veo como la muerte de lord Horpe encaja con sus planes. Ahora mismo ellos son la familia que recibirá Pazo Pajar.  Y si se trataron de los mismos Horpe, lo cual no seria imposible dado, bien…

Tampoco encajaba. ¿Qué motivos tendrían sus hijos para eso?

-Tal vez no tenga que ver un hecho con el otro.- Sugirió. Tamborileó entonces los dedos sobre la mesa unos instantes mientras miraba al resto con gesto pensativo. - En cualquier caso parece que no hemos avanzado en descubrir quienes son los responsables de la muerte de Lord Cleon. Y eso es algo en lo que está especialmente interesado Lord Ralph. Así me lo ha transmitido él mismo.- informó.

Miró entonces a Myria y a Samuel y asintió. - Supongo que Lord Alfric utiliza a su hija Falia para intentar obtener un matrimonio con alguna otra familia y por tanto una alianza. Alianza que no nos convendría dadas las relaciones entre nuestras casas.- Conjeturó como motivo de esos vaivenes con su hija. La muchacha es joven y muy hermosa. Sin duda apetecible para cualquiera de los herederos aún por desposar. Aunque...- Dejó en el aire una duda. -...resulta extraño que no haga al menos lo mismo con la mayor de sus hijas, pues sin duda ya es todo una mujercita también. Decidme hijos, ¿cómo acaba esa conversación con Gretchen?.- Preguntó con curiosidad, con la esperanza de que el resto del relato pudiese arrojar algo de luz a los quehaceres de Lord Alfric.

Escuché atentamente las preocupaciones de mi padre y Nathan y sus cavilaciones, hasta que la discusión volvió hacia nosotros. Cuando me preguntaron cómo terminaba la conversación con Gretchel tomé aire y finalmente anuncié. —Quiero participar en el torneo. — Dije mirando las reacciones de las caras alrededor mio: mi padre, nuestro castellano, y mi hermano, los tres hombres mayores a mi de la habitación. —Estuvimos hablando y surgió la conversación, y me pareció que sería interesante participar, teniendo la oportunidad de hacerlo. — Mientras dije eso, de forma casi instintiva palmeé uno de mis bolsillos, al lado de mi cinturón, donde había guardado el pañuelo con las iniciales de Gretchel Gower que ella me había dado para utilizar como prenda durante la contienda. Con un poco de suerte, se entendería a lo que me refería sin que tuviese que explicar sobre ello, ya que era un asunto que me haría enrojecer sin duda.

Cleesten dejó reposar la espalda sobre el asiento de la silla, a la par que los ojos sobre su índice y pulgar negando ligeramente. Al levantar la vista, la misma mano pasó a tapar su boca, manteniendo aquella negación mientras sus pupilas se hacían más pequeñas que la cabeza de un alfiler , las cuales clavó en Samuel y su hija. Finalmente golpeó con la palma de la mano la mesa de forma repentina, con fuerza y rabia, mientras su mandíbula se tensaba como la cuerda de un arco y las venas crecían y se hacían totalmente visibles en su delgado cuello. Su respiración se aceleró notablemente y así la mantuvo unos segundo como si aquel aire le fuese imprescindible como medida de contención.

Casi podía escucharse el rechinar de los dientes cuando habló.

- Qué parte...de no tomarse ninguna confianza...con la Casa Gower, no fue entendida.- No esperó respuesta pues tenía claro que el conjunto entero.

- Qué os pensáis que es esto... ¿un cuento?-  Esta vez su mirada también se desvió hacia Rickard. -¿Un cuento de amor verdadero, justas de héroes, y nobles hazañas?.- Volvió a mirar furioso a Samuel. - Esa muchacha tiene más ambición y malicia que vosotros tres juntos. - Casi bramó en clara referencia a sus tres descendientes. - No entiendo como una sonrisa bonita y unos pechos ya formados han nublado tu juicio y tu DEBER.- De nuevo su respiración pareció acelerarse. - Creí que ya erais lo suficientemente adultos y responsables para entender que lo que está aquí en juego es el futuro de la Casa...vuestro futuro.- Es probable que nunca hubiesen visto a su padre tan enojado por algo y menos con ellos. 

Señaló entonces a Samuel con el índice, manteniéndolo así mientras hablaba.- No volverás a entablar conversación con Gretchen Gower, más allá del protocolo. Ni con nadie de su familia.- En realidad la mirada que dedicó a sus dos hijos e hija, dejaban bien implícito que eran todos destinatarios de aquella primera parte del  mensaje. - No participarás en torneo alguno y por los Siete, mucho menos vas a portar ese pañuelo.- Parecía incluso que aquel monumental enfado que le había hecho explotar cual volcán naciente, venía más por la ingenuidad de su hijo que por la astucia de la joven Gower.

Miró entonces a Rickard y después al resto.

- Rickard contraerá matrimonio con Falia Gower, asegurando con esa unión la paz entre ambas casas y la ausencia de conflictos fronterizos. Evitaremos también así que Lord Alfric lleve a cabo una alianza con los Horpe. De llevarla a cabo en cualquier caso con su otra hija Gretchen, ya sería una triple alianza. -  

Miró con un gesto igual de serio pero algo más calmado. No significaba sin embargo que no siguiese alterado.

- El compromiso es ya un hecho, con pleno apoyo de Lord Ralph.- 

Se levantó de nuevo a tomar un vaso con intención de servirse agua, pero finalmente volvió a dejarlo con desgana.

- ¿Creéis acaso que vuestro padre se casó por amor?...- Preguntó mirando a sus tres hijos. - ¿Créeis que lo hizo vuestra madre?.- Dejó un instante en el aire aquello.

- Lo que vuestra madre y yo compartimos a día de hoy ha sido trabajado y cuidado durante mucho tiempo. Nuestro objetivo común, vosotros, nos ha unido con el paso de las estaciones y no un pañuelo o un cosquilleo entre las piernas.-

Volvió a tomar asiento con más pesadez, como si aquella tensión le hubiese dejado agotado, desilusionado. De nuevo negando con la mirada en ninguna parte. 

- Apremiante es la necesidad de tierras para la supervivencia de nuestra casa, y eso sólo ocurrirá si descubrimos al responsable de la muerte de Lord Cleon.- Dijo con un tono más cansado. - Estoy convencido de que la generosidad de Lord Ralph llegaría más allá incluso. - 

Volvió a mirar uno a uno a sus hijos. - Si aún no sabéis lo que significa la responsabilidad para con vuestra casa, mejor que marchéis de vuelta al hogar. De quedaros, ya sabéis para qué.- Hizo una pequeña pausa con el gesto más severo que probablemente podían recordar en él. - No volveré a repetirlo...-

Volvió a apoyar la mano en su boca, pensativo, jugando tímidamente con la barba.

-Ahora dejadnos. Quiero hablar en privado con Nathan.- Expuso mirando a éste con gesto más suave. Era como si la presencia del castellano le serenase o le transmitiese confianza.

Nathan entrecerró los ojos, un tanto sorprendido por el arranque de lord Cleesten, pero más aun por la audacia ingenua de Samuel. Al final, el chico empezaba a ser proactivo, aunque fuera de una manera tonta y desbocada. Eso podía servir a la casa a largo plazo, si se encaminaba.

No tenía nada que decir sobre la decisión tomada respecto a Rickard; parecía algo lógico y provechoso. Ojala él también lo viera así. Por eso solo saludo con un cabeceo a ambos varones antes de que se retiraran, dejando para después las conversaciones que sin duda se suscitarían. Sin embargo, a Myria le pidió un segundo alzando los dedos.

-Quédate cerca de la puerta, por favor. Hay algo en lo que debes ser parte, después. +le solicito en tono bajo.

Escucho a mi padre, parece enfadado por lo que ha dicho Samuel, si solo hemos tenido una pequeña conversación como la que tuvimos en el banquete de bienvenida. Además… Yo no le veo malicia por ninguna parte, pero podría mentir, como hacen muchos.

Entonces dijo que no podríamos hablar con nadie de su familia, frunzo ligeramente el ceño, no me gustaban nada las prohibiciones ya había aguantado suficiente sin poder salir mientras ellos se divertían por ahí y nos dejaban de lado. Aunque de todas formas, esta no me afectaba ya que no tenía pensado hacer caso a mi padre.

Pero todo va tomando un matiz más desagradable, ya que nuestro padre anuncia que Richard se va a casar con la hermana de Gretchel, para asegurar la paz entre nuestras familias. Pobre Richard. Al parecer por todo esto, Samuel no podría tener nada que ver con esa familia, sino sería… Mi rostro se torna serio, miro al resto de los presentes y me voy hacia un lado. Nuestro padre continua contando un montón de tonterías a las cuales no les doy importancia, que él lo hiciera así era su problema, no pensaba seguir sus pasos, eso lo tenía claro, lo que más me alegra es la posibilidad que nos da de volver a casa al fin. Me muero de ganas por volver.

Me dispongo a marchar de la sala como ha pedido nuestro padre, por mí mucho mejor, cuando Nathan llama mi atención, alzando la un dedo el cual miro un instante antes de mirarle a los ojos.

-¿Esperar?- Me lo pienso un momento antes de responder. -Vale, pero no tardes que tengo que preparar mis cosas.- Esto no me gustaba nada.

Me quedé atónito por varios momentos mientras trataba de procesar todo lo que había dicho mi padre. Hacía tiempo que no lo oía gritar así. Sin embargo, cuando terminó, mi propia rabia también se había acumulado. — ¿Amor? — Pregunté entre dientes con las manos hechas puño. —No, si ya me doy cuenta que madre y tú nunca se casaron por amor, de otra forma conocerías lo que es el amor. — Lo acusé. — ¿Cómo a alguien se le podría ocurrir que estuviese enamorado de una chica que conocí hace un par de días? ¿A quien le hablé por primera vez hoy? — Pregunté al aire. —Quizá yo sea un ingenuo, pero tú padre sí que pecas, pensando que tú eres el único aquí con cerebro, y pavoneandote como si todos fuesen estúpidos menos tú. ¿Pues te digo algo? No es Gretchel Gower quien tiene un plan maligno para separarnos, ¡eres tú con tu actitud de desprecio! — Dije mientras empezaba a caminar hacia la puerta.

—Porque no sé si te diste cuenta de algo: mientras tú haces tus casamientos y generas tus ingeniosos planes para descubrir quién mató a Lord Cleon, Myria y yo nos la pasamos como imbéciles caminando alrededor de los jardines sin nada que hacer. Todos ustedes adultos están demasiado ocupado destripando el cadaver de los Errol, ¿Qué pensabas que iba a hacer mientras tanto? Fui a hablar con la única persona de mi edad que anda por aquí. Porque claro, como soy demasiado idiota, ni siquiera contemplaste llevarme en tus negociaciones con los demás adultos para nada. Bueno, que sepas que no me voy a quedar sin hacer nada solo porque no estás. — Una vez ahí, puse una mano sobre el picaporte, pero en lugar de abrirlo me giré. —Ahh, y no creas que voy a volver a formar parte de tu investigación privada para saber quién mató a quién en esta tertulia. Las tierras de los Errol se pueden quemar por lo que a mi respecta, pero no voy a volver a contarte qué estuve haciendo para que me humilles así. Así que no sé cómo demonios supiste lo del pañuelo. — Dije poniendo una mano en el bolsillo donde estaba el pañuelo que nunca saqué. —Pero mejor que sigas espiándome, porque no me vas a sacar nada de otra forma. — Y luego de eso abrí finalmente la puerta, al tiempo que giraba la cabeza para ver a mi hermano mayor, el otro "idiota" según mi padre, y al que ya me imaginaba que prefería una temporada en el Muro antes que casarse con Falia Gower, por lo decaido que estaba. Pero sabía que era un luchador y que no se iba a dejar vencer. —Hablamos afuera. — Le dije, con un tono de comprensión más que de autoridad. Si mi padre no iba a estar ahí para mi, a alguien me iba a arrimar.

Las palabras de Samuel no fueron más que marcando paulatinamente la decepción en el rostro de su padre, aunque no parecieron sorprenderle lo más mínimo. No pudo por menos que arquear una ceja cuando mencionó incluirle en las negociaciones con Lord Ralph. Y aunque quizás una reacción más severa hubiera sido de esperar con aquella manera de hablar a un padre, sólo silencio y certeza obtuvo el joven. Certeza, a juzgar por su rostro, de que todo lo que al joven le sobraba de ímpetu, le faltaba de madurez para confrontar responsabilidades. Tal vez cuando llegase el invierno y se acercase a la edad que ahora tenía Rickard, estuviese preparado. Era evidente para el lord, que ahora mismo quedaba aún lejos de empezar a estarlo.

Desvió entonces la mirada hacia su primogénito. - Rickard, cuando termine de conversar con Nathan, pasa a verme. No llevará mucho.- Le indicó en un tono más sereno sin perder seriedad.

Nada que pudiese decir ahora más que un "si padre" sería bien recibido. Por lo que para que perder energías que podía reservar para una ocasión posterior a la que ya había sido invitado. 

-Si padre - inclino la cabeza en gesto de reverencia y se marcho con respeto. 

Cuando todos hubieron salido, Cleesten pareció más relajado. Aprovechó y miró un instante el aspecto de Nathan. No parecía especialmente preocupado pues de ser grave probablemente no estaría allí. - Has hecho nuevas amistades...- Casi sonrió. Luego obviando el chascarrillo se limitó a preguntar con más seriedad y curiosidad sana. -¿Te encuentras bien? -

De nuevo pareció quedarse pensativo, dubitativo.

- Sigo dándole vueltas a como el bastardo ejecutó al copero, Nathan. No...no lo veo- Negó como si eso aún no le cuadrase.- Había pensado que quizás Myria, que ya ha tenido contacto con él, tratase de indagar algo. Tal vez con la excusa de informar de mi intención de acudir al oficio fúnebre de Lord Cleon. Puede que viese algo, alguna actitud o en algún despiste incluso algo más.- En cierta medida una excusa para espiarle o andar cerca. 

- ¿Interferiría eso con lo que necesitas de ella? - No preguntó el qué era curiosamente.

Los tres hermanos obedecieron la orden de su padre, porque era eso de lo que se trataba, no un consejo ni una petición, ni mucho menos una sugerencia. Una orden que no todos habían encajado de igual manera tal y como denotaba la tensión en el rostro del futuro de Thalassos.

En cuanto la puerta se cerró un silencio opresivo les embargó, se encontraban solos y en el exterior no había nada salvo una antorcha que titilaba débilmente ofreciendo sus últimos estertores de luz -presumiblemente con el comienzo del día siguiente serían reemplazadas-. 

Bien sabido es que las paredes tienen oídos y las paredes ojos... Sin embargo no sería correcto. Al final cabo sólo les habían pedido que esperasen en el exterior.

-En lo absoluto. Pero esa charla creo que deberá esperar. No soy quien necesitara a Myria. +replico con aplomo el castellano. Ahora que estaban solos y podían entrar en tema, se relajo en el asiento.

-Lo de mis heridas es una historia para otra ocasión, pero ciertamente hice nuevas amistades. Una de ellas esta ahora en custodia de Egil y nuestros mejores hombres, esperando mi orden para entrar disfrazada de soldado. Su nombre es Rhae Errol, la legitima heredera de Pazo Pajar.

Adelanto el cuerpo, bajando el tono de la conversación.

-Me tomo algo de tiempo, pero la encontré oculta en un burdel. Fue usada y vendida, así que esta muy temerosa, pero logre que confiara en mí. Le prometí que la protegería. Que la protegeríamos, a decir verdad, tomándome el atrevimiento de hablar por la familia.  Pero confió en que en esta situación, el honor de los Thalassos estará a la altura. Si cometimos una injusticia, debemos remediarla.

-Ella lo cambia todo. Si hubo una conspiración para engañar a los Errol y tomar control de estas tierras como parece, que siga viva frustra esos planes. Le obligara a quien sea responsable a actuar. Entonces lo estaremos esperando. Pero antes de avanzar más, quería que usted hable con ella para despejar cualquier duda. La presencia de Myria creo que la calmara, por eso le pedí que se quedara cerca.

Suspira profundamente, bajando un tanto los hombros cansados.

-Tengo un plan en mente, pero antes de continuar, quisiera saber que piensa de esto.

- Uuuufff...- Resopló consternado dejándose caer sobre el respaldo de la silla. - Cuidado Natham. Si lo que ha oído Rickard es cierto, andamos sobre terreno resbaladizo.- Dijo con un gesto de mano para sosegar. - A sus oídos ha llegado el rumor de que el responsable del secuestro fue Lord Ralph. Aunque como rumor debemos considerarlo aún. - Evidentemente no parecía alentarle la idea de que Lord Ralph descubriera que estaban indagando sobre él.

- Y de ser cierto, más cuidado aún.- Aconsejó. -No contamos con apoyos, Nathan. Quién nos apoyaría por muy justa que fuese la causa...¿Los Gower?. Ese maldito gordo estaría encantado de vernos aplastados cual hormigas bajo bota. ¿Los Horpe?, Ahora que se quedan con todo lo dudo mucho. Y los Blackstorm sabes muy bien que se arrimarán al sol que más caliente...y no seremos nosotros.- Especuló con preocupación.

- No veo tampoco qué relación puede guardar esa muchacha con la muerte de Lord Cleon. Tal vez el viejo zorro...¿descubriese algo? - Se preguntó, aunque negó confuso.

- No,no...¿qué sentido tiene que Lord Ralph me pida investigar esto si fuese él el responsable?. Puede que no lo sea.- Casi deseó.

Se tomó un instante de reposo entonces. -No sé Nathan. Éste...- Señaló entonces su pecho. -...me dice que si de una injusticia se trata deberíamos apoyarla y ayudarla. Pero ésta...- señaló esta vez su cabeza -...me dice que aún tratándose de semejante atropello, deberíamos entregarla a Lord Ralph, centrarnos en encontrar un responsable para lo de Lord Cleon, recibir las tierras que tanto nos urge y llevar a buen puerto el compromiso de Rickard con Falia para asegurarnos tiempos menos agitados con nuestros vecinos.- Planteó

-No quiero que sea Myria la siguiente en ser vendida a un burdel y que lo último que vean mis ojos sean las cabezas cortadas de mis hijos.- Se sinceró.

Se puso entonces en pie y caminó de un lado a otro con los brazos en jarra con cierta inquietud. - Aún tratándose de un complot y no una rebelión, nada debemos a los Errol, Nathan. Y esto sólo nos pone en peligro. Lo lamento por la muchacha y su familia, pero...- Cerró un instante los ojos a la par que chasqueó la lengua con desagrado, molesto consigo mismo y volvió a resoplar.- ¿Puedes creer lo que estoy diciendo, Nathan?...en qué me estoy convirtiendo...- Se preguntó a sí mismo con la mirada perdida. Entrecruzó los brazos en su pecho y giró la cabeza para ver al castellano. Asintió levemente.- Sí...sí Nathan, sí.- Sonrió con cierta resignación. - La ayudaremos...y que los Siete nos ayuden a nosotros.- 

Volvió a tomar asiento frente a éste.- Cuéntame el plan...soy todo oídos.-

Samuel -dice en voz dice en bajo con voz cercana y fraternal - Calma calma hermano, llevas mucha razón y no se que pasa con padre, también hay mucha presión para él, estoy seguro que podemos hacerle ver las cosas mejor, pero hay que hacerlo de la manera adecuada, dejame hablar con él, descansa ahora, templa el nervio, pues padre no es el enemigo, guarda esa rabia para el torneo. - después se acerca aún más en una distancia que sin la confianza de los hermanos resultaría incómoda y dice mirandole a los ojos como quien hace un acuerdo muy directo. -Le persudiré, y si no haremos lo que debamos hacer por el bien de la familia, le guste o no a padre. Mira a Myria para buscar su aprobación. 

El rostro de Nathan se puso serio unos momentos, mientras lord Cleesten enumeraba los problemas y dificultades potenciales. Eran cosas que el castellano sabio, pero lo que le sorprendía era la actitud detrás de ellas, similar al arranque que había tenido con Samuel en parte. Aunque claro, al final, el menos preciado honor de los “piratas” asomo victorioso, y este confirmo que había estado en lo correcto desde el principio al juzgar el carácter de su señor ante la situación. No en vano había servido por años con ellos.

Inspiro hondamente, ordenando sus ideas para explicarse debidamente.

-Desde luego, comparto sus preocupaciones mi señor. Sin embargo, será inevitable correr algunos riesgos. En este punto, estamos atorados en este juego de intrigas y si no forzamos un poco las cosas, es posible que sigamos a ciegas hasta el final. Nadie va a confesar ni en una borrachera, ser el responsable de todo esto.

-Por eso, quiero apuntar a la cabeza. Fue lady Buckler la que me sugirió lo de buscar a Rhae, pero antes de indagar sus motivos nos interrumpieron las muertes… Además, lord Ralph le encargo a usted buscar las respuestas a la muerte de Cleon. Para mí, o intentan cubrirse, o también tienen suspicacias. Por eso, volveré a hablar con la señora para informarle parte de mis descubrimientos.  Esta vez, pienso sacar todas las respuestas. Creo que con eso podremos dejar claro si la artimaña vino de su casa, o si solo fueron arrastrados a este asunto.

-De ser lo primero, ocultaremos a Rhae. A ella le interesa más la justicia que la heredad. Podemos hacerla pasar por una dama o una bastarda y protegerla hasta que toda la situación se enfrié.  Nadie sabe que la tenemos… que siga desaparecida. Pensaremos después en como ayudarla en su reclama, pero será una tarea trabajosa, como mencionasteis. Algo que requerirá de alianzas y compromisos muy importantes.

*una nueva rebelión, a decir verdad.

Extendió la mano hacia el costado, para cambiar el curso de pensamientos.

-Por el contrario, si los Buckler no han sido responsables, tendremos un grupo de sospechosos menos y podremos incluirlos en la búsqueda de la verdad. Si ellos anuncian que el reparto se pospondrá mientras se aclara el asunto de Cleon, sus asesinos comenzaran a agitarse.  Incluso podemos presionar más, revelando a Rhae y declarando que también se encuentra bajo su protección. Dudo que se queden quietos ante la certeza de ver sus ambiciones esfumarse.

-Mientras tanto, necesito que usted y Myria hablen con ella. Al saberse más protegida y acompañada, en confianza, puede que revele cosas que para mi no tienen significado o que se le paso decirme. No conozco a la mayoría de los nobles, así que tal vez ustedes descubran algo diferente en sus palabras.