Partida Rol por web

En lo más profundo de la selva, el pulmón del mundo, la fauna cobra vida. En el agua se mueven sigilosos caimanes, por los árboles los pájaros cantan y, algunos, voletean al sentir la presencia de un intrépido reptil. Entre la maleza el sonido de unas cuchillas cortando todo lo que hay a su paso.

-¡Vamos! -grita a diestro y siniestro una joven voz-, ¡debemos llegar al campamento en cuanto antes! ¡Verdugos! ¡No os dije que guardáseis la pieza!

Entre los diferentes tonos de tez, la que sobresale es la de la joven londinense. Lleva un gorro de paja, el pelo recogido y una ropa propia de su organización, donde, en una placa justo en el pecho izquierdo pone: Triquel.

Por el walkie-talkie formula algunas frases ,no reconocidas para todo el mundo, en inglés. Se encuentra hablando con M.Ainswoth ,su padre.

-¡Panda de inútiles! -exclama en cólera la voz-. ¡No os contraté para que seáis unos necios!

-Deberíamos tomar medidas más serias... por cierto, padre... ¿qué hacemos con las dos rebeldes?

-Haz lo que sea,para ti, más justo.

Una sonrisa maléfica se dibuja en su rostro. Vía libre.

El grupo llega al campamento y se despliega a lo ancho. Depositan las armas en sus respectivos lugares, no todos, claro está, pues no sabe cuando esa pandilla de intrusos puede volver a rescatar la pieza más valiosa de todo el mundo: el Fruto del Edén (fragmento de la cultura Maya). Situado en una vitrina en la cueva donde descansan por las noches, el Fruto del Edén se encuentra vigilado por un alto sensor de movimientos; puesto ahí por una de las mentes más brillantes del equipo.

Aeryn camina hacia la cueva y pasa con agilidad el sensor de movimientos. Ella es la principal jefa de la organización, por lo que sabe TODO y nada se le escapa de su campo de visión. Se acerca a la vitrina y lo observa:

-Precioso... -comenta en un susurro-.

Sin embargo, por el rabillo del ojo, capta la presencia de dos figuras delgadas. Al girarse, situadas en el suelo y maniatadas, las dos jóvenes rebeldes luchan por moverse.

-¡Oh!, queridas... una lástima que vuestro fin llegue pronto. Estoy harta de rebeldes incopetentes que intentan sublevarse...

Camina de un lado a otro ante la atenta mirada de tres personas: las dos capturadas y el guardia que ha ido con ella: Akanni N'Zondi.

-¿Sabes? A mí me hubiera dolido desfraudarle a mi padre... ¿no crees princesita? -se acuclilla y le coge de la barbilla a una de las dos jóvenes, aquella que parece más pequeña-. ¿Qué pensará él, cuando le llegue una notificación diciéndole que su hija Esperanza González Peral ha fallecido por circustancias misteriosas?

La joven se mueve como si con sus movimientos quisiera agredirle...

-Akanni, acércate.

El comandante africano obedece seriamente y le entrega el arma. Acto seguido, el sonido del arma inunda la cueva, provocando eco y,tras eso, al sangre es esparcida por la pared; manchando a la joven de al lado y ,un poco, a los otros dos.

-A ti, te dejaré para el final: Istar.

No puede más. Su evil jefa se ha marchado. Él está solo y en el suelo, sollozando, la joven Istar.

Debo de salir de aquí, sea como sea... ¡Esto es de locos!

Hace un año fue traído a la Amazonas con la promesa de encontrar un hallazgo impresionante y él, como buen cazatesoros, viajó hasta el centro del mundo en busca de un poco de aventuras. Sin embargo, nadie le había hablado de una organización que se encarga de 'coger prestado' las reliquias de los cinco continentes. Nadie, absolutamente nadie. Ni que ,para ello, tuviera que sacrificar vidas humanas. Como es el caso de la joven que yace en el suelo ensangrentada o... la que está apunto de morir.

-Istar... prométeme que me ayudarás si consigo sacarte con vida. -Le comenta susurrando, seriamente. Sus ojos mantienen el contacto visual-.

La joven asiente con unos gruñidos. Tiene un espadatrapo en la boca que le impide hablar. Akanni se levanta y le agarra del brazo.

-Vamos... debemos ser cautelosos.

Los huídas caminan en sigilo entre la grande vegetación. En frente hay varios guardias que vigilan la zona y la aseguran, así mismo, con todo el perímetro.

La fauna está en auge, por lo que se podrían permitir hacer un poco ruido, no mucho, sino el suficiente provocado por las pisadas de las ramas partidas. Avanzan, con miedo, por la zona del campamento intentando salir en cuanto antes de allí. Una vez que lo logren, será más fácil la vuelta a casa, pues Akanni posee las llaves de la avioneta, de una de ellas.

-Cuando yo te diga -le susurra sin perder de vista a sus compañeros que se desplazan de un lado hacia el otro-, sal a correr.

Akanni espera a que uno de ellos se mueva a la izquierda y, cuando se desplaza, le hace a Istar la señal correspondiente. Observa como esta empieza a correr dirección oeste. Tras ella, él sale corriendo.

-¡CORRED, ATRAPARLOS, ESTÁN HUYENDO!

Una persecución mortal empieza a cobrar vida en aquella selva. Los hombres, atléticos, no tardarán en pillarlos.

-Istar... ¡CORRE!

La joven aumenta su ritmo y él también y, como consecuencia, los otros empiezan a disparar.

-¡CORRE, CORRE, POR EL AMOR DE RA!

Akanni visualiza el ala de la avioneta . . . ¡Se encuentran cerca!

Desgraciadamente, uno de los disparos alcanza a la joven en el brazo. Akanni apresura a socorrerla y, juntos, correr en dirección a la avioneta. Rápidamente la sube a ella, una vez que han llegado, enciende los motores y le desata la cuerda, quitándole, además el espadatrapo.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!

-Tranquila, cuando estemos en casa... te llevaré a urgencias... Mientras tanto aprieta la herida con este trapo  -dice lanzándole urgentemente una gasa, mientras se apresura a despegar. Por la ventana, observa a los compañantes, quienes no dejan de disparar. -.

Aquello parece que no tiene escapatoria, sin embargo, el destino o la casualidad, han hecho de las suyas y dejan escapar a aquellas dos criaturas del señor.

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02:00 a.m CANADÁ: PRESENTE.

Tras los acontecimientos sucedidos el pasado mes de mayo, Akanni debió de buscarse otra residencia, por lo que, junto a la Egiptóloga, decidieron mudarse a Canadá. Istar se encuentra en la mesa del despacho ocupada resolviendo un puzzle egipcio.

El hombre africano llama a la puerta, esta levanta la vista y le sonríe. En la mesa hay un sobre que pone privado:

-Es tuyo -le comenta sin apartar la vista del puzzle-, me dijiste que te ayudara. Vamos a ir a Egipto, a por el siguiente fragmento de Edén. Ya he estado en esta región más veces, me la sé como la palma de mi mano... sin embargo... -deja el objeto encima dela mesa-, necesitaremos ayuda. Aquí te he dejado algunos posibles candidatos. Debo decirte que destaca conozco, personalmente, a uno de ellos: Nathan Faraday y, en mi defensa diré que es uno de los mejores topógrafo que este mundo ha podido tener.

Akanni observa estupefacto la rápida intervención de la joven española. Sonríe feliz. Es una mujer de palabras. Abre el sobre y observa varias carpetas dentro de él. Saca la primera:

Aunque de él, sobre salen algunas otras imágenes de diferentes personas:

O, incluso, nombres como Byel Bellocs y Koko Zalika.

-Buen trabajo, querida, buen trabajo.

Apenas estaba amaneciendo y me encontraba al sur del Cairo como egiptólogo en la expedicición de la Necropolis de Dahsur. En esta expedición encontramos una pirámide que servía como tumba para la realeza hace 3,500 años atrás. Me he quedado un tiempo extra con algunos voluntarios para cerciorarnos que nada se nos escapa, una datación tan antigua hace posible que se nos pase algún detalle relevante aunque la mayoría de la expedición se hubiera marchado.

Tras ducharme y desayunar ligero un vaso de leche, me reúno con el experto en excavaciones y la experta en tecnologías que voluntariamente han decidido ayudarme en este último plazo de excavación que no entra en contrato.

He invertido parte de mis ahorros en poder aumentar un poco el plazo de la expedición.

Akanni empieza a llamar a los teléfonos móviles , sin embargo, la intrépida egiptóloga suspira ante su nefacta comunicación con la tecnología, por lo que es ella quien realiza la primera llamada.

Ahora mismo son las 02:00 hora en Canadá, por lo que ,intuye, que en el Cairo, lugar donde el expediente informa que está por última vez el egiptólogo, serán las 10:00 de la mañana.

La llamada empieza a emitirse, espera pacientemente que la otra persona descuelgue y le pueda comunicar que está dentro de una nueva expedición. Entre egiptólogos todo es mejor.

-¿Hola? -pregunta al escuchar que han descorgado-, soy Istar Serrano Egiptóloga.
 

Uno a uno, Istar ha ido marcando los números de las cuatro personas restante. Ikanni no parece estar muy relacionado con la tecnología, por lo que es ella quien ha tomado la iniciativa.

Os encontráis en Canadá. El viaje para alguno de ustedes ha sido duro y eso, Istar, lo sabe. No es lo mismo viajar en avión que hacer trasbordo en determinados lugares.

El despacho se encuentra a oscuras. La poca luz que consigue penetrar cae, en forma de cascada, en la mesa, rebotando , a su vez, en el techo de gotelé. La mujer de unos veintinueve años aproximadamente, carraspea ante la presencia de los cuatro individuos. Es la egiptóloga española Istar Serrano Lora. Su labor en numerosas excavaciones, siendo la última a una misteriosa pirámide de la diosa Bastet le ha llevado a tener grandes prestigios, considerándole una de las mejores especializadas en este campus de España ;así mismo, es conocida por llevar a cabo varias excavaciones a lo ancho y largo del mundo. 

-Bien, estimados alumnos y compañeros-comenta  pausadamente, mirando a todos los presentes-, como bien sabéis y os he comunicado en la llamada, habéis sido escogido entre los mejores para llevar a cabo esta expedición con la mayor cautela posible. Como veréis en esta diapositiva que os voy a mostrar -una de sus manos aprieta el botón del mando a distancia, provocando la inmanente aparición de la esfingue de Guiza- numerosas expediciones se han llevado a cabo por todo el surco del mundo para averiguar el sitio concreto. La tríada de preguntas que a todo arqueólogo se nos formula ante la aparición de un yacimiento : ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? Somos consciente de los misterios que atormentan a esta fémina preciosidad... Se encuentra ubicada cerca del río Nilo, a 20 kilómetros de la ciudad de El Cairo. Emplazada en pleno desierto, a poca distancia de la pirámide de Kefrén. Cierto es que, presente a la erosión de la arena, se ha visto un poco descuidada. Sin embargo, en su interior, según cuenta la leyenda, se halla el fruto del Edén. Vuestra misión es buscarlo y traerlo hacia aquí. Pues las viciosas manos de millones de cazarecompensas han querido , durante billones de años, hallar esta preciosa pieza. Entre ellos... -en ese momento, Istar mira a Akanni y traga saliva- la principal enemiga: Trinquel.

Entre vosotoros hay una infante paleontóloga , una especialista en excavaciones , topógrafo  y, por último, el ceramólogo. Esto es confidencial, por lo que se pide cautela y entera discrepción. Allí, una vez que lleguéis, preguntad, en esta dirección que os entrego, por un tal Randy Johnson, quien ha sido seleccionado por nosotros para que os ayude. Nada mejor que un egiptólogo para que os ayude.

Akanni os otorga un mapas elaborado por él...

-Conviene que os lo guardéis en todo momento. Se encuentra plastificado, por lo que se puede mojar. Partiréis en breve. Mis felicitaciones por vuestra misión y , obviamente, por haber sido escogidos. No nos desfraudéis, pues supondrá la elección de una sanción por parte del jurado honorífico. -Mientras recoge sus pertenencias. Parece haber acabado su discurso-. Empero, antes de irme, debéis saber un dato importante : este viaje supone un gran esfuerzo tanto a nivel económico, como mental y físico. Si tenéis dudas, os dejo con Akanni.

Acto seguido, Istar se marcha de la sala, no sin antes proporcionale un pequeño empujón con el hombro a Nathan tras pasar por su vera.

Estaba trabajando explorando cualquier detalle que pudiera haberse pasado por alto, las tumbas de la realeza suelen esconder sorpresas inesperadas. Martina la experta francesa en tecnología me comunica que tengo una llamada de una egiptóloga española.

El eco de mi voz resuena ligeramente al tener que salir de forma considerable de la excavación para poder atender la llama. En un español fluido, ¿Istar Serrano?, soy el Doctor Jonshon. ¿Puedo hacer algo por usted?, respondo terminando de salir de la excavación y de paso tomar un poco de aire....

- ¿Hay dinosaurios aquí? – Pregunto la niña. – Me dijeron que me iban a llevar a un parque donde hubiera dinosaurios! ¡Quiero dinosaurios!
Dijo enfadada la niña, desde atrás del jeep. La madre intento calmarla, mientras el padre bebía algo de agua, al borde de la deshidratación.
- ¡Quiero Dinosaurios! -

El conductor freno el jeep derrapando y pregunto, como casualmente. – ¿Alguien dijo Dinosaurios? -
La niña lo miro, los ojos azules enormes, esperanzados y algo desconfiados. - Yo, ¿por que? –
- ¿Me llamo Nathan, y tu?
- Miranda…-
- Miranda, es un bonito nombre. No lejos de aquí, Miranda, se encontró un dinosaurio, pasando el Valle de Tut… Se encontraba una especie llamada Spinosaurus cerca de Bahariya. Si prometes portarte bien y escuchar lo que dice tu madre – Guiño de ojos a ambas – Así que si tu padre termina su negocio con los petroleros a los que nos dirigimos, podre llevarte allí. ¿Quieres? –
- Si Señor Nathan…-

El retomo el viaje dejándolos a tiempo en las afueras del Cairo. Antes de despedirse de la niña, le regalo una pequeña estatuilla de un velociraptor que había adquirido en el mercado, y el padre, un holandés, le dejo un grueso fajo extra de billetes, por llegar a tiempo, y por calmar a la niña.

El Conductor miro al horizonte, al tiempo que guardaba el fajo de dinero obtenido en sus bolsillos. No estaba mal para un día de trabajo, pero no había emoción en ello.

Unas horas después, estaba gastando parte de ese dinero en Whisky. Estaba en la frontera de Egipto, rodeado de mercenarios, y estaba ganando en una partida de poker. Sonó el celular satelital. Primero la sorpresa. No esperaba que esa competitiva española lo llamara, no luego de… Budapest. ¿Cuánto había pasado? ¿Un año? Parecía que no podía estar demasiado lejos de el.

- Vaya, Vaya Vaya, “Buenas Noches”* - dijo, su voz podía notarse contenta y algo bebida. Sabia que en algún momento volverías a llamar…

*En el original en español.

El viaje de Egipto a Canada, no era un trayecto corto, mucho menos llegar allí en el tiempo que había pedido Istar, pero cuando menciono lo poco que podía sobre de que se trataba, el Hombre se aseguro de estar allí, pidiendo algunos favores a la USAF, de modo que desembolso una buena cantidad de botellas de buen licor, estas pasaron de mano, y voló en Hércules que lo dejo en la base Andrews. Un vuelo corto en avioneta y un viaje rápido en moto ya en Ontario lo habían dejado en el lugar. La ducha de veinte minutos y el triple café lo habían dejado lo suficientemente despierto para presentarse frente a la beldad hispana.
Se quito los lentes de piloto y a pesar de la oscuridad de la habitación, el brillo del dia lastimo un poco sus ojos, por lo que pestañeo para aclarar la vista.
Faraday sonrió cuando le dijo compañero, una mueca rápida, y algo cómplice Luego escucho el discurso. Ni se le paso por la cabeza, reclamar que estaba en el Cairo hacia un día atrás, y ahora debería volver allí, la simple idea de encontrar el tesoro que habían mencionado hace mover las tuercas detrás de los pensamientos del Guía.
Cuando menciona Trinquel, las alarmas deberían asomarse en la mente pero la excitación puede mas. Agarra el mapa, y deja que todos le den una buena mirada antes de guardarlo en uno de sus bolsillos. Podria sacarle una foto, pero mejor que no queden registros del lugar. Sumido en sus propios pensamientos, se sorprende cuando recibe un leve empujón, pero eso solo le saca una sonrisa. Espera unos segundos antes de mirar de reojo el irse de la bonita española,
El enorme negro que estaba en la habitación, era un poco mayor que el de edad, pero no menor en tamaño y peso. Si tuviera que enfrentarse a el, diría que es un rival digno de cuidado y respeto.
- Soy Nathan Faraday, su guía, piloto, y mercenario de confianza. En mi esta guiarlos hasta la esfinge, y traerlos aquí de vuelta sanos y salvos. Eso sí, necesito saber de qué presupuesto hablamos, y si… esta organización, Trinquel, esta al tanto de lo mismo que nosotros. – se metió las manos en los bolsillos. Si arreglan esos pormenores, cuenten conmigo… Con su permiso.
Salio por la puerta en la que habia pasado la egiptologa.

Faraday cerró la puerta tras de sí, y se apoyo con el hombro contra el marco. Tras unos segundos de observarla manipular los utensilios para servirse café, empezó a hablar.
- [n]Con que Giza, y el Fruto del Edén, eh. –[/b] dijo el – Recuerdo que no podías dejar de hablar de ello...

Supuso que llamarlo no debería haber sido sencillo para ella, por lo que estaban necesitados realmente de un guía topográfico calificado, y que eso lo ponía en cierta situación de ventaja, de la que podía o no sacar provecho.
- Ha pasado un tiempo…¿donde estuviste el ultimo año?

-Monsieur, no sé si me conoces, pero ... en el caso de que no sea así, soy Istar Serrano Lora, conocida por ser la hija de uno de los arqueólogos del proyecto Djheuti. Bien -inhala un poco de aire- sobre mi mesa del despacho, descansa su expediente y , por lo que veo, tiene usted un cotizado prestigio. Es por ello, por lo que mis ojos se han depositado en usted. Ha sido escogido para ser uno de los cinco miembros de... -realiza una breve pausa aclarándose la voz- una expedición al interior de la esfinge  de Guiza; con el objetivo de recuperar una de las mayores reliquias que no debe caer en manos de... Triquel: una organización de la que yo misma y mi cooperante hemos sido miembros. Hemos organizado esta expedición porque sabemos de la peligrosidad que existe si esta organización consigue los cuatro fragmentos del Edén.... Le daré unos minutos por si necesita algo.

Istar observa al individuo que acaba de irrumpir en la cocina.

-Veo que... ayer estabas más contento de lo normal cuando te llamé... ¿Cuántas llevabas? -le contraataca ella, apoyándose en la encimera-. ¿Quieres saber la verdad? Fui yo misma quien te contrató. Sé de tu inteligencia como topógrafo y guía por lo que... un salto a la fama no te vendría nada mal.  -muestra una sonrisa dulce, sin atisbo de maldad alguna-. Dónde estuve... Buena pregunta. ¿Una taza de té y hablamos?

Guardo unos segundos de silencio, tras los cual rompo ese silencio. Señorita serrano no dudo de sus referencias o las de su padre, ¿tiene argumentos sólidos para afirmar que la esfinge de Guiza protege el mito de la fruta del Edén?, sin entrar en la veracidad del mito, desconozco la organización de la que me habla.

¿Me permitiría señorita Serrano contrastar sus fuentes?, le prometo que si veo indicios razonables cuenta con mi participación. ¿Donde le viene bien que nos reunamos?.

No ponía en duda sus fuentes ni su información, el hecho que una joven que podía ser mi hija incluso he llegado a conocer a sus padre merecía una reunión y evaluar si sus creencias son factibles o no, pocos profesionales expondrían su mayor o menor prestigio sin creer en tener una base sólida.

Se puede escuchar como la joven ríe plácidamente... ¿Convencer a uno de los mayores egiptólogos?

-Nos vemos en El Cairo, dentro de unos días. Le mantendré en contacto. Y... ¡claro, señor! Estaré encantada de que pongas patas arribas mi teoría.

Si no fuera porque por sus saturadas venas el café había acelerado sus latidos, hubiera rechazado la bebida y pedido mas de aquella que servía para mantener despierto, en cambio, si quería dormir en el siguiente vuelo y en los días siguientes, debía bajar la cafeína en sangre, asi que acepto de buena gana la clasifica bebida de los ingleses.

“una o dos,.. medias docenas” pensó para si cuando ella pregunto, al parecer casi retóricamente, para meterse en otros asuntos. De modo que sentándose en la silla,
Algo de fama nunca viene mal… comento por lo bajo, casi para si mismo, Pero no es por lo que vine, Istar… indico observándola directamente a los ojos. Sin embargo, ella estaba dispuesta a hablar. Aprendiendo de los errores del pasado, la dejo hacer. Dispara… dijo, prestándole atención.

Señorita Serrano puede tutearme, ¿Necesita que haga algo por usted?, si lo desea puede hospedarse en mi residencia en el Cairo, para mi será un placer.

La hospitalidad de la cultura de los países musulmanes bien entendida es una cultura hospitalaria y educada, no puedo hacer menos que ofrecerle mi hogar a la hija de un hombre tan honorable como su padre. Cierto que no lo conocía tanto y su padre es mayor que yo, pero mi padre me arrancaría la cabeza si no trato con el respeto debido a esa señorita.

No sabe por dónde empezar. Hace dos años que estaba en su amada Egipto curioseando en una pirámide de una diosa poco conocida y...

-Todo tuyo.

Siguiendo apoyada en la encimera, Istar alarga el brazo y le entrega el té relajante que le ha preparado. Acto seguido, rodea la mesa para sentarse en la silla que se ubica enfrente de su ex.

-¿Te acuerdas que te hablaba sobre... las pirámides y mi obsesión con Egipto? Todo iba bien, Nath, todo iba bien... Hasta que, tras el regreso del viaje, me topé con una joven rubia de ojos azules. Decía que tenía dudas acerca de una reliquia que había encontrado y necesitaba la observación de una especialista en historia antigüa.

Istar baja la mirada un segundo y se muerde las uñas nerviosa...

-Acepté ayudarle sin pedirle nada a cambio. Viajé a las Amazonas. Esta joven era... era diferente. No me daba buenas vibraciones y... Nath, no me equivoqué. Cuando vi la reliquia... Jamás me habían enseñado una cosa similar, ni siquiera el bueno y difunto de mi padre. Aeryn ,su nombre, me comentó que era uno de los cuatros fragmentos del Edén, proveniente de la cultura maya.

Su mano izquierda se desliza por su pantalón en busca de su móvil. Acto seguido, le enseña la pieza de la que habla.

-Como puedes ver, son diferentes entre sí, pero forman una única pieza al juntarlos. Se dicen que tienen la fuente para conseguir la inmortalidad y esto, querido, es lo que buscaba esa mujer... Bueno... Esa mujer y esa organización.

Como iba diciendo, les comenté que no tenía ni idea de la pieza que me estaban mostrando, por lo que, la mujer, me mostró una de sus mejores sonrisas y... bueno... se las ingenió para meterme en su organización. Estuve un año. Ahí conocí a Akanni, uno de los pupilos de Aeryn y... a una joven universitaria.

Los meses fueron duros en el Amazonas. Tuvimos , bueno ,mejor dicho, junto con Esperanza, la joven universitaria, tuve que ir a Grecia, para impedir que la reliquia del Atalantis fuera depositada en 'manos muertas'. Para que te enteres mejor, Aeryn nos vendió a los otros como 'malos', cuando estos buscan la paz.

Istar espera unos minutos a que el joven asimile lo que le dice, antes de continuar.

-Muchísimas gracias, Randy. En cuanto estemos listos, le informaré.

La llamada finaliza.

Martina que se encontraba al otro lado visualizando con su tablet la excavación, se acercó al ver que habías ternimado con la llamada, aunque antes te pidió permiso por el pinganillo.

-Randy, cariño -tras los años de amistad te dejabas abrazar por su divertido y cariñoso acento parisiano ,además de los adjetivos usados por la misma-, ¿todo bien? Pareces feliz... ¿Una llamada de un joven amor del pasado? Oh, yo me acuerdo cuando aún vivía Jean... eso si que eran buenos tiempos...

Martina sonrió al recordad aquel momento tan entrañable, tras aquello, volvió a la realidad.

-Creo que... lo que hemos encontrado... puede que sea de tu interés...