Partida Rol por web

me alejo de la chica algo molesta por su forma de hablarme y me dirijo hacia el chico de mi mismo distrito que está algo apartado del resto

-esto... Arlen si no me equivoco, verás he estado hablando con Saphira, la chica del distrito 1 sobre la alianza de los profesionales. ¿vas a unirte a nosotros o iras por tu lado?

Todo iba aparentemente genial, no solo los tributos del 2 podrían unirse a nuestra alianza sino que la tributo del 4 parecía querer entrar también. Nos hizo una demostración de su habilidad con un gran tridente, y no pude escapar una pequeña sonrisa, tenía gran habilidad y por esas casualidades del destino cada tributo que se unía a la alianza aportaba una habilidad que no tenía el resto.

Estaba a punto de comentar sobre la alianza con la del 4, pero entonces llega el tributo del distrito 2 y toma de la mano a mi compañera de distrito junto a unas palabras que francamente me sorprendieron. Por un segundo no supe que pensar ni como actuar, era algo bastante raro esa actitud para tu futura enemiga, pero entonces una idea se me formo en mi cabeza, una idea bastante rara pero si salia bien nos podría beneficiar mas de lo que pensábamos esta alianza.

- [color=#0000FF] Un placer [/color] - le respondo correspondiendo el saludo y mirándolo con cara de pocos amigos, no quería que se lo tome a mal pero si quería que mi plan funcionara debía empezar ahora mismo. No estaba seguro si esa pareja del 2 ya tenía pensado el mismo plan de ante mano, pero la situación se estaba desarrollando genial y no perdería la oportunidad.

- [color=#0000FF] Claro, bailemos y comencemos el show [/color] - y mientras digo esas últimas palabras hago una mirada algo pícara junto a un guiño a Sapphira y Evilc, tratando que entiendan el significado de la misma. No podía hablar mucho de aquel plan ahora, y aunque el público no nos viera era sabido de sobra que siempre algún que otro rumor se les escapaba a los jueces de los entrenamientos, quizás hasta podríamos empezar con ventaja antes de siquiera pisar la arena. Acto seguido sigo a Alanis hasta el muro donde estaban las espadas, agarro una espada algo más típica que la katana que ella elige y nos ponemos en el centro de la sala de entrenamiento.

Estábamos en el centro de la sala de entrenamiento, yo con una espada común y corriente y Alanis con una katana. Hago una reverencia bastante exagerada con la espada para atraer la mirada de todos, pero en especial buscaba la de que aquellos jueces perezosos.

 - [color=#0000FF] - Además de hermosa dominas mas de un arte de combate, ¿Qué otra sorpresa guardarás? [/color] - le digo correspondiendo le la sonrisa mientras doy un paso a la derecha, esperando que ella entendiera el gesto y comenzáramos a dar vueltas en círculos, atrayendo algo mas la atención de la sala. Tenía la espada en alto esperando que ella atacara primero, no sabía hasta donde llegaría su dominio de la katana o si fuera tan bueno como el cuerpo a cuerpo, pero mi arma era bastante mas lenta que la suya y como buen caballero la dejaría empezar.

Asiento al plan de Kinu:

Yo no creo que coja nada, en otras ediciones la gente podía aprovisionarse con lo que aporta la Madre Naturaleza... a no ser que sea un páramo helado o algo así. Sólo cogeré algo si soy capaz de correr muy deprisa, si no me veo capaz, iré directa a F6.

Un placer, Evilc - respondió con una amplia sonrisa - Lamento oír lo de tu pareja... Es increíble lo desviado que está este mundo y sus autoridades. Solo basta con ver en lo que estamos metidos...

Lo vio sonreirle a las cámaras, divertida. Con lo sincronizados que estaban no se esperaba que se llevaran mal realmente, así que se permitió dudar de la veracidad de aquellas palabras ahorrándose comentarios al respecto. 

No, no somos pareja. Ni siquiera diría que somos amigos. Nos conocimos en la cosecha. Además, si tiene la oportunidad de disfrutar de una última noche en los cálidos brazos de una amante, no me atrevería a negarle ese placer. Cualquiera de nosotros tendría suerte de guardar un buen recuerdo como ese entre sus memorias recientes antes de morir.

Lo ve sonreír y se alegra de su cambio de ánimo. La constante molestia contra el mundo y su compañera de distrito ya se le hacía demasiado parecida a la suya propia.

No creo que sea bueno hablar sobre nuestras vidas... A menos que quieras darme segundos de ventaja en nuestro enfrentamiento final. Pensarlo dos veces te puede costar caro, guapo.

Ese era el mayor gesto de cariño que podría hacer por él en ese momento. Desaprovechar una oportunidad de darle desventaja sobre ella. Al menos esperara que lo notara y apreciara el gesto, porque no volvería a repetirse en lo pronto.

-Se acerca la hora...acordaos todos pillad lo necesario y id corriendo hacia el D4 ,esperemos que nadie muera durante el baño de sangre.Tened cuidado y que no os maten,hablaremos despues del baño de sangre-Dijo Inga en tono sombrio

No pude evitar sonreir a Saphira, era realmente precavida, como tenía por seguro que sería, estaba muy bien adiestrada y tenía una personalidad fuerte como un roble. Eso me hizo reconfortarme por haberla elegido de aliada:

-Saphira, sabes tan bien como yo, que al final puede que tengamos que enfrentarnos entre los dos, sin embargo, si nuestra alianza no funciona, quiero que tengas por seguro que los primeros en morir seremos los del distrito 1 y 2.

Tras esto dirigí una mirada a todos los demás y añadí:

-A quien crees que querrán liquidarse los primeros, a los del distrito once que no conoce nadie y que todos los infraestiman, o a tí y a mí, que estamos siendo adiestrados para ello. No dudes que si encuentran la más mínima brecha en nuestras defensas nos mataran, no te quepa la menor duda. Por eso aunque no quieras creerme, y haces bien en no hacerlo, yo dependo tanto de tí como tu de mí.

Finalmente me sonrojé y agradecí con un leve gesto de mi mano su cumplido:

-Y tú, ¿quieres pasar un buen momento?- dije con una sonrisa cargada de sensualidad.

Se acerca más a él, hasta quedar a escasos centimetros de sus labios. Había pasado toda su vida entrenando para los juegos del hambre y ahora que estaba en ellos sentía que el tiempo se le escapaba y el reloj jugaba en su contra, obligándola a darse cuenta repetinamente de todo lo que había pospuesto o ignorado por llegar a esta instancia. Quizás esta sería una de las últimas oportunidades que tendría de pasar una noche acompañada, y quien se ofrecía valía la pena su atención.

Pues que vengan y lo intenten - susurra seductoramente antes de besarlo con pasión, respondiendo a la sugerencia del chico por medio de sus actos.

Lo tomó por la cintura y pegó su cuerpo al de él, buscando el afecto que no encontraría luego.

Observo detenidamente su postura y mas aun su cuerpo, no estaba para nada mal. Dando un giro con medio salto comienzo mi ataque que apenas puede bloquear. Estando muy cerca de su rostro le digo. -Gracias por el cumplido, aunque prefiero que me vayas conociendo de a poquito es mas saboreable. -me alejo de su bloqueo y entro en modo defensa. - lucete, dame tu mejor ataque. -le regalo una sonrisa mientras espero su reacción.

Levanto la cabeza cuando se me acerca alguien, y menuda sorpresa es la chica de mi distrito, no me suena de nada, pero al menos ya le puedo poner cara, y sobre lo que habla me parece interesante.

–Comenzaré por mi cuenta si, pero para conseguir lo que más me interese, después si te encuentro cuenta conmigo, o contar, no sé quiénes seréis, pero tenemos la responsabilidad de ganar es lo que se espera de nosotros, y lo que espero hacer– lo último lo digo con una gran decisión, para que otra cosa iba a estar aquí si no es para ganar.

La realidad es que no me esperaba aquel acercamiento por parte de Sapphira, sin embargo fui lo suficientemente rápido para evitar su beso, su reacción fue del todo inesperada para mí, pensé que sería algo más discreta o algo menos directa. Mi mano fue a por una copa para ofrecérsela:

-Disculpa Sapphira, creo que me malinterpretaste o no me expresé como debí haberlo hecho. Ya te dije que mi maestro no me permite tener ningún tipo de relaciones sentimentales con nadie, creí dejarlo claro- dije mientras la miraba con intenso odio a aquella chica, pues había querido acercarse a mi como mi maestro me dijo que haría, y no lo permitiría en absoluto- Siento haber dañado tus sentimientos aun así, además como bien dices no me haces ningún favor con esto y yo a tí tampoco.

Tras esto trato de serenarme un poco y cambiar mi cara y termino añadiendo con media sonrisa:

-Aun así te deseo que te vaya especialmente bien en estos juegos.

Lo soltó y se alejó de él, dejando una distancia prudente.

Hey, hey, tranquilo... no hablaba de relación sentimental ni nada por el estilo. No has dañado mis sentimientos. Solo... pensé que podíamos pasar un buen rato. - le sonríe avergonzada - Lo siento. No quise molestarte.

Y ahí iba su oportunidad de un buen recuerdo. Quizás si le hubiese dedicado menos tiempo a las armas y más tiempo a el arte de la seducción...

Te deseo éxito también. No demasiado, pero un poco. - bromeó aún ruborizada. Odiaba mostrarse así, pero era una de las cosas que no podía controlar.

Última noche antes de los juegos

Los días pasaron a una velocidad indescriptible, se habían ido forjando alianzas aun más rápido y no me había dado tiempo a lo que realmente quería, además mi indecisión y falta de habituación con algunas chicas me había provocado alguna que otra situación muy incómoda que tuve que solucionar radicalmente. Sin embargo aquella era mi última noche, y sabía perfectamente lo que tenía que hacer. 

     Preparé mi habitación a la perfección, algo de música ambiental en un tono casi inaudible, la intensidad lumínica era perfecta pues entraba la luz de la luna a través de la ventana además de varias velas que había situado por el resto de la habitación. Había colocado un camino de rosas para llegar a mi cama, y había perfumado esta con un toque realmente embriagador. Todo era una combinación perfecta para exaltar la sensibilidad de sus sentidos, solo faltaba el último, el tacto, y esperaba que con mi cuerpo fuera suficiente.

     Había quedado previamente con ella, pues le dije que teníamos que discutir de forma privada las alianzas que íbamos a hacer con los demás, no era más que una burda mentira para que viniera a mi habitación. Estaba algo nervioso pues era la primera vez que me atrevía a hacer eso y sabía que lo había hecho el último día para no ganarme una brutal palizad de mi entrenador, no se que habría hecho si hubiera sabido de aquello.

     Al final el timbre de mi habitación sonó, y me dirigí a abrir la puerta, solo esperaba que no la asustara y que no me hubiese equivocado con nuestros sentimientos.

A mí no me importa, pero si seguis narrando despues de los juegos va a ser un poco raro.

supuestamente ahora seguimos entrenando no?

No estaría mal profundizar en el entrenamiento y las relaciones o alianzas. Le da mas trama al juego si después sera un verdadero baño de sangre.

tras hablar con el  chico de mi distrito me acerco a saphira y a evilc para entablar una conversación con ellos.

antes de pronunciar palabra me quedo escuchando su charla

En cuanto Evilc me propuso una reunión en su habitación no dude un instante en decirle que si, la situación en la arena me estaba preocupando porque no confiaba mucho en nuestras alianzas. La chica del Distrito 1 no me había agradado para nada su actitud tan baja de principios, aunque a decir verdad mi compañero fue el que inicio todo esto. Mientras voy caminando por el pasillo que conduce hasta su habitación, una sensación doblega mis pensamientos, esta sería la última noche en el capitolio y quizás la última noche de nuestras vidas, realmente no sabía que hacer. Mis sentimientos estaban en él, pero el motivo de estar aquí era otro y no podía ilusionarme demasiado, aunque hubiera deseado no recibir tantos golpes con tal de al menos haberlo besado.

Al tocar el timbre, espero unos segundos ansiosa. A los pocos minutos abre la puerta Evilc, tan radiante y bello. Me invita a pasar, asiento con alegría pero cuando veo toda la decoración del lugar no pude evitar quedarme paralizada. El lugar era perfecto desde el camino de rosas que conduce hasta la cama, las velas y el aroma tan dulce como un día de primavera. Lamenté en ese momento no estar perfectamente vestida para la ocasión, llevaba un vestido cómodo porque no tenía intención alguna de salir y como íbamos a charlar sobre la arena no me preocupé demasiado.

Avanzo unos pasos, tomo un pétalo de rosa del suelo y disfruto de su aroma, le dedico una sonrisa a Evilc sin dejar de mirarlo a los ojos, quizás luego de tanto sufrimiento y castigo nos merecíamos algo tan bello como esto. Muchos años pasaron tras este arduo entrenamiento. Aún permanecen las marcas en mi piel de los azotes por amarlo en silencio, pero al menos ha quedado grabado en mi por siempre tales sentimientos. Mi silencio ante la sorpresa se diluye en la calidez del momento, me acerco a su lado justo enfrente de él conectándome con sus mirada. - Gracias por todo esto Evilc. Me encanta. Por lo que veo es un hermoso entorno para una reunión sobre lo que haremos mañana en la arena, espero poder concentrarme en el tema. - sonrío con picardía, quizás no era necesario amargarse por anticipado, si teníamos una noche al menos lo único que deseaba era disfrutarla con él.