Partida Rol por web

La niña bajo la cabeza y se alejo de la verja, era imposible saltar por ese lado con la atenta mirada de Laura. Pero mientras se alejaba no perdió de vista al resto del grupo, acercándose a ellos al rato. Ummm la idea de los arboles es muy buena. Pero antes habrá que distraer al perro de presa. Ups digo a Laura.

Juguemos al pilla pilla.- Propuso José aún sabiendo que era un juego de niños más pequeños- En menos de cinco minutos Laura encontrará a otros haciendo cosas más divertidas que estropear.

¡¡Tú pillas!!- Tocó a Lucía y se lanzó a correr en dirección al bosque.

Guillermo sonrió ante la ocurrencia de Panes, era una buena idea aunque ese juego hacía tiempo que le parecía ridículo e infantil. No obstante salió trotando hacia el bosque haciendo ver que se divertía mucho con ello.

La idea de José fue bastante buena y Laura dejó pronto de hacerles caso. Tras un rato de corretear de un lado para otro, los niños se acercaron a los arbustos y se dispusieron a esconderse. Los arbustos tenían algún que otro pincho pero eran ideales para ocultarse mientras trepaban a los árboles cercanos y saltaban la valla.

No se si la idea sería excelente, pero Uzo salió "escopetado". Quizá a medias estuviera antendiendo al plan "contra" "Laurita", que bien que les hacía la puñeta en tantas ocasiones, y por otro lado pareció creyerse que el juego se iba a efectuar de verdad, en sí. Cuando ya estuvo escondido, miró a todas partes intentando no hacerse ver y comprobando fielmente si sus delgaditas piernas estaban tapadas del todo.

A Guillermo le costó un poquito pero al final encontró un tronco lo suficientemente grueso para taparle por completo, también ayudado por unos arbustos que por suerte crecían a su pie.

Desde allí observó como se escondían sus compañeros y agazapado entre el follaje oteó la presencia de algún monitor en las cercanías.

Al igual que sus amigos Lucía echó a correr hacia los árboles que ponían límite al campamento. En esa zona también había varios arbustos así que la niña decidió esconderse entre ellos lo mejor que supo, para que así ninguno de los monitores, especialmente Laura, los pudiera descubrir... sobre todo a ella. Aunque siempre podían poner como disculpa que estaban jugando al escondite.

Alicia siguió a sus compañeros y se sentó detrás de un arbusto, estaba segura que desde hay nadie la podía ver, justamente ese día llevaba una camiseta de color verde oscuro muy apropiada. ¿y ahora qué? Susurro al resto de sus compañeros, nos vamos a quedar aquí sentados hasta que nos pillen o saltamos.

José se escondió detrás de un arbol igual que todos sus compañeros, con la espalda completamente pegada al tronco y sin hacer el menor ruido que pudiese delatarlo.

Pues claro.- contestó. Esa era la típica historia que todos los niños que iban de campamento contaban, "El día que me alejé del recinto". Como el hijo de los panaderos no tenía muy claro si podría volver alguna otra vez decició que no podía perdérselo.

Justo cuando Alicia terminó de decir aquello, Enrique apareció como por arte de magia en los arbustos donde se estaban escondiendo. Se metió rápidamente entre las ramas y les miró con los ojos muy abiertos y aquella sonrisa chulesca que siempre llevaba.

- ¿Qué estáis tramando vosotros? -preguntó en voz baja.

Se había aburrido de la partida de ajedrez y les había visto correr a esconderse, así que como no tenía nada mejor que hacer, había decidido unírseles.

- Será mejor que tengáis más cuidado o volverán a pillaros, jejeje... -susurró divertido.

Sacó unos centímetros de su cabeza tras el arbusto donde estaba, y Uzo pudo comprobar con un ojo que Enrique venia ¿qué hacía allí? Sin duda que a este compañero no le gustaban demasiado las aventuras, aunque tampoco el aburrimiento... Tan sólo esperaba que se escondiese rápido, puesto que por su culpa podrían pillarles al resto.

Escóndete, vamos -pensaba Uzo mientras le observaba-.

- Escóndete y cierra el pico... siseó Guillermo desde su cobertura apoyando así las palabras de Uzo.

No podía creerse que el listillo aquel hubiera dado con ellos una vez escondidos, si eso era así corrían un gran peligro con la monitora chillona.

Una vez que estuvimos todos bien ocultos Guillermo cuchicheó:

- Parece que Laura no nos vigila, saltemos de uno en uno para no llamar la atención. Primero las chicas que son más torpes.

Y se quedó tan ancho.

No tardaron los niños(incluido "el bueno" de Enrique en esconderse tras los arbustos que colindaban con la verja. Laura no les había pillado (seguramente estuviese vigilando a algún grupo conflictivo) y había un par de árboles cerca. Afortunadamente no eran tejos sino robles, por lo que no había peligro alguno de que les ocurriese algo si accidentalmente se les metían ramas en la boca o se cortaban con él. Claro que los árboles medían casi cinco metros de alto, y la valla dos metros. ¿Serían capaces de trepar tan alto?

Viendo que era el más corpulento del grupo y acelerado por el miedo de que Laura volviera y les pillara, Guillermo se acercó a la valla medio gateando medio reptando. Entrelazó sus manos a modo de apoyo y se arrodilló ante la valla.

- Vamos... susurró lo más bajo que pudo... primero las niñas.

Su intención era hacer de escalón entre el suelo y la parte superior de la valla, sin embargo no cesaba de preguntarse si luego sería él mismo capaz de saltar esa valla... sin ayuda.

La niña miro a Guillermo tumbado en el suelo. Pufff. Yo no subo por ahí. Se encamino hacia el tronco del arbole más cercano y trato de alcanzar las ranas más bajas para trepar hasta las ramas que pasaban por encima de la verja. Desde su punto privilegiado estudio como descolgarse de la rama al otro lado de la verja sin hacerse daño. En ese momento no pensó como podría volver a trepar la verja para entrar en el recinto.

Miró a Guillermo, miró la valla y volvió a mirar al gordito. Imposible... por mucho que se subiera encima no alcanzaría la valla. Vio como Alicia tampoco se animaba por aquella solución y optaba por trepar por uno de los árboles cuyas ramas estaban a la misma altura que la maldita valla.

Desde luego aquella parecía mejor idea así que, imitando a Alicia, Lucía también intentó trepar a uno de los árboles aunque, a medida que iba subiendo, se dio cuenta que el salto al otro lado sería bastante grande y le entró un poco de miedo.

José miraba como ni Alicia ni Lucía hacían caso de Guillermo y su buen plan. No parecía difícil, solo tenía que apoyar un pie entre sus manos entrelazadas y sería izado por el robusto chico mayor.- Fácil.

Voy- puso el pie donde tocaba y comenzó a contar.- Un, dos, ...

Cuando Guillermo se puso de cuchillas, casi agachado y tumbado le pareció una idea bastante buena, la verdad. Sin embargo, el chiquillo tenía un miedo atroz en su interior, algo que le recomía por dentro; no era precisamente por Laura por lo que sentía otro tipo de predisposición terrorífica (nada más había que verla junto a su casi constante estado de nerviosismo y tensión que impregnaba a sus pupilos y otros compañeros), sino esa especie de escalón que Guillermo, con buena fe, había "montado" en pocos segundos. Y a Uzo le aterrorizaba cualquier tipo de escalera...

Ví como Panes procedía para izarse mientras que las dos chicas se subían al árbol, y dudó unos segundos sobre qué hacer. Finalmente esperó a que Lucía trepase a suficiente altura para seguirlas verticalmente... Aquella aventura ya parecía tener la complejidad de las historias que leía el chaval en sus libros, y ahora las estaba protagonizando.

Viendo a las chicas pasando olímpicamente de su idea y lanzándose a trepar por el árbol Guillermo no pudo menos que reafirmarse en la estupidez femenina, como siempre había pensado.

- Y si se caen llorarán y nos descubrirán por su culpa. Pensó casi deseando que se cayeran.

Al menos Panes se acercó y colocó el pie donde debía, estaba claro que esto era cosa de hombres.

- Una, dos y tres... empujo con fuerza hacia arriba mientras levanto mi cuerpo y sigo elevando las manos hasta que Panes puede agarrarse a la parte superior de la valla, luego empujó su pie desde abajo para que tenga un punto de apoyo... ten cuidado tío.