Partida Rol por web

Rebás se mostró realmente interesado, ya que cualquier historia le parecía importante. Especialmente de personas como la seguidora del Dios del Mar: eran personas que habían forjado su propio destino a pesar de las circunstancias. Algo que le recordaba a sus padres, a su hermano, a él mismo.

Siguió el relato con interés, hasta se sentó donde pudo para escuchar atento y que no hubiera distracción alguna, por más que estaba atento a su alrededor como Toth le había bendito con su habilidad de recordar todo.

Pero lo que más le interesó, y agradeció en silencio a su dios el mantenerse impertérrito y atento, fue al final: el collar.

-¿Qué sucedió con ese collar? ¿Lo tiene aún?- suponía una respuesta ya, pero se tenía que asegurar. La historia no se tenía que escribir con suposiciones.

- Pues... Cuando me cambié de casa lo metí todo en unos sacos. Pero como no me cabían todos los recuerdos de mi época de marinera, algunas cosas las regalé y otras las tengo en la buhardilla de mi casa. Creo. Hace años que no lo veo.

- ¿A qué vienen esas preguntas? ¿Tiene que ver con lo pasó en el puerto esta mañana?

- el puerto? ... cuentame exactamente que paso? - digo algo despistado despues de mi nefasto intento de conexion de ideas ... a ver si viendo la percepcion de otra persona conseguia tomar una nueva vision sobre el tema.

Rebás se levantó.

-¿Podría fijarse? ¿O recuerda a quién se lo regaló?- preguntó el joven mulano -Es muy importante confirmar que lo tenga o no-

Probablemente ya tenía enfrente el origen del problema... aunque ahora quedaba cazar a los infectados.

Miró a Yves.

-Tiene que ver, sí- dijo Rebás -Pero tengo la sospecha de que gracias a ese collar pueda estarse generando un nuevo "Acechante"... o más de uno-

- ...Como gusten. Yo no tengo mucha hambre, pero los acompañaré. - Dijo sin demasiado humor. Lo cierto era que sí cargaba con cierta hambre, mas rara vez Blarc cenaba o pernoctaba en público, siquiera acompañado. Quizás era parte de su ser tan reservado y solitario, quizás sea su orgullo como paladín y lo que su casco representaba como figura representativa de Helm, o quizás haya un motivo más sombrío y perturbador detrás de su oscura psiquis que se lo impedía... A tal punto de, quizás si viese la ocasión, se llevaría algo de alimento para alimentarse posteriormente en algún lugar recluso y sin la molestia de nadie, o lidiaría con el hambre. Prefería lidiar con eso, a que con su oscura verdad... Y, para bien o para peor, ya lo estaba acostumbrado.

Rae dice que buscará en el lugar donde dejó los dientes a ver si aún están ahí. Tardará unas horas, así que tiene tiempo a ir a buscar a los demás y poner notas en común.

Tras todo el día pateando las calles agradecéis la oportunidad de sentaros en una taberna. Es la hora de repasar todo lo que sabéis.

Sentados en la mesa y sin demasiado ánimo de comer o beber, Blarc no tardó mucho en romper el silencio de la comida e iniciar la conversación seria entre sus compañeros.

- Y bien, Rebas... ¿Has averiguado algo interesante? - Le preguntó reposando con fuerza su mano sobre la mesa.

- Creo tener un muy buen indicio de dónde hallar a ese tal Nat. Aunque no esperaría ninguna negociación pacífica. - Plantea por su parte. - Puede que ese sujeto sea la fuente de todo, pero no la raíz. Zook, si realmente crees que es ese noble quien pudo haberlo orquestrado todo... Deberíamos atar ese cabo primero, o cualquier esfuerzo por aprehender a Nat será en vano. Sólo será reemplazado. - Concluyó, observando con firmeza al gnomo. A menos, claro, el clérigo añadiese una pieza importante que alterase por completo su visión del rompecabezas.

Rebás había llegado ansioso a la taberna donde se reunieron a conversar. Por suerte no era la misma de la otra noche, porque si no tendría distracciones, y en este caso quería estar enfocado.

Todavía no había probado bocado, pero sí había tomado varios sorbos de su bebida.

-Creo que tengo el origen de esto, y ahora necesitaremos encontrar el siguiente eslabón, el que desbarajustó todo- dijo mirando a sus compañeros -Investigando, me encontré con el dato de que el templo de Valkur había enviado un grupo para terminar con la amenaza de un tal Acechante, que coincidía con las señas de nuestro asesino bestial- mientras hablaba se aseguraba de que nadie estuviera queriendo parar la oreja -La cuestión es que cuando llego al templo y pregunto, además de encontrarme con Yves, encuentro que la Suma Sacerdotisa, Rae, había sido la protagonista de ese hecho que en realidad había sucedido muchos años atrás-

Tomó un largo sorbo, y ahora sí comió un par de bocados. Hasta que no los tragó, no continuó.

-El Acechante, como en ese tiempo lo llamaban, era una bestia que resultó ser un semiorco licántropo, y como agradecimiento a Rae, le dieron un collar con sus dientes- se encogió de hombros -La cuestión es que la señora sacerdotisa, luego de varias mudanzas, no está segura de si regaló el collar o si lo tiene aún en su buhardilla- revoleó los ojos y continuó -Así que creo que tenemos el inicio enfrente nuestro...-

Estáis acabando ya la comida cuendo viene un chico a darle a Rebas una nota de la capitana Rae diciendo que en la buhardilla ha descubierto que le robaron el collar con los colmillos.

-Gracias, muchacho- le dijo dándole una moneda de plata, haciendo alusión adrede pero no explícitamente, a todo el tema que los reunía -Dile a la Capitana que le agradezco y que la mantendré informada por si necesitamos otra vez de su arpón-

-Bueno, efectivamente, no tiene dicho collar de dientes y ha sido robado, por lo que sabemos de dónde lo sacó Nat- revoleó los ojos -Vaya coraje robarle a ella...- y continuó -Y de dónde viene eso robado-

Su puño le tembló un poco al escuchar algunos detalles de esa historia, más terminó presionándolo firme sobre la mesa.

- Entonces ya tenemos verificada la información que buscábamos. - Afirmó el caballero, llegando a la conclusión de que ese motivo debía ser suficiente para justificar cómo había llegado a manos de ese noble. De ser así, ya no había menester para realizar interrogatorios. Sólo había un culpable.

- Es hora de arrancar este problema de raíz. Prepárense, iremos a por ese tal Nat. Veré si es posible algunos soldados nos puedan cubrir el perímetro. Es fundamental que no se nos escape. - Sentenció decidido, poniéndose ya de pie. La sangre le hervía por dentro y eso en parte lograba nublar su apetito, pues ahora mismo tenía una sed de venganza interna que debía saciar. Una que saciaría con justicia... Porque ése era el modo que Helm le había mostrado.