Partida Rol por web

Con un poco de tiempo no os cuesta localizar un edificio de interés situado en la periferia de la gran estructura de perforación. Fijandoos bien descubrís que cada vez que la megafonía anuncia un cambio de turno, grupos de operarios se introducen en él y slaen vestidos con ropa "de calle", siendo sustituidos por otros ya uniformados. Sin duda se trata de algún tipo de vestuario. La única pega es que estos operarios son todos exclusivamente rubios y de ojos azuleas, y de alrededor de veinte años. de cualquier modo, aunque no fuera perfecto, seguro que un disfraz de operario os permitiría moveros con mas facilidad.

- Cambian el turno... Si no miramos directamente a los ojos y c-con el casco puede que no se fijen en que no somos estrictamente, eh... arios. Hay que rescatar a Norman, no tenemos otra oportunidad.

Miro a Lucius a los ojos, luego me fijo en Gabriel. Entre todos esos rubiales destacariamos bastante.  

-Es ahora o nunca. Debemos aprovechar el cambio de turno si queremos mezclarnos entre ellos, pero no iremos los tres a por los monos, con uno que se arriesgue suficiente- hago una pausa y pienso que deberia ir yo- Creo que debo ser yo quien vaya, pase lo que pase recordad que nuestra mision ahora es rescatar a Norman. 

Gabriel hace una señal a Allison y Lucius, mientras se decide a acercarse al vestuario tratando de conswguir algún mono de trabajo, pero en el último momento y sin darse cuenta parece chocar contra algo que al caer le deja al descubierto.

- Mierda, mierda, mierda.- es lo único que consigue decir mientras busca algún sitio donde esconderse.

Efectivamente, nada mas meterte en un edificio que resultan ser unos vestuarios, alguien entra detrás de ti. En tu desesperación buscando un escondrijo te topas de frente con un gorro con mascarilla de los que llevan la mauorís d eoperarios y te lo colocas a toda prisa ocultando tu rostro y calva.

El que acaba de entrar parece un chaval jóven, de no más de veinte años, rubio, con ojos azules y con muchísima prisa; Parece que está llegando tarde al trabajo y apenas se para a mirarte. Dice unas cuantas frases en alemán dirigidas a ti, pero se marcha a toda prisa sin esperar respuesta.

Una vez solo, no te resulta difícil encontras varios monos de trabajo junto con mascarillas, gorros y cascos, y emprendes tu regreso junto a tus compañeros.

Mientras la mujer habla por el telefonillo compruebas que tus ligaduras no solo son lo suficientemente fuertes para contener a alguien como tú, sino que parecen estar diseñadas para resistir la fuerza de alguien o algo mucho mas fuerte que tu.

Inmediatamente después de colgar el telefonillo aparecen en la sala tres personajes: El primero es un tipo algo mayor, vestido con un uniforme blanco y con cara de pocos amigos de rasgos claramente arios; Le acompañan dos templarios (los tipos con armadura que zurran tan bien), que pasan a desatarte y te sacan de la sala de enfermería.

Por un momento, antes de salir d ela sala, te parece percibir un atisbo de tristeza en los ojos de la enfermera.

Cuando veo regresar a Gabriel no puedo contener una sonrisa de alegria, lo ha conseguido. Disfrazados con los monos de trabajo nos sera mas facil buscar a Norman. Ansiosa espero a que llegue hasta donde estamos para empezar a explorar la zona. 

-Ha encontrado la ropa!- me dirijo a Lucius animada de nuevo- En cuanto estemos listos comenzaremos a buscar a Norman. 

Lucius se enfunda en el traje que trae Gabriel, escondiendo bien su pelo castaño - Vale... Ba-bajemos de nivel, a ver que e-están buscando... Si es tan importante s-su jefe o el despacho principal no andarán lejos...

Me estoy quedando sin opciones. Gruño como un animal mientras renqueo tras el tipo con pinta de Mengele. Estoy jodido, pienso, muy jodido.

Con la mirada de la enfermera en la nuca, avanzo por el pasillo hacia...

Al slair de la sala de curas, tambaleandote aún por las heridas recibidas y la falta de verticalidad, descubres que el aspecto mínimamente pulcro de la sala de curas se limitaba solo a ese lugar. El pasillo por el que avanzas es oscuro y está ténuemente iluminado; Hay un olor extraño en el aire y a medida que pasais frente a salas que parecen quirófanos se oye el sonido de sierras de cirugía, golpes y voces. Hay un momento en el que teneis que deteneros y dejar paso a dos camillas: La primera transporta piezas de metal idénticas a las que fabricaban las criatura spequeñas y espinosas en los talleres del exterior; La segunda camilla lleva a un hombre jóven, de raza aria, completamente sedado. Ambas camillas entran en el mismo quirófano.

Finalmente os deteneis en un punto en el que los quirófanos se convierten en celdas; Pequeñas, sucias y malolientes. Algunas están vacías pero otras contienen los restos momificados de seres humanos que podrían haber muerto de hambre, frio o por las torturas que han quedado marcadas en sus cuerpos.

Tu celda es la última. Tu vecino e sun hombre jóven, rubio y de ojos azules, que parece estar completamente concentrado y apenas se percata de tu aparición. Los templarios de arrojan al interior de la fria celda y te dejan tiritando, semidesnudo.

Una vez verstidos de operarios podeis moveros con relativa tranquilidad por la zona. Meteros en la zona de excavación sería peligroso debido a la enorme vigilancia que existe. A medida que os acercais al "edificio" habitado vais haciendoos una idea de sus dimensiones y funcionamiento.

Su forma, a grandes rasgos es la de un edificio futurista de trs pisos de altura, acabando el tercero en una enorme bóveda con una especie de antena apuntando al cielo; el primer piso posee un mecanismo que, posiblemente le sirva para girar sobre si mismo y variar la orientación de esa antena. Curiosamente, la extraña comstrucción no termina en vuestro nivel y tiene algunos pisos más que se adentran en la oscuridad.

Al llegar al edificio descubrís que la única forma de moverse de un nivel a otro es mediante unos discos anclados a unas guias que hacen la vez de ascensores. Tienen una capacida dpara unas 10 personas y en su panel pueden verse los botones para cada nivel y subnivel. Ahora estais en el nivel 0 y podeis acceder desde el nivel 3 al subnivel 6.

Miro el edificio que tengo ante mis ojos pensativa. El dilema es por donde empezar. Si me guio por mis conocimientos es facil saber donde puede estar nuestro compañero. En todos los edificios las plantas estan ocupadas por orden jerarquico, jefazos arriba, oficinas en las plantas inferiores y los sotanos suelen ser almacenes o prisiones. Guiada por estos pensamientos me dirijo a mis compañeros. 

-Yo diria que Norman esta abajo, eso suponiendo que lo hayan traido aqui. Hay muchos subniveles, el problema es encontrar en cual esta- a pesar de estar casi convencida de lo que digo prosigo en tono serio- Si pensais que debemos buscar por otro lado no hay problema, sobre todo hay que ir con cuidado y no dejar que nos descubran. 

- V-vale, bajemos... Espero que Norman esté bien... - Lucius mira a sus compañeros y se ajusta la mascarilla

En el disco-ascensor, hay un sencillo panel cuyos pulsadores están marcados desde el 3 hasta el -6. No hay ningún otro cartel o indicador.

- Mejor no pensemos a que subnivel, intentemos echar una ojeada a ver que hay, no tenemos muchas mas opciones. - comenta Gabriel algo aturdido y preocupado por como esta resultando su "aventura" mientras presiona el botón que marca un 3.

-  La suerte está echada...- añade con tono algo pesimista.

El nivel 0 (en el que estais ahora) no es mas que el acceso a los demás y a la zona de perforación. Está continuamente vigilado por varios templarios* aunque el continuo paso de operarios hace muy difícil que se fijen en vosotros.

Al pulsar el numero tres, el disco sobre el que estais comienza a ascender de forma sorprendentemente suave. El recorrido, aunque comienza en el exterior, pasa por el interior del curioso edificio, levandoos a través de unos tubos hasta la parte más superior.

Al llegar arriba os encontrais en un lugar espectacular y desconcertante. Estais en la parte superior de la torre, justo debajo de la gran antena. En su interior hay situadas de forma concéntrica  multitud de laminas, unas transparentes, otras de metal reflectante y otras traslúcdas. desde el techo, varios racimos de cristales  iluminan unas u otras, creando imágenes en su superficie. En su conjunto, os parece ver un cielo estrellado sobr eel que s eproyectan cuerpos en movimiento y varios datos numéricos que podrían ser distancias. Cuatro operarios, éstos sin gorro ni mascarilla están tomando notas continuamente.

Pasas un par de largas horas en silencio. El sonido de la sala de operaciones te está desquiciando y el frio hace que no dejes de tiritar. Eso, unido a tu cuerpo lleno de heridas te da un aspecto lamentable. Por si esto fuera poco, aparece frente a tu celda un rostro familiar... que no habrías deseado ver.

Ante ti, al otro lado de la celda, vestido con ropas de camuflaje en blanco y azúl está Otto Wundermer (no sabias el nombre pero lo pongo para no liarnos), el líder de la expedición nazi que atacó el campamento en el exterior. Otto sonrie con la confiaza del vencedor y te habla.

-Nunca habría pensado que llegariais ta lejos pero, qué diablos, yo tampoco había imaginado todo esto. Dime... ¿Donde se esconden tus compañeros?

- Detrás del cenicero donde los rusos metieron a Adolf, hijo de puta- respondo, intentando que mi voz suene más firme de lo que realmente es, y lo rubrico con un esputo que, no sé por qué me sorprende, está lleno de sangre.

Lucius pone una mano en el hombro de Gabriel y otra en el de Alison - No hay nadie vestido como nosotros aquí - susurra - Nos d-descubrirán... mejor bajemos - dice pulsando el subnivel 6 con un dedo tembloroso.