Partida Rol por web

Vuestro primer día de viaje es tranquilo. Evitáis cualquier posible encuentro con las bestias de los pantanos u otros signos de vida como hileras de humo lejanas. En ambiente neblinoso y lleno de humedad es un incordio, sobretodo para los que van con armadura, que hacia el final del día tienen la piel rojiza e hinchada.

Los insectos que os acompañan casi todo e viaje no son mucho mejor. O cuando tenéis que caminar por pantalones donde el agua nunca vuestras botas dejándoos regalos viscosos en el interior.

Hay que reconocer que Sicho, aún y ser el mas pequeño de todos, logra caminar por la zona como si fuera el patio de su casa y hay momentos en los que os tenéis que preguntar como diablos consigue no ensuciarse como el resto.

En todo caso, cuando empieza a anochecer os acercáis mas y mas al su hacia el bosque de Deepwood.

Decidís que si podéis dormir entre los arboles, tendréis un descanso mucho mas cómodo que en las ciénagas e igualmente tenéis que bordearlo hasta que llegáis a vuestro objetivo.

Al entrar en su interior os da algo de grima. Los arboles son milenarios y crecen desproporcionadamente y de forma retorcida provocando formas y sombras que parecen sacados de una historia de terror. El ambiente es incómodamente silencioso a vuestro paso y os da la sensación de estar en el origen del mundo.

Incluso el musgo y las setas de ese bosque parecen tener mas años que vosotros.

Es cuando estáis preparando vuestro campamento y descargáis las maletas de vuestros hombros entre quejidos, bufidos y estiramientos que Sicho os avisa de que ha visto algo. 

Cuando todos vais a mirar podéis ver una luz en la oscuridad a lo lejos, se mueve como una lampara y no podéis ver quien (o que) la sujeta. Lo que si podéis ver es que parece que os ha visto, pues cuando lo estáis señalando y hablando de el, se pone a correr para intentar perderse entre los arboles.

Parece mentira que algunos seres de carne y hueso tengan estas habilidades para andar por terrenos tan difíciles. Le tendré que preguntar cómo lo hace.

Cuando Sicho avisó de que había visto algo en el fondo no le sorprendió nada, es más, estaba casi seguro que les estaban siguiendo. Un lugar olvidado por los dioses sólo puede contener criaturas horribles que acechan a cualquier que se atreve a entrar en sus dominios.

Judge al ver que el ser sale corriendo en dirección contraria sólo puede pensar lo peor.

- Ya nos han encontrado.

Carga de nuevo con la mochila en un gesto de seguir andando.

- Creo que deberíamos movernos, seguro que no tardan en aparecer por aquí unos cuantos más de lo que sea que se enconde en la oscuridad. Al menos sabemos que no es un demonio, necesita de luz para ver algo.

Dejad que se vaya, pero estad atentos por si viniera con más gente. No tiene sentido que le sigamos en este terreno. No podemos movernos con velocidad y lo único que haremos será perdernos entre los árboles.

Miré hacia donde había corrido el extraño siguiendo la luz encendida.

Acampemos aquí y hagamos guardia.

-¡Rayos!-exclamó Myrmex, y acto seguido se encaminó lo más rápido que pudo hasta el lugar donde divisaron a aquel extraño ser.

Seguramente sería imposible alcanzarle, como sugería Threkor, sobre todo si era alguien acostumbrado a este territorio. No obstante, el gnomo quería intentar encontrar algún tipo de rastro que les diese alguna pista. Con eso en mente, observó el terreno circundante donde había estado el sujeto.

- Estoy con Threkor, a algunos nos vendría bien descansar un poco las piernas y los hombros. No me importa hacer la primera guardia, tengo muy buena vista en la oscuridad. - dije mientras hacía algún estiramiento de brazos y piernas.

- Aunque Judge tiene razón y seguramente aparezca algún invitado más a la fiesta. Si que debemos parar, pero primero movernos un poco e intentar quedarnos en un lugar que nos de ventaja cuando vengan a por nosotros. -concluí con una sonrisa y los dientes apretados, dejando ver que estaba deseando hacer algo más que caminar.

Myrmex se avanza un poco para poder ver si había rastro. El gnomo pudo comprobar que quien llevara la lampara no era nativo de esa zona, su paso no era tan rápido como había parecido inicialmente e incluso parecía tropezarse con los berzales y raíces de ese maldito lugar.

Sin embargo era difícil ver rastros en ese lugar, fango, raíces, enredaderas, musgo ... ¿que era una huella y que no? El gnomo no lo tenia claro en absoluto.

Aunque aún podía ver la luz mientras se alejaba.

Todavía se podía ver aquella extraña luz alejándose y, tras pensarlo un segundo y ver cómo el gnomo había intentado acercarse, el mediano se lanzó hacia la dirección de la luz para ver si podía descubir algo más.

- Esperad aquí, yo me muevo bien por aquí y tardaré poco. No creo que nadie nos esté siguiendo, sólo voy a echar un vistazo. Aun así, cuando vuelva estaría bien cambiar de lugar.

Sigilosamente y tratando de no hacer ruido, pero sin ir demasiado despacio, Sicho se movió en dirección a la lámpara, fijándose bien y tratando de recordar algunas ramificaciones y raíces del terreno para poder volver con facilidad.

La curiosidad por descubrir la identidad de aquel sujeto era demasiado grande, y además, Myrmex se contagió al instante por la iniciativa de Sicho, así que que decidió acompañarle.

-Voy contigo compañero-le susurró.

No era prudente intenrnarse en el pantano tan alegremente. Preferí quedarme allí esperando que los demás regresaran y vigilando que nada se aproximara por nuestra espalda.

Me quedé allí de pie, controlando a los dos compañeros que se alejaron apra no perderlos de vista, por si acaso.

Sicho y Myrmex siguen la luz y los perdéis de vista rápidamente dado la neblina y la maleza del bosque. Mientras montáis un pequeño campamento provisional que podáis defender bien y descansar.

A medida que vuelve el silencio y estáis mas quietos, el bosque empieza a hacer sus ruiditos de animales mas normales. Como si la normalidad hubiera vuelto.

Los dos mas pequeños del grupo salen en la persecución de la luz, que consigue mantenerse a una distancia que no os permite ver bien ni un detalle de vuestro perseguido. En todo momento tenéis claro que o queréis alejaros muy lejos no fuera que os perdierais, pero la realidad es que Sicho se conoce demasiado los pantanos para llegarse a perder.

No obstante la persecución no dura tanto y a quien perseguís poco a poco pierde el fuello hasta que se mete en unos incómodos berzales y la luz parece caer en el suelo y apagarse.

Cuando vuestros ojos se acostumbran a la poca luz que hay, finalmente podéis ver la silueta de una persona arrodillada en el suelo y entre la maleza espinosa. No eligió el mejor camino para escapar. Y teniendo en cuenta que no se mueve, probablemente haya quedado atrapado.

Myrmex levantó las manos en señal de paz y se acercó al individuo rendido ante la adversidad de la naturaleza. 

-Tranquilo, sólo queremos hablar. Podemos ayudarte a salir de esas zarzas.

El gnomo se aproximó todo lo que pudo para observarlo mejor, pero siempre con cuidado de no caer también él entre la maleza espinosa. Además de poder identificar la raza del sujeto, también quería cerciorarse de que no empuñase armas y que su actitud no fuera hostil.

Si se mostraba colaborador, le pediría a Sicho que entre los dos le ayudasen a sacarlo de allí.

No parece que se mueva, pero puedes escuchar que habla en susurros para si mismo, palabras tristes. Los matorrales en si no son difíciles de navegar si se camina con calma, terreno difícil sin duda, pero no es lo mismo intentar correr por ellos a plena velocidad que simplemente avanzar hacia donde está ese tipo.

Mientras montaban el campamento a Judge se le pasó el tiempo rápido, pero al llegar la calma todo cambió.

- No tengo claro cuanto tiempo ha pasado, pero deberían volver ya, estamos muy expuestos aquí.

Se levantó y dió una vuelta completa sin apenas alejarse de la hoguera intentando ver o escuchar algo en la oscuridad.