Partida Rol por web

El sonido de vuestras armas suena como una explosión en la pequeña sala circular y hace temblar el lugar hasta los cimientos.

Diminutos fragmentos de metal saltan por los aires cuando vuestras balas impactan sobre el extraño cienpiés, pero su cuerpo sigue moviendose. De pronto, en un rápido movimiento de cola, varias agujas afiladas vuelan hacia vosotros.

Las agujas vuelan hacia gabriel, que logra esquivarlas instintivamente pero el ser vuelve a "recargar" su cola con nuevos pinchos.

Maldigo en voz baja al ver volar las afiladas agujas. Ese maldito robot podría acabar con nosotros. Cada vez estoy más seguro de que se trata de un sofisticado sistema de seguridad.

Aprieto los dientes y disparo otra vez, si no veo que le hagamos daño, tal vez debamos buscar qué es lo que le mantiene activo, tal vez haya un aparato de control en alguna parte.

Gabriel esquiva los pinchos por poco y reniega mientras se mueve tratando de buscar algo de cobertura, tras lo que apunta de nuevo a la criatura y realiza un nuevo disparo que parece impactar, aunque ignora si sus armas están siendo realmente efectivas.

- Mierda, esa cosa parece ignorar las balas!!- exclama.

Alison ve volar los trozos de metal y grita instintivamente para alertar a sus compañeros. Ese bicho metalico la esta poniendo nerviosa, no parece tener ningun punto debil. Sin pararse un segundo dispara de nuevo su arma apuntando bien. 

Los disparos hacen vibrar una vez más toda la sala. Esta vez es gabriel quien alcanza al bicho metálico y una buena parte de su coraza protectora salta por los aires dejando a la vista un antiguo pero funcional mecanismo. De algún modo el autómata parece tener consciencia d esu estado y viendose vencido, gira sobre si mismo y desaparece por donde ha venido.

Hice acopio de todos mis recursos retóricos y pronuncié una sentencia que resumía a buen seguro el sentir de todos mis compañeros.

- ¡Joder! ¿Qué mierda era eso? -y en un alarde reflexivo- ¿Habrá más?

Lucius está pegado a una pared, respirando agitadamente, aún aterrado.

- E-es un guardián... S-s-seguro que hay o-otras ... cosas... ahí abajo - Parece perderse en sus pensamientos por un momento, olvidando el miedo y el autómata - uhmmm... me pregunto si habrá alguna forma de controlarlos....

A pesar de que la temperatura de la sala no es excesivamente alta, Alison esta sudando. Con gesto nervioso se retira un mechon de cabello de la frente. 

-No se que mierda era eso, pero si hay mas espero tener mejor punteria la proxima vez. Cuando entramos aqui no lo vimos, algo debio de activarlo para que saliera de su letargo. Volver arriba no tiene sentido ya, asi que sera mejor que nos preparemos para cualquier cosa. Bajamos?- Al formular la pregunta mira al resto del grupo, cada vez esta mas convencida de que el lugar esta maldito o algo peor, por un momento piensa en el señor Ward y en los alemanes que los atacaron. 

- Vaya - es lo único que acierta a decir cuando ve que su último disparo hace que la criatura huya de la sala, entonces guarda su arma y asiente a las palabras de Allison.

- Si Allison, será mejor así, ademas es posible que esa cosa pueda incluso repararse, al menos ahora ya sabemos que no estamos solos. - responde Gabriel.

Intento aparentar seguridad y recupero la posición totalmente erguida con un gesto de suficiencia.

- Bueno, sea lo que sea, le hemos dado su merecido -digo, mientras hago ademán de guardar el revólver, aunque me lo pienso mejor y con una mirada intranquila hacia las sombras, desisto y lo mantengo en la mano- Deberíamos seguir bajando, por si vuelve. No os olvidéis de esas láminas de metal.

Cuando regresais a la rampa de descenso, aún con el sonido de los disparos clavado en vuestras cabezas, oís claramente como la rampa cruje en algún punto; sigue firme y no s emueve de su sitio, pero parece que algo la ha afectado ligermanete.

Cuando descendeis unos metros más encontrais una tercera puerta pentagonal en cuyo interior, a primera vista hay lo mismo que en las dos de arriba y la rampa sigue descendiendo.

Todavía un poco nervioso, aunque intento no aparentarlo, señalo con la cabeza la nueva sala y les digo a mis compañeros:

- Aquí tenemos otra habitación. Creo que debemos registrarla, pero ahora no vamos a dejar que nos sorprendan. Cubridme con vuestras armas... Y... ¿alguien más ha notado algo raro en esa rampa del diablo?

Alison ha notado el crujido de la rampa y da por hecho que los demas tambien. Cuando Norman pregunta asiente con la cabeza sin decir nada mas. Saca su arma y apunta en direccion al lugar donde se oyo el ruido. Susurrando se dirige a los demas. 

-Estoy lista, esta vez no fallare. Si aparece algo como lo de arriba mi bala sera la primera en saludarlo. 

Lucius se queda mirando la rampa un momento tras el ruído, pero en cuanto ve que Norman y Alison se meten en la habitación les sigue a corta distancia.

Con la máxima cautela y vuestras armas por delante, entrais en la tercera sala, levantando nubes de polvo con cada paso. Al principio vuestras linternas solo revelan lo de siempre: Muebles desintegrados parcialmente, restos de vasijas y engranajes irreconocibles y mucho, mucho polvo. Pero rapidamente encontrais algo que os llama la atención; En un lateral de la estancia veis lo que parecen los restos de algún ser vivo. Examinandolo con detenimiento determinais que podría haberse tratado de un ser humanoide, aunque de gran tamaño (unos tres metros de altura) y de extraña constitución. Todo lo que ahora queda de él son restos de ropas estilo túnica, lo que parece ser una coraza pectoral en perfecto estado del mismo material parecido al aluminio que las tablillas que encontrasteis arriba y un cuchillo de manufactura simple del mismo metal. Los restos de la cabeza del ser se hallan en un estado no tan deteriorado como el cuerpo y parece pertenecer a algún tipo de reptil, con una cresta ósea en la parte superior y las mandibulas muy prominentes.

Estoy casi mudo de asombro. No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que estoy ante la primera prueba de vida inteligente no humana de la Historia. Hasta yo me sé partícipe de un momento importante y necesito decir algo a la altura de las circunstancias.

- ¡Coño!