Partida Rol por web

Mierda. Ni siquiera íbamos a tener un segundo de tranquilidad y menos ahora que teníamos el faro al alcance de la mano, pero aquellos dos piratas nos fastidiaban el avance y no parecía haber modo de enfrentarnos a ellos, por lo menos no íbamos a poder hacerlo armados ya que nosotros no teníamos armas, y mucho menos sabíamos usarlas.

Empezaba a creerme lo de la magia de aquel lugar, la que usaba Willy para alterarlo todo, pero que hubiera hecho desaparecer la noche como decía el profesor, aquello ya me parecían palabras mayores. La oscuridad hubiera sido una gran aliada, pero hasta eso nos quitaban.

Me sentía cada vez más cansada, no tanto por el ejercicio que llevábamos haciendo desde que habíamos pasado a través del cuadro, escapando de peligro en peligro, sino porque quería volver a casa y, aunque me costase reconocerlo, incluso tenía ganas de ver a mi madre y darle un abrazo. Me moría de ganas de tener una aventura como la que habían vivido nuestros padres, pero aquella ya se estaba convirtiendo en una trampa mortal demasiado mortal y no sabía cuánto tiempo más aguantaríamos.

—Distraerlos de alguna forma parece la única manera de quitarlos de en medio pero... —ni siquiera tuve que terminar la frase pues fueron los mismos piratas los que nos estaban dejando el camino libre.

¿Era un inesperado golpe de suerte o una nueva trampa? Ya empezaba a dudar de todo pero cuando vi cómo Scott agarraba a Emiko y echaba a correr rumbo a la puerta del faro, no me lo pensé dos veces y salí disparada detrás de ellos, rezando para no tropezar y caerme en medio del camino y fastidiando al resto en la huida.

Se aferro a las afiladas rocas como a un salvavidas, tosiendo agua salada a raudales mientras lograba ponerse a salvo gracias a su primo.

-Gracias Trick...te la debo – le miro sonriente tras el velo de sus empapados rizos castaños

Una vez en pie con la ayuda de su primo, apartándose el pelo mojado de la cara y tratando de escurrir algo el agua de su ropa, se unieron a los demás que rápidamente les hicieron esconderse al escuchar a los piratas que vigilaban el faro.

El plan que sugerían tenía buena pinta, si salía bien pero antes que alguno pudiera tomar la iniciativa los piratas desaparecieron.

-¿que habrá pasado? - pregunto inquieta cuando Scott agarro a Emiko y se lanzó hacía el faro - ¿pero que... ¿es que no hemos aprendido nada de actuar impulsivamente hasta ahora?

Refunfuño dispuesta a seguir su estela en dirección al faro cuando vio que Sarah estaba a punto de apoyarse en una zona en la que podrían desprenderse rocas, se adelanto impidiendo su movimiento y tras tomarla de la mano, la guió por el camino más seguro.

-ven por aquí y ten cuidado – le susurró con una sonrisa

Tan pronto Emiko hubo dicho que los piratas se habían ido, Scott tiró de ella hacia arriba y se lanzó hacia el faro. Emiko miró desesperada al resto del grupo. Una cosa era darse prisa y otra, empezar a correr sin pensárselo antes.

Por suerte, Emiko ya había cogido suficiente destreza en lo que llevaba de aventura y pudo no solo seguirle el paso, sino adelantarse y llegar al camino antes que él. Cuando lo hizo, miró a su alrededor. El faro se alzaba imponente, sobre un cielo extrañamente coloreado, como si.... sí, justamente como si fuese un cuadro en lugar de un cielo natural. 

Miró después hacia las rocas. Lex apareció tirando de Sarah, que había estado a punto de tropezar.

-¡Con cuidado! -les dijo, intentando no elevar mucho la voz.

Aquellos chicos eran unos impetuosos y ese tal Scott, el que más. A la primera de cambio, salió de la protección de las rocas con aquella chica japonesa en dirección del camino.

Y no fue el único. 

Tras ellos, otras dos chicas subieron así que ella decidió hacer lo mismo. Después de todo, la habían sacado de su encierro, ¿no? Así que lo mismo conseguían salir de allí.

Al fin conseguimos llegar todos a tierra sanos y salvos y aunque ví correr peligro la vida de Lex, conseguimos salir vivos de nuevo, estaba agotado pero la sonrisa de Lex siempre conseguía cargarme las pilas.

Cita:

-Pues claro que me la debes-dije sacándole la lengua divertido mientras terminaba de ponerme en pié-Ahora tenemos que pensar en como sortear aquellos hombres. Sadie, en aquel faro está nuestra salvación para salir de aquí-miré a la chica extrañada por nuestro interés en aquella estructura.

-No es mala idea la de distraerlos, de hecho creo que es la mejor, no tenemos armas y aunque las tuviésemos no tenemos nada que hacer contra ellos-musité. Seguíamos discutiendo la mejor manera de enfocar el problema de entrar en aquel lugar cuando algo les distrajo y el descerebrado de Scott no se le ocurrió otra cosa que coger a Emiko de la mano y tirar de ella, sin ni siquiera pedirlo-¡Scott, que coño haces!-msscullé con voz apagada para no llamar la atención, aunque él hizo oídos totalmente sordos.

-¿Pero que hace éste tio, es tonto o qué?-pregunté mirando a Lex estupefacto. Comenzaba a pensar que ese chico tenía alguna falta, seguía sin entrarle en la mollera que eso no era un juego, eran piratas que no dudarían en rajarnos si era necesario y el tarugo echaba a correr felizmente. A continuación salieron Lex y Sarah. Me eché las manos a la cabeza ¡en qué coño estaban pensando!.

-¡JODER!-mascullé, allí nadie parecía aprender una mierda, así que para no quedarme atrás eché a correr mientras cogía impulso apoyando mi mano en una roca saliente, pero con tan mala suerte que ésta se desprendió, generando un ruido importante, así que eché a correr todo lo que mis piernas dieron para intentar pasar desapercibido. La había jodido otra vez.

Eché a correr detrás de mis amigos. Pese a que mi rechoncho cuerpo podía hacer pensar que no sería ágil, corría desplazándome casi de puntillas, sin hacer el menor ruido. No sé si todas esas horas echadas jugando al Metal Gear Solid habían servido para algo, pero me había convertido en el auténtico rey del sigilo. "Ligero, Caleb, ligero como una pluma" pensé para mis adentros, mientras avanzaba corriendo a toda prisa.

Por desgracia, Patrick había provocado que se desprendiese una roca, con tal mala suerte que se había producido más ruido de la cuenta.

-Pero, ¿qué hacez? ¡Noz dezcubrirán a todoz! -le espeté, entre susurros. Volví la mirada hacia Anne, quien había quedado más atrasada del grupo-. ¡Vamoz, Anne! ¡Creo que loz pirataz podrían haber oído ezo!

Sabiendo que era posible que el ruido provocado por Patrick podía haber causado que los hombres de Willy el Tuero se percatasen de nuestra presencia, eché a correr a toda prisa en dirección al faro, junto a los demás, sin apenas apoyar los pies en el suelo. Tan sigiloso como un ninja.

Estos chicos me matan, pensó el profesor, mientras se lanzaban uno tras otro como si fuesen lemmings, hacia el faro. Sin duda, debían aprovechar el momento, pero eso no significaba que tuviesen que olvidarse de que había un barco lleno de piratas dispuestos a rebanarle las gargantas.

Olvidándose de sus crecientes dolores de espalda y rodillas, subió por las rocas y se dirigió hacia la puerta junto a ellos. Por desgracia, todo el sigilo en el que se habían movido se fue al traste cuando uno de ellos (Patrick, como no), resbaló y provocó que algunas rocas se cayesen al agua. Todos se miraron entre ellos, asustados.

Los piratas se dirigían hacia el barco, aunque no tuvieron que andar muy lejos porque el propio Willy junto con buena parte de su tripulación, venía hacia el faro.

-¿Dónde habéis estado, maldita escoria? -les dijo Willy.

Fue en ese momento cuando todos escucharon un ruido cerca de la estructura y miraron hacia ella, viendo al pequeño grupo formado por todos los Goonies, el profesor... y Sadie, delante de la puerta del faro.

-¡SADIEEEEEEEE! -gritó Willy, desesperado e iracundo. Después se volvió hacia el resto. ¡COGEDLEEEEEEES!

No hizo falta nada más. Todos sacaron sus sables y se abalanzaron hacia la puerta gritando.

- Maldita sea mi suerte... - Dijo el joven Devereaux. - ¡A correr! - Exclamó. ¿Pero a dónde? - ¿Dónde esconde el cuadro tu padre, Sadie? - Le preguntó asustado.

Si conseguian entrar en el faro, encontrar el portal de salida y marcharse antes de que Willy y los suyos dieran con ellos, igual sobrevivían, pero de otra forma lo veía crudo. Scott esperó a que todos ellos fueran llegando uno a uno y una vez todos estuvieran en el interior de aquella construcción costera, cerraría la puerta tratando de atrancarla de alguna forma. Por ello comenzó a buscar por los alrededores algo con lo que bloquear la entrada desde dentro, pero lo cierto era que los nervios parecían haberle cegado y no veía ni dos metros por delante de sus ojos.

Su padre les había descubierto y su grito resonó por todas partes. Sadie sabía muy bien de lo que era capaz cuando se enfadaba, así que más les valía salir de allí y pronto.

¿Dónde esconde el cuadro tu padre, Sadie? 

¿Cuadro? ¿Qué cuadro? ¿De qué estás hablando? Creía que querías escapar por el faro -le dijo a Scott, nerviosa. 

Sadie examinó la escena. Solo había un lugar al que podían ir. Solo uno.

-Rápido, vamos al faro. Es nuestra única salida -les dijo a todos, cogiendo a Scott de la mano y tirando de él para entrar.

¿Cómo le iba a decir que no a una cara ta bonita? Además... le había cogido de la mano y sentir el tacto de la piel de aquella chica, le estremeció el alma. No le salieron las palabras por primera vez en mucho tiempo, pero asintió varias veces con la cabeza. Sin mirar atrás y totalmente alejado de la cruda realidad que estaban viviendo, Scott se internó en el faro siguiendo a aquella joven tras años mayor que él. Lo que le deparara en el interior del faro era lo de menos en esos momentos.

Sadie abrió la puerta del faro y entró corriendo llevando a Scott de la mano, esperando que todos los demás los siguieran. El faro era ahora su única oportunidad de escapar o de resistir.

-En cuanto estemos todos dentro, cerramos la puerta, de acuerdo -le dijo Sadie a Scott. Al girarse una vez dentro del faro, vio como su padre y el resto de piratas se dirigían hacia ellos. Conocía su furia y no sentía ganas de que la descargara con sus nuevos amigos.

- Muy bien... - Le dijo Scott a la chica con los ojos abiertos de par en par y sin querer soltar esa mano. Entonces se giró hacia sus amigos, los cuales iban a la carrera y poco a poco iban llegando uno a uno hasta el faro. - ¡Vamos chicos, vamos! - Les alentó. - ¡No es tiempo para descansar! ¡Corred, corred por lo que más queráis! - Les gritaba con una extraña sonrisa en los labios.

Si no llega a ser por Lex la hubiera armado muy gorda pero, por fortuna, se interpuso en mi camino y la cosa no fue a mayores. Parecía que lo íbamos a conseguir cuando el ruido de unas piedras cayendo al mar me hicieron volver la cabeza con rapidez. Patrick no había tenido la misma suerte que yo y había tropezado, llamando la atención de Willy y sus hombres.

—Oh, oh —aquello se iba a poner muy feo como no nos diéramos prisa en llegar al faro.

Así que corrí. Corrí con todas mis fuerzas para llegar justo detrás de Sadie y Scott, el cual iba de la mano de la joven y parecía estar flotando en una nube. Estaba claro que su compañero no iba a cambiar mientras una chica guapa que le hiciera caso se le pusiera por delante.

—Rápido —animé al resto viendo como Willy y el resto de piratas venían directos hacia nosotros.
 

Aquello era un no parar. Cuando Patrick a sus espaldas llamo estrepitosamente la atención de los piratas todo fueron gritos y más carreras. No había tiempo para decir nada más, ni tan siquiera Scott que casi se había atragantado con su propia lengua cuando Sadie lo había cogido de la mano.

-¡Vamos, vamos! - apuró a Patrick y Anne que iban detrás de ella con el profesor cerrando la marcha

Emiko y Caleb seguían de cerca a Sadie y Scott que ya se adentraban en el interior del faro. Tan solo un par de metros les separaba de su salvación o perdición, según lo mirasen, podían dar con el cuadro allí dentro o hallar su perdición quedando allí encerrados sin salida alguna.

Espero a que su primo y Anne llegaran junto a ella dejando que el profesor cerrara la puerta tras él, con ayuda de Sadie y Scott que esperaban para hacerlo ellos mismos.

-bien...¿y ahora que? ¿estará el cuadro aquí dentro? - lanzó las preguntas al aire observando el interior de la inmensa construcción