Partida Rol por web

Asintiendo a las palabras de mis compañeros abandoné el lugar. La presencia del líder me incomodaba y no fue hasta que crucé la puerta de salida que sentí como un peso se me quitaba de encima.

-Bueno, debemos planear lo que haremos a continuación. Sepan desde ahora que no pienso participar de esa carnicería de ningún modo, pero soy consciente de que debemos mantener la farsa. ¿Algun plan de por donde empezar a montar un farol?

- Primero que nada alejarnos. No me gusta nada este sitio, me hace sentir.... extraño. - digo al grupo comenzando a caminar en dirección de la casa donde supuestamente deberíamos ir.

 Andáis unos metros en dirección norte, pisandole los talones a Kraull pero en cuestión de minutos perdéis al paladín de vista y vosotros os quedáis más rezagados, aunque ya os estáis alejando del escondite de la secta...

 Diriges tus pasos en dirección norte, hacia la hacienda de los Draiden. Al principio tus compañeros van detrás de ti, pero a un ritmo más lento, con lo que en cuestión de minutos los dejas atrás y vuelves a quedarte solo.

 Kraull estaba sobre su caballo, que anteriormente habia ido a recoger, y lo para ante la puerta de la gran casa. Y pone cara com admirando tal escultura, tan mansion, tal obra. Sabia que así se comportaban la mayoria de los nobles y quizas así podria empezar una conversacion con alguien de la casa.

Su caballo era de un porte elegante y fino, aunque robusto y fuerte para soportar el peso dl apaladin y su armadura. 

Kraull ahora tenia esa pose noble que lo caracterizaba en su ciudad natal, de la que fue expulsado, aunque siempre sabia evitar ese tema aquien pudiera conocer los detalles.

Mira a su alrededor en busca de algun criado, o persona que pasara cercana para poder hacer algunas preguntas..para tantear el terreno.

 La puerta de la verja se encuentra abierta y desde tu posición, encima del caballo, puedes ver al jardinero podando los setos.
En la calle, a unos diez metros donde estás tu, hay dos señoras con buenas vestimentas y peinados imposibles hablando mientras un niño, al parecer el hijo de una de ellas pues la mujer lo tiene agarrado de la mano, te mira fijamente.

 Kraull observó a las mujeres, el paladin tenia mejor manejo con ellas que ocn los hombres y decidido bajo del caballo y se dirigió a ellas.

-Perdonenme señoritas, pero no he podido dejar de ver la majestuosidad de estas calles, y la de esta maravillosa casa. ¿Saben a quien pertenece, me gustaria conocer el nombre de la familia antes de poder admirar su casa. Ustedes saben

Dijo refiriendose primero a ellas y luego a la casa. Esperando les diera el nombre que buscaba para no entrar a saco la primera vez.

Veo con disgusto como Kraull se aleja, quizás sí estaba de parte de la secta. O le habían convencido, ya no estaba seguro de que pensar ese sitio jugaba con la mente de uno.

- Tenemos que hacer algo - digo a Lalaith y Burlat - Hay algo raro en ese sitio, sentía que le debía algo a su dios. Al menos la obligación de rendirle culto. Además veo a Kraull demasiado ansioso en llegar a esa casa y para peor no podemos ir con la historia a la guardia, vaya uno a saber hasta qué punto los tienen comprados.

Perdemos a Kraull de vista, no sabía por qué pero se había ido a un ritmo muy rápido y ahora estábamos solos aunque al menos alejados de la secta.

-¿Entonces qué hacemos? ¿Seguimos hacia adelante buscando a Kraull?

- No se - digo cabizbajo - Esto no me gusta nada. No me cae en gracia hacer de asesinos para esta gente... Tampoco podemos enfrentarles solos, eran demasiados. ¿Quizás podamos aprovechar que esta noche irán a otro sitio para revisar el lugar? Con algo de suerte quizás encontremos algo que nos sirva para comprender qué está sucediente.

Observo hacia donde iba Kraull

- Del paladín... ya no se qué pensar. Dudo que se esté controlando demasiado y es demasiado arrogante para admitirlo. No creo que podamos confiar demasiado en él.

 Señoras - dice de manera tajante la mujer que tiene al niño agarrado de la mano. La mujer aparenta más edad que su amiga y pone cara de pocos amigos ante tu interrupción.

Uuuyyy Margaret, no hace falta ser tan brusca - dice la otra totalmente escandalizada ante la ruda respuesta de su amiga - Sin duda este señor nos ha confundido con chicas jovenes, jejeje.

Deja de reir cual colegiala Alain - le sermonea Margaret y acto seguido te mira fijamente - Respondiendo a su pregunta, esa casa es la del señor Albert Draiden.

Alain asiente a las palabras de Margaret. Te mira con una sonrisa pero no dice nada más, tal vez temerosa de que Margaret vuelve a reprenderla.

 Kraull debia pensar en algo, y al final como siempre recurrió a sus buenas dotes de seduccion.

- Mi buena señora, habeis sido de gran ayuda, perdonad pues mi equivocacion, pero son tan sutiles vuestros ojos, tan dulce seguro vuestra piel, que tan joven me pareciais, que incluso no pense que ese hijo pudiera ser vuestro. Lamento mi brusquedad ante mis palabra, mi señora, y agradezco vuestra enorme simpatia al darme la informacion que deseaba. Quizas algun dia os apeteciera dar un paseo, y claro, a vuestra tambien joven amiga, no le diria que no ante tal belleza de las dos mujeres que poseo ante mis ojos. Seria un verdadero placer para mi, acompañarlas en un paseo matutino a caballo, o andando por las calles de la ciudad, seria verdaderamente un honor para este maleducado paladin.

Dijo con una voz suave y bella. A la vez que grave, podia incluso llegar a la mismisima alma de sus cuerpo, para estremecerlas ante sus palabras

 Alain, la más joven, se sonroja ante tus palabras y tus piropos. Si... sin lugar... a dudas aceptaría encantada ese... ese paseo, mi señor. Alcanza a decir la nerviosa mujer.

Adulador. Muy adulador y gentil es usted caballero. Y parece que hasta tiene buenas formas. Y aunque sus palabras son embaucadoras, me veo en la obligación de declinar su propuesta... ya sabe, soy un a mujer casada - responde Margaret, la mayor de las dos mujeres. Aunque no hayas conseguido seducirla, sin duda tus palabras han cambiado su semblante que antes era frio como el hielo y ahora deja entrever una pequeña sonrisa que trata de disimular. Un placer haberle conocido señor, ahora sin nos disculpa, debemos seguir con nuestros quehaceres.

 Kraull asiente a la mas mayor de ellas.

-Gracias a vos por vuestra gentileza y por la informacion. Ahora las dejaré proseguir y Alain ¿Verdad?...será un placer buscarla mas tarde si así lo desea, y dar ese paseo pactado.

Dijo con una sonrisa seductora hacia la mas joven.

-Me encantara que me deleiteis con vuestra guia por estas calles, ya que acabo de llegar, y que mejor que conocerla con una bella mujer a mi lado?

Al oir las sospechas de Alex respecto a Kraull algo dentro mío se revolvió. Quería creer en el paladín pero era cierto que estaba actuando de manera muy sospechosa. Sin embargo, la amenaza de la secta sobre ellos era aún más real que la posible traición del guerrero.

-Tampoco a mí me gusta ese lugar. Cuando estuve con el líder sentí que podía ver a través de mí, que era capaz de leer en mi alma. Lo que me aterra es que no se si vio lo que pensaba en realidad y ya sabe que somos traidores o si en realidad tengo tanta oscuridad como ellos y por eso me dejó quedarme.

Vayamos a inspeccionar los alrededores de la mansión mientras vemos si se nos ocurre como contactar con la guardia de manera sutil y sin que se entere la secta. Tormus tiene que estar al tanto de lo que está pasando, después de todo es el único aliado que tenemos en esta ciudad.

- Tormus - digo para mi bajando la cabeza para luego levantarla y mirar a Dalaith - Cómo podemos estar seguros de que Tormus no fue comprado también? A fin de cuenta comprar a gran parte de la guardia, es imposible saber si aún no queda corrupción y ni siquiera si Tormus no forma parte de los corrompidos.

Ir a la mansión se me hacía casi como aceptar la misión del sectario. Para qué vigilar si no íbamos a llevarla a cabo? Aunque al menos podríamos vigilar de que Kraull no les asesinara.

- Pero sí, deberíamos ir a esa mansión - digo luego de meditarlo un momento - al menos para vigilar a Kraull, si intenta matar a esa familia hay que detenerlo.

-Tormus era amigo de Nestor, eso para mí es prueba suficiente de su lealtad. Además ha demostrado que nos ayuda, ¿no crees Alex? Si seguimos así desconfiaremos hasta de nuestra propia sombra. Veamos que podemos hacer y como engañar a la secta. Pues si esta noche no volvemos con una buena excusa estaremos acabados.

 Las señoras se alejan y te quedas solo otra vez, delante de la mansión.

- Amigo de Nestor... no sería la primera vez que alguien traiciona a un amigo. No me gusta la idea de ir a la guardia, además incluso si Tormus no fuera un traidor él de seguro lo comentaría con otros que podrían irle con la noticia a los cultistas. No creo que sea buena idea. Hay que hacer algo pero deberíamos dejar a la guardia fuera de esto, estamos solos.

 Kraull ya poseia un nombre y se dirige tirando de su corcel de negro pelaje hacia el jardinero.

-Perdone, señor, se encuentra el señor Albert Draiden en la casa? me gustaria tratar unos asuntos con él.

Dijo cordialmente, pro tampoco pasandose, siempre con educacion y seriedad, para qe vieran que no era un malnacido ni nada parecido.