Partida Rol por web

Los que ya no se demoran

Capítulo 6: Sueños oscuros

Cargando editor
02/11/2023, 16:07
Vanwa

Vanwa se sentía pletórico de ser capaz de plantar cara a aquel mal tan anciano capaz de recordar la juventud del Enemigo. Se sentía fuerte, pero entonces, la llegada de la oscuridad, densa como el alquitrán le hizo sentirse pequeño por un instante. Por un instante solo, pues el elfo nihilista estaba convencido del poder de sus creencias, así como de la fuerza del variopinto grupo que le acompañaba.

No. No iba a dejarse doblegar por aquellos artificios. No. El alba estaba por llegar y con ella el final de la oscuridad, pues toda oscuridad ha de dejar paso al día, de la misma manera que ellos habían descendido a la oscuridad en aquel sueño vívido.

Se concentró en el poder que existía dentro de él. En el poder de la sabiduría simple y vieja como el mismo mundo que residía en el ratoncillo que estaba entre sus manos, así como en toda la obra viviente de Ilúvatar. Allí estaba el verdadero poder y no en las sucias palabras de cualquier vende humos, por muy Nigromante que fuera. O Espectro. O lo que fuera. 

- Tiradas (1)
Cargando editor
02/11/2023, 17:31
Welf Ramaverde

     Para Welf esas palabras no significaban nada. Combatía a la sombra desde que tenía uso de razón, trasgos, arañas e incluso Trolls del Bosque Negro. Combatir el mal en todas sus formas, buscar la manera de volver a unir a los pueblos libres contra todo lo que significaba la oscuridad era su mayor sueño y bueno... ¿qué más daba luchar aquí o allí de donde venía? Su destino lo tenía claro, no se veía muriendo rodeado de niños... daría su vida, todo lo que tenía defendiendo y luchando por aquello en lo que había depositado sus esperanzas: un futuro para todos.

     Sabía que los elfos eran altivos, los enanos tercos, los medianos ingenuos... y todos ellos en su día habían unido fuerzas para hacer un frente común. ¿Que la Dama les había utilizado? Bueno, se sentía afortunado de ser usado de esta manera.

Cargando editor
02/11/2023, 20:46
Ainar, hijo de Ai

Ainar escupió al suelo cuando el Oscuro tomó el cuerpo del valiente e ingenuo muchacho, no iba a dar el brazo a torcer. Él había dado su palabra, y la respetaría. Aún a costa de tener que cantar junto a los demás, con su grave y carrasposa voz, y de dudosa armonía musical. Confiaba en sus compañeros, y mientras él no tenía mucho para opinar de cuestiones tan mágicas como aquellas, ellos sí conocían más, habían vivido más...

Se puso junto al elfo que había logrado ponerse frente a los demás con su sí melodiosa voz. La suerte está echada...

Cargando editor
03/11/2023, 10:43
Baldbrand

Cuando el espectro les chilló frustrado, casi sintió una leve punzada de triunfo.

Se habían mantenido fieles a sus juramentos y así afrontarían su destino.

La oscuridad les rodeó haciendo que aquella horrible pesadilla terminara por desaparecer. Por una parte, el beórnida sintió el alivio de ver que, efectivamente, todo era un extraño constructo.

Pero cuando se vio inundado por toda aquella oscuridad, casi hubo un momento de duda... ¿acaso era la muerte que venía en su busca? ¿Así acababa todo?

Aunque así fuera, no le daría el placer a aquella criatura de la oscuridad de haberle vencido. Se concentró en aquella última sensación de triunfo que había tenido ante su desesperación y compuso su cara más feroz.

Por lo menos, no estaba solo en todo aquello y sintió la presencia de sus compañeros, con las que fue más fácil afrontar esa última prueba en busca de la luz que acabara con las tinieblas.

Cargando editor
03/11/2023, 12:01
Director

La oscuridad lo abnegó todo. En medio de la negrura total, cuando la desesperación pretendía apoderarse de los corazones de los valientes aventureros, se mantuvieron fuertes, decididos, con los pies firmes en el suelo que era la única referencia real que les quedaba. Vanwa sabía que el alba estaba por llegar, que no debían desfallecer tan cerca de la victoria. Welf estaba dispuesto a dar la vida por una causa justa, y no le importaba que la dama les hubiera usado a tal fin si es que aquellas ponzoñosas acusaciones alguna vez llegaron a ser ciertas. Tampoco a Ainar le importaba desfallecer allí si es que lo hacia luchando junto a sus compañeros, hombro con hombro, así los buscó en la oscuridad y se colocó junto a ellos para infundirles ánimos y valentía. Baldbrand sintió la duda en su corazón al apoderarse la noche de todo nuevamente, pero al igual que el resto no desistiría de salir en la búsqueda de la luz que sabía estaba allí fuera. Miriel estaba tan convencida de la pureza de la dama Irimë que incluso había ofrecido ser sacrificada en su lugar. Y Qildor, el viejo escolta de la dama, no iba a dejarla a su suerte en el momento en que más la necesitaba de toda su existencia. 

Entonces, una tenue luz, similar a la primera estrella del anochecer, surgió sobre sus cabezas iluminando con un brillo espectral la celda que los mantenía presos. Su fuerza se expandió lentamente desde el centro del grupo, y allí, en el centro de ese fulgor se encontraba Irimë con sus cabellos oscuros como la propia noche y aquellos ojos brillantes como gemas de los Antiguos Días. Su figura se destacaba en contraste con la oscuridad, y su luz comenzó a disipar la negrura que los rodeaba. Como una fiel estrella en la noche más oscura, Irimë, irradiaba una calidez y esperanza que no conocían igual. A fin de cuentas, había nacido del pueblo de las estrellas, los eldar, quienes tanto tiempo atrás habían despertado junto a la laguna de Cuiviénen. Ninguna luz podría soportar la pureza de aquella luz que resquebrajó las rocas de la celda que los retenía y se expandió mucho más allá, hacia la propia luz del amanecer que brillaba en el horizonte. 

Cuando el cegador brillo se despejó, se percataron que estaban en el mismo lugar donde la noche anterior se habían detenido a descansar. Parecían haber pasado meses desde aquella noche tras todo lo que habían vivido en Haycombe y la marcha hacia Dol-Guldur y los días encadenados en sus mazmorras, pero tan solo habían pasado unas horas. Irimë se encontraba de pie ante el sol naciente y un horror sombrío flotaba en el aire, azotando a la dama con dedos de oscuridad. Pero ella no mostró miedo, alzó la mano y fue como si el alba brillara a través de sus dedos. El espíritu aulló y se desvaneció, huyendo mientras el sol despuntaba sobre las Tierras Ásperas. 

Cargando editor
03/11/2023, 12:26
Irimë

Irimë se giró hacia ellos, exhausta, agotada, al límite de sus fuerzas, y les regaló una sonrisa que alivió sus corazones e hizo que sintieran que todas las penurias pasadas durante aquella eterna noche hubieran valido la pena. Solo por ella, solo por ver esa sonrisa. 

En las horas más oscuras, la luz de nuestros corazones es la que verdaderamente nos guía —les dijo con su melodiosa pero cansada voz—, os agradezco el haberos mantenido firmes ante las torturas de la Sombra y que hayáis demostrado vuestra determinación.

Cargando editor
03/11/2023, 13:52
Qildor Qinorin

Qildor ignoró el decoro y abrazó con fuerza a Irimë. No se perdonaba haber estado tan cerca de perder tanto la esperanza como a su vieja amiga. Los miembros de aquella escolta habían demostrado más entereza que el viejo noldo. Juntos habían logrado sobrevivir y salir de aquella pesadilla triunfantes.

Mis fuerzas me abandonaron por un instante. Llegué a creer que podíamos perderte y no me lo habría perdonado jamás. Si hemos logrado superar esto ha sido gracias a ellos. Miriel no perdió jamás la fe. Vanwa alimentó nuestras esperanzas. Baldbrand no flaqueó y llegó a atisbar una salida, Welf demostró su valor y deseo de ayudar a los débiles, y Ainar demostró la voluntad de hierro que caracteriza a su pueblo. Sin ellos… Sin ti… No sé cómo lo habríamos logrado.

Cargando editor
03/11/2023, 15:26
Vanwa

Había tantas preguntas que quería hacerle. Tantos enigmas que pedían una respuesta... ¿Quién era aquel espectro? ¿Seguía allí? ¿Era cierto todo lo que habían visto? ¿Qué fue de Aldor, Geb y los demás?... Pero no. Ahora no. Todo había sido demasiado real y eestaba tan cansado c omo la dama, y él, aunque bello, no tenía la encantadora sonrisa de la Dama, así que simplemente le devolvió la sonrisa, mientras Qildor hablaba. 

Luego, con el sol acariciando su rostro, gritó. Gritó de júbilo al cielo. Abrazó a Miriel, tiró de la barba de Ainar, palmeó los hombros de Welf y Baldbrand, revolvió el pelo de Qildor y fue dando brincos por todo el claro, contento de estar vivo y dejar atrás las mazmorras del Nigromante. Se revolcó por el suelo, mojándose con la hierba húmeda de rocío. Besó una de las piedras gruñonas y hurañas de Hycombe. Abrazó y besó a todo ser consciente del lugar y, teniendo en cuenta el amplio espectro de ser consciente para los estándares del elfo, estuvo realmente mucho tiempo en aquel estado de excitación.

Cargando editor
03/11/2023, 20:29
Ainar, hijo de Ai

Ainar sonrió ampliamente, y las lágrimas corrieron por sus mejillas escondidas detrás de la frondosa barba... que se encontró de pronto entre las manos de Vanwa. En circunstancias normales, eso hubiera significado en un noqueo directo a través de un derechazo con guantelete impactando en el centro del agraciado rostro del elfo. Pero en ese momento, el enano ni sintió el tirón, y hasta abrazó con tal vez demasiada fuerza al elfo.

Claramente, ahora los nervios, enojo y extenuación, fluían a través de esas lágrimas, a través de su profunda risa ante los saltos de Vanwa, la reacción del noble y estoico Qildor... 

Estaban vivos. No sólo vivos, si no que además tenían todas sus cosas con ellos. Alasdecuervo estaba con él, y podía sentir su armadura, la protección del acero negro que él mismo había forjado.

-Mi señora, gracias por habernos traído Luz cuando la Oscuridad quería engullirnos- dijo el enano hincando su rodilla ante la elfa.

Sabía que ellos no habían dado el brazo a torcer, aunque aún sentía el dolor por el joven Haleth, a quien no había ayudado cuando sí podría haberlo hecho. Pero era como una pesadilla, tenía que entender que no había sucedido más que en su mente. Tal vez había existido el muchacho, pero probablemente no había cambio en lo que llegaría a suceder. El espectro había querido jugar con ellos.

Cargando editor
04/11/2023, 11:29
Welf Ramaverde

Estamos de vuelta... y hemos vencido. Allí o aquí daba igual, en la cabeza del hombre una chispa había prendido, si hubo un tiempo en el que la sombra venció a través de ese ser oscuro que disfrutaba con el dolor de los demás ahora había un momento en el que la luz se imponía. En el ahora había esperanza. Quedaban poderes entre los elfos capaces de llevar la luz allí donde reinaba la oscuridad, quedaba bondad en los hombres que como él se oponían a la Sombra, quedaban enanos testarudos incapaces de retroceder por muy dura que fuera la prueba que se les imponía. Había, de verdad, esperanza para los Pueblos Libres.

Dama, habéis sido mucho más que un faro cuando estábamos perdidos. Gracias.

Cargando editor
04/11/2023, 21:15
Miriel

La Luz se había impuesto a la Oscuridad. De todas las lecciones aprendidas en esta horrenda noche esa esperaba y deseaba que fuera la que más prendiera en los corazones de sus compañeros. Era importante que hubieran aprendido que nunca hay que perder la esperanza, que la Sombra no siempre se puede combatir con acero y flechas, y que siempre hay que hacer lo correcto, aunque creamos que no significará ninguna diferencia, pero por encima de todo, el amanecer siempre triunfa sobre la noche.  

Devolvió la sonrisa de Irimë.

- Dama, ¿ha sido destruida para siempre esta sombra? ¿Ha quedado este lugar libre de su acecho? – se interesó Miriel por el destino de lo que habían combatido y del lugar, no sin poder evitar tener un pensamiento puesto en el tesoro, quizás la espada del joven soldado, que quizá ahora pudiera reclamarse sin peligro para ser empleado en la lucha contra la Sombra.

Antes de que pudiera indagar más en el asunto se vio envuelta en el abrazo alocado de Vanwa que le contagió su risa y alegría, para abrazar ella misma después a Welf, aunque de una manera mucho más sentida y serena que el descarriado había realizado con ella.

Estaban vivos, todos, incluida Irimë. Eso era lo más importante.

Cargando editor
05/11/2023, 21:41
Irimë

La dama recibió el enérgico abrazo de su viejo amigo con gusto pero con dolor, estaba extenuada y al límite de sus fuerzas y no pudo contener un quejido tras ello al que luego quitó importancia para sonreír a Qildor. Una cálida mano pasó por la mejilla del elfo e Irimë le dedicó una sonrisa fatigada pero llena de cariño. 

No te azores por ello, Qildor. Incluso yo pensé que no saldría con vida de esta.

La dama sonrió al ver al feliz Vanwa agradeciendo al pasto su presencia y besando hasta a las piedras. Quien lo viera allí pensaría que estaba loco, pero la dama comprendía la alegría del elfo. Alegría por estar vivo y por pisar una tierra real y no los jirones de un recuerdo tan antiguo como ajeno y extraño para él. Luego alzó una mano hacia el enano que hincaba una rodilla frente a ella y le invitó a ponerse en pie. 

No, mi buen Ainar, gracias a ti. Sin tu determinación, sin la de todos vosotros —añadió mirando a Welf y al resto—, hubiera sido vencida por el enemigo. 

La dama alzó la vista hacia el camino que quedaba por delante, una compañía de viajeros se acercaba desde el oeste encabezada por dos señores de los elfos parecidos en apariencia y vestimenta, de cabello oscuro, gris mirada y hermosos como todos los de su pueblo. Lucían brillantes cotas de malla bajo mantos de color gris plateado. Eran Elladan y Elrohir, los hijos de Elrond el Medioelfo. Mientras aguardaba a que llegaran hasta ellos, Irimë contestó a las dudas de Miriel.

Mucho me temo que no, sabia Miriel. Derrotado sí, pero no por siempre. Aún así podemos regocijarnos de que esa Sombra no volverá a actuar por un tiempo. Él ha huido, seguramente al sur, y los orcos y sirvientes que mancillaban estas tierras al cobijo de su presencia no tardaran en huir también. Pero me temo que es una victoria momentánea —se lamentó. 

No dio muchos más detalles hasta que Elladan y Elrohir estuvieron junto a ellos. Los elfos saludaron a la dama y su escolta como si todos fueran viejos amigos a los que llevaban tiempo sin ver. Los hijos de Elrond estaban aliviados de verlos en buen estado, y explicaron que habían sentido una presencia oscura que les había hecho apremiar a los caballos para llegar cuanto antes. Sin embargo, Irimë les aseguró que estaba bien y a salvo. 

Un espíritu nos atacó esta noche. Algún fantasma de Dol Guldur, quizás. Intentó destruirnos... —sonrió a los compañeros—. Pero parece que aún quedan fuerza y fuego en el corazón de los Pueblos libres. Estos compañeros me ayudaron en mi lucha, preservando la esperanza cuando todo parecía perdido. No me equivocaba cuando dije que nuestro encuentro había sido predestinado por las estrellas. 

Un pequeño gorrión había llegado hasta ellos un poco después que los hijos de Elrond, pero de la dirección opuesta, revoloteó sobre el grupo y empezó a piar con fuerza junto a Vanwa sin dejar de dar círculos sobre su cabeza. 

Cargando editor
05/11/2023, 22:11
Director

¡Vanwa! ¡Vanwa! ¡Vanwa! —piaba el gorrión con energía—. ¡Radagast el Pardo ha oído de vuestras hazañas y requiere de vuestra presencia en Rhosgobel! 

Cargando editor
06/11/2023, 11:09
Vanwa

Vanwa tomó al pájaro con sorpresa, aún con una mueca de sonrisa en su cara y rebuscó en sus alforjas hasta darle unas migas para que pudiera reponer sus fuerzas, pues mucho debía haber volado para traer ese mensaje.

Había estado ajeno a la llegada de los elfos de Rivendel, pero no pudo evitar la llamada del pequeño y valiente mensjaero plumífero.

- Compañeros... El mago Pardo requiere de nuestra presencia.- Dijo, con solemnidad.- Dama Irimë... Ha sido un gran honor poder acompañaros en esta parte de vuestro viaje, tan importante para vos. Cosa que lo convierte n importante para nosotros. Lo vivido aquí con vos lo llevaré siempre en mi corazón. Un recordatorio del poder del Enemigo y de nuestra capacidad para alzarnos ante él.- Explicó, acariciando al gorrión entre sus suaves manos.

- Señores elfos...- Fue todo lo que dijo a la escolta de Rivendel.- Muchas maravillas se cantan de vuestro valle... Oh!

¡Oh! ¿Qué buscáis,
y a dónde vais?
¡Los leños humean,
las tartas se doran!
¡Oh! ¡Tral-lel-lel-lelle,
el valle es alegre!
¡Ja! ¡Ja!

Cantó, recordando la tonada que se decía que habían cantado los elfos de Rivendell a los trece enanos y el hobbit que fueron a por Smaug. Y Mithrandir, por supuesto.

Hizo una reverencia a la escolta de la Dama, y a la misma Dama.

- Que los recuerdos no os pesen más en el alma, mi dama. Ni el milenario roble ni la piedra vieja como el mundo se preocpuan más de lo necesario por aquello que ya ha pasado. El mundo vive en el presente, que es la única verdad. Ni el pasado ni el futuro se puede cambiar.- Comentó en un humilde murmullo.- Conoceros ha sido para mí una dicha que no puedo ni expresar.

Miró, después a Qildor, inseguro ante el camino que iba a seguir el Noldo. ¿vendría con ellos a Rosghobel?

Cargando editor
06/11/2023, 12:33
Baldbrand

Cuando regresaron finalmente a la "normalidad", Baldbrand respiró hondo y lanzó una especie de bramido victorioso.

La frustración acumulada por aquel episodio pareció desaparecer con aquel acto y por ver cómo la Dama estaba bien, a salvo, y a aquel espectro se marchaba.

No pudo evitar sonreir, primero levemente, y luego más aún cuando vio cómo Vanwa parecía enloquecer de alegría. En otras circunstancias hubiera pensado que el elfo hacía cosas impropias, pero ahora que le conocía más y que incluso había sobrellevado aquella tortura junto a él, comprendía perfectamente el porqué lo hacía y compartía aquella alegría.

Asintió varias veces y gravemente ante las palabras de la Dama. Para él, todo aquello, volver al lugar donde estaban, seguir con su vida, era recompensa más que suficiente.

La llegada de los elfos de Rivendel le puso algo alerta, pero al comprobar sus buenas intenciones volvió a relajarse. Aquel era el relevo de su misión. Una parte de él se entristeció, por no poder seguir a la Dama. Era cierto que no había tenido demasiadas atenciones hacia él en casi ningún momento, pero una parte de él quería seguir su luz, ver el valle secreto de los elfos del que sólo había oído leyendas o rumores...

Pero aquel gorrión y las palabras de Vanwa le devolvieron algo de sentido. Ese lugar marcaba el límite de sus responsabilidades que no eran otras que las tierras bañadas por el Gran Anduin.

Había escuchado también rumores del "mago pardo", pero lo cierto es que no le conocía ni sabía que sus compañeros tenían algo que ver con él. Desde luego, aquello también desató su curiosidad.

A tenor de las palabras de su compañero elfo, Baldbrand también quiso despedirse: Dama Irime, no tengo el don de la palabra de maese Vanwa, pero quiero que sepa que yo tampoco podré olvidar este tiempo junto a vos. Para mi es un orgullo haberos ayudado a repeler a esa miserable sombra. Lo haría otra vez sin dudar. -dijo sin resquicio alguno y a pesar de estar agotado. Para él, aquello había sido toda una gesta... aunque dificilmente podría relatarlo a los suyos.

Notas de juego

Me quedé algo dormido... Ouch!

Cargando editor
08/11/2023, 09:59
Irimë

La dama le dedicó una gran sonrisa a Baldbrand, una que nunca llegaría a olvidar. Allí, con los destellos de la aurora reflejados en su pelo, la dama noldo parecía todavía más hermosa. 

Jamás volveré a tener escolta más valiente, Baldbrand, hijo de Randmar. Créeme que yo tampoco os olvidaré. 

Allí terminaba la misión de escolta a la dama, y al parecer, según aseguraba Vanwa, aquel pájaro le había traído una invitación del mago pardo. La dama quedaba en buenas manos, los hijos de Elrond y toda la escolta de elfos que viajaban con ellos. Conocían bien aquellas tierras y sabrían llevar a la dama hasta el Valle Secreto. 

El espíritu fue ahuyentado, mas no destruido —les advirtió—. Tal vez Radagast sepa más al respecto de estos males. Ya no creía que seres tan malignos perduraran en esta edad del mundo, pero me equivocaba. Temo que la oscuridad se está acercando, y yo no tengo fuerzas para luchar de nuevo. Parto hacia el Oeste, pero os dejo mi bendición, por si os puede interesar. 

Notas de juego

Recibís el rasgo: Amigo de los elfos. Todas las criaturas benévolas de cualquier tipo, incluyendo pájaros y animales, te reconocen como amigo de los elfos, y enemigo jurado de la Sombra. 

Cargando editor
08/11/2023, 12:58
Ainar, hijo de Ai

Ainar agradeció sentidamente la bendición de Irimë, llevándose un puño al pecho. En ese preciso momento, un graznido llamó la atención del enano, y Munin se posó aleteando sobre el hombro del enano.

-¡Ah! Muchacho... te extrañé... ¡podrías haber ayudado! jaja- le dijo al cuervo, mientras rebuscaba en sus bolsillos por algo para darle al fiel compañero.

Miró de nuevo a la elfa, y luego al elfo. ¿Él también partía hacia el Gran Viaje al Oeste?

-Ha sido un Honor para mí escoltar a tan noble dama, aún a pesar de las diferencias que pudiéramos tener en tal o cual aspecto- dijo el enano -Que sea un Gran Viaje el suyo- y realizó una breve inclinación de cabeza.

Se acercó a Vanwa y le dio una fuerte palmada en la espalda.

-Así que te conseguiste el tuyo eh...- le dijo mirando al gorrión, sonriendo y sabiendo que en realidad era un mensajero del Mago Pardo.

¿Qué querría el mago con ellos? ¿Ya tenían otra misión? Porque le vendría bien una buena cerveza y un buen cacho de carne bien cocinada.

Notas de juego

Yo ya tenía ese Rasgo... XD jajja

Cargando editor
09/11/2023, 08:43
Vanwa

Quizás era necesaria la existencia de seres como aquel para poder poner en valor las virtudes de la luz, mas nada añadió, pues nada podía añadir. En parte envidiaba a la dama por el viaje que iba a emprender. Toda una aventura, sin duda.

Agradeció su bendición con una reverencia y agitó la mano a modo de despedida, mientras la dama se marchaba. Fue en ese momento cuando Ainar le palmeó la espalda y le soltó la broma sobre el gorrión, que justo en aquel momento salió volando (el gorrión, no Ainar).

Vanwa se quedó mirando al gorrión marchar, con una sonrisa, y luego miró al enano de soslayo, con sonrisa traviesa.

- ¿De verdad sigues pensando que Munin es tuyo?- Dijo, chispeante.- Estoy convencido que es justo al contrario.

- Eres un buen tipo, Ainar, hijo de Ai.- Remató, posando una mano en el hombro del enano, mientras observaba a la comitiva élfica desaparecer de la vista.

Cargando editor
09/11/2023, 11:40
Welf Ramaverde

Welf aprovechó para mirar a sus compañeros con cierta distancia. Se habían convertido en mucho más que compañeros y gracias a ellos había descubierto que le quedaba todavía mucho camino por aprender para llegar a ser la persona que quería ser. En su interior notaba que el vínculo que siempre había tenido con el pueblo elfo gracias a Miriel se había reforzado de alguna manera, era como si parte de la magia oculta  de los primeros nacidos le hubiera rozado y se hubiera quedado en él.

Se habían reforzado los lazos entre ellos, lo notaba, juntos habían resistido donde parecía imposible cualquier resistencia y ahora parecía que un nuevo lazo se había reforzado más de lo que ya lo estaba. Daría la vida por ellos y estaba convencido que los demás pensaban igual. Tal vez no lo pensaban, era así. Sin fisuras.

Sonrió a la Dama, tal vez ella pensara que ellos le habían ayudado pero no, gracias a ella acababan de crear algo único y eso no tenía forma de poder pagarse.

Vanwa... ¿crees que podremos volver a oir a Ainar cantar de nuevo una canción de vuestro pueblo? ¿Cómo empezaba?...

Cargando editor
10/11/2023, 18:02
Qildor Qinorin

Qildor aprovechó para despedirse de la dama. Lamentaba no haber podido disuadirla, pero no podía culparla por su decisión. Mucho menos después de lo que acababan de vivir. En Valinor hallaría la paz que tanto ansiaba. Él, por el contrario, tenía otros planes. Había pasado demasiado tiempo estudiando y viajando, acostumbrado a que la amenaza de la Sombra no fuese más que un puñado de orcos que acechaban en cuevas, ruinas y caminos poco transitados. No volvería a cometer ese error.

Se alejó un poco del resto del grupo, sintiéndose reconfortado al ver lo alegres que estaban, para charlar con los hijos de Elrond. Había conocido a algunos de ellos durante sus frecuentes visitas a Rivendel y les recibió como a viejos amigos.

Una vez que se terminaron los saludos y despedidas, el noldo volvió a integrarse con Vanwa y los demás, para su sorpresa.

Planeo dirigirme a Rosgobel para consultar a Aiwendil*, tal y como ha sugerido Irimë. Aunque me parece que, visto lo visto, es posible que necesite una escolta. ¿Conocéis a algún grupo de aguerridos aventureros con experiencia que pueda acompañarme? —bromeó, iluminando su rostro con una sincera sonrisa.

Notas de juego

*El nombre que se le daba en Valinor a Radagast el pardo. Significa «amante de las aves». Visto lo visto con el cuervo y el gorrión, me pareció apropiado, ^^