Partida Rol por web

Cambio de opinion. Corro hasta el sitio 1, y cojo el carcaj. Sino, mantengo mis decisiones previas. 

La situacion era demasiado peligrosa, y ante el peligro habia huidas que eran demasiado tentadoras, de hecho puede que nisiquiera tuviera la necesidad de huir, tan solo tengo que ponerme el anillo y sere invisible para todos. Eche mi mano al anillo para que se deslizara sobre mi dedo mientras asia con fuerza mi espada preparandome para actuar.

En cuanto pude fui a por la primera arma que vi, la jabalina que tenía al lado. A mi alrededor pude ver a Julieta coger una mochila y hacer un gesto a su amado, parece ser que se iban a ir los 2 por el hueco de don Quijote. También ve a Victoria que se cae al suelo con el temblor, aprovechando que está a mi lado cojo la jabalina y se la clavo con toda mi fuerza. Nunca me había caido bien...
 

Subo corriendo como una perra a la cima de la cornu, y engancho el arco. Dios salve a ricewind si dicho arco no esta intacto. En caso de que no lo este, quiero saber que hay en la cima. 

¿Podria cojer una cosa y atacar?

Tras echar un vistazo alrededor, observo un poco confuso cómo finalmente la intención de Sherlock, Miss Marple y Bridget sí es unirse a Deckard. Aún así, con un suspiro, les hago una seña y entro directamente por la grieta, tratando de salvar mi vida de lo que parece que será una carnicería.

Respira. Estás bien. Estabilizo mi respiración agitada, exhalando por la boca. Observo a mi alrededor aliviado cómo no ha quedado nadie cerca especialmente amenazante. Recojo el cuchillo, y sigo moviéndome por la zona en la que estoy, que está más libre de gente.

Esta vez, tan rápido como puedo, corro a por el laúd, vigilando mis alrededores. Si coincido allí con Momo o el Principito, no les hago ningún daño. Si veo que alguien más se lanza a por mí desde otra zona y va a ser más rápido que yo, utilizo el recurso del vínculo con las botas y la patada al aire.

No sabía por qué, pero me sentía más seguro con un laúd entre sus manos. Qué impulso más estúpido.

"No pude pensar en otra cosa que con hacerme con alguno de aquellos objetos que sin ninguna duda me darían ventaja en aquella competición de supervivencia. Y también supe que aquel era el momento de demostrar cuales eran mis verdaderas intenciones... y que a pesar de lo que se había dicho de mí en los preparativos, estaban equivocados."

Deckard corrió hacia el centro, a pasos largos y mirando de reojo a Sherlock, buscando adivinar cuales serían sus intenciones. Fue entonces cuando todo tembló, como un terremoto en San Francisco y Deckard ante la imagen de caerse, se lanzo al suelo, rodando por el suelo, para levantarse nuevamente con destreza y habilidad, siguiendo su carrera hasta los objetos.

Su intención: Coger el cuchillo, y si disponía de tiempo, de los cigarros también. No fue lo único que hizo. Abrió la chaqueta que llevaba, sacando una enorme pistola, y levanto el arma, apuntando a Sherlock Holmes. Mantuvo la posición unos segundos, serio, y con el ceño ligeramente fruncido, con el brazo totalmente estirado. Todos matan a la avispa que les sube por el brazo, Sherlock. Dijo, en clara referencia a aquella extraña pregunta que le hizo... y baja el arma.

Mantengo lo que le dije hace unas horas...  ¿En qué puedo ayudarle, Señor Holmes? 

Tal y como tenía calculado logro alcanzar la primera de las mochilas mientras la mayoría de los rivales - sobretodo de los profesionales- se dedican a ir a por armas como si realmente ello les asegurase una victoria.

Recojo la mochila al tiempo que obsero que quizás no había tenido en cuenta el "factor Romeo" en mis cálculos hacia Julieta y por tanto saldremos por grietas diferentes, quizás, para no volver a encontrarnos. Por eso aprovecho nuestro encuentro para susurrarle:

- ¡A la grieta de detrás!*

Lo bueno es que Miss Marple parece haber leído mis pensamientos y junto con la adorable Bridget se encaminan hacia donde me encuentro, con ... con una pistola apuntándome a la cabeza.

No paro aún así, mirando a Deckard y me alegro profundamente de que mis pesquisas fueran una vez más acertadas. Un gran compañero que me proporcionará la defensa o el ataque que necesito. A falta de Watson, bueno es un Deckard.

Le dedico una medio sonrisa en señal de acuerdo y asiento con la cabeza.

- Ayudemos a las señoritas que han recorrido el gran trecho para alcanzarnos y salgamos de aquí por aquella grieta- señalo la grieta más cercana; la pequeña que estaba detrás de Victoria.- ¡Y le recomiendo que haga zig zag! No queremos sorpresas desagrables tan pronto.

Me paro en seco para sorpresa de muchos, pero lo tengo todo calculado. Miss Marple ha hecho un gran esfuerzo y es mi fiel compañera. Un segundo después de pararme la aúpo a mis espaldas y continúo mi trayecto hacia la salida.

- ¡Querida Bridget! ¡Coge agua sin pararte, a la carrera! ¡Y síguenos!

-¡Gracias a Dios, hijos! ¡Aquí están! -una sonrisa sincera aparece en mi rostro al ver como Deckard y Holmes, efectivamente, estan sanos y salvos y frente a ella. Cojo aire, deteniéndome a escasa distancia. Sí que he hecho un buen esfuerzo en aquella carrera por alcanzarlos.

Asiento entonces, al escuchar el grito de Holmes. Claro que hay que salir de allí, antes de que aquella panda de bárbaros acaben por hacerse con las armas y decidan acabar con nosotros. Y sonrío, satisfecha, cuando, a pesar de ver como Deckard apunta a Holmes, acaba por ofrecerle su ayuda. Me alegra ver que no me he equivocado con él. No me cabe la menor duda de que, ahora mismo, aquellos dos hombres son la mejor elección que he podido hacer.

No te ha fallado el olfato, Jane. La gente es igual en todas partes, ya lo sabes.

-Vamos, hija, tenemos que salir de aquí... - ver allí a Bridget también me alegra. Desde que aquel viejo verde la tomó con ella, se ha ganado mi simpatía con creces.

E iba a ponerme en marcha cuando Holmes me sorprende con un gesto tan surrealista como caballeroso: ¡Me carga a sus espaldas!

-¡Pero hijo, se va a dejar los riñones con una vieja a las espaldas! - exclamo, agarrándome, sin embargo, a él con fuerza, para evitar caer.- ¡Por cierto, me alegro de verle, señor Deckard! ¿Dónde está su amiga? ¡Deberíamos salir de aqui!

Y me preparo para huir de allí a un lugar en el que, a todas luces, podamos decidir qué hacer a continuación.

Julieta recogió la mochila, aliviada al ver que nadie más había intentado coger el mismo objeto que ella. No quería enfrentarse a nadie si no era imprescindible. 

Mucha gente parecía tener cosas de lo más variopinto y su curiosidad probablemente se habría visto avivada por el extraño objeto de metal que portaba el señor Deckard si no estuviese en una situación tan extrema.

No pudo evitar enarcar una ceja al ver cómo Miss Marple, Bridget y Sherlock se dirigían hacia el profesional sin dudar. - Oh, Dios, es increíble lo rápido que se disuelven y se forman las alianzas aquí... - Pensó mientras se dirigía a un contenedor de agua con la intención de cogerlo. 

Sin embargo, al escuchar el susurro que Sherlock le dirigió miró hacia la grieta a la que se refería con incredulidad. - ¿De verdad esperan salir todos por ahí? Con dificultades por ese hueco podría pasar una persona al mismo tiempo, el caballo de Don Quijote se quedaría atascado sin duda... - La imagen en su mente del caballo atorado en la grieta relajó un poco su ánimo, pues era una imagen graciosa en grado sumo. No obstante, no podía creerse que de verdad Sherlock esperase que abandonase a Romeo a su suerte. Debía estar loco si tan siquiera se le había pasado esa posibilidad por la mente. Negó con la cabeza en su dirección, mientras el hombre se alejaba con la anciana cargada a la espalda. - No vais a caber todos por ahí y os cazarán en la entrada con facilidad... - Respondió en su dirección, sin estar segura de si el hombre la habría escuchado.

La joven se encogió de hombros y, una vez recogido el objeto, echó a correr hacia su amado, para salir juntos por la grieta grande, por la que cabrían dos personas a la vez, e incluso el caballo del anciano.

Miro hacia arriba y abajo desde mi posición. No puedo quedarme allí, quieto, dejando que cualquiera me ataque sin poder hacer mucho para evitarlo. Arriba está ese tal Rincewind y podría ser un peligro si decidiera lanzarme la roca, pero es preferible a bajar y tener que enfrentarme al caballero y los demás.

Sin pensarlo dos veces continúo subiendo colocando el escudo por encima para bloquear las piedras que el hechicero pudiera lanzarme.

Al subir, si Rincewind me hubiera atacado durante la escalada me lanzo sobre él para intentar empujarlo y lanzarlo por el borde al vacío. Si no me atacó mientras subía entonces tan solo tomo el estoque u otra arma a una mano si veo alguna que me sea más familiar.

En la cima junto a su apreciado ladrillo Rincewind puede ver con claridad todo lo que hay allí. El bastón y el espadón están atrapados entre las dos montañas de libros, por lo que habría que hacer fuerza para sacarlos. El arco asoma por un extremo, si alguien embistiese la torre por el otro podría caerse. El estoque esta clavado sobre un libro, pero parece fácil de sacar. La lanza de caballería igual que el arco asoma por un lado y podría caer o cogerse de un salto. En el centro, Rincewind ve un libro imponente, no es de su mundo, pero tiene un ligero olor que ya ha notado antes aquí. Si, ese de los tentáculos y los octógonos. También puede ver un medallón con dos serpientes esculpidas que desprende mágia y una especie de cofre cerrado, que por desgracia, claramente no es un equipaje.

Ataco a Ulises. Dados: 4 fuerza, 4 armamento, 3 espada, 1 especialidad. 12.

Si escapa antes de que le pueda atacar, tomo el escudo restante.

Cursos de acción, en función de diversas cosas, que estoy en el puto medio, vigilo lo que hace la gente, por si se agarran se molestan o se atacan:
- C) si el tio del rifle me apunta, cojo el medallón y salto a 2C
- E) en todo caso si alguien más tiene intenciones agresivas para conmigo (interceptandome o subiendo a pegarme, supongo), me piro de la cornucopia por donde se ha largado Asenath (grieta en 2C), con el medallón. Ya que no he tenido que usarlo aún, prefiero reutilizar el "¡En la cara no!" para activar mi habilidad.
- F) si todo el mundo me deja en paz aquí arriba (o se impiden entre ellos subir), cojo el medallón y reviento el arco de un ladrillazo. 
-Si bajo, porque sube robin o me apunta el del rifle, y no me ataca nadie me quedo en 2C que quiero una mochila. 

¿Rick está con ellos? Entonces eso significa que Susan también. No sabía que los profesionales iban a estar tan fragmentados. Además, están tomando la salida que había a mi espalda. No estoy segura de que quiera encontrarme con ellos más tarde. 

Luego me pienso el lugar por el que salgo, de momento céntrate en tus objetivos, que te has quedado atrás...

Mantengo al fin el equilibrio tras el temblor que ha producido la concesión del deseo de la emperatriz. 

- Vamos, Vic... - susurro, echando a correr -. Has estado en situaciones peores...

Sí, pero siempre habían estado Jack y Cristian para ayudarte. 

Cómo los echaba de menos. Pero eso no me iba a sacar de aquí antes. Ya sé lo que tengo que hacer si quiero volverlos a ver, y no será tarea fácil. 

Oh, porcierto, ya que el amable mikel me lo recuerda. Si veo que ricewind empieza a destrepar con mi arco, cambio la accion: Lo que hago es placarle aprovechando que soy invulnerable y clavarle una flecha en algún lado. En algún lado sangriento. 

Si puedo pillar una espada y atacarle, pues lo hago, pero solo si puedo hacerlo en el mismo turno.