Partida Rol por web

Puede que no todos salieran vivos de aquella habitación. Pero era el trabajo que les habían encomendado y, ¿acaso no sabían que habría riesgos cuando habían aceptado?

Nathifa cogió agradecida lo que Madsul le pasaba. Lo que tenía, lo había empleado casi todo antes, poco más podía hacer en aquella lucha, tenía que recurrir a fuerzas prestadas. Esperaba que las energías ardientes de la varita estuvieran tan dispuestas hoy a plegarse a sus órdenes como normalmente seguían las indicaciones del nómada del desierto.

Kefera aprovecho para atarse los correajes de la armadura y de las sandalias, Si no salimos de esta ha sido un placer conoceros, dijo a sus compañeros mientras comprobaba el filo de sus dos cimitarras.

Lista, yo abriré la puerta

Se acercó a la puerta y espero a la señal de sus compañeros

Amuir no sabía muy bien qué hacer, pero estaba claro que tenían que detener el ritual. Sus compañeros no estaban habituados al combate, no todos al menos, y habían pasado penurias en aquellos pasadizos. No sabía si iban a sobrevivir, pero había que intentarlo y todos parecían más que dispuestos a dar su vida por cumplir la misión. Era un suicidio obvio, pero el hermano de Osiris no iba a dejarlos atrás.

-Puedo robar el cáliz si es necesario. Centrémonos en Khaibet.

Le puso una mano en el hombro al enano.

-Jotnar, Kéfera. Necesito más que nunca que esteis conmigo en primera línea, os abriré huecos en la defensa de ese vil seguidor de Set para que podais hacerle el mayor daño posible. Será dificil por su armadura, pero buscaré la manera de que podais atacar con más facilidad.

Luego miró al sacerdote.

-Si dispones de magia protectora, es el momento de bendecirnos con ella. Nathifa, no te expongas demasiado, necesitamos tus curaciones. Madsul, haz lo que mejor sabes hacer -animó al nómada.

Luego sacó las espadas mientras los demás se preparaban y se arrodilló en el suelo, cruzando las hojas frente a él. Meditó unos segundos, provocando que las sombras de alrededor fluctuaran en torno a él. Tras un breve momento de reflexión, se puso en pie y miró a sus compañeros.

-Vamos allá.

Se lanzó a la carga al interior del templo justo después de que Shem silenciase la zona.

Preparativo: cambio a Isla de filos

Maniobras preparadas:

—Golpe de las sombras persistentes^MdS [como acción estándar, realiza un único ataque c/c y si tiene éxito, +1d6+2 (SAB) daño y la víctima realiza TS de Fort 13 (CD 11+SAB) o sufre 20% en todos sus ataques c/c o distancia durante 1 asalto]
—Técnica del filo de las sombras^MdS [como acción estándar, se realiza un único ataque c/c, se tiran 2d20. Si se elige el resultado más alto, el ataque hace daño normal, si se elige el más bajo, causará +1d6 extra por frío]
—Zancada en el viento^VdD [rapida, +10 velocidad hasta el final de mi turno]
—Capa del engaño^MdS [rápida, invisible hasta el final de mi turno]

Iniciativa: 9
Acción: retraso hasta después de Shem y/o Nathifa y/o Madsul, cuando caiga el Silencio y la Bola de fuego y la Pirotecnia. Carga parcial hasta Khaibet. Critico (19 en dado). Confirmación 27. Daño 11.

Shem asintió a la ocurrencia de Amuir y sacó su portarollos mientras Nathifa y Madsul se preparaban.

Recitando las arcanas palabras, protegió al guerrero enano de todo mal mientras éste se deshacía y su poder caía sobre el objetivo.

-Oh Thot, señor de la magia y guardián del saber, concede a Jotnar tu protección, pues va a enfrentarse a un gran mal y debe prevalecer.

Luego se preparó para lanzar su hechizo sobre la zona del ritual una vez Kéfera abriera la puerta de la misma, mientras asentía a sus palabras de agradecimiento.

—No te preocupes, chico, seré como una lapa en tu trasero. No literalmente. Bueno, se me ha entendido—comentó Jotnar dándole unas palmaditas en el brazo a Amuir y extendió su mirada a Kéfera—. Permanezcamos juntos y nos irá mejor, ya sabéis lo que dicen: cinco dedos forman un puño.

Agarró su hacha tras tan emotiva declaración aunque, como si el universo tratara de equilibrar seriedad con locura, de pronto añadió: 

—Oh, y después de esto no tenemos porqué dejar de conoceros, ¿he mencionado que tengo una compañía de mercenarios? Si necesitáis ayuda con algún asuntillo, llamad a la B... —Cocotilio asomó furtivamente de la mochila sólo para quedarse mirando al enano. El susodicho lo miró de vuelta—. No es el momento, ¿verdad?

El coquito negó con la cabeza.

—Vaya, por dioses.

El coquito bostezó y volvió a ocultarse en la mochila. Jotnar carraspeó.

—En fin, que al lío. Acabemos con esto. Ya cogeremos el cáliz después.

Cuando Kéfera abrió la puerta y los lanzadores hubieron hecho lo suyo, cargó detrás de Amuir.

Preparativo: Postura de Mirada del Guarda de Hierro.

Daño aplazado: 0/10
Maniobras preparadas: Huesos de Piedra y Martillo de la Montaña (al final de turno recupera Golpe de Cruzado)
Ini: 17

Jotnar carga parcial después de Amuir y golpea a Khaibet con el Martillo de la Montaña en poderoso (-2/+4) Ataque: 32. Daño: 21 (se salta durezas y RDs de haberlas)

Nota: He sumado la Isla de Filos de Amuir porque no me queda claro si aplica. Si no aplicase, el ataque es 30. Also olvidé sumar +1 al daño en la tirada por ser una maniobra del Dragón de Piedra, aquí en las notas está bien.

Kéfera abrió la puerta de súbito, haciendo golpear las hojas contra las paredes laterales. Las enmascaradas ahogaron un grito de sorpresa, mientras Khaibet, el alto ritualista, se daba la vuelta de forma lenta y pavorosa. Sus ojos relampaguearon con peligro.

—¡Infieles…! —fue lo único que atinó a decir, antes de que un silencio sobrenatural cayera sobre la estancia.

Lo siguiente que sucedió fue la sala estalló en un infierno tan abrasador como mudo, y apenas un latido de corazón después, las antorchas chisporrotearon con luz cegadora. Una de las enmascaradas cayó al suelo completamente carbonizada, habiendo protegido con su cuerpo a Khaibet de lo peor de la explosión. Visteis a la otra mujer retorcerse, tratando de apagar el fuego de su túnica, pero sus aullidos no eran audibles a través del conjuro de silencio.

Jotnar y se lanzaron hacia delante antes de que Khaibet pudiera recomponerse del asedio mágico. Las serpientes que le brotaban de su espalda, empero, se enrollaron por el cuerpo del ritualista, y fueron a ellas a quienes golpearon el enano y el hermano de Osiris, incapaces de hacer daño a la auténtica amenaza. Abrieron las fauces y sisearon, pero no produjeron ningún ruido.

Kéfera abre la puerta durante el asalto sorpresa, en Iniciativa 13.

Todos los demás retrasáis vuestra iniciativa hasta justo después de Shem y, por tanto, quedáis juntos en vuestra nueva iniciativa para el resto del combate: 3.

Shem lanza silencio en el área azul. Nathifa lanza bola de fuego en la misma área para que la bola de fuego no haga ruido. Khaibet pasa la TS Ref (21), la primera Enmascarada también (23) mientras que la segunda falla (13). Khaibet y Enmascarada 1 reciben 8 puntos de daño, Enmascarada 2 recibe 17 y muere.

Madsul lanza Pirotecnia sobre las antorchas de la sala para intentar cegar a los ritualistas. Khaibet pasa la TS Vol (27), mientras que Enmascarada 1 falla y se queda ciega durante 5 asaltos.

Amuir y Jotnar cargan sobre Khaibet con sendos aciertos. Amuir confirma el crítico. Khaibet recibe otros 32 puntos de daño. Al estar adyacentes a Khaibet, Amuir y Jotnar notan los efectos de su aura debilitante (-1 CA).

Fin del asalto sorpresa.

¡TURNO DE KÉFERA! Nótese que actualmente Kéfera no tiene línea recta sin obstáculos para cargar sobre Khaibet. No es que haya ido a pillar al respecto, es que no vi manera de colocaros de otra forma para que todos tuvierais línea de visión / efecto para lanzar todo lo que queríais lanzar.

(13) Kéfera: 32/32
(13) Enmascarada 1: 8 daños, herida grave (ciega 5 asaltos)
(4) Khaibet: 40 daños, herido grave
(3) Shem: 32/32
(3) Nathifa: 13/13
(3) Madsul: 20/20 (+4 TS contra veneno 4 minutos)
(3) Amuir: 35/35 (-2 CA carga, -1 CA aura Khaibet, Isla de Filos)
(3) Jotnar:  55/55 (-2 CA carga, -1 CA aura Khaibet, Mirada del Guarda de Hierro, Protección contra el mal)

Había asumido que Khaibet era un yuan-ti, como la Madre de las Serpientes. Después de todo, tenía conexión con ella, y tenía aquellas serpientes en la espalda. ¿No estaba segura de haber leído sobre otros yuan-ti con serpientes en la espalda, pero acaso era ella una experta en todos los que existían? Y sin embargo, algo no parecía encajar.

Poco más podía hacer mientras los otros luchaban que mirar, así que bien podía aprovechar para echar un buen vistazo a su enemigo.

-¿Es de verdad un yuan-ti?-le susurró a los que estaban a su lado-No parece un purasangre, como la Madre de las Serpientes. Aunque haya algo serpentino en sus rasgos, parece un humano. Y no sé si nació con serpientes en la espalda o las consiguió después, pero nunca he oído de una especie que posea algo así.

Kefera se volvio a mover a una velocidad sobre humana, y pasando como una centella por la puerta se abrio hueco hasta tener al sacerdote maligno a la vista.

Con la furia del leon se abalanzó sobre él lanzandole dos cimitarrazos al cuerpo intentando aprovechar la guardia baja de la criatura.

- Muereee demonio maligno, dijo pero el silencio magico que impregnaba la sala hizo que ni una palabra se escuchase en la burbuja magica

La enmascarada gimió, sin producir ningún sonido. Desenvainó a la desesperada el largo cuchillo curvo y lanzó un tajo circular, a ciegas, en la dirección en la que creía que estabais.

Los dos ataques de Kéfera son sendos fallos.

Enmascarada desenvaina y ataca a ciegas a la casilla de Jotnar, pero falla (supera el 50% de ocultación por ciega, pero yerra el ataque con un 16).

Khaibet se escurrió por un lado, buscando el flanco. Hizo un molinete con su guadaña y ensartó de lado a lado a Kéfera con ella, atravesándole las tripas. Extrajo el arma de un tirón, esparciendo por el suelo la sangre de la mujer. Sus serpientes se abalanzaron sobre ella, y una de ellas logró morderle en el brazo.

Un escalofrío recorrió vuestra columna vertebral al contemplar el terrible espectáculo, y os abandonó el ánimo. Una maldición milenaria se cernió sobre Amuir, al sentir la mirada de Khaibet clavada en él, con severidad.

Khaibet activa como acción rápida Devoción por la Ley, obteniendo un bonificador +3 profano a la CA. Da un paso de 5’ hacia la derecha y deja de verse afectado por la Mirada del Guarda de Hierro de Jotnar. Como acción gratuita lanza su maldición de filo aojador sobre Jotnar, que deberá hacer una TS Vol CD 15 o sufrirá un penalizador -2 ataque, TS, pruebas car., habilidad y daño con armas. Esto es una aptitud sobrenatural, que no tiene componente verbal y, por tanto, funciona dentro del silencio. No se considera conjuro o sortílega a la hora del bono racial de los enanos,

No contento con eso, le hace un ataque completo a Kéfera usando -5 de ataque poderoso con la guadaña e impacta (ataque 16, daño 19). Las dos serpientes de su espalda le atacan a ella también (ellas no pueden emplear la dote de Khaibet) una impacta y la otra falla (ataques 15 y 10), y le hacen otros 5 puntos de daño. Gracias a la aptitud de agarrón mejorado, una de las serpientes inicia como acción gratuita una tirada de Presa contra Kéfera: 8. De lograrlo, sería la serpiente quien estaría en presa contra Kéfera, pero Khaibet no recibiría los penalizadores propios de formar parte de la presa.

Como Khaibet ha hecho un ataque completo, ha disparado su dote Ira Terrible y se ha rodeado de una aura de Presencia Pavorosa durante 1 asalto. Todos los que os encontréis a 20’ de su posición (Amuir, Jotnar y Kéfera) deberéis hacer una TS Vol CD 16 o quedar estremecidos 1 minuto (10 asaltos).

¡VUESTRO TURNO!

(13) Kéfera: 8/32 (¿En presa?, ¿Estremecida?, Devoción por el viaje 9 asaltos, -1 CA aura Khaibet)
(13) Enmascarada 1: 8 daños, herida grave (ciega 4 asaltos)
(4) Khaibet: 40 daños, herido grave (Devoción por la ley +3 CA 10 asaltos, Presencia Pavorosa 1 asalto)
(3) Shem: 32/32
(3) Nathifa: 13/13
(3) Madsul: 20/20 (+4 TS contra veneno 4 minutos)
(3) Amuir: 35/35 (¿Estremecido?, -1 CA aura Khaibet, Isla de Filos)
(3) Jotnar:  55/55 (¿Estremecido?, ¿Maldito?, Mirada del Guarda de Hierro, Protección contra el mal)

Viendo cómo se las gastaba aquel engendro de serpientes a la espalda, Shem no lo dudó. Sacó otro de los pergaminos del portarrollos y exclamó su contenido en voz alta:

-Bendícenos, oh gran Thot, Escriba de los dioses, contra este gran mal al que nos enfrentamos. Que tu sabiduría sea la luz que apague esta oscuridad. -la benévola magia inundó la estancia mientras el pergamino se evaporaba e insuflaba valor en sus compañeros.

La batalla había comenzado con el fuego de los cielos cayendo sobre aquellos impíos, pero pronto se revolvieron y plantaron cara. Kéfera sufrió una herida horrible, mientras ella y los demás bailaban una danza silenciosa en el interior de la estancia. Madsul pensó que era hora de unirse, pero su lanza no estaba preparada para el combate. Extrajo un frasco de aceite, untándolo en la punta con gran rapidez, y se preparó para unirse a la escaramuza golpeando desde detrás de sus diestros amigos.

- La hora de la verdad ha llegado. - sonrió.

Kefera aunque malherida sabia que esta iba a ser su ultima oportunidad, resistiendose de la presa de la criatura serpentina activo su amuleto, el tiempo parecia que se habia detenido para todos en la sala, asi que zafandose de la influencia del malvado sacerdote se alejo para coger velocidad.

Sus compañeros vieron que la exploradora de un salto corria por las dos esquinas de la pared antes de girarse y a toda velocidad y lanzarse con sus dos armas directamente a la espalda del sacerdote, si no hubiera habido una aura de silencio el grupo estaba convencido que el grito de Kefera se hubiese escuchado en la superficie, pero las dos armas atravesaron al malvado Khaibet

Algo no iba bien. El siempre templado Amuir sintió miedo y las manos empezaron a temblarle. La presencia sobrenatural de Khaibet lo dejó aturdido durante un instante y tuvo que esforzarse por quitarse la amarga sensación de encima. Una estela de sombras lo siguió cuando se desplazó hacia el costado del enemigo, mientras atravesaba el estómago de Kéfera con la guadaña. Había sido un golpe horrible, el miedo le atenazaba las entrañas. Sintió la devoción de Thot intentando abrirse paso por entre las rendijas malditas de Khaibet, pero no era suficiente. Ignorando a la cultista ciega, Amuir asestó un tajo al guerrero de las serpientes y luego trató de golpearle otra vez sin dejarle opción a que volviera a usar su guadaña.

Paso de 5' hacia O-13 y hace un completo sobre Khaibet.

Ataque 1*: 28. Daño 16
Ataque 2*: 23. Daño 7

_{^{*(el bono es +3 base +4 destreza +1 arma +1 dote +1 bendición +4 flanqueo -2 dos armas -2 estremecido = +10)}}

El nómada parecía dispuesto a entrar en la liza cuerpo a cuerpo, y ya estaba preparando su lanza para unirse a la batalla. Nathifa, por el momento, no podía más que esperar al resultado de la lucha que los demás estaban teniendo, esperando que no llegasen pronto guardias haciendo la ronda que reforzasen a sus enemigos, o simplemente habitantes del lugar pasando por casualidad que pudiesen dar la alarma. Por si acaso, antes de que Madsul entrase, buscó en su mochila la varita de Imagen Múltiple que el nómada había mencionado alguna vez. Al menos, si alguien llegaba, podría protegerse algún tiempo.

Jotnar arrugó el ceño cuando vio que aquella muchacha tiraba su vida a la basura de aquella forma. La gente comete errores, pero los que resultaban tan insubsanables eran los más tristes.

«Que desperdicio»

La pregunta de Nathifa le recordó que él había visto yuan-tis con anterioridad, y Khaibet desde luego no tenía el aspecto uno. Pero no quería ni imaginar qué rayos debería haber hecho alguien para terminar con dos serpientes vivas pegadas a la espalda.

Miró un instante a Madsul y le señaló con la cabeza a la mujer que parecía ciega, el hechicero le había echado algún tipo de potingue mágico a su lanza así que seguramente podría encargarse de ella antes de que se le pasara el efecto del conjuro. Luego avanzó cerca de Amuir para intentar ponerle fin a aquel despropósito, enarboló el hacha y descargó un golpe contra Khaibet.

Daño aplazado: 0/10
Postura: Mirada del Guarda de Hierro
Maniobras preparadas: Huesos de Piedra y Golpe de Cruzado (al final de turno recupera Primer Golpe)

Jotnar pasa las dos TS

Da un paso de 5' a P13 y ataca a Khaibet. Ataque: 33. Daño: 13.

Amuir lanzó sendos golpes buscando las junturas de la armadura de Khaibet, que sangraba por numerosas heridas. La pérdida de sangre mareó un instante al alto ritualista, que tardó un instante en recuperarse. Era todo lo que necesitaba para que Jotnar le asestara un hachazo en el pecho, partiendo en dos el pectoral de la armadura dorada. El guerrero de las serpientes vomitó un cuajarón de sangre, y las serpientes de su espalda se agitaron espasmódicamente. Trastabilló, y al perder el equilibrio, Kéfera saltó sobre él. El ímpetu de la templaria de Thot derribó a Khaibet, y ambos terminaron el suelo. La guadaña tintineó en el suelo, y Khaibet agarró a la templaria del cuello, tratando de asfixiarla. Kéfera perdió el aliento y notó como le ardían los pulmones por la falta de oxígeno. Pero aún conservaba un cuchillo en el mano: acuchilló a su oponente repetidas veces en el cuello, en un silencio sobrenatural, hasta que súbitamente dejó de apretar. Kéfera tomó una bocanzada de aire agónicamente y se apartó del alto ritualista.

Khaibet yacía despatarrado en el suelo, tendido sobre un creciente charco de sangre. La cultista enmascarada no se dio cuenta de ello, ciega y sorda como le habían dejado vuestros conjuros. Blandía su cuchillo largo en el aire, con movimientos iracundos, pero sin saber realmente dónde apuntar. La criatura que habitaba en el interior de Madsul tomó el control del nómada y le impelió a atravesar de lado a lado a la cultista. Un cadáver más en el sanctasanctórum del Templo de las Sombras.

El premio, la humilde copa por la que tanta sangre propia y ajena habíais derramado, os aguardaba en el altar de piedra. Unas breves comprobaciones le bastaron a Shem-su-namun para saber que, al haber silenciado la letanía y acabado con Khaibet, la vinculación mística del Cáliz de Hatharia con lo que fuera que estaban haciendo los cultistas de Set, había terminado. Las briznas de poder que brotaban de la copa habían desaparecido. Los fragmentos de piedra y arena habían ralentizado su devenir, y parecían hundirse de vuelta entre los nubarrones negros que, a su vez, parecían dispersarse a ojos vista.

Era seguro llevarse el Cáliz de Hatharia de allí. Majoor estaba más cerca de conjurar la amenaza de La Maldición Escarlata. Solo debíais encontrar la salida y escapar.

¡Wooo-hoo, enhorabuena, chicos!

Kéfera: 8/32
Shem: 32/32
Nathifa: 13/13
Madsul: 20/20 (+4 TS contra veneno 3 minutos)
Amuir: 35/35 (Isla de Filos)
Jotnar:  55/55 (Mirada del Guarda de Hierro)

La muerte de Khaibet provocó un sonoro suspiro por parte del sacerdote de Thot y una mirada que buscaba el cielo con otra plegaria casi silenciosa agradeciendo a su Dios la ayuda prestada en aquel duelo a muerte.

Mientras sus compañeros se aseguraban de que los oponentes yacían bien muertos, Shem se escurrió para asegurarse de que el cáliz de Hatharia estaba bien.

Hizo un asentimiento grave hacia todos seguidos de una leve sonrisa para que todos estuvieran más tranquilos, pero luego se acercó a Khéfera para ver su estado y ayudarla, mientras le dirigía a Nathifa una mirada casi suplicante, que aún guardaba aquella varita de curación.

La devota de su fe había hecho un papel ejemplar en todo aquello. Se aseguraría que la propia Hanofret y otros miembros de la alta jerarquia supieran de su valía.

Una vez que el efecto del silencio se fue, susurró: Restablezcamos el estado de nuestra compañera y vayámonos de aqui.

Una vez acabado el peligro, al menos el inmediato, Nathifa se acercó a la malherida guerrera para usar con ella la varita. De un sólo golpe, Khaibet casi la había matado. Por suerte, Kéfera y los demás habían podido cobrarse su venganza antes de que que Khaibet tuviera ocasión de acabar el trabajo, y la varita enseguida logró reparar el daño hecho.

-Bien hecho-le dijo, con una amplia sonrisa, una vez que las heridas estuvieron curadas-Aún queda la cuestión de salir de aquí. Será mejor que registremos los cadáveres, por si tienen algo que nos ayude. Temo que aún no han acabado las dificultades.

Y se acercó ella misma al cadáver de la primera cultista que había caído, esperando tener la suerte de que llevase alguna varita u objeto mágico encima.

Shem asintió un momento y, mirando los cuerpos, se le ocurrió una idea.

-Las máscaras de los cultistas. Nos hemos encontrado con más de una de ellas y los hijos del chacal aliado de Khaibet seguramente no puedan distinguir a unas de otras. Pueden venirnos bien para hacernos pasar por ellas y así evitar confrontaciones innecesarias.