Partida Rol por web

Los hijos de Ak

Parte III: la ruta por la selva

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03/07/2018, 17:30
Martin Lecián

Martin contestó a la pregunta de Connor con una cantidad y un calibre de insultos y palabrotas que solo alguien tan bragado como el británico podía escuchar sin inmutarse. La respuesta, en cualquier caso, era la de siempre desde que aterrizaron en Cuiabá: misterio por todas partes.

- Se diría que estaban preparando algo en esta sala. Y me parece que no se trata de una fiesta de cumpleaños. Por cierto, en el pasillo por el que has venido me ha parecido ver una puerta secreta.

Dicho esto, Lecián se puso a registrar a los misteriosos ocultistas, por si alguno estaba todavía vivo, y a inspeccionar la sala que estos fanáticos estaban protegiendo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro un segundo dado por tratarse de actividades propias de mi "profesión".

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03/07/2018, 21:34
Director

Los dos tipos yacían inertes en el suelo. Al registrar sus bolsillos nada encontró Lecián, tan sólo las dos pistolas Mauser por allí arrojadas que habían utilizado los dos atacantes para intentar liquidaros.

Acto seguido, el checoslovaco se adentró de pleno en la sala y vió, al igual que antes había podido percibir...

...un montón de sillares desperdigados, pero muchos otros pulidos o siendo colocados (como si aquella sala estuviera siendo reconstruida o reparada).

Notas de juego

No hacía falta tirada para registrar a los tipos o echar una ojeada al templo ;) Ahí os narro la descripción que os hice día atrás. Efectivamente, veis claramente que es una sala en reparación.

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03/07/2018, 21:35
Elías Rondón

¡Santo Dios! -decía el guía mordiéndose los labios ante lo que acababan de vivir (o más bien, revivir)-. Todo está en nuestra contra... ¿Puedes continuar, Lecián? -le preguntó Rondón al fugitivo-.

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04/07/2018, 12:16
Connor Mahoney

Lecian había avanzado con rapidez por aquel pasillo, seguido de Elías que reaccionó bastante antes que él. Para cuando quiso llegar, los sonidos de disparos que había escuchado por el camino habían cesado. Por fortuna, parecía que sus compañeros habían llevado las de ganar. Sin embargo Lecian había sido alcanzado por uno de los disparos. Este hombre tiene imán para las balas, desgraciadamente.

Cuando se acercó para ver como estaba, su compañero le informó de que había visto una especie de entrada oculta por el pasillo que les había conducido hasta allí. Tal vez fuera interesante echar un vistazo, o tal vez llevara a otra trampa como aquel pozo lleno de esqueletos que habían visto antes.

-¿Una puerta secreta? Tal vez debamos echar un vistazo antes de continuar por aquí, pero deberíamos actuar con precaución, puede que este templo tenga trampas dispuestas para cazar a visitantes demasiado curiosos como nosotros.

Notas de juego

Ya estoy de vuelta, :P

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05/07/2018, 10:35
Martin Lecián

A Martin le decepcionó un poco comprobar que sus atacantes estaban muertos, y que además no tenían nada de valor encima. Lo segundo no importaba tanto, pues el tesoro del pozo les seguía esperando. Pero lo primero... ¿es qué nunca podrían descubrir qué demonios estaba pasando aquí?

Cuando se convenció de que la sala no ofrecía nada más de interés, volvió a acercarse a Connor, Elías y el resto del grupo, y comentó alegre:

¿Habéis visto? El aire seco de esta cueva me sienta de maravilla. ¡Llevo un rato sin toser! ¿Tenéis alguna venda o algo así? El disparo me ha rozado el brazo y esto no deja de sangrar... Bueno, ¿qué? ¿Inspeccionamos esa puerta secreta?

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05/07/2018, 14:59
Elías Rondón

Rondón rebuscó en su equipaje. Sacó una especie de rollo de vendas de color hueso, y se la entregó a uno de los compañeros de su equipo.

Ayúdale a colocársela -¡CLAK! ¡CLAK! entonces cargó su pistola en alto-: puede que haya más gente por aquí...

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05/07/2018, 15:00
Director

Finalmente, girásteis la esquina y volvísteis por vuestros pasos hacia aquella especie de abertura en mitad del pasillo. Os pusísteis mirando enfrente de una porción de muro. Ahora vísteis todos, señalado por Lecián, una rendija de forma cuadrangular en el tramo de pared empedrada. Sin duda que aquello debía ser un acceso que podría abrirse de alguna manera.

Notas de juego

Podéis intentar abrirla a la Fuerza (y para ello haced una tirada relacionada con ello), o bien forzándola de alguna manera (idem de idem). Ya sabéis que podéis añadir dados adicionales por vuestro trasfondo o vuestra ventaja.

Lecián: tú ahora sólo puedes sumar un dado más, puesto que estás herido un punto.
 

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06/07/2018, 09:46
Martin Lecián

- Aquí está, ¿veis?-, dijo Lecián señalando la rendija. - Una vez entré con un compañero en la mansión de un conde. Al principio no encontramos ninguna caja fuerte, hasta que nos dimos cuenta de que detrás de un cuadro había unas rendijas así. Me pregunto si estos indios han encargado la trampilla en la misma empresa que el conde...

Diciendo esto, Lecián se pone a recorrer la rendija con cuidado, ayudándose con un machete de los exploradores. Si esto se puede abrir desde este lado, tiene que haber algún mecanismo oculto... Si no en la rendija, quizás alrededor, en la pared, o en algún lugar por el suelo.

- Acercad un poco la luz, por favor.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Joder, lo siento. He puesto tres dados sin querer, era consciente de solo tengo dos. Estoy un poco empanado por la mañana. La justificación del segundo dado es la que aparece en el texto.

Si hace falta, puedo volver a tirar los dados con uno menos... Perdón.

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07/07/2018, 11:03
Director

Lecián introdujo por la rendija la punta del machete, pues el resto de la hoja no cabía. Repasando el pequeño hueco alargado, llegó a un punto, a media altura, en el que la punta chocó contra algo. Sonaba metálico. Entonces comenzó a palpar la piedras y sillares que había alrededor. Uno era falso, y tenía una rugosidad y color imitados a las de una verdadera. Entonces, tras empujarla, la trampilla de la pared cedió con un crujido, abriéndose un poco hacia afuera. Sólo teníais que tirar de la puerta para acceder a... ¡un pasadizo oculto! Pudísteis ver que contra lo que chocó la punta del machete era el mecanismo del "botón" oculto, metálico y actual. Desde luego, los antiguos pobladores de estas tierras no fabricarían algo así...

Notas de juego

No pasa nada por lo de los dados.

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09/07/2018, 15:59
Connor Mahoney

Connor estaba dispuesto a usar todas sus fuerzas para conseguir abrir hueco en aquella rendija, cuando Lecian apareció con un cuchillo y a base de paciencia consiguió accionar un mecanismo y dejar vía libre a lo que parecía una especie de pasadizo. Se quedó algo sorprendido ante el despliegue de habilidades de su amigo, al que, por otra parte, parecía que su inseparable tos estaba dando una tregua.

-Muy bien Martin. Ya tenemos via libre por este camino que hasta ahora había permanecido oculto. ¿Quién es el valiente que se atreve a abrir el camino?

El propio mercenario lo abriría de buena gana, pero no estaba seguro de que hubiera algún tipo de trampa en el lugar. Sin duda les tendría que conducir a algún lugar interesante, pero no quería dejar de ser cauto.

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10/07/2018, 22:55
Elías Rondón

Echáos a un lado -dijo Rondón-. Entonces comenzó a tender un cable sacado de su macuto, lo enganchó en su cinturón, y luego los sujetó con la hevilla. Iremos de uno en uno, pero unidos a este cable -era de algún tipo de metal bastante maleable-. Andando señores.

Acto seguido Rondón se agachó, dió un salto y subió a la entrada del pasadizo. Caminó unos metros en cuclillas (pues uno no podía estirar las piernas).

No se ve nada -necesitamos algún tipo de antorcha-. Entonces uno de los miembros de su equipo le tendió una, una vez que la logró embrear y prender con fuego-. Parece que avanza en línea recta, creo; sin inclinaciones. Bufff -entonces resopló-.

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10/07/2018, 22:56
Director

Uno a uno os fuísteis adhiriendo a la cadena humana que Rondón había comenzado. Unos se pasaron el cable por el cinturón, otros por algunas hendiduras del pantalón, pero finalmente todos acabásteis pendiendo del mismo hilo. Avanzábais al son de Elías en vanguardia y sus dos miembros de equipo en retaguardia. Vosotros íbais en el centro. Os acordásteis por momentos del señor Edwards, aquel filántropo al que tanto les gustaban las exploraciones, pero que desgraciadamente no os había acompañado.

El túnel era iluminado por la luz de Rondón, allá adelante, y a veces vuestras cabezas se golpeaban con el techo del estrecho pasillo. Era todo de piedra, y los sillares que componían el hueco estaban perfectamente pulidos y colocados. Ni tan siquiera una hoja de papel cabría por sus hendiduras. El caso es que, cuando pasó un rato, la luz de la antorcha de Rondón se detuvo.

Miró hacia atrás, hacia vosotros.

Sus ojos estaban desencajados. Su dedo índice se colocó delante de sus labios, y os pedía silencio.

Luego se giró hacia delante y avanzó unos pequeños pasos. Claro que, enseguida, apagó la antorcha.

Entonces, pese a que ésta humeaba un poco una vez apagada, un reflejo del fondo del túnel os seguía iluminando: más allá había algo, estaba claro. La silueta del explorador os tapaba la visión. Entonces vísteis cómo Elías salía a una gran superficie, cómo el tunel secreto se terminaba. Uno a uno íbais saliendo y a medida que lo hacíais os agachábais, movidos por una discreta órden del explorador. Ahora parecía estar actuando como un verdadero militar.

Estábais en lo alto de una especie de descansillo en una gran pared de roca, y ésta en medio de una gran caverna. Descendísteis un poco a través de las innumerables estalagmitas y estalacticas, no demasiado propias de aquel terreno. Un gran color rojizo inundaba todo por doquier, haciendo contraste con la oscuridad de la inmensa caverna. Vuestros ojos se abrieron, vuestra alma se encogió un poco y Rondón, apelando a su sentido de líder militar, pidió calma con las manos. Entonces avanzásteis por aquel piso húmedo, pedregoso y resbaladizo hasta llegar a una abertura en una pared de piedra donde tambien se expedía luz. Y no sólo notásteis ilumanción, sino un abrasante calor que subía de algún sitio mucho más profundo. Calor, calor calor.

Entonceis os apostásteis todos aun saliente en la roca. Estábais a cierta distancia y altura con respecto al ingente espectáculo que estábais viendo. Una gran caverna en el interior de la selva, en su subsuelo, se alzaba a vuestra vista. La luz y el calor sobresalidos no emanaban sino de un gran abismo excavado allá abajo, que seguramente fuera un pozo de lava o bien grandísimas brasas en su profundidad. Delante de éste un suelo pulido con una parte reondeada era el espacio que tenía delante un gran totem de piedra, colocado de pie y decorado con infinidad de alajas y motivos dorados, verdes y brillantes. Numerosos huecos laterales en la caverna daban relieve, profundidad y volumen a toda la sala, y decenas de huecos y salas contiguas atestaban el panorama. Lo primero que pensásteis fue que aquel lugar era una especie de catamba o tumba. Además, numerosas antorchas iluminaban el lugar, y para colmo todo ésto no fue lo más impactante que vieron vuestros ojos (y que desde ese momento jamás olvidaríais):

Delante del totem, en el borde del pozo se encontraban tres personas encapuchadas haciendo aspavientos con las manos y alzando la voz en un incomprensible lenguaje, a modo de canción o retahila repetitiva. Delante de ellos, y pendiendo sobre el mismísimo abismo de la vada en una cadena, un tipo estaba colgado de los pies, bocabajo. No podíais verle el rostro. Gritaba y gritaba. Y gritaba más. Tal vez aquello atraía la atención de esas tres personas y no vuestra presencia. Desde aquel palco de piedra contemplábais el espectáculo que no parecía sino un sacrificio en toda regla. Aquel pozo de fuego parecía como querer tragarse a la víctima pues humeaba cada vez más, y a ratos brillaba y revelaba fogonazos de luz interna...

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16/07/2018, 11:58
Connor Mahoney

Connor siguió la lenta marcha por el angosto pasadizo mientras se acordaba del señor Edwards, aquel arqueólogo con tan poco potencial para el trabajo de campo. Sin duda aquella travesía hubiera supuesto demasiado para él. Llegados a un punto en que el pasadizo desembocaba en un lugar más amplio, Rondón les indicó que avanzaran con mucho cuidado. Llegando a una especie de cueva iluminada por una luz rojiza, avanzaron hasta observar, desde cierta altura, como tres hombres encapuchados parecían estar celebrando un macabro ritual de sacrificio.

El mercenario se giró a sus compañeros, para comentar con discreción:
-Solo son tres, no parece haber nadie más cerca. Tal vez podríamos emboscarles con facilidad.

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17/07/2018, 10:01
Martin Lecián

El espectáculo de la cueva, el calor misterioso y, sobre todo, la actitud de esas tres personas y su pobre víctima dejaron a Martin sin habla. Dios mío, ¿no será ese Marvin?

Cuando Connor habló, Martin asintió, notando cómo le temblaban las manos y se puso a buscar con la mirada un modo de descender hasta donde se encontraban las extrañas figuras sin ser vistos.

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17/07/2018, 14:25
Elías Rondón

Rondón miró hacia abajo, como indagando vuestra posición y señaló unos escalones naturales de la pared, mínimamente excavados, por los que aparentemente podía bajarse. No había otra posibilidad de hacerlo (tan sólo volver por el túnel). Podía atisbarse el camino que descendía, y en varios lados del mismo, en ciertos tramos, había piedras más grandes, que sobresalían.

Acerquémonos un poco -señaló Rondón-. Y entonces se aventuró a bajar, lo más sigilosamente posible, con la intención de colcoarse y apostarse tras una de las grandes piedras, para ver si podía oir o escuchar mejor. Los dos compañeros de Rondón hicieron lo mismo.

Al fondo, el tipo colgado bocabajo en una cadena y sobre un pozo de lava, gritaba cada vez más.

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18/07/2018, 10:56
Martin Lecián

Lecián siguió los pasos de Rondón mientras se agarraba la herida con la mano y trataba de hacer el menor ruido posible. Al mismo tiempo, volvió a fijarse en los misteriosos y sádicos sacerdotes. ¿Serían indígenas o europeos? Y la víctima, ¿quién podría ser? Si no se trata de Marvin... mil perdones, pero yo ya estoy cosido a balazos y ahí arriba hay un tesoro, estoy por dar media vuelta...

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19/07/2018, 02:43
Connor Mahoney

Connor siguió decidido los pasos de Rondón. Había acabado llegando a la conclusión de que la presencia de aquel hombre le proporcionaba una sensación de seguridad. No es que él no estuviera ya acostumbrado a manejarse en situaciones de riesgo, pero siempre ayudaba contar con un par de manos más que pudieran ayudar si las cosas se ponían feas.

Imitó a su compañero y trató de parapetarse tras alguna piedra que encontró del tamaño adecuado para esconderse sin mayores dificultades. Los desgarradores gritos de aquel pobre hombre le resultaban aterradores, pero no podía dejar que su atención se perdiera por cosas como aquella.

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19/07/2018, 14:26
Director

Entonces bajásteis por las escaleras naturales, y os apoyásteis en las piedras altas, como refugiándoos de aquel terrible espectáculos a decenas de metros más allá. La lava seguía refulgiendo de ese enorme pozo. Fue entonces cuando una voz salió a vuestra espalda, justo desde una puerta unos metros más abajo, que también se internaba en aquella gran cámara.

¡¡Están aquí!! -un tipo os señalaba con una mauser entre sus dedos. Después, antes de que alguno de vosotros hiciera lo propio (tal vez desenfundar y propinarle una buena respuesta) vísteis que más y más tipos aparecían desde varios sitios: huecos en la pared, otras salas, y también estancias inferiores a vuestra posición. Todo ellos estaban armados, os estaban mirando y vestían con ropas ceremoniales. Eso sí: no tenían rasgo alguno de los nativos brasileños como los Bororo o los Otwes. Parecían americanos y europeos.

Y aquel grito de alerta, hizo que las miradas de aquellos que oficiaban el sacrificio con ciertos cánticos, justo delante del gran totem de piedra en relieve, se giraran hacia vosotros. Segundos después, dichos tipos dejaron de prestar atención al tipo que colgaba bocabajo, y se acercaron a vosotros, abriéndose camino entre la gente. Luego toda la comitiva, formada por varias decenas de hommbres y mujeres, os reodearon aún más...

Si habíais visto cosas extrañas y peligrosas en este viaje ésto se llevaba la palma. Quien oficiaba aquellos cánticos, el tipo que dirigía todo aquella especie de teatrillo, no era ni más ni menos que... Marvin Sorocco, vuestro conocido de antaño.

Claro que, ahora lucía una extraña vestimenta y un aspecto realmente muy desmejorado. Su rostro denotaba ira y soberbia. Además, sobre su cabeza lucía una cornamenta con una extraña cabeza reducida.

Y todos vuestros esquemas internos se deshicieron.

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19/07/2018, 14:27
Marvin Sorocco

Bien... bien... -decía  Marvin, que, por cierto, estaba vivo y coleando-. Martin... Connor, cuánto tiempo... -os decía mirandoos. Me alegro que estéis aquí. Veoq que Elías ha hecho su trabajo avisándoos... -su voz era tenebrosa a la par que desubicada, como si no reconociérais al tipo que Marvin eran: un estudioso de la cultura amerindia brasileña.

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19/07/2018, 14:28
Elías Rondón

¡Pero qué mierda es esta, Marvin! ¡Qué coño está pasando! -gritaba Rondón, mirando en derredor de nuevo a todos los tipos que os tenían rodeados-.

Marvin Sorocco os miraba, riendo un poco.