Partida Rol por web

- ¿Ah? – Me sorprendió un poco una pregunta tan directa, el caso es que no habíamos hecho público lo nuestro – Si, eso creo – no es que lo dudara pero hacía apenas unas horas y era de los que pensaba que las relaciones se consolidaban con el tiempo, pero convencido estaba.

- Oh… - y levanté los hombros, otra pregunta por sorpresa – No sé… Hayley me dijo que no tenía nada que temer – Si, claro, lo típico que se dice para que no pienses mucho en ello – Supongo que esto es el principio, quizás no sea para tanto o las cosas se solucionen… - me comenzaba a sentir un poco ridículo ¿estaba siendo un iluso? ¿Enterrando la cabeza debajo del suelo para no ver nada?

Yo no lo veía tan sencillo como " las cosas ya se arreglarán solas " pero tampoco conocía tanto a aquel chico como para preguntar más o dar mi entender, que después de que casi me tiraran desde lo alto de una noria, no era para nada positivo.

- No lo sé.. - Respondí como si aquello tuviera que servir de respuesta.

Me volví a quedar en silencio, como si aquella conversación tuviera que concluir ahí o como si simplemente hubiera sido algo así como una pregunta para mí misma en voz alta, no lo de Hayley claro, sino lo otro.

Desde luego la adrenalina perdida ahí arriba había pasado a todo un bajón y no sabía si me apetecía esperar de verdad ahí o irme a la residencia y meterme en mi cuarto.

Levanté los hombros una vez más, le hubiese dicho que había que ser positivos, pero después de lo que le debía de haber pasado quizás me mandara a la mierda así que ambos parecíamos no saber muy bien que decir.

Yo aproveché para recapacitar un poco, en lo sucedido en estos días y de nuevo me bloqueé, me di cuenta que realmente prefería no pensar mucho.

Por lo que había dicho Paula quizás no tenía las cosas muy claras, pero sabía también que no era el memento para tratar ese tema – ¿A parte de los peligros y tal que tal tu estancia en la ciudad? Por cierto ¿Aún te apetece esa tila?

Me encogí de hombros primero, como si ya no supiera demasiado bien qué responder a ello, pero en seguida reaccioné casi porque me di cuenta de que necesitaba hacer como él un poco y creer que era mejor tratar de evadirse un poco.

- La verdad es que hasta hoy todo ha ido genial, incluso he encontrado un trabajo, aunque aún no he empezado. Tiene gracia que vaya a hacer de guía turístico alguien que acaba de llegar a la ciudad... - No sonreí al hablar, pero al menos estaba pareciendo un poco sociable y volviendo poco a poco a ser yo.

Cuando escuché lo de la tila negué con la cabeza.

- Mejor un zumo de naranja. - Sonreí ahora sí, pues me di cuenta de lo absurdo de la situación, ya tendría tiempo de pensar cuando estuviera sola. - ¿ Y tú qué tal?

Sonreí más relajado antes el cambio de conversación – Me alegro que hayan encontrado trabajo, y bueno, seguro que lo haces muy bien, se te ve muy… con ganas de lograrlo - gesticulé con las manos

Me acerqué a la barra y pedí un zumo de naranja para ella y un refresco de cola para mi – Bien, yo también me hice con ese trabajo del gimnasio, al que me acompañó tú… Leo, al que me acompañó Leo, le estoy muy agradecido

Suspiré mientras llegaban las bebidas - ¿Y que es lo que te trajo a ti a esta ciudad?

Me hizo gracia aquella forma de decirme eso de " tú Leo " y por unos instantes, incluso sonreí más tranquila, pues la verdad es que sonaba un poco raro llamarlo novio todavía, quizás, por el poco tiempo que llevábamos juntos.

- Mi Leo sí... - Respondí bromeando, bastante más tranquila que en un principio.

También era una buena noticia lo de que él también hubiera encontrado trabajo.

- Me alegro de que tú también tengas curro. Supongo que estar eternamente en la residencia... - No era que el lugar me desagradara, ni mucho menos, pero había que pensar un poco en el futuro, esperando que fuera un poco más azul que el presente.

- Vine por cambiar. Quería irme de Europa y salió esto como podía haber salido Egipto o Rusia...

Sonreí casi más por vergüenza que por otra cosa con lo de “Su Leo”, pero fue muy gracioso.

- Ajá… Mira otra cosa que no me había planteado, Hayley vive allí así que supongo que tampoco me importaría seguir allí… una temporada más – Si ella tenía su curro allí, hacer que se cambiara a otro lugar tampoco acababa de tener mucho sentido, aunque había que aspirar a ir algún día a un sitio mejor…

- ¿Y qué es lo que te empujó a dejar Europa? Si no es intromisión, eres libre de responder – le saqué la lengua, me alegraba notar que no estaba tan tensa.

Sabía que no había terminado de responder a su pregunta, pero es que tendría que ponerme seria de nuevo para decirle qué era lo que me había llevado a dejar mi hogar, aunque ahora ya no tendría ninguna salida más que hacerlo.

- Supongo que ahora toca el momento triste así que... - Me quedé un poco en silencio antes de proseguir, como si le estuviera dando tiempo a asimilar que la historia que le iba a contar fuera de todo menos entretenida. - Mis padres murieron en un accidente y volví a casa, dejando España que era donde vivía, para volver a Luxenburgo, que era donde nací. Me pasé un tiempo bastante deprimida, porque no tengo hermanos ni familia viva y cuando vi que ya no podía seguir así me hice las maletas para empezar de nuevo. Así que aquí estoy.

Era un resumen bastante simple de lo que había sucedido, escueto, pero no me había dejado nada en el tintero para que pudiera comprender la situación.

- ¿ Y tú? ¿ Hay algún motivo por el que eligieras Estados Unidos?

- Ummm joder… vaya… lo siento – Me quedé un momento en silencio, si que era una especie de “momento bajón” – Bueno, tu Leo cuidará de ti, seguro que aquí te irá mejor – dije tratando de salir de esa historia tan triste.

- Conseguí una beca para estudiar en este país, me gusta lo multicultural y me encantó, con la carrera terminada decidí quedarme, la parte mala es que me dí cuenta de lo difícil que es encontrar trabajo para una carrera de derecho y por otra parte me encantan las artes marciales, mi padre me instruyó en ello y… el resto ya es fácil de imaginar

Suspiré y tomé mi refresco que el camarero ya nos había servido

- Yo estudié filología en España... - Así que imaginaba lo difícil que era lod e encontrar trabajo para él pues yo estaba en la misma situación. - A mí me salva que en vez de enseñarme artes marciales me enseñaron idiomas, porque mis padres eran ingleses aunque vivían en Luxenburgo y donde yo vivía, se hablaba francés y alemán... a lo que terminé sumando el español.

Imaginé un día de mucho trabajo cuando empezara a trabajar.

- Creo que me cansaré de repetir lo mismo en muchos idiomas!

- Vaya, entonces tenemos cosas en común – resultaba gracioso, ambos con carrera y sin trabajar de ello

Me reí con lo de que se cansaría de repetir lo mismo – Al menos podrás ver la cara de pasmarote de los turistas ¿Te has fijado en la cara que ponen cuando les explicas algo y miran a su alrededor? – Por alguna razón era una expresión de cara que me resultaba graciosa.

- Pues sabes muchos idiomas, siempre es útil, yo solo sé el japonés y el inglés, y ya ves que lo hablo con algo de acento… - me reí y tras ello dí un trago a mi refresco

Akio charlaba tranquilo con Paula cuando esta noto un escalofrio, giro la cabeza y entre la gente vio a un hombre que le sonaba, que ya habia visto aquella tarde que los miraba y sonreia enseñando unos prominentes dientes. Era como si el resto del mundo se moviera y el no...

- En este país todo el mundo que es de fuera tiene acento. Los " yankis " tienen una forma muy peculiar de hablar... te lo aseguro. Hablan con demasiadas jergas y cosas... yo porque siempre he visto películas en versión original y así que sino... me dirían que hablo de manera demasiado fina.

Iba a sonreir tras aquellas palabras pero algo me hizo estremecerme y miré hacia la gente para darme cuenta de que me estaban mirando y cuando vi quien era palidecí de nuevo cuando pensé que iba a ser una personita aplastada contra el suelo en lo alto de la noria.

- Mierda. ¿ Cuánto crees que corre un hombre lobo?

Se lo preguntaba sin ni quisiera mirarle aunque muy en serio, con la mirada puesta en un hombre muy atractivo de un metro noventa al menos que estaba quieto a unos metros de nosotros.

Supongo que tenía razón en todo eso que decía y entonces me di cuenta que miraba algo fijamente y que palidecía, con sus palabras y al ver a aquel tipo se esfumó la sonrisa de mi rostro.

- ¿Mucho? Por si acaso voy a pagar esto – saqué un billete de diez y lo dejé encima de la barra.

Instintivamente posé mis manos en los hombros de Paula e iba tirando de ella hacia atrás - ¿Crees que este bar tiene puerta trasera?

Pues la verdad era que no tenía ni idea de si allí habría alguna puerta trasera, pero no tenía ningunas ganas de salir por la que habíamos entrado si aquel mastodonte estaba allí.

- Esto creo que va a ser superior a mí... - Lo dije en voz alta, pero me refería a lo mío con Leo, pues estar a punto de caerme de una noria y ahora, ver como un hombre lobo parecía tener ganas de cazarme no me hacía ninguna gracia, ya que volvía a estar totalmente asustada.

- Vamos a buscarla! - Dicho eso, eché a correr hacia el interior del bar, pasando mucho de los camareros, bebidas e incluso de si había riesgo de chocarme con alguien. No sabía dónde podíamos acabar, pero no quería comprobar si los hombres lobo comían personas o qué podían hacer con ellas.

En cuanto se dio media vuelta posé mi mano en su espalda, una reacción un poco instintiva - ¡Vamos!

Arrancamos a correr hacia el fondo esperando tan ansiada salida si es que estaba, si no, podíamos tratar de atrincherarnos en los lavabos, pero primero lo de la salida parecía mejor opción.

No miré atrás, traté de sortear a la gente sin separarme mucho de Paula, le haría frente con mis habilidades si hubiese sido una persona normal, pero no era el caso.

Echasteis a correr entre la gente sin saber muy bien que rumbo seguir cuando de golpe algo agarro akio por el brazo y al girarse elte vio a Hayley y Leo que os miraban confusos - ¿Estais bien? ¿A donde ibais? - Pregunto la pelirroja preocupada. Tenia algunas marcas en los bazos como de arañados, y Leo estaba impoluto.

Cuando siento como me agarran del brazo casi me da un infarto - ¡Hayley! ¡Hay un.. hay un…! - Joder, el peor momento para tartamudear

- ¡Hay un hombre lobo en el bar! Era el tipo más raro parecía que se movía raro o no se que cosa extraña… - Por mi forma de hablar alterada creo que debía ser suficiente, vi sus arañazos, pero tampoco era momento de preguntar

Cuando Akio se sobresaltó yo di un respingo también así que cuando me giré para ver allí a los dos hermanos mi rostro aún mostraba mucho miedo.

- Leo... ha sido el tío de esta mañana. Estaba ahí parado entre la gente, mirándome.

No creía que le hicieran falta más datos, pues si esa mañana ya me había acojonado lo suficiente aquello era ya como la gota que colmaba el vaso.

No añadí nada más, simplemente miré detrás de nosotros a ver si aquel hombre lobo aparecía o no, aunque no sabía qué sería peor si saber que estaba ahí y no verle o sólo verle.