Me agacho para ver mejor el rastro. Sí, parece sangre.. ¿Sangre de quién? ¿o... de qué? Ya estábamos demasiado rodeados de misterios, pero éste era uno nuevo. Rastro de sangre que llevaba a algún sitio, aunque no supiésemos bien a dónde
-Amigos, creo que este rastro no está aquí fortuítamente. No sabemos a quién o qué pertenece, pero podría llevarnos al cubil de estos seres. Quizás alguien menos afortunado que nosotros fue arrastrado por algún ser como el que matamos, para servir de alimento.. o de ofrenda a algo. Recordando costumbres ancestrales de civilizaciones como los antiguos aztecas, existen tribus supersticiosas que realizan sacrificios rituales a lo que ellos consideran dioses desde tiempos inmemoriales. Ésto podría ser algo así. Llámenme loco, pero lo del libro extraño y estas mutaciones.. y esos cánticos que escuchamos.. Yo creo firmemente que deberíamos buscar el destino de este rastro, o al menos tenerlo en cuenta.
Leroy se arrodilla junto al rastro y lo examina detenidamente. Mira en varias direcciones como si comprobara algo, y al cabo de casi un minuto de concentración, se levanta y dice:
- El rastro viene del Bishamon, y creo que se internan entre los árboles - dice mientras mira en aquella dirección tapándose el sol con la mano a modo de visera. - Pero creo que sería jugarnos el cuello. Deberíamos seguir por la playa.
Felix gira el revólver con habilidad en su mano, en espera de una decisión.
- La sangre lleva seca unos días - añade Leroy como observación final -.
- Por una parte, estoy de acuerdo con el señor Currie. Ya hemos visto a esas cosas. ¿De verdad queremos ir tras ellas? Pero por otra parte, creo que hay que llegar al final de este asunto... o bien intentar salir de la isla. Y no sé si alguna de estas opciones pasa por seguir ese rastro. ¿Qué opinan ustedes?
-Como he dicho, me parece que esos seres nos están buscando continuamente para lo que quiera que hagan con sus infortunadas víctimas. Y opino que siempre es mejor ser el cazador que el cazado, dadas las circunstancias -señalé la pistola-. Tenemos armas, estamos provistos, conocemos la historia.. y de la isla.. Lamento decirlo crudamente, pero.. Ya hemos explorado bastante y no hay trazas de poder salir con facilidad de ella. Opino que deberíamos seguir el rastro con cautela, y tratar de encontrar ese libro maldito del que hablaba el diario.
- Le veo muy valiente, profesor. ¿Está seguro de querer adentrarse ahí dentro - pregunta Leroy, quizá por sorna, quizá por precaución - ? Y lo mismo digo para la dama.
- Señor Currie, diría que el que más miedo tiene, es usted. O quizá simplemente le guste tocar las narices.
Los nervios y la impaciencia que me provocaba Leroy comenzaba a ser difícil de disimular.
- El profesor tiene razón. Lo único que podemos hacer es intentar encontrarle solución a la maldición que parece asolar a esta isla. Voy con usted.
Termino la frase mirando a Ezekiel.
-Mmmm... Vaya, vaya.. Leroy, Felix.. ¿será posible que el científico y la señorita se atrevan a ser valientes, y ustedes dos no? -devolví el intento de burla a Currie. No me acaba de caer en gracia este hombre, siempre poniendo en duda todo. Eso no quita que puede tener razón, pero.. A veces las formas mejoran los mensajes. Será lo que quiera, pero Currie no ganará ningún premio por simpático.
Contando con que nos van a seguir, le ofrezco mi brazo caballerosamente a Irina para que se apoye, inclinándome levemente ante ella y preguntándole a la vez:
-¿Vamos?
- Les recuerdo que no es momento para hacerse los valientes. Una dama como usted, Irina - dice mirando a los ojos de ella - y un señor tan cultivado como usted - dice ahora mirando al Profesor - se les puede dar muy bien caminar por la arena de la playa, pero debemos preguntarnos hasta qué punto están acostumbrados a luchar por sobrevivir - dijo Felix con un tono algo a la defensiva, pero calmado, con la mirada finalmente puesta en el horizonte. - En cualquier caso, déjenme ir en primer lugar, para abrir paso y freír a balazos si aparece un maldito monstruo de esos.
- Bien, caminemos. Si la dama y el anciano piensan que nos van a abrir paso a un policía y a un tipo como yo, dejémosles que se hagan los héroes. Eso sí, no pienso pasarme un día entero cavando tumbas - dijo Leroy, arrogante y condescendiente.
- De acuerdo. En marcha - finalizó Felix, arrancando al grupo.
Felix avanzaba en primer lugar, seguido de Leroy, que gracias a sus dotes de Supervivencia, indicaba hacia dónde debía dirigirse el grupo. A veces, el rastro era imperceptible, pues las lluvias habían ocultado la mayor parte, pero cuando Leroy pensaba que el rastro se había enfriado, llegáis a una zona cercana en el interior de la jungla con varios objetos tirados por el suelo y cuatro montículos de tierra. Cerca, parece haber restos de una pequeña hoguera. Allí, tomáis algo de aire y empezáis a sentir de nuevo los estómagos vacíos y las gargantas ásperas.
- Cuidado, señores, parece que por aquí ha habido alguien o algo hace poco.
Ni la idea de encontrarnos con alguien "vivo" me hacía la más mínima gracia, porque a saber de su reacción al vernos... No sé si lo que parecen restos de una hoguera tienen mucho o poco tiempo, pero no me importa, prefiero estar alerta por si las moscas.
A pesar de todo, las necesidades biológicas son lo que son y empiezo a sentir hambre y sed.
- Deberíamos buscar algo de comer antes de ponernos a investigar qué es todo esto. - Digo señalando los objetos del suelo, y evitando mirar o señalar los montículos, pues no quiero imaginarme lo que hay bajo esa tierra...
Leroy le pasa la cantimplora a Irina.
- Hidrátese.
A continuación observa los alrededores con los sabios separados, que os permite ver cómo aprieta los dientes. Es evidente que no está relajado, aunque tampoco hay motivos para estarlo.
- No creo que podamos conseguir otro cerdo salvaje aquí tan cerca del límite de la jungla, pero si comienzo ya, para el anochecer puede que consiga algún pájaro - dice Leroy.
- Fantástico. Yo haré guardia en los alrededores. Ustedes estiren las piernas y, demonios, déjenme un trago de agua - dice Felix, refiriéndose sobre todo a Irina y el profesor - .
De paso que paramos, me acerco a los restos para observar qué hay (o hubo) por ese paraje. Así a primera vista, parecían... ¿Tumbas? No estaba seguro.
-Fíjense, ¿Qué creen que ha ocurrido aquí? ¿Un campamento atacado, quizás? Pero.. en ese caso no creo que los atacantes enterrasen así a las víctimas.
Me resultaba curioso pensar en ello. Quizás no era el mejor momento para divagar, pero tener la mente ocupada me ayudaba a no desfallecer.
Tomé un sorbo de agua, procurando hidratarme y no malgastarla, y continué dándole vueltas a lo sucedido mirando los restos de cosas que había por el suelo*.
*¿Qué hay?
Tirado por el suelo hay dos baldes metálicos, una pala, un arpón, un par de cuchillos de 15 centímetros para limpiar pescado, un catalejo y cuatro mantas empapadas que se están echando a perder.
volteando los restos mugrientos del suelo con el pie, descubro dos baldes metálicos, una pala, un arpón, un par de cuchillos de 15 centímetros para limpiar pescado, un catalejo y cuatro mantas empapadas que se están echando a perder.
-Cuatro mantas, cuatro montículos.. -digo, señalando de nuevo los bultos de tierra-. Creo que ya no hay mucha duda de lo que puede haber ahí debajo. Me pregunto quién los habrá enterrado.. Recojamos lo que nos es útil de todo ésto.. Los harapos de mantas mejor dejarlos, lo demás nos viene bien todo -digo, recogiendo el catalejo, comprobando que aún funciona-. EL arpón, los cuchillos.. Creo que podremos con todo. Si no, cambiemos las lanzas de bambú por este buen arpón metálico.
- ¿Un arpón? No tengo ni idea de pescar. En Los Ángeles me dedico a otra cosa... - dice Felix, un poco indiferente ante el arpón. - Aunque puede servir para atravesar a algún desgraciado - dice sopesándolo en la mano y haciendo el gesto de lanzarlo.
Leroy examina con su pie las tumbas, propinándoles pequeños golpes con la suela.
- ¿Quién excavó estas tumbas? ¿Acaso esos seres deformes - dice - ?
Felix vuelve a dejar el arpón en el suelo, junto al resto de cosas que habéis encontrado, excepto el catalejo, que se ha guardado Ezekiel. Sentís que la temperatura ha bajado algún grado respecto a la de hace unas horas, y la niebla nocturna comienza a aparecer. La luz de la luna crea destellos en la superficie del mar, que aún podéis ver desde donde estáis situados, y os permite adivinar las sulietas de vuestro entorno.
Unos susurros envuelven el ambiente, y moviéndose por la arena de la playa veis una figura humanoide caminar con dificultad y sin rumbo. Al mismo tiempo, el roce de algunas ramas y hojas del interior de la selva se hace patente en vuestros oídos.
No hubo tiempo para mucho más. Afortunadamente Felix comprendió que mi interés en el arpón no se debía a la pesca, dadas nuestras circunstancias. Y ahora íbamos a poner la resistencia de esos viejos objetos a prueba:
-¡Atención, cuidado! -susurré a mis amigos con un hilo de voz-. Armáos todos con lo que podáis. Parece que vienen por dos lados y que aún no nos han visto.. Podemos huir o luchar. ¿Qué hacemos? -dejo la pregunta en el aire, esperando que nadie haga ningún movimiento brusco que nos delate.
Con la advertencia de Ezekiel, rápidamente cojo uno de los cuchillos.
- Quizás deberíamos escondernos, y comprobar qué son esta vez, y cómo se comportan cuando no están atacando a alguien. Puede que así saquemos algo en claro.
La criatura que deambula por la arena de la playa parece ir sin rumbo definido, sin embargo, el sonido proveniente del interior de la jungla se acerca más y más a vosotros. Es probable que se os eche encima, sea lo que sea, en cuestión de menos de un minuto... Es hora de actuar cuanto antes.
Felix agarra el arma con fuerza, mientras los nudillos se le blanquean debido a la fuerza que ejerce en la empuñadura. Hace un gesto de salirle al paso a lo que quiera que se acerque por la selva, pero Leroy le sujeta del hombro y le anima a mantener silencio.
Cierto... ¡No hay tiempo ni para hablar! Tiro por mis dos amigos indicándoles silencio, e indicándoles un escondite. Seguimos la propuesta de Irina. Si no nos dedcubren, podemos ver cómo se comportan y qué hacen, y podría mostrar alguna pauta útil para seguir a continuación.
En silencio, traté incluso de no respirar para no ser delatados
Me recuerda a la escena del camino con los hobbits escondidos de jinete negro, jaja
En medio de la oscuridad, intentáis mantener la alerta y el sigilo. El sonido de vuestra respiración creéis posible de alertar a esas criaturas. Conforme la figura que camina por la arena se adentra en una zona con varios árboles que tapan la luz de la luna, os parece ver a la figura desaparecer. Simultáneamente, el crepitar de las hojas de la selva se acerca más y más a vosotros. Lo sentís a escasos metros, pero no conseguís ver apenas nada. De repente, Felix, que se encuentra a vuestro lado, es revolcado en el suelo por un golpe que nadie ha visto, y décimas de segundo después, un rugido monstruoso casi os revienta los tímpanos a vuestro lado.
Recortada por los débiles rayos de luz, una silueta informe se agita al lado vuestro. Tiene los brazos elevados, con una envergadura de más de dos metros. Su piel es irregular, como si todo él fuera una cicatriz. No veis su rostro, pero su silueta os deja entrever que ante vosotros se encuentra una monstruosidad.
Cerca, preso de un estado mental deteriorado, Felix balbucea ausente. Agita los brazos de manera inconexa, y con ellos, el revólver que llevaba en su mano derecha.
Tirada oculta
Motivo: Ataque contra Felix
Tirada: 1d6
Dificultad: 4+
Resultado: 3(+3)=6 (Exito)
Tirada oculta
Motivo: Daño contra Felix
Tirada: 1d6
Resultado: 1
Tirada oculta
Motivo: Estabilidad de Felix
Tirada: 1d6
Dificultad: 5+
Resultado: 1(+2)=3 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: Estabilidad de Leroy
Tirada: 1d6
Dificultad: 4+
Resultado: 2(+2)=4 (Exito)
Lo siento. A veces, puntuación en la habilidad de Sigilo es importante. Empezasteis con personajes pregenerados, pero si alguna vez conseguís mejorar los personajes, podréis añadir puntuación en estas habilidades.
Habéis sido sorprendidos y lo ha pagado Felix, perdiendo un punto de Salud.
Debéis hacerme todos una tirada de Estabilidad de dificultad 4 para una posible pérdida de 4 puntos. Recordad que podéis potenciar la tirada gastando puntos (por ejemplo, podéis restar si queréis 2 puntos, o los que queráis, para potenciar la tirada con un +2 frente a correr el riesgo de perder 4 puntos).
Felix gasta 2 puntos para la tirada de Estabilidad. pero falla y queda Transtornado.
Leroy también gasta 2 puntos y supera la tirada.
Sólo puedo chillar ante aquel monstruo y su rugido. Al menos al principio.
No sé qué me da más miedo, si aquella criatura o la pistola de Felix. Intentando armarme de valor y pensando todo lo fríamente que la situación me permite, intento agarrar las manos de Felix y que con ellas apunte a la silueta.
Motivo: Estabilidad
Tirada: 1d6
Dificultad: 4+
Resultado: 4 (Exito)
Imagino que tengo que tirar algo más...