Partida Rol por web

Los que ya no se demoran

Capítulo 1: La linde del bosque

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08/02/2023, 18:37
Welf Ramaverde

Welf imitó a Miriel hincando la rodilla Príncipe de los elfos, vuestro nombre es reconocido entre los míos y más en mi familia.

Inclinó la cabeza hacia la dama y el elfo y esperó a que Miriel terminara su canción.

Notas de juego

Uso el rasgo Hermoso para reflejar la sangre élfica

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09/02/2023, 02:33
Legolas

La dama elfa contemplaba impasible a los viajeros mientras Vanwa hacia gala de su habitual labia y palabrería mezcla de acertijos y exaltaciones de los sucesos en los que habían tomado parte o de los dones que poseía. Incluso el mismo Vanwa reconoció la extrañeza de sus pasos en el mundo y quiso tantear si la elfa era proclive a su estilo de vida o al menos lo toleraba, pues Vanwa sabía que su modo de vida no caía en gracia en todos los elfos. Pero tras el velo que cubría el rostro de Irimë era difícil saber si la dama se había impresionado con la presentación de Vanwa, e incluso sus ojos o sus cejas no mostraron pista alguna. 

La dama escuchó con atención la canción de Miriel, en la que presentaba al resto de la compañía y de paso hacia un repaso de sus recientes éxitos. El otro elfo, Qildor, parecía mirarles con curiosidad y una misteriosa sonrisa, asentía a los versos de Miriel como si conociera parte de la historia, pero Irimë tampoco dejó traslucir en su rostro qué opinión le merecían. El príncipe Legolas, en cambio, sonrió encantado con la canción, especialmente en los versos que hablaban del valor de los acompañantes y sus gestas. Nuevamente fue él quien tomó la palabra en aquel regio grupo, ante el silencio de la dama y su protector. 

Reconozco a un Ramaverde en ti —le dijo el Príncipe a Welf asintiendo a las palabras del hombre del bosque—, un noble linaje. Sé que la sangre élfica corre por tus venas —añadió mirando a Miriel brevemente. 

Legolas, joven y orgulloso príncipe, esperaba que ante la petición de la dama estuvieran prestos a cumplirla sin demora y que además se sintieran honrados por el hecho de que una dama de tan alta alcurnia les confiara su seguridad. Pero también se le notaba ansioso de que no se perdiera demasiado tiempo con aquellos formalismos, pues no debían olvidad que había orcos por las inmediaciones. Así que se apresuró a ponerles en contexto.

La dama Irimë viaja al valle oculto de Imladris. Hace un tiempo se mandaron nuevas de su paso y desde el Último Hogar se han enviado jinetes a reunirse con ella en el cruce de las montañas. Vuestra misión consistirá en acompañarla hasta allí y garantizar su seguridad.

Notas de juego

Descuento 1 punto de esperanza a Vanwa y le sumo un punto de avance en Personalidad. Punto en Costumbres para Miriel. Y otro en Personalidad para Welf. 

Podéis hacer más tiradas. Considerad esta parte la interacción del Encuentro. Por cierto que la Tolerancia es 3. 

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09/02/2023, 04:10
Ainar, hijo de Ai

Al enano no le gustaban esas cosas de presentarse ante tantos elfos, especialmente altivos, principescos y hermosos. Bueno, casi todos los elfos... excepto Vanwa. Tal vez por eso le caía bien, aunque no lo fuera a decir. Y tal vez tampoco Miriel, que por algo se reunía tanto con humanos. De todas formas, se sintió impelido por marcar su linaje:

-Ainar hijo de Ai, forjador de Erebor, nieto de Ainar "Machacatrolls", amigo de los Cuervos- agregó casi tajante y seguro disarmónico con la canción de la elfa.

Decididamente la presentación de Miriel había sido mucho mejor. Sublime. Y aún más al lado de la ronca voz del enano con cuervos en el hacha, la armadura y el hombro.

Pero se dio cuenta que mejor se mantenía al margen. Para estas cosas estaban los elfos. Él se ocuparía de que no les sucediera nada malo. Apoyó el hacha por el mango, y descansó sus brazos sobre el ojo del hacha negra como la sangre que derramaba.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Mejor cierro la bocota... XD

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09/02/2023, 09:23
Baldbrand

El beórnida se mantuvo al margen de aquellas primeras presentaciones. Frunció el ceño al escuchar la palabrería de Vanwa, aunque tampoco le sorprendió, pero era "su forma de ser" y él lo había aceptado. Le pareció curioso ver que el maese elfo que ahora consideraba su amigo, podía ser un ¿paria? entre los suyos. Sus cejas se alzaron sin poder ocultar sorpresa.

La canción de presentación de Miriel, como de costumbre, apaciguó su espíritu y le hizo abstraerse casi de la situación... tenía aquel punto de misterio sobrenatural que envolvía a los elfos y que les distinguía de los hombres. Pero regresó al "presente" al ver cómo Welf también se arrodillaba e incluso parecía ser reconocido en él una ascendencia ¿élfica? ¿Acaso era Welf un medio-elfo? A juzgar por las miradas, era difícil saber si incluso podría ser pariente de la propia Miriel, cosa que le llamó la atención. Tendría que hablar con ellos en otro momento, pero aquello encajaba con el comportamiento protector que parecía tener Miriel con el hombre del bosque y los rasgos delicados de éste.

Escuchó las palabras de aquel Príncipe que, aunque era agradable, parecía dar por hecho que el resto iba a obedecerles sin rechistar. Podía entenderlo por parte de Miriel o Vanwa, pero a él había cosas que no le cuadraban. Las palabras de piedra del maese enano le hicieron tomar ánimo a él, porque, en cierto modo, se sentía algo fuera de lugar.

Dio un paso adelante irguiéndose en toda su altura. Quizá alguno de aquellos orejas puntiagudas fueran más altos, pero el físico del beórnida, a su lado, parecía mucho más imponente por su envergadura. Palmeándose el pecho exclamó:

-Como bien ha dicho la Dama Miriel, soy Baldbrand, hijo de Randmar, Seguidor del Gran Oso. He de decir que me encuentro confundido. Nuestra presencia aqui y nuestro interés son esos Orcos que infectan nuestros territorios vecinos, si bien vos, Príncipe élfico, nos pedís que renunciemos a ese peligro para escoltar a vuestra Dama. Igual es porque soy sólo un hombre y no tengo la visión de los años pero... ¿por qué debería ser más importante para nosotros que la Dama llegue a ese lugar que ayudaros a limpiar esta plaga maldita? -como de costumbre, el joven béornida habló con una sinceridad cristalina, incluso dejando entrever sin problema, que su preocupación era claramente aquella infestación de monstruos y no la salvaguarda de una persona a la que ni siquiera conocía.

- Tiradas (1)
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09/02/2023, 14:47
Vanwa

Aplaudió Vanwa como un niño al acabar Miriel su canción. Siempre le gustaba escuchar la voz armónica de Miriel cantando. Qué gran artista se había perdido la Tierra Media. Aún había esperanza para ella. Quizás un día sentaría la cabeza y cambiaría el arco por el arpa. Una arpista fumando en pipa iba a causar sensación en Rivendel.

- Todo lo parco que es en palabras, lo compensa con su destreza en el oficio de las armas. Además de conseguir avanzar más millas en un día que un pony vigoroso.- Comentó, a modo de enmendar tan pobre presentación de su buen amigo enano*.- Ainar el Raspasuelas.- Añadió, como título más amigable que machacatrolls. Maldito Ainar. Era terco como una piedra. E igual de fiable. Le gustaba esa forma de ser tan directa y sincera. Todo lo contrario que él. Y que fuera tan cariñoso con Munin lo convertía en un maldito enano cabezón muy entrañable.

Luego habló Baldbrand, que se desenvolvió muy bien ante los elfos. Directo y cortante como un hacha. muy propio de él.

- Lo que dice Baldbrand nos lleva también a la siguiente pregunta... ¿Cómo es que tan ilustre dama nos ha elegido a nosotros como acompañantes? ¿Qué es lo que ha hecho que tan famosa dama nos haya destacado entre todos los demás para acompañarla en un viaje tan especial?

Notas de juego

* uso juglarías, si es posible, para hacer pasar la chanza como una presentación pasable para Ainar.

 

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09/02/2023, 17:39
Qildor Qinorin

Qildor sonrió tras la canción de Miriel y escuchó pacientemente el resto de presentaciones. El propio príncipe, que había reconocido a Welf como un amigo de los elfos, les explicó a grandes rasgos la misión.

Tras la pregunta de Vanwa, el noldo se adelantó. El bosque se quedó en silencio. Por unos instantes, su imponente silueta se recortó a contraluz y su voz sonó potenciada como si el propio viento quisiese acentuar cada una de sus palabras.

La idea ha sido mía.

Su rostro volvió a ser visible, como si el despliegue no hubiese sido más que una afortunada coincidencia. Sin embargo, ahora que la luz le iluminaba de frente, el alto elfo parecía brillar con luz propia.

Mi nombre es Qildor Qinorin y Beorn es un buen amigo mío. Ya estaréis al tanto de que es muy difícil que le tenga estima a un grupo de viajeros, mucho menos hasta el punto de hacer de mecenas. Con semejante carta de presentación, no podía sino recomendaros para la escolta de la dama Irimë. Sin embargo, no creáis que no comparto vuestra inquietud por la plaga que se cierne por estas tierras. Yo mismo os ofrezco mi arco y mi espada para tal propósito una vez termine esta empresa. Si me aceptáis, por supuesto.

Decidió dejar para más adelante otro de los motivos por los que había insistido en que aquel grupo formase parte de la escolta, pero no quería precipitarse y mucho menos incomodar a su vieja amiga. Si demostraban el peligro que suponía la Sombra, tal vez cambiase de opinión sobre su partida.

También he oído vuestras hazañas combatiendo contra la Sombra, aunque sospecho que Beorn se habrá quedado corto. Estoy deseando escuchar más sobre vuestras campañas.

Notas de juego

Uso el rasgo Señorial para impresionarles.

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09/02/2023, 19:06
Welf Ramaverde

     Perseguir orcos, trasgos o arañas en el Bosque Negro puede ser una tarde de diversión para los exploradores del Rey Elfo, una duras jornadas para los míos y una bonita forma de convertirse en abono para cualquiera que no conozca los peligros y las sombras de estos árboles.

     Acompañar a una Dama a cambio de saber que quienes han destrozado los arboles paguen sus actos... me parece un buen acuerdo. Además, no se me ocurre cómo negar una petición al príncipe. Tan solo espero que acepte la rudeza de nuestras costumbres, alejadas de las cortes élficas.

Welf ya había asumido que no había opción de negarse a cumplir el pedido de los elfos... elfos pidiendo ayuda!!!! no creía que llegara a ver ese día. Tal vez en el futuro sería posible que ellos también ayudaran a los suyos en vez de quedarse en sus fronteras y mirando mal a quienes como Miriel entendían el mundo de una forma más abierta.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Gasto 1 punto de Esperanza que es un Gran Exito y eso no se puede perder.

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10/02/2023, 09:00
Miriel

Miriel asintió complacida a las palabras de Welf. Había sido bien educado y se había convertido en un hombre juicioso. El enfrentamiento con los orcos de Mordor no sería sencillo, menos aún si se le añadía los propios peligros del Bosque Negro que ella tan bien conocía.

Trató de no aparentar ser impresionada por el alto noldor, pero estar en presencia de sus primos más antiguos le hacía sentir incómoda en cierto sentido. Al fin y al cabo ella era una elfa sencilla, por mucho que insistieran en llamarla Dama, algo que nunca se sintió.

- Al igual que confiamos en Beorn cuando nos pidió perseguir a Odorico y no dar caza a los orcos que se atrevieron a pisar su tierra, deberíamos atender la petición del príncipe de este Bosque. – explicó Miriel con educación a Baldbrand.

- La Dama Irimë puede contar con nuestra ayuda, si así gusta. – dijo con una reverencia a Legolas aceptando fácticamente en nombre del grupo. Welf ya había aceptado al igual que ella, Vanwa no se perdería semejante historia y preferiría evitar a los orcos que son menos conversadores que las rocas del Paso Alto que ya conocía (seguro que las saludaba como viejas amigas cuando volvieran), Ainar no dejaría a Vanwa sin protección por mucho que refunfuñara y Baldbrand no dejaría al grupo solo aunque tampoco los seguiría sin refunfuñar.

- Serán al menos 5 días de viaje hasta el Paso Alto, bastante fatigosos ahora que las nieves se acercan tanto y el frío muerde los pies y la cara. Si aún debiéramos cruzarlo – pues Rivendel se hallaba al otro lado del mismo y podría ser que los jinetes elfos no llegaran – serían otras tantas jornadas aún más fatigosas. De aquí allí, que estamos prácticamente en la linde, será seguro gracias al esfuerzo de Baldbrand y la gente de su pueblo. – aprovechó para alabar la labor de los beornidas – No os ofendáis Dama Irimë por el peaje que nos pedirán en la Carroca. – sonrió por dentro anticipando el sentimiento de ofensa de los noldor al ser tratados como a los demás – En el Paso Alto han aumentado los trasgos, volviéndose muy atrevidos y audaces. Tuvimos una noche dura en el Fuerte Circular para repelerlos; varios hombres murieron bajo sus flechas ponzoñosas y sus filos mellados. – dijo con gravedad recordando a los compañeros caídos – Y aún no son ellos los únicos peligros, pues hay unas ruinas que todo animal y alimaña evita, cuyas piedras incluso se mantienen en silencio ante las preguntas de Vanwa. Que mal languidece allí no lo sabemos, pues fuimos cautos y evitamos dormir a la vera de un lugar tan funesto.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Al menos un éxito, aunque sea normal.

 

Por mi podeis coger puntos de Compañía para el encuentro, Welf y Vanwa.

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10/02/2023, 10:11
Baldbrand

El beórnida no pudo sino asentir a lo dicho por Vanwa... no por la forma quizá, pero si por el contenido.

La contestación por parte del misterioso "Quildor" provocó un fruncimiento de ceño por parte del jóven guardabosques, pero la sinceridad en sus palabras era notable. Finalmente asintió:

-Si sois amigo del Gran Oso... y nos habéis elegido... supongo que podemos dejar en vuestras manos el asunto de los orcos. -aquello último le costó, pero finalmente puso los brazos en jarra y asintió de nuevo, confirmando el asunto.

La intervención de Welf y la dama Miriel le parecieron que sólo querían añadir detalles innecesarios, asi que por única respuesta, Baldbrand sólo gruñó y elevó los hombros. Escoltarían a la dama, pues era lo que debía hacerse para mantener la buena amistad y vecindad... aunque eso no fuera lo que él deseaba. Sólo esperaba que aquel elfo rubio y señorial dijera la verdad respecto a su buena relación con el Gran Oso.

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10/02/2023, 11:01
Vanwa

Mientras Miriel y Baldbrand hablaban, Vanwa seguía mirando muy fijo a Qildor. Era un elfo alto y bello. Impresionante. Tan impresionante que el descarriado se sintió turbado, y por un momento se creyó las palabras de su boca. No se planteó la duda de qué pintaba el Gran Oso en aquel asunto de altos elfos. En el último viaje de alguien como dama Irimë era, como poco, peculiar la decisión de una escolta de vagabundos amigos de Beorn. Él imaginaba más bien una escolta de arpistas y acompañantes estirados y orgullosos como Qildor.

Habría replicado, o como mínimo intentado adivinar en la expresión de Qildor que misterio se escondía, pero se sentía impresionado por aquel alto elfo y en lugar de ello se acercó, hasta casi tocarlo, para examinarlo más de cerca. Sus ropas de hilo de plata, sus herrajes de cuero fino...

¿Y la dama? Aún no había hablado... Tras observar con descaro a su heraldo la observó a ella. Suspicaz. Algo se le escapaba, pero no sabía bien el qué.

- Tiradas (1)
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10/02/2023, 11:52
Ainar, hijo de Ai

Ainar frunció el ceño, buscando la mirada de sus compañeros, pero todos estaban embelesados con la imagen de Qildor. Es cierto que a él también le fue imponente, como aquellos elfos que vio de refilón durante la Batalla de los Cinco Ejércitos: había algunos que la sangre negra manchando sus armaduras impolutas era como una afrenta que de todas formas no borraba la pureza que llevaban.

Pero había otra cosa que le hacía ruido en la cabezota del guerrero vagabundo: ¿por qué un enano? ¿Un beórnida? ¿Qué tenía que ver Beorn en el Viaje a Valinor que había querido emprender esa Dama? No es que fuera algo que no supieran los enanos. Podían no entenderlo, con tanto para hacer allí, pero era algo que sabían.

-No rechazo un trabajo cuando implica la posibilidad de hacer aliados o incluso que sirva para mejorar esta Tierra que habitamos- dijo el enano, serio y mirando a Qildor, que se había adjudicado la razón de su elección -Pero me llama la atención que Altos Elfos busquen la protección de tan... variopinta compañía, por más destreza en las armas y los caminos que tengamos y la confianza de tan confiables nombres- hizo una pequeña pausa -¿Tan pocos quedan que sepan manejar el arco y la espada?- no se guardaría la posibilidad de hacer ese comentario...

Notas de juego

Invoco mi Rasgo de Suspicaz :) No me voy a arriesgar a una tirada fallida ahora, o a tener que gastar ya Puntos de Esperanza o de Comunidad... aunque me vendría bien que se opongan a que saque uno de Comunidad muajaja

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10/02/2023, 18:59
Qildor Qinorin

Pese a su apariencia eterea y lejana, Qildor era muy perceptivo y sabía calar bien a las personas. Había tenido que desarrollar esa habilidad para saber en quién podía confiar en incontables batallas. Se esperaba miradas suspicaces entre el beórnida y el enano, pero no también en el resto de la compañía. Pese a que aceptaban sin ambages, albergaban dudas. Como buen señor de los elfos, Qildor sabía que la desconfianza de los aliados nunca conduce a nada bueno.

Antes de contestar, apoyó en un gesto amistoso —aunque con firmeza— una mano en el hombro de Vanwa.

Los elfos de Thranduil deben quedarse para proteger estas tierras. Como bien habéis señalado, hay un preocupante incremento de orcos por la zona y ellos son los que mejor conocen la zona para repelerlos con éxito. Estáis aquí porque la dama confía plenamente en mi consejo y yo a su vez en la palabra de Beorn. Aprecio vuestras mentes despiertas y por eso me gustaría contestar a todas vuestras preguntas respecto a esta empresa. No soy de los que se ofende fácilmente, así que podéis evitar los rodeos y los paños calientes, pues habláis con un veterano de guerra.
»Y doy fe de que sois un grupo variopinto, Ainar, pero no por ello menos hábil en combate. Vi luchar con fiereza a los tuyos en la Batalla de los Cinco Ejércitos. La Sombra no tiene tantos reparos en aunar fuerzas y extenderse como una plaga y es por ello que nosotros tampoco debemos perder el tiempo con viejas rencillas a la hora de combatir al enemigo.

Notas de juego

Invoco el Rasgo: Suspicaz.

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10/02/2023, 21:05
Legolas

El príncipe Legolas arrugó la nariz ante la presentación del enano, disgustado porque sus gruesas palabras y su áspera voz rompieran el buen sabor que le había dejado la canción de Miriel. Estaba claro que nunca jamás lograría comprender a aquellos elfos que entablaban amistad con el Pueblo de Durin, ni tampoco compartiría con uno de ellos más que la fría cortesía que ambos pueblos se dedicaban en las mejores de las ocasiones. La amistad entre ellos era antinatural para el joven príncipe Legolas, aunque confió en el criterio de Vanwa, que hizo una presentación algo más amistosa para el enano. La dama, en cambio, permaneció imperturbable incluso ante la ronca voz del enano y sus toscos modales. De igual modo, la irrupción del golpe que Baldbrand se dio en el pecho y de su profunda voz, cambio el tono de la conversación completamente. Aunque parecía que el beórnida despertaba mayor respeto en Legolas, como no podría ser menos de uno de los seguidores de Beorn.

Porque los orcos campan a sus anchas por nuestro bosque. Son nuestras tierras. Las tierras del Rey. Y no podemos permitir que esas criaturas infecten nuestro reino. Darles caza y escoltar a la dama, ahora que nos acercamos a la linde del bosque, se vuelven tareas incompatibles. Qildor dice que Beorn os respeta a todos y cada uno de vosotros, y ha convencido a la dama Irimë hablándonos de vuestras hazañas en las últimas semanas —dijo dejando que Qilnor diera su propia explicación a continuación, la cual también daba respuesta a la cuestión planteada por Vanwa—. Se abría ante nosotros una difícil decisión: mantener la escolta y dejar que los orcos causaran estragos en el bosque y las aldeas colindantes, o abandonar a la dama y a Qilnor a su suerte y dar fin a esa plaga. Por suerte, vuestra aparición puede servirnos para facilitar las cosas. Si es que todo lo que se dice de vosotros es cierto.

Las corteses palabras de Welf agradaron al Príncipe. Tenía entendido que los hombres eran orgullosos y tercos, que habían heredado las peores cualidades y que se corrompían con facilidad. Pero aquel en concreto había hablado sabiamente y con mucha gentileza, se notaba que la sangre élfica corría en sus venas. Incluso estaba más dispuesto a cumplir la petición de la dama que alguno de los elfos del grupo de aventureros, aunque tratándose de Vanwa el Descarriado no era algo que debiera extrañar al Príncipe. Miriel, por contra, aceptó sin reticencias ni suspicacias, sabedora que no podría desatender la petición de tan nobles gentes y volver a su hogar libre de reproches, el suyo mismo en primer lugar. Con mucha inteligencia aceptó el encargo, mostrando un gran conocimiento sobre el camino que aguardaba delante y también sobre sus propios compañeros, y puso en antecedentes de lo que cabría esperar en las montañas, pues no hacía mucho ellos mismos habían pisado ese mismo camino. Después Baldbrand aceptó también la misión, tal y como Miriel había previsto, aunque dio constancia de su inconformidad al respecto del destino que se elegía para el grupo con sus brazos en jarra y su expresión ceñuda.

Pero cuando todo parecía dicho y hecho, la suspicacia de Vanwa estuvo a punto de dar por tierra con todo lo hablado. A Legolas no le gustó nada la mirada irrespetuosa que aquel descarriado lanzaba sobre la dama y su acompañante. Tampoco le agradó la suspicacia gratuita que el enano arrojaba sobre ellos, aunque Qildor se mostró conciliador.

Creedme, yo bien preferiría una escolta de arqueros silvanos, pero regresar al reino de mi padre nos llevaría un tiempo que la dama no está dispuesta a perder. Qildor confía en vosotros, y a mí me vale su palabra. 

Notas de juego

Punto de avance para Baldbrand y Qilnor en Personalidad, para Qilnor también en Percepción. En Costumbres para Welf. Segundo en Vocación para Miriel. 

Resto 1 punto de esperanza a Welf.

Tolerancia: 1

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10/02/2023, 22:47
Irimë

La dama se retiró por fin el velo y mostró un rostro que irradiaba una belleza inaudita para ojos de todos ellos. Una sonrisa perfecta enmarcada en un rostro hermoso y ajeno a los estragos de la edad les hizo sentirse agraciados por el mero hecho de ser receptores de tal regalo. Irimë se dirigió a ellos con una voz dulce y melosa, que bien podría pertenecer a la mejor cantante del pueblo de los Primeros Nacidos. 

Elen sila lúmenn omentielvo—dijo con una respetuosa inclinación de cabeza.

Notas de juego

1Una estrella brilla a la hora de nuestro encuentro

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11/02/2023, 22:52
Miriel

- Elen sila lúmenn omentielvo respondió Miriel con una reverencia a la dama como muestra de respeto. La voz de la dama le hacía sentir pequeña, poca cosa, ¿cómo podría aspirar a poseer una voz semejante? Los Primeros Nacidos que habían sido bañados por la luz de los dos árboles estaban mucho más allá de lo que ella jamás podría experimentar. Sin embargo, aquí estaba, preparada para abandonar una tierra que no le traía más gozo. Eso era algo que Miriel no había sentido jamás. Ella se sentía atada a esta tierra, llena de jubilo por poder caminar por ella y pasar sus días en ella. Claro, que ella tenía un fuerte ancla a este mundo, sus descendientes. ¿Se seguiría sintiendo así cuando el último de sus descendientes muriera? Era algo que se planteaba por primera vez en este encuentro.

- Creed mi señor – se forzó a regresar sus pensamientos a la cuestión que les apremiaba, lograr que su príncipe no se replantease su decisión por la suspicacia de sus compañeros que no sabían comportarse antes personas de tan alto linaje – que estos compañeros bien valen una escolta de elfos silvanos. – se atrevió a decir – Durante más décadas que lunas tiene un año he perseguido a la Sombra en las tierras de vuestro padre y no elegiría mejores compañeros que estos para seguir persiguiéndola y combatiéndola. Si el abuelo de Ainar era Machacatrolls, él bien ganado tiene el nombre de Rebanatrasgos pues su hacha hiende profundamente la carne de los siervos de la Sombra y amputa sus miembros.

- Welf tiene una vista que rivaliza con la mía propia. Baldbrand aún siendo joven tiene la resistencia y ferocidad de su pueblo, además de ser un protector nato, y, por más que os sorprenda como a mí – añadió con una sonrisa divertida – hasta Vanwa ha aprendido a defenderse bien con la lanza, pues Ainar no le ha dado tregua en el entrenamiento.

- Además de que seguro que aún recordareis mi propia destreza con el arco he de añadir que los últimos combates me han forjado como una diestra guerrera con las espadas gemelas – señalando las dos espadas cortas que llevaba en la espalda – y han despertado en mi el fuego que arde en las almas de nuestro pueblo cuando combatimos la Sombra.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ha ido pelado xD

Uso Guerrear para hacer valer nuestra capacidad de combate y experiencia luchando contra la Sombra.

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12/02/2023, 19:56
Welf Ramaverde

Welf miró sin disimulo y admiración a Qildor, acaba de encontrar a alguien a quien también le preocupaba la falta de unión en los pueblos libres mientras que la sombra no hacía más que sumar adeptos a sus filas, todos con las peores intenciones hacia ellos.

Se retiró dando unos pasos hacia atrás que se vieron interrumpidos cuando la dama retiró su velo y habló, siempre había admirado la belleza evocadora de las canciones de Miriel y ahora había podido escuchar por si mismo el origen mismo de la voz de los elfos. Que ella decidiera dejar la Tierra Media era una enorme pérdida para la Tierra Media pero Welf acababa de decidir que por encima de todo ayudaría a cumplir ese deseo por muy triste que le pareciera.

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12/02/2023, 21:52
Ainar, hijo de Ai

Ainar frunció el seño, pero asintió.

-Las flechas no atraviesan el acero enano, así que está consiguiendo la mejor escolta para su noble dama- dijo sin querer mostrar la impresión y embeleso que le dio escuchar la voz de la elfa.

Era impresionate. Una claridad, armonía, belleza que superaba la mayoría de cosas bellas que conocía. No pudo reprimir seguir mirándola, como si fuera la obra de herrería más refinada que hubiera visto. Y aún así lo superaba. Sería un gusto acompañarla, aún siendo elfa.

Notas de juego

Me encantó lo de Legolas y los enanos jaja

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13/02/2023, 09:00
Vanwa

Y la dama habló. Vanwa solo escuchaba, entonces, al resto de voces como un eco lejano y distorsionado. El viejo y tradicional saludo entre los de su pueblo, que ya tan poco se oía. Por alguna razón sintió asco por los elfos del bosque, en concreto por Thranduil, más interesado en las gemas que en las estrellas del cielo. Asco por todos y cada uno de los pueblos libres, por sus defectos y sus imperfecciones. Y asco hacia él mismo por haber dudado de las razones de alguien como dama Irimë. ¿De verdad que después de siglos disfrutando todos de la luz de su estrella iba a no escuchar su ruego? ¿De verdad tantos años en los caminos lo habían vuelto tan egoista e insensible?

Aún seguía inclinado, como respuesta al saludo de la dama, cuando después de hablar sus compañeros se dirigió a la dama. Vanwa era considerado como alguien bello dentro de los cánones de los propios elfos, pero mirar a Irimë era como si una bella oruga mirara a una mariposa.

 

Ai! Laurië lantar lassi súrinen

yéni únótimë ve rámar aldaron!

yéni ve lintë yuldar avánier

mi oromardi lissë-miruvóreva

Andúnë pella, Vardo tellumar

nu luini yassen tintilar i eleni

ómaryo airetári-lí­rinen.

Sí­ man i yulma nin enquantuva?

An sí­ Tintallë Varda Oiolossëo

ve fanyar máryat Elentári ortanë

ar ilyë tier undulávë lumbulë

ar sindanóriello caita mornië

i falmalinnar imbë met,

ar hí­sië untúpa Calaciryo mí­ri oialë.

Sí­ vanwa ná, Rómello vanwa, Valimar!

Namárië! Nai hiruvalyë Valimar!

Nai elyë hiruva! Namárië!

 

Recitó aquella vieja canción* en el antiguo idioma, tal y como a él se la habían enseñado, pues fue lo que le vino a la mente, al escuchar la dama hablar. No dejaba de ser cierto que era una luz. La estrella guía de su pueblo. ¿Qué harían ahora que esa estrella se extinguía?

No hay mayor brillo de estrella que el de vuestro corazón.- Añadió tras cantar lo que lla misma le había inspirado.- Y ya que no podemos disuadiros para que os quedéis, y así poder disfrutar más tiempo de vuestra luz, será un honor acompañaros en esta hora.- Dijo, con una humildad nada corriente en el descarriado. Solo aquel elfo díscolo era capaz de cambiar de parecer más rápido que un pensamiento.

 

Notas de juego

* Uso juglarías para cantarla bien y no quedar como un patán, pero con ñexito básico, para tampoco querer eclipsar la belleza de la dama (jaja)

¡Ah! ¡Como el oro caen las hojas en el viento,

e innumerables como las alas de los árboles son los años!

los años han pasado como sorbos rápidos

desde el Monte Siempre Blanco ha elevado sus manos como nubes

de dulce hidromiel en las altas salas

de más allá del Oeste, bajo las bóvedas azules de Varda

donde las estrellas tiemblan

y todos los caminos se han ahogado en sombras

¿Quién me llenará ahora de nuevo la copa?

Pues ahora la Iluminadora, Varda, la Reina de las Estrellas,

en la voz de su canción sagrada y real.

y la oscuridad que ha venido de un paí­s gris se extiende

sobre las olas espumosas entre nosotros,

y la niebla cubre para siempre las joyas de Calacirya.

Ahora se ha perdido, ¡perdido para aquellos del Este, Valimar!

¡Adiós! ¡Quizá encuentres a Valimar!

¡Quizá tú la encuentres! ¡Adiós!

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13/02/2023, 09:58
Baldbrand

El joven beórnida miró con el ceño fruncido al Príncipe élfico. ¿No habían dicho que harían la encomienda?

Por suerte aquel elfo rubio y señorial intervino. No pudo más que asentir... otra vez, aunque no entendía tanto ir y venir.

Entonces ocurrió algo que no esperaba. La dama elfa a la que tenían que escoltar reveló su rostro y habló algo que no entendió... pero no obstante sus ojos se quedaron muy abiertos e incluso su boca también.

No había visto ni oído cosa más hermosa en su vida. Creyó escuchar a la dama Miriel o Vanwa hacer recitaciones pero, lo que antes le parecía maravilloso y misterioso, había quedado a un nivel inferior a lo que veía en aquella dama. No entendía ni media palabra de lo que decían unos u otros, pero en algún momento pareció perder la noción del tiempo...

 

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14/02/2023, 01:46
Irimë

Se produjo una pausa que pudo incluso silenciar sus pensamientos cuando la dama mostró su rostro y todos ellos sintieron el efecto de la aterciopelada voz de la elfa acariciando sus oídos. Así como la música amansaba a las fieras, Irimë logró calmar sus corazones y transportarlos a un reducto de paz y tranquilidad que les hizo olvidar por unos instantes el peligro que suponían los orcos que rondaban las proximidades. Tal era su belleza que incluso los elfos de la compañía quedaron prendados con su hechizo. 

Irimë les mostró una cándida sonrisa y recorrió con sus ojos a todos los presentes. Por algún motivo que ni ellos mismos llegaban a comprender, Ainar y Baldbrand sintieron un profundo pesar en sus corazones cuando se percataron que la sonrisa de Irimë se ensanchaba al dirigirse al resto del grupo y sus ojos mostraban mayor interés en los demás cuando la dama los observaba. Irimë se mostró impresionada con las descripciones que Miriel daba sobre las grandes dotes de la compañía, curiosa con la procedencia de Welf, y agradeció la canción que Vanwa le recitó, recordándole los viejos días que pasó en el Reino del Bosque.

Sin duda tenéis madera de juglar, estimado Vanwa —dijo con su hermosa voz—. Creo que Qilnor tiene razón —añadió mirando a su compañero y asintiendo ligeramente hacia Miriel—, este grupo reúne las cualidades para acompañarme hasta el Paso Alto. Valientes son sus miembros y no le temen a la Sombra. No puedo desear mejor compañía. 

Dicho aquello, el Príncipe Legolas dio las instrucciones necesarias para que el grupo de silvanos se pusiera en marcha. Los acompañarían un trecho hacia el sur, aprovechando el cobijo de los árboles de la linde del bosque, hasta llegar a las proximidades del Camino del Bosque Viejo. Al llegar el crepúsculo se encontraban ya cerca de dicho camino, y los elfos los guiaron hasta un claro del bosque donde, para su sorpresa, había una gran mesa cubierta con un mantel blanco, lámparas colgadas de las ramas más bajas de los árboles que brillaban con una luz dorada y una cena digna de los hobbits de la Posada Oriental. 

Comed, cantad y disfrutad de la velada —les dijo Irimë—. Nadie será capaz de molestarnos al cobijo de estos bellos árboles. 

Notas de juego

Fin del encuentro. Vanwa, Miriel y Welf, habéis conseguido 3 éxitos cada uno. Baldbrand 2, y Ainar 1, vosotros tendréis un efecto curioso, y es que la falta de consideración de la dama os provocará un pesar muy grande en vuestros corazones y no podréis beneficiaros de vuestro foco de comunidad para recuperar esperanza hasta el capítulo 5.