Partida Rol por web

Aaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Exclamé

Algo me ha tocado... 

Una extraña forma pasó por debajo de nosotros, y por el tamaño parecía ser enorme. ¿Puede que fuera un tiburón o una ballena? El caso es que nuestros amigos estaban en peligro, flotando como estaban en el agua. Si la bestia quería engullirlos, acabaría por hundir la barca también. Miré hacia todos los lados, esperando ver una salida o una playa. Este sitio debería de estar en la más absoluta oscuridad y sin embargo había luz...

-"Chicos, rememos hacia donde provenga la luz. Seguro que allí está la salida. ¡Dirijámonos hacia la luz, Caroline!

Me dediqué a mover el remo de adelante a atrás en un vaivén constante y un tanto torpe. ¡Si es que medía casi lo mismo que yo! Lo cual no es que fuera un piropo a mi favor, precisamente. Por lo menos se me estaba pasando poco a poco el frío montado en el bote y estando en movimiento. Además, saber que estábamos todos de una pieza y que podíamos hallar la salida a esta cueva repleta de trampas me insuflaba fuerzas y esperanzas. El trayecto transcurría de un modo tan tranquilo que era hasta extraño comparándolo con el resto de nuestro periplo. Y justo entonces... algo apareció en el agua, amenazando con alterar el momentáneo instante de paz. Seguí el recorrido de la gigantesca sombra que había pasado por debajo de la embarcación con la mirada, mordisqueándome el labio inferior, nervioso.

—¿Q-qué ha sido eso? —pregunté en un susurro. Parecía lo suficientemente grande como para tenerle miedo—. Creo que será mejor no hacer demasiado ruido para no llamar su atención. Intentemos evitar los movimientos bruscos —sugerí, asiendo con firmeza el remo.

-Vale, hacia la luz, dale, Gordi, dale. Y tú también, venga Billy muévete un poco que tienes todos los dedos, hombre...

Ella se apuraba con los remos. Respirando fatigosamente -¿Vas bien, chiqui? -le preguntó a su hermana. -¿Ha revivido el señor Pebbles? Seguro que el muy vago se está echando una siesta. Si es un listillo.

Rema que te rema. -¡Tengo ampollas!- gritó. No era cierto, pero es que le molaba exagerar. -¿Qué te ha tocado, Paul?

Se puso en alerta. Agarro el remo en plan arma contundente y observó muy fijamente hacia las oscuridades tenebrosas...

Ante la presencia del bicho vetetúasaberquées, mis brazos empezaron a moverse con rapidez y a remar con decisión, cada vez más rápido. ¿Despacio, dijo Billy? ¡Un cuerno! Había que salir de aquí cuanto antes y llegar a un sitio fuera del agua.

Bernie remaba a buen ritmo, y también fueron sus ojos los que primero vieron lo que se les avecinaba. Una enorme ola los sacudió cuando a escasos metros de vosotros, emergió una criatura difícil de describir, pero gigantesca, una especie de serpiente enorme que abrió sus fauces para engulliros.

- ¡Mierda! - gruñí al ver la serpiente acuática. ¿qué más puede pasar en esta mierda de día?

Aunque sabía que no podríamos competir en velocidad con ese bicho, intenté empujar el bote con fuerza intentando hacer el menor ruido posible. Seguramente, viviendo en la oscuridad de la caverna, la serpiente no tendría muy desarrollado el sentido de la vista y usaría el sonido y los movimientos del agua para detectar a sus presas. No quiero terminar siendo su desayuno...

Al ver a la bestia salir del agua y enseñar los dientes, una cosa dentro de mi estalló. Agarré el remo más fuertemente y le di vueltas sin parar para intentar coger velocidad. ¡Por casi me cago del susto! Mis amigos estaban en el agua y corrían grave peligro de ser comidos.

-"¡Vamos chicos, vamos, remad con ganas!"

Se quedó ojiplática de nuevo. Con el remo en la mano, la cabeza alzada, la boca abierta, mirando sin pestañear aterrada y paralizada al monstruo marino. "No se lo van a creer nuestros padres cuando se lo contemos. Dirán que exageramos para superar sus hazañas" , fue el pensamiento que le vino a la cabeza.

Sin embargo, a pesar del terror que dominaba su cuerpo, se pudo controlar, quizá debido a que era responsable de su hermana, tal vez a que ya les habían sucedido tantas cosas que daba la impresión de que el destino los había sentenciado. Así que tarde o temprano sucumbirían a la fatalidad, y esa reflexión la mantuvo serena frente al leviatán aquel. Pero, como de nada o poco serviría golpearle con el remo, al escuchar los gritos de Gordi, reaccionó, sumergió de nuevo el remo en el agua y se puso a darle con frenesí. ¡Ahora sí que le iban a salir ampollas en las palmas de las manos!

Hacia la luz... hacia la luz... hacia la luz...

Me repetía a mi mismo como un mantra mientras, como si fuera una rana, trataba de ayudar a mis compañeros para que el bote se moviera lo más deprisa posible...

Estaba asustado...

Muy asustado...

Notaba como el miedo hacia mella en mi... y cada vez podía moverme menos... 

¡¡puagh ouf gaaaa!! - "expresé" cuando se me hundió la cabeza en el agua... a próposito no, por supuesto, pero estaba tan atemorizado que apenas si coordinaba mente y cuerpo...

La aparición de la serpiente tuvo consecuencias diferentes para todos. Hailee dio un grito que debió oírse hasta en el barco de Willy, estuviera donde estuviese. Rebecca, con las prisas, perdió uno de los remos, con lo que la barca quedó a partir de entonces, con mucha menos capacidad de huida y Paul perdió el apoyo de la barca, sumergiéndose repentinamente, siendo rescatado por el profesor.

-Venga, muchacho. ¡Nada o seremos pasto para ese maldito bicho! -le dijo, mientras movía los pies sin parar, aunque la barca, no se desplazaba demasiado.

Afortunadamente, la serpiente aún estaba emergiendo y lo único que hizo fue elevarse por encima del agua. Eso sí, parecía preparada para dejarse caer sobre la superficie, por lo que en cuanto lo hiciera, más os valía estar lejos o sin duda alguna, terminaríais volcando.

Las órdenes de Rebecca pasaron a un segundo plano cuando lo que había aparecido bajo el agua decidió emerger de las profundidades. Me faltó poco para hacérmelo encima, siendo sinceros. Aquella especie de serpiente podría pertenecer a alguna leyenda popular y nos lo creeríamos. La opción de quedarse quietos como resortes o haciendo el mínimo ruido esperando que no nos viera ya no parecía viable teniendo en cuenta que estábamos demasiado cerca de ella. Ahora la única posibilidad era abandonar la cueva remando con todas nuestras ganas y fuerzas, pues estando en su hábitat natural no teníamos ninguna posibilidad de hacer nada.

—¡Vamos, hay que salir de aquí! —grité con tono desesperado pero por mucho que intentara moverme o utilizar el remo, me encontraba paralizado, anclado a mi sitio en el bote, quizá porque la visión de esa espantosa criatura me había sorprendido y mis sentidos no me permitían actuar aún. "Muévete, Billy, te necesitan" —dije para mis adentros, tratando de reaccionar.

-¡Oh, noooo!! -se le cayó el remo. Si es que sus manos eran pequeñas para ese trozo de madera. -¡Maldita sea!

Y encima Billy se quedaba atascado ahí al salto del bicharraco. -Hailee, chilla de nuevo, así a lo bestia, a ver si despiertas a Billy y asustas a la serpiente de agua. ¡Venga!

Cogió el único remo que le quedaba, pero ahora sí que se puso nerviosa, no sabía si remaba hacia delante o atrás.

Pues el cansancio estaba haciendo presa de mi, disminuyendo mi velocidad punta. No estaba acostumbrado a hacer tanto ejercicio y hoy ya llevaba lo de todo un año. Aún así, seguí remando poco a poco, aunque cada vez me costaba más. ¡Mañana tendría agujetas! Pero no podía abandonar, los chicos estaban en peligro. Necesitaban de mi...

¡Cof! ¡Cof! ¡Coof!

Haberme sumergido sin tenerlo previsto me hizo tragar una bocanada de agua y ahora no podía dejar de toser. Afortunadamente, el profesor me sacó nuevamente a flote.

¡¡Cof, cof!! Glacias, pgofesol... jeje ¡cof! me lecoldó usted a Flodo sacando a Sam Gamyi del Anduin...

Afortunadamente era un joven con un optimismo que rayaba la locura, y ya había olvidado que casi moría ahogado, estrellado, despeñado, comido y atravesado por mil y una espadas, y ahora nos perseguía una especia de monstruo del lago Ness subterraneo - ¿qué más se podía pedir a un sábado por la tarde? - pensé.

Mis amigos y el profesor trataban por todos los medios de empujar el bote y esquivar a la serpiente gigante; yo, sin embargo, me encontraba totalmente paralizado, en un segundo plano. Era la misma sensación que recorría mi cuerpo cuando algún abusón en el instituto fijaba su atención en mí y mi respuesta era la incapacidad para reaccionar.

Respiré hondo, incluso cerrando los ojos, en un intento de evadirme por un momento de la tensión que me agarrotaba el cuerpo para poder ayudar a los demás y no ser un pasmarote que aguardaba a su funesto destino sin posibilidad de hacer nada. Al volver a abrirlos, traté de alargar el brazo en busca del remo que se le había caído a Rebecca, pero fui incapaz de extenderlo por completo.

—No... No... no puedo ayudaros. ¡Solo somos niños, es imposible que logremos huir de aquí sin ayuda! —clamé desesperado, con los ojos vidriosos.

En esos momentos el único que empujaba con fuerzas suficientes era Paul, además del profesor, pero incluso con eso, no podían alejarse de aquella serpiente gigantesca, que empezó a moverse, creando un oleaje tan intenso que lanzó la barca hacia arriba... para dejarla caer a continuación con fuerza, lanzando a todo el mundo al agua.

A pesar de no estar excesivamente fría, la sensación fue bastante fuerte, tanto como el golpe. La barca se había dado la vuelta, aunque afortunadamente, seguía a flote, pero no podríais seguir en su interior sino como mucho, y si conseguíais llegar a ella, usándola de flotador.

Pero no solo se trataba de sobrevivir al agua. La serpiente os tenía ahora en su punto de mira y no había nada que le impidiese devoraros, si es que conseguíais no ahogaros.

Aturdida y conmocionada por los dos golpes, el primero contra la barca y el segundo el tremendo chapuzón, buceó hacia arriba en busca de aire, desesperadamente. Tragó esas bocanadas de oxígeno y luego, miró en todas direcciones para encontrar a su hermana. ¡Ahí estaba, agarrada al señor Pebbles! Nadó hacia ella, la sujetó con fuerza -¡¿Estás bien, estás bien?!

Becca se sentía aterrada. Las lágrimas en sus ojos se confundían con el agua que chorreaba en su cabeza. Miró aquí y allá, sus amigos nadando, o tratando de emerger a la superficie. No vio a la gigantesca serpiente, y sus ojos fueron de la barca a la orilla más cercana y de allí a la oscuridad del agua y de nuevo a la barca y a sus amigos y al techo, escupiendo el agua que se le colaba en la garganta,

La chica no sabía qué hacer. Si alcanzaba la barca volteada, el monstruo la derribaría de nuevo. Y si no, se los comería uno a uno, o se ahogarían. ¿Era esto el fin? 

-Ven. Vamos, vamos hacia la orilla.-le dijo a Hailee. -Estoy contigo y te protegeré-  ¡Nadad hacia la orilla más cercana! -gritó. 

De repente, en mitad de nuestra huida, sentí que levitaba durante unos instantes antes de comprobar horrorizado que el bote volaba por los aires como consecuencia de una ola y no pude contener un grito ahogado que se perdió en el ambiente al estamparme contra el agua con violencia. El fuerte golpe y el repentino contraste de temperaturas, supuso una liberación, terminando de renovarme las ideas, espabilándome y acabando por completo con el miedo que paralizaba mi cuerpo. Estábamos inmersos en una situación de vida o muerte real y la adrenalina fluía por mis cuatro costados, consciente de a lo que nos enfrentábamos. 

Chapoteé, ahora que podía moverme de nuevo, mirando a mi alrededor y entrecerrando los ojos, con el fin de vislumbrar la posición de la serpiente gigante y la nuestra propia. Escuché la voz de Rebecca cerca de mí e intenté imitar sus intenciones nadando tras ella. Si no nadábamos con mucha rapidez, nos atraparía en cuestión de segundos.